[por Arena]
Publicado inicialmente en AbreteLibro el 17-Abril-2008
Hola.
Hace tiempo que no se nada de ti. Desde aquél día que te fuiste diciendo que necesitabas tiempo para pensar lo nuestro. Te he estado esperando por si acaso volvías pero en el fondo siempre supe que ya no te sentarías más a mi lado en el sofá a charlar, ni nos iríamos a aquél café de nombre imposible, ni bailaríamos en aquél lugar que solíamos frecuentar.
Hoy he vuelto a casa dando un largo paseo y la lluvia iba mojando mi cara y rizando mi pelo. Comprendí entonces que debía limpiar la casa por si la primavera llegaba y no encontraba un lugar donde posarse.
Mirando bajo los muebles y el sofá he ido encontrando aquéllas historias que me contabas en el porche, algunas un poco deshilachas en los bordes y otras ajadas y amarillentas porque han resistido mal el paso del tiempo. Las he ido guardando en un baúl junto a las lágrimas, los atardeceres y aquélla foto que te gustaba tanto porque decías que me quedaba muy bien la boina ladeada. Las canciones que bailábamos las he metido en una caja con virutas para que no se estropeen al golpearse, las he encontrado diseminadas por toda la casa, incluso encima de la estantería donde guardabas esos trofeos que ganaste cuando eras joven. La única que me he quedado, si no te importa, es esa cancíón en la que cabía todo el universo. Las postales y las cosas que coleccionabas por si acaso te hacían falta -que nunca hicieron falta- las he ido ordenando al lado de los poemas declamados en voz baja y las nanas cantadas las noches de lluna llena.
Te confieso que he sentido nostalgia y he ido sonriendo mientras veía las fotos, sobre todo esa en la que estábamos tan guapos, tú, elegantísimo con tu smoking y yo con mi vestido rojo, aquél que tenía un lazo que te hacía cosquillas en la nariz cada vez que me acercaba. Las he puesto todas al lado de las flores, las prisas, las tardes de lluvia y los paseos en los que el viento no nos dejaba hablar.
Lo tengo todo aquí, guardado, por si acaso quieres venir a por ello.
No sé cuándo llegará la primavera, pero por si acaso llega y tú aún no has venido, quiero que sepas que se me han roto al intentar colocarlo todo deprisa y corriendo los gritos, las broncas y las lágrimas amargas, así que lo he tirado todo a la basura, pensando que ya nunca más nos iban a ser necesarios. Espero que no te moleste.
Con todo el cariño que me queda, después de guardar el resto en papel celofán protegido de la humedad y de los insectos,
Marta
Publicado inicialmente en AbreteLibro el 17-Abril-2008
Hola.
Hace tiempo que no se nada de ti. Desde aquél día que te fuiste diciendo que necesitabas tiempo para pensar lo nuestro. Te he estado esperando por si acaso volvías pero en el fondo siempre supe que ya no te sentarías más a mi lado en el sofá a charlar, ni nos iríamos a aquél café de nombre imposible, ni bailaríamos en aquél lugar que solíamos frecuentar.
Hoy he vuelto a casa dando un largo paseo y la lluvia iba mojando mi cara y rizando mi pelo. Comprendí entonces que debía limpiar la casa por si la primavera llegaba y no encontraba un lugar donde posarse.
Mirando bajo los muebles y el sofá he ido encontrando aquéllas historias que me contabas en el porche, algunas un poco deshilachas en los bordes y otras ajadas y amarillentas porque han resistido mal el paso del tiempo. Las he ido guardando en un baúl junto a las lágrimas, los atardeceres y aquélla foto que te gustaba tanto porque decías que me quedaba muy bien la boina ladeada. Las canciones que bailábamos las he metido en una caja con virutas para que no se estropeen al golpearse, las he encontrado diseminadas por toda la casa, incluso encima de la estantería donde guardabas esos trofeos que ganaste cuando eras joven. La única que me he quedado, si no te importa, es esa cancíón en la que cabía todo el universo. Las postales y las cosas que coleccionabas por si acaso te hacían falta -que nunca hicieron falta- las he ido ordenando al lado de los poemas declamados en voz baja y las nanas cantadas las noches de lluna llena.
Te confieso que he sentido nostalgia y he ido sonriendo mientras veía las fotos, sobre todo esa en la que estábamos tan guapos, tú, elegantísimo con tu smoking y yo con mi vestido rojo, aquél que tenía un lazo que te hacía cosquillas en la nariz cada vez que me acercaba. Las he puesto todas al lado de las flores, las prisas, las tardes de lluvia y los paseos en los que el viento no nos dejaba hablar.
Lo tengo todo aquí, guardado, por si acaso quieres venir a por ello.
No sé cuándo llegará la primavera, pero por si acaso llega y tú aún no has venido, quiero que sepas que se me han roto al intentar colocarlo todo deprisa y corriendo los gritos, las broncas y las lágrimas amargas, así que lo he tirado todo a la basura, pensando que ya nunca más nos iban a ser necesarios. Espero que no te moleste.
Con todo el cariño que me queda, después de guardar el resto en papel celofán protegido de la humedad y de los insectos,
Marta
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