sábado, 31 de mayo de 2008

Consultorio de Elena Francis

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 5-Mayo-2008
Spot publicitario: Joyería, relojería, platería ... Enrique Busián, calle de la Sal sin número. Madrid. No tiene puerta de calle. Ta ta, tatatatatatata - tatatata tatatata tatatata

Consultorio deeeeeee Elena Francis.

Radio intercontinental, Madrid.

Recibimos carta de una desesperada que pasamos a dar lectura:


Querida Señora Francis:

Estoy confundida y necesito su consejo. Tengo 27 años y nunca hasta ahora he tenido novio, quizá porque no soy del todo agraciada. Hace dos meses conocí a un hombre apuesto. Tiene un SIMCA 1000 y todos los jueves, que es el día que libro, me recoge en casa de los señores y me lleva a bailar a la sala Victoria. Me dice que me quiere y me ha propuesto tener relaciones, a lo que naturalmente me opongo.

El caso, señora Francis, es que he descubierto que ese hombre, cuyo nombre prefiero ocultarle, está casado. Yo no me atrevo a preguntárselo y él nunca me ha dicho nada. He comentado esto con mis amigas y me aconsejan olvidarlo. Pero yo no sé, estoy confundida. Sé que por sus circunstancias un chico así no me conviene, pero por otra parte, señora Francis, creo que estoy enamorada de él.

Como verá, estoy hecha un lío, es la primera vez que un chico me pide relaciones y necesito su sabio consejo.

Se despide con todo el cariño y admiración del mundo,

Una desesperada
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El historial clínico

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 30-Abril-2008

Querida Sonsoles

Ayer estuve haciendo orden en el cajón de los recuerdos, tan desordenado que casi había perdido hasta la memoria. Al fondo encontré tu nariz, esa nariz que no diría excesiva, pero si amplia y resuelta, de tan extrañas proporciones, que iluminaba ampliamente tu sonrisa, Sonsoles.

Aún alcanzo a recordarla, estrecha justo en el entrecejo, donde daba su comienzo, y como se dilataba suavemente, rebelándose y ganando cuerpo hasta el ligero saliente, algo más ancho, que a modo de caballete apuntaba en la parte central de la nariz, y ya, como en un vuelco, resbalaba hacia la punta, que tomaba el relieve de un garbanzo, tierno y pequeño, que se asomaba ya, por fin, a esa tu sonrisa tan clara, Sonsoles.

Debajo de la foto encontré también el historial médico de la clínica de estética junto con las facturas de la operación. Cuanto nos costó reunir los tres mil euros ¿te acuerdas?

También encontré en una esquina del cajón la única foto que tengo con tu nueva nariz. Es verdad que aquella rara proporción resulta ahora más compensada, tu nariz ya casi rectilínea, más exquisita diría, fina en su nacimiento, fuerte y equilibrada en su parte central, deslizándose escuetamente, como en un soplo, hasta una punta alzada y algo desafiante.

Pero por alguna extraña razón, tu nueva nariz se llevó tu sonrisa y nuestros recuerdos, Sonsoles.

En fin, que junto con esta carta te devuelvo las fotos y el historial clínico, por si acaso lo necesitas.

Un beso,

Maria José
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Maravillosa Madre

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 11-Abril-2008

Querida y maravillosa Madre:

Gracias por ser la number ONE, por ser la luz que guía a esta inmensa familia que es fruto de tu vientre, por tu fuerza y serenidad en los momentos más difíciles y trascendentales de la vida, ahora y siempre, por tus croquetas de huevo, por la alegría y entereza que demuestras cada día, por tu ternura y tu generosidad con todos nosotros, por tu hospitalidad siempre, porque nunca te olvidas de nuestros cumpleaños y Santos, por tus continuos desvelos y oraciones por el alma de los que desgraciadamente ya se nos han ido y a quienes algún día veremos, por tus maravillosas anécdotas que tienen la magia de suceder nuevamente cada vez que las recordamos, por ser capaz de transmitirnos siempre tus alegrías, por tu risa … pero también por tu llantos cuando reconfortan, por los “dos corazones” y los “seis treboles” que son tus hijos, por hacer que nos sintamos tan importantes cuando los demás nos hablan de ti, por tu humildad que te hace más grande aún, por hacer que la casa de San Carlos sea la de todos nosotros, por tu clase y por lo elegante que eres, por las empanadillas de bonito y el arroz con tomate, por ser la mejor esposa para nuestro queridísimo Padre que ya se fue, por tu sentido del humor …, en fin, gracias por ser el mejor ejemplo para tus hijos y para los hijos de tus hijos y los hijos de estos -que ya hay muchos y por los demás que vendrán-, gracias Madre por ser como eres, por haber creado una enorme “familia” tan unida y hacer posible que cada vez que pensamos en ti salga lo mejor de cada uno de nosotros.

Iván
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La mudanza

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 9-Abril-2008

Querido Pascual

Perdona por no escribirte antes, pero es que llevamos unos días de bastante ajetreo y carreras con esto de la mudanza. Nada importante, que va, seguimos en la misma casa, aquella tan bonita que tu conociste, con tantas ventanas al mar, todo igual Pascual.

Nos hemos cambiado a uno de los pisos de arriba. Es muy bonito, tiene mucha luz y unas vistas preciosas. Algo más de de barullo tiene, eso sí, pero es bonito igual Pascual.

Aquí la gente lee menos, pero tenemos unos vecinos de piso que están todo el día escribiendo y dibujando. Los de arriba son más ruidosos, eso sí, sobre todo los del ultimo piso, que en general se pasan todo el día gritando y cantando, se les oye hablar de cosas rarísimas, pero son buena gente igual Pascual.

Los de abajo, en cambio, no dan lata, se dedican a promociones y esas cosas de empresa de las que yo no entiendo.

Ayer tuvimos un poco de lío con todo el asunto de la mudanza, estuvieron por aquí dando vueltas los inspectores, estuvieron mirando por aquí y por allá por todo el asunto de los permisos y licencias, casi nos multan, pero no pasó nada, que son buena gente igual Pascual y echan manos cuando las cosas se ponen mal y recogen siempre todo lo que se dejan los niños por ahí tirado.

Pues eso, que nada, que solo te quería contar estas cosas que pasan, que seguimos en esta casa, y todo igual Pascual.

Un abrazo...
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Carta de los Corintios

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 16-Marzo-2008

Querido Pablo:

Por un azar nos han llegado ahora, con bastante retraso, unas cartas que nos escribiste hace años, lo que pasa es que en el año 18 nos mudamos a las afueras de Éfeso y por eso nunca las llegamos a recibir. A ver si con tiempo te contestamos, pero no es seguro.

Los Corintios
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En forma de avión

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 11-Marzo-2008

Querida Lady Mirror:

Te escribo desde la terraza de mi casa. Todavía es invierno, pero las tardes son ya más largas. En días como hoy la brisa acompaña y se confunde con el ruido lejano de un avión del que ya sólo veo su estela. Desde que era niño me han intrigado los aviones que surcaban el cielo, los imagino llenos de pasajeros y siempre me pregunto lo mismo, cual será el destino de todas esas personas, cual será la pequeña historia de cada uno. Y cada vez que viajo en avión, pienso al revés, pienso en que quizá haya alguien allá abajo que, como yo ahora, estará viendo el avión y me imaginará volando, con mi pequeña historia. Todo, como siempre, como un reloj de arena. Cuando te leo me pregunto si tal vez yo no soy para ti un desconocido y me intrigan esas mil razones que aún desconozco y a las que tu te refieres en esa carta escrita con ingenio en las horas que el día reserva a los amantes y a los ladrones. Está refrescando, no me he dado cuenta, pero a mi edad, los huesos ya sienten la humedad. Pondré ahora mi firma y luego doblaré este papel hasta darle forma de avión y, al igual que hacía cuando era niño, me acercaré hasta la baranda de la terraza para hacerlo volar, por primera pero también por ultima vez.
Atentamente,
Ivanovich
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En relación a Pedro...

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 27-Febrero-2008

Querida Ana:

Llevo toda la noche pensando en lo que me contaste ayer de Pedro. Desde luego, chica, que me dejaste de piedra. En parte ya lo sospechaba, pero no pude pensar que llegara tan lejos. Esta noche no he dormido dándole vueltas. Incluso llevo horas removiendo el café con la duda de si debo hacer algo o decirle algo, o que se yo. Creo que el otro día él ya lo sabía y no quiso decir nada. Y estoy segura de que se lo ha guardado por su propio interés, que Pedro es así, son ya muchos años en lo mismo. Lo que no me imaginaba es que fuera capaz de llegar a ese extremo. Porque puestas a decir la verdad, tuvo que haber sido el martes ¿Cuándo si no?. Sé que me estoy desahogando contigo, pero es que sigo sin salir de mi asombro. Qué desfachatez. No, si es lo que tu dices. Y luego andará diciendo que si tal o que si cual y aquí nosotras llevando la cruz, como si fuéramos tontas. Hala, si son Anita y Maribel, las tontas. ¿Te lo dije o no te lo dije? Estoy por descolgar el teléfono y cantarle las cuarenta, pero estoy segura de que en el último momento no me va a salir. Lo peor fue lo de los vasos. ¿De verdad que lo hizo? Bueno bueno bueno, anoche cuando me lo contabas no daba crédito. Pensaba que me estabas tomando el pelo. Es increíble, absolutamente increíble. De todas formas he hecho lo que me dijiste, he mirado en el armarito pero ahí no hay nada. Seguramente se lo llevó él o ella, que anda qué, menuda lagarta. Y pretendía estar allí a las ocho, como si tal cosa, sin más explicaciones. Esto es igual que lo de las cerillas del año pasado ¿Te acuerdas? Igual o peor, porque eso fue todavía más morro. En el fondo me da hasta pena, Ana. Porque vamos a ver, ¿teníamos confianza para haberlo aclarado antes o no? Pues nada, tuvo que hacer lo de los vasos. ¿No te digo yo que tuvo que ser el martes?
En fin, Anita, que alucino. Bueno cariño, que te tengo que dejar que me están dando las tantas y se me enfría el café.
Un beso

Maribel
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Amigas y enemigas

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 20-Febrero-2008

Querida peor enemiga:

Esta mañana he leído tu carta, escrita sobre una servilleta de papel que, por un descuido, se ha deslizado entre tus dedos cuando la guardabas en el bolso. Hoy, como todas las mañanas desde hace meses, hemos coincidido a la hora del desayuno, tú un café solo, sin azúcar, en la mesa de siempre, y yo en la esquina opuesta, buscando cualquier excusa para cruzar intencionadamente tu mirada esquiva. Hay algo en ti que me impulsa a conocerte, quizá la armonía de tus movimientos o tal vez el azul sereno de tus ojos que parecen reflejar la soledad de tu alma, quien sabe. Y cada mañana, invariablemente, busco un impulso que me acerque a ti, pero siempre me falta ese punto de atrevimiento que a todos nos impide dar el paso decisivo, tal vez por miedo a equivocarme, a dar un paso en falso que hoy, al leer tu carta, finalmente he comprendido: por el miedo a surgir de la nada y pretender romper tu mundo.

Fdo: alguien que pudo ser tu amiga.
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Ricardo o Marcos

[por Iván]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 19-Febrero-2008

Cangas de Morrazo, 12 de agosto de 1989

Querido Ricardo:

Qué fastidio que tengas dos guardias esta semana y no puedas venir a Cangas, y que tengas que quedarte en Madrid para los exámenes de Septiembre. La ría está preciosa Ricardín.
Por cierto, me dio recuerdos para ti Teresa que este año ha venido a pasar el verano con Marcos, un primo suyo muy simpático que nos hace reír a todas.
Que pena no poder vernos este verano, Ricardito, con lo que te quiero. Pero ya solo quedan tres meses para que termines la mili.
Ayer Marcos nos vino a buscar en un coche muy chulo, un descapotable, de esos que aprietas un botón y se levanta la capota. Y lo mejor de todo, me dejó ir delante.
Si pudieras venir algún fin de semana, aunque sólo sea uno Ricardo. ¿De verdad que no puedes?. Me imagino que no. Que pena que este próximo no puedas, porque estamos preparando una sardinada en la playa, bueno, ha sido idea de Marcos, el primo de Teresa, que creo que le salen como a nadie, hasta ganó un concurso, me dice Teresa.
Bueno, te hablo de Marcos, pero no creas que me gusta eh? no vayas a pensar mal. Me da penita que estés de guardia, pero queda poco para vernos en Septiembre.
Por aquí hace un día precioso, Marcos me ha dicho que si quiero aprender a hacer esquí acuático que él me enseña, pero no sé, me da un poco de vergüenza. Ayer le vimos esquiar y no sabes lo bien que lo hace. Estoy segura de que os caeríais fenomenal. Ayer me acompaño a casa desde la playa y le hablé de ti y me dice que él también quiere conocerte.
Ricardito, que te quiero mucho, y que estoy desando que nos veamos pronto. Si pudiera escaparme a Madrid unos días, pero creo que no voy a poder, ya sabes como son papá y mamá, aunque Marcos tiene que irse el último fin de semana y me ha dicho que si quiero él me lleva en su coche a Madrid, me lo ha dicho tres veces, me encanta la idea de viajar en un descapotable.
Bueno Ricardito, que me tengo que arreglar que esta noche hay verbena y me tengo que poner guapa (para ti, tonto, para la foto), que te quiero mucho y que no te preocupes, que el veranito pasará pronto y nos veremos enseguida y no me cuentes cosas tristes en tus cartas, aprovecha para ir al cine tontito, que yo tambien te echo de menos.
Bueno, ahora sí me despido Richi, un beso te tu novia que te quiere,

Margarita
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Carta VII

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 1-Abril-2008

Debería haber escrito esta carta hace muchos años atrás, lo sé, pero entonces no lo hice, ya no importan demasiado las razones. Estoy enferma y me queda poco de vida, no tan poco como días, semanas o meses, pero pocos años. De modo que no quiero que esto quede sin hacer, quedarán otras muchas cosas, pero esto no.
No la recibirás. No la enviaré. Pero yo cumpliré mi deuda, no sólo contigo, también conmigo.
Lo primero de todo sería pedirte perdón por no haber respondido ni una de todas tus cartas, entonces me pudo el orgullo, todavía sigue ganándome algún pulso que otro hoy en día.
Recuerdo poco de lo que me decías en ellas, excepto cómo me llamabas, eso no lo he olvidado nunca. Tampoco tiene mucho sentido forzar ahora la memoria para tratar de rescatar alguna frase de aquellas, sólo recuerdo que lloraba y lloraba leyéndolas porque estabas lejos y que una a una las rompí todas junto a tus fotos.
Sin embargo y a pesar de todo, tú seguías escribiéndome.
Han sido demasiados años juntos como para que no nos conozcamos, así que igual que sé, que me querrás siempre, sabes que siempre te querré.
Si hoy escribo todo esto es porque hoy soñé contigo y soñé que de nuevo me besabas y tras el beso, la partida.
Habría muchas cosas más por las que debería pedirte perdón, pero que baste el decirte, que todo lo que te hice, tan sólo me lo hice a mí misma. Sé que todo lo que me hiciste, te lo hiciste a ti mismo. Repito, nos conocemos demasiado bien como para no saber esto.
Si he decidido que hoy sea la primera vez que te escribo, es porque sé que después de quince años, tengo que dejarte atrás, no puedo continuar mi camino, desviándome en ocasiones para caminar por el tuyo. Te lo dije una vez…no será en esta vida y como me dijiste…será entonces en otra.
Puede ser que estuviéramos destinados a encontrarnos, pero no lo estábamos para estar juntos.
Siempre serás la herida más honda que mi corazón albergue, mírame, te estoy escribiendo y lloro de la misma manera que lo hacía cuando tú escribías para mí.
Te quiero más de lo que nunca pudiste llegar a imaginar...tanto, que sacrifiqué mi libertad por la tuya. Y lo volvería a hacer, tantas veces como fuera necesario.

Tú para siempre en mi alma, yo para siempre en tus líneas.
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Carta VI

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 31-Marzo-2008

Sé que estás enamorada de ese hombre y no sabes cuánto lo lamento. Primero porque no puedes tenerlo a tu lado, segundo, porque en el fondo de tu corazón entiendes que quiere a otra y tercero, porque es tan evidente, que una vez tras otra te pones en evidencia.
Siempre tuve predilección porque los amores difíciles, al menos tuvieran un día de vida posible, así que aun sabiéndote desleal para conmigo, quisiera que consiguieras lo que desde hace tanto tiempo atrás ansías.
No depende más que de él, en su mano está; ni en las tuyas, aunque arrastren, ni en las de la otra, aunque empujen. Sólo en las suyas.
Y aunque yo no llegue a poder verte con la objetividad posible que requeriría este ejercicio, admito que algo bueno debes de tener cuando alguien tan cercano a mí, te considera digna de su tiempo.
Sí, sé que él duda y dos veces al día cambiaría todo lo que tiene por estar contigo, sin embargo, esas dos veces duran apenas unos minutos y el resto de las horas, sólo son para ella. Y que tú en cambio, tan sólo piensas dos veces al día en olvidarlo y el resto de las horas son para él por entero.
No eres mi amiga, no eres mi enemiga y ya tampoco serás, una persona de tantas otras, que sin tener un lugar especial en mi corazón, tienen mi aprecio, sin embargo, quiero para ti lo que querría para cualquiera, incluida yo misma: justicia.
Si tiene que ser tuyo, que sea, si tiene que ser de la otra, que sea...y si no llega a ser ni de ti, ni de ella, tampoco llegará a ser nunca de él.
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Carta V

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 28-Marzo-2008

Te escribo la presente para manifestarte mi profundo desagrado hacia tu persona. Lo cierto es que me tienes un poco (aunque poco quizás se quede corto) harta.
Bien es verdad que nunca me gustaron las personas que son incapaces de dar la cara y expresar su opinión frente a frente y amparadas en cualquier recoveco o rincón, que encuentran para alimentar su propia miseria, cargan contra la del vecino.
Esta historia ya viene de largo y no sé muy bien cómo empezó, aunque lo intuyo...celos...¡qué insanos son! Aunque bueno, qué te voy a contar a ti, eres tú quien los padeces, no yo. Quizás deberías probar alguna vez a intentar sacar fuera de ti, todos esos rencores, miedos, odios, deseos que te mantienen a ras de suelo, sin llegar nunca a tocar el cielo, ni saber de verdad lo que es el infierno, pero, ¡qué estoy diciendo! Una persona colmada de tantas virtudes como tú, supongo que no tiene tiempo de despegarse de su mundo de seda, donde no entra nadie a decirle que es humana y que tiene vicios y defectos y miles de imperfecciones...ni más ni menos, que todos los mortales.
Lo cierto es que empecé a escribirte enfadada y ahora lo único que siento es una inconmensurable tristeza por mí, por dedicarte siquiera cinco minutos de mi tiempo y una infinita pena por ti, porque el tiempo que haría falta que le dedicaras a tu vida, la dedicas a la mía. Siento de corazón que encuentres la tuya tan aburrida e insulsa, aunque quizás lo que ocurra es que ni siquiera quieres dedicarte a ella, porque te da miedo vivir.

Que tengas suerte, te va a hacer falta...yo afortunadamente no creo en ella.
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Carta IV

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 27-Marzo-2008

Va a ser muy breve esta carta que te escribo, no hace falta más para que te comunique lo esencial.
Me voy.
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Carta III

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 12-Marzo-2008

Hoy me he acordado de ti. No porque te eche de menos, mentiría si afirmara tal cosa (aunque de vez en año, me acuerde de algún gesto tuyo), sino porque quizás estoy empezando a cometer los mismos errores que cometí en la época en la que nos conocimos.
Pero esta vez es distinto, entonces los dos éramos unos perdedores que jugábamos a arañarnos el ego, a retarnos sin tregua, a jugar con nuestras voluntades y a construir fantasías que jamás serían ciertas, más allá de mi mente y más allá de tus sentidos excitados, por cualquier sustancia que te hiciera volar sin alas.
Hubiéramos podido vivir toda la vida a espaldas de los demás, autodestruyéndonos en brazos uno del otro, sino hubiera sido, porque me cansé de ayudarte a vencerte y quise hacerte más grande, más bueno, más tú…y sólo encontré una manera: quererte como eras. Mal camino, lo tuve que ver a tiempo, no hay nada más doloroso para alguien que no se quiere a sí mismo, que otro lo quiera por como es.
Nunca creí que pudiera alejarme de ti, algo paradójico pensando que estábamos separados desde el principio, pero lo hice…enamorada, pero lo hice. De todas maneras nunca fuiste mío, por más que tú te empeñaras en mentirte, tan sólo viste algo en mí que te deslumbró por unos momentos y que quisiste alcanzar, aunque después de alcanzarlo, quisieras robarlo, pisarlo, hacerlo desaparecer, para sentirte menos malo, más adecuado, sin llegar a comprender jamás, que no había nada que te hiciera más adecuado que ser tú mismo, no ese proyecto de hombre irónico en constante proceso de autoaniquilación, que a fuerza de querer ser, fuiste.
Es una pena, que nunca puedas llegar a ver lo maravilloso que eres, detrás de toda esa capa de cinismo, sarcasmo, ironía, ego, porque realmente eres alguien maravilloso y grande, no habría nada en la vida que te detuviera, en el camino de aquello que qusieras conseguir, si te propusieras boicotearte un poco menos a ti mismo.
Pero supongo que a muchos, los mató el primer amor, como sucedió contigo…y después siguen; trabajan, se casan, adquieren su rutina…pero en realidad, están muertos y sólo existe alguien que les puede hacer revivir: la persona que los mató.
¿Sabes? Siempre deseé que ella volviera a ti y pudieras sentir de nuevo la vida, lo que yo sentía cuando estaba contigo. O que tú te decidieras y salieras a buscarla y tiraras por la borda todo lo que tenías; tu trabajo, tu matrimonio, tu rutina. No sé si habrá sucedido, pero conociéndote, creo que no. Detrás de tanta valentía y egocentrismo que aparentas, sólo eres un niño que no pudo tener infancia y que ahora se dedica a jugar con la vida, rompiendo todos sus juguetes.
Fuiste lo mejor de lo peor que me sucedió en la vida.
Te quiero, siempre te querré.
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Carta II

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 3-Marzo-2008

A veces te recuerdo, como ahora y es extraño recordarte cuando aún estás aquí, quizá nuestros tiempos no viven en el mismo espacio y a veces, ni siquiera en el mismo universo y eso hace que te viva como si fueras pretérito aún cuando me besas en el aire y tú crees que soy tu futuro, cuando resulta que éste ya te ha pasado de largo desde hace unos días. Y no puedo evitar querer correr unas horas atrás para recordarme que debo correr otros cuantas horas más atrás, hasta lograr atrapar tus horas más bajas, lentas, densas, tristes, pero tuyas e incluso, a veces también mías. Pudiera ser, que cuando llegue a un punto perdido en el que ya sea imposible perderte más o no tenerme nunca, decida no tenerte nunca y perderme.
A veces me canso, a veces te quiero, a veces, tan sólo a veces, te digo la verdad para descubrir si eres capaz de reconocerla, pero creo que ni siquiera puedes reconocerte a ti mismo cuando te miras en el espejo, así que abandono mi pretensión de hacerme visible ante tus pupilas demasiado llenas de nada.Deseo que llegue el día en que no consigas encontrarte en otra mirada, para que no puedas seguir evadiendo la tuya.
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Carta I

[por 1452]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 26-Marzo-2008

Te escribo esta carta para decirte lo que nunca te he dicho…
De un tiempo a esta parte no concibo las horas sin tu presencia, ni mis sentidos se acostumbran a experimentarte lejano. Se suicida cada dos por tres mi deseo, arrojándose al vacío de tus ojos y mi esperanza se enferma de silencio. Cada acto que conlleva sentirme viva o respirar, se compone de las letras de tu nombre y me rebelo por momentos a este sentimiento, que me condena a no pertenecerme. Los días son tan sólo una sucesión de instantes, que mueren a veces sin sentido, cuando no escucho las inflexiones de tu voz. El miedo, enemigo y aliado, hace las veces de conciencia y ata las palabras a unos versos que nunca encuentro. Y es que te echaba de menos, mucho antes de haberte conocido y cuando aún no sabía que tú existías, yo ya te imaginaba.
Lo que nunca te he dicho, es que estoy enamorada de ti...

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viernes, 30 de mayo de 2008

Para Bertam

[por Madison]

Querido Bertram: ¡Cómo me gustaría saber dónde stás para poder mandarte esta carta! Supongo que puedo escribirte al Albany General,si tpdavía trabajas en la farmacia, pero no acaba de convencerme la idea... Supongo que te sorprenderá saber que me encontré con Ninel. Salió de una manifestación justo cuando se dispersaba. Llevaba una pancarta y el pelo más corto de lo que yo recordaba, pero por lo demás tenía el mismo aspecto de siempre. Era una especie de protesta, y ella iba con un hombre que arrojaba pintura. Eso fué en Nueva York, en la Quinta Avenida... Eso fué en Nueva York, donde viv... No vivo exactamente en Nueva Y... Había gente por todas partes, policia, ruidos y gritos. Yo estaba en la biblioteca de la calle Cuarenta y dos, trabajando como asistente... había ido a ayudar a... LOS ULTIMOS TESTIGOS CYNTHIA OZICK

A Yosef

[por Madison]

Querido Yosef: Continuando con mi anterior carta, que tuve que dejar a medias, intentaré ser honesto conmigo mismo y si, es posible, tambien valiente, y terminar la historia que pretendia contarte lo mejor posible en esa carta sobre la que escribiste que era "la frase mas larga que he leido en mi vida". Al menos a ti te debo una explicación, o mejor dicho un intento de explicación, a modo de eso que suele llamarse epílogo; y debo hacerlo de una forma apropiada para un payaso como yo y que resulte comprensible para un hombre de ciencia como tú. ¿Te has preguntado alguna vez si es posible un verdadero entendimiento, teórico y práctico, entre un payaso y un químico? Mientras el primero se ríe de dolor, el segundo intenta curarlo de diversas formas; el uno se burla de si mismo mientras el otro pretende sondear la naturaleza de la existencia. Creo que no hay ningun puente que pueda unir el abismo que separa la química del humor, pues son irremediablemente opuestos, al igual que nosotros. Entre nosotros, entre tú y yo, siempre estará la tumba de Rut; yo la traje al mundo y tú la amaste, yo ni siquiera tuve ese privilegio......

LOS HERMANOS OPPERMANN

Robert a Francesca

[por Madison]

Querida Francesca: Te envio dos fotografías. Una es la que te hice en el campo a mediodia. Espero que te guste tanto como a mi. La otra es de Roseman Bridge antes de que yo retirara la nota que habías clvado allí con una tachuela. Estoy sentado aquí, recorriendo las zonas grises de mi mente en busca de cada detalle, de cada momento que pasamos juntos. Me pregunto una y otra vez, ¿Qué pasó en Madison County?, y trato de juntarlo todo. Por eso escribí el breve texto "Al caer la dimensión Z" que te envio en un intento de aclarar mi confusión. Miro a través de un objetivo, y estás tú en el otro extremo. Empiezo a escribir un artículo, y estoy escribiendo sobre ti. Ni siquiera se bien cómo volví aquí desde iowa. De alguna manera, el viejo camión me trajo a casa, pero apenas recuerdo los kilómetros que recorrí. hace unas semanas me sentía equilibrado razonablemente feliz, tal vez un poco solo, pero al menos contento. Ahora todo ha cambiado. Ahora sé que estuve yendo hacia tí, y tú hacia mí desde hace largo tiempo. Aunque ninguno de los dos percibía al otro antes de que nos conocieramos, había una especie de inconsciente certeza que cantaba alegremente bajo nuestra ignorancia, asegurando que nos reuniríamos. Como dos pájaros solitarios que vuelan por las grandes praderas por designio de Dios, en todos estos años y estas vidas hemos estado yendo el uno hacia el otro. El camino es un lugar extraño. Por él andaba yo arrastrando los pies, y ahí estabas tú, caminando por la hierba hacia mi camión, un dia de agosto. Viéndolo restropectivamente, parece inevitable (no pudo haber sido de ninguna otra manera): es un caso de lo que yo llamo la alta probabilidad de lo improbable. De manera que ahora estoy viviendo con otra persona dentro de mi. Aunque creo que lo expresé mejor el dia que nos separamos, cuando dije que hemos creado una tercera persona a partir de nosotros dos. Y ahora me acecha ese otro ser. De alguna manera tenemos que volver a vernos. En cualquier parte, en cualquier momento. Puedo ocuparme de los pasajes de avión, si eso s un problema. Me voy a sudeste de la India la semana que viene, peor estaré de vuelta a finales de octubre Te amo Robert LOS PUENTES DE MADISON

Ada o el Ardor

[por Madison]

Yo, juguete de pupilas giratorias, he conseguido el permiso psykista para disfrutar de un paseo en compañia de Herr Doktor Sieg, de nuestra enfermera Joan la Terrible, y de varios "pacientes", en el bosque de pinos vecino. En éste he visto, querido Van, exactamente las mismas ardillas con aspecto de mofeta que tu abuela Azuloscuro importó en el parque de Ardis, por el que algún día, sin duda, te pasearás. Las agujas de un reloj de pared, aun cuando no funcione bien, deben saber, y hacer saber al más tonto de los relojitos de pulsera, dónde se encuentran. De no ser así, ya no hay reloj, ya no hay cuadrante; no hay mas que una cara en blanco con unos falsos bigotes. Igualmente, tchelovek (el ser humano) debe saber dónde está y hacérselo saber a los demás; y, de no ser así, no es no siquiera klok (pedazo) de tchelovek; no es ya un él, ni una ella, no es sino "una pieza de nada" como decía tu pobre ama Ruby, mi pequeño Van, cuando hablaba de su seno derecho estéril. Yo pobre Princesse lointaine, très lointaine ya no sé dónde estoy: así pués, es necesario que desaparezca. Así pués, adieu, querido, hijo mío querido, y adiós pobre Demon. No conozco ni la fecha ni la estación, pero es un día razonablemente bello, y, sin duda, e sazón, con una gran cantidad de gentiles hormiguitas que hacen cola para probar mis lindas píldoras. Firmado: La hermana de mi hermana, que "teper'iz" ada (ahora ha salido del infierno) ADA O EL ARDOR VLADIMIR NABOKOV

miércoles, 28 de mayo de 2008

Carta XII

[por 1452]

Carta XII

Para quien no conoce los signos del tiempo, toda pérdida es una desgracia. Sin embargo, para quien sabe desentrañar las sutiles telas tejidas alrededor de la vida, no es más que un suceso necesario.

Para quien no es recto y veraz, el curso de los acontecimientos lo arrastra contra su voluntad. Sin embargo, para quien mantiene siempre su centro interno, en toda situación externa, no hay acontecimiento que lo lleve más allá de donde desea ir.

Para quien se ciega por las pasiones, no hay más sentimiento en el curso del tiempo, que la decepción, y la ofensa. Sin embargo, para quien sabe cuidar de sus pasiones, dotándolas además de juicio, se cuida por anticipado de las ofensas, y de la decepción.

Para quien cree que si no lo detienen, lo animan a caminar, no sabe diferenciar su mano izquierda de la derecha. Sin embargo, quien sabe que cuando no lo detienen, se tiene que detener el mismo, mantendrá en constante colaboración para sus obras, la fuerza de ambas manos unidas.

Para quien no actúa con la verdad como arma, toda verdad le es amarga. Sin embargo, para quien tiene la verdad por bandera, toda verdad, aún siendo amarga, revela su dulce fruto.

Para quien no sabe observar, todo gesto es el que desea. Sin embargo, para quien sabe mirar y evaluar, todo gesto es el necesario, lo desee o no.

Para quien camina sin tener claro su rumbo, sólo puede existir el camino equivocado. Sin embargo, para aquél que camina sin desviarse del camino elegido, aún siendo éste el equivocado, puede encontrar el desvío para acceder al correcto.

Para quien no conserva su calma, en tiempos de caída, sólo existe la devastación… tanto de sí, como de los demás. Para quien mantiene la calma, aún hundiéndose en el abismo más negro, sólo puede existir la salvación de su espíritu.

Para quien no sabe callar, todo se le tienen que volver palabras. Sin embargo, para quien mantiene en silencio la tarea que le ocupa, basta sólo un gesto.

Para quien pretende conseguir a través del elogio, lo que no le otorgan las circunstancias, sólo puede existir la soledad. Sin embargo, para quien el elogio es tan sólo palabra que no pesa en el alma, nunca estará sólo descansando en sí.

Para quien no tiene limpia la conciencia, cree todo acto alberga segunda intención. Sin embargo, para quien cada día intenta limpiar su conciencia de oscuros pensamientos, cree que todo acto, alberga al menos, un poco de benevolencia.

Para quien no cree firmemente en su destino, todo viento es capaz de hundirle la barca. Sin embargo, para quien tiene claro cuál es su fin, no hay viento al cual no puedan adaptarse sus velas.

Para quien no tiene claro a quién quiere, toda emoción se le volverá desdicha. Para quien tiene claro, quién es el centro de sus pensamientos, toda emoción es fuente de alegría.

Para quien no viéndose correspondido, se cree con el poder de herir, sólo le aguarda una larga tristeza. Sin embargo, para quien aún no siendo correspondido, le desea al otro felicidad, aunque ésta no sea la propia, le llegará la felicidad que le corresponde.

Para quien se apoya en los demás antes que en sí mismo, la cortesía, aún siendo falsa, cree que es moneda de cambio. Sin embargo, para quien se apoya antes en sí mismo que en los demás, cree que no le es necesario corresponder a ninguna cortesía que no nazca del corazón.

Para quien la única manera de atraer adeptos es la manipulación de los actos, y las palabras, acabará sus días solo… o peor aún, rodeado de sus adeptos. Sin embargo, para quien confía, en que por el medio simple de la veracidad, y la justicia, los adeptos se avendrán solos, por propia decisión, no estará solo ni en la muerte.

Para quien cree que se puede comprar la voluntad, no hay más fin que acabar vendiéndola. Sin embargo, para quien sabe, que la voluntad se entrega sola, no hay pago posible, excepto el del afecto verdadero.

Para quien cree que su vida es gris, aún en las más grandes alegrías, así se le tornará. Sin embargo, para quien conoce de los colores, aún en las penas, una sonrisa vendrá a auxiliarlo.

Para quien cree, que la fuente de su desgracia, son los demás, no ha comprendido la vida. ¿Hay mayor desgracia que no comprender la vida? Sin embargo, para quien sabe, que toda fuente de desgracia, nace primero de uno mismo, mantendrá un dialogo silencioso con el universo. ¿Hay mayor fortuna que poder comprender los días?

Para quien sufre, y culpa a las circunstancias, no le queda más remedio, que sufrirlas. Sin embargo, para quien aún sufriendo, sabe que las circunstancias son algo que él mismo ha colaborado a crear, puede además de sufrirlas, encontrarles utilidad.

Para quien cree que lo más importante son las apariencias, vivirá toda su vida a expensas de ellas, y será presa de un agitado nerviosismo según pasan los minutos. Sin embargo, para quien cree, que las apariencias son cortinas de humo que el tiempo se encarga de hacer desaparecer, no existe más que una serena confianza en el transcurrir de las horas.

Para quien cree, que se puede recoger la palabra dicha, el arrepentimiento es su camino. Sin embargo, para quien es consciente de que palabra dicha, es palabra irrecuperable, aún teniendo que arrepentirse de muchas de ellas, le llegará el tiempo de la prudencia.

Para quien descansa su seguridad en el juicio de los demás, un día será rey, otro mendigo. Sin embargo, para quien va aprendiendo, que la seguridad sólo puede provenir de su interior, independientemente de los juicios ajenos… ni rey, ni mendigo: simple dueño de su reino, o de su caja de cartón.

Para quien no sabe leer las estrellas, todo cielo es pequeño y mezquino. Sin embargo, para quien conoce de los movimientos celestes, todo cielo es amplio y generoso.

Para quien teme caer, sólo existe la eterna caída. Sin embargo, para quien sabe que va a caer, sólo existe una certeza que es la siguiente: después de cada caída, existe otro levantamiento.

martes, 27 de mayo de 2008

Graciela

[por Wara]

Queridos papá y mamá:
Julián me regaña porque no os llamo. Si vinierais, dice, mi tristeza se desvanecería en el acto. Pero no quiero veros, mamá, para que ni tú ni papá influyáis nuevamente en mi ánimo. No hay tristeza que me abata, sino un deseo sofocado… un ansia que no sé como escribirlo para mejor explicároslo.

Sé que me habéis educado para servir en cuerpo y alma a Julián y a los hijos que la buena providencia nos enviara. Discúlpame, papá; escúchame, tú, mamá… hay otros mundos, otras realidades. Me habéis visto extraña, me habéis creído enferma… pero no me ocurre nada. Sí, en realidad sí. En ausencia de Julián, papá, tuvimos que abrir la habitación cerrada. ¡Qué belleza allí me oculta y guarda, mamá! Sus secretos… los libros, con cruel avaricia nos son negados: existe un sinfín de hombres que sin pudor hablan, y mujeres que les igualan. Hay lugares como España o Alemania, Inglaterra o Francia que pudieron perecer en sus batallas, otros como Egipto o Arabia, tan lejanos que parecerían de fábula, y aún más de nombre impronunciable en mis labios; todos ellos me aguardan.

Queridos papá y mamá, no os juzgaré por ocultarme que el mundo es amplio y extraordinario, que en mi vida no es Julián quien manda. Querida mamá, no sufras cuando acaso papá decida olvidarme. Escribiré alguna vez, te prometo. Ahora aguardo por Julián; hablaré con él si tiene a bien escucharme. Sea como sea, mamá, hoy mismo me marcho.
Graciela

lunes, 26 de mayo de 2008

Gracias

[por Gaviero]

Queridos personajes:

Estoy en deuda con todos vosotros. Debería haberos dado las gracias hace ya mucho tiempo, pero creo que lo importante es hacerlo, aunque sea tarde.

Habeís sido mis fieles compañeros prácticamente durante toda mi vida; desde mi incipiente juventud, cuando ya en los tebeos me acompañabaís, Capitán Trueno, Jabato, Cosaco Verde, Superman y tantos otros. Enseguida aparecisteís los hijos de Verne, de Salgari, el Capitán Corcorán, y toda una pleyade de amigos que me enseñasteis el placer del viaje, de la aventura. Poco a poco, fuisteis apareciendo otros, príncipes y damas rusas, piratas, reyes medievales, colonos y exploradores, enamorados, poetas, algunos tremendamente serios y cargados de reflexiones y pensamientos profundos, otros, revolucionarios, algún hippie o beatnick, hombres y mjeres atormentados por las religiones, la política, las guerras. Pero siempre, marcando de alguna forma mi desarrollo y aprendizaje de la vida.

Me acompañasteis en el placer de la mera lectura, de las tardes de verano, en momentos de pena y tristeza, en enfermedades, en viajes, en las noches de insomnio, siempre habeís estado allí.

Por eso, os debia este público agradecimiento, a todos los cientos, miles de personajes de los libros que ya he disfrutado y a aquellos, aún desconocidos, que espero leer.

Gracias.


jueves, 22 de mayo de 2008

Carta XI

[por 1452]


Carta XI


Querida abuela…
… no sé si tu historia ha marcado mi vida, si tu nombre ha influido en mi sino y si tu carácter dejó huellas en el mío. No lo sé...

Sólo me queda de ti un retrato, que un dibujante bohemio hizo mucho tiempo atrás, eso y la fuerza.

Sé que toda mi fuerza, reside en ti, no sé cómo ni de qué manera, pero sé que es así. Tú eres mi fuerza, él es mi fe… y él también desapareció hace muchos años.

Si me he decidido a escribirte hoy, es porque estoy cansada.
Cansada de transmitirle fe al que no la tiene, cansada de suplir debilidades con mi energía, cansada de intentar mostrar a otros la magia que reside en las cosas más simples de la vida, cansada de tratar de que el que no ve la belleza, cambie de perspectiva. Cansada, al fin y al cabo, de ser fuerte.

Me he cansado de dar; qué digo, no es cansancio, es vacío. Cuando uno lo da todo, ¿qué le queda?

Seguramente, estos sentimientos sólo sean pasajeros, como no, tú siempre me obligas a volver a levantarme, y él me ayuda a mantenerme en pie, pero es lo que siento en estos instantes, y sé que nadie más que tú lo puede comprender.
Sí, estoy rodeada de personas, pero ninguna entendería nada de esto que te estoy diciendo. Y ya no sé si un milagro o un castigo, que todas esas personas que no entenderían estas palabras, sean las mismas que recurren siempre a mí para contarme lo que sucede en sus vidas, buscando una palabra de aliento, una esperanza, un hombro en el que llorar, alguien que les preste atención… Y sé que a pesar de que me estoy viniendo abajo como una torre, pieza a pieza, lo seguiré haciendo, a pesar de que me gustaría gritar que no puedo más, que no quiero más, que se detengan; que sólo deseo que me den algo de paz y silencio, que me dejen sola conmigo misma, que necesito estar en mí.

¿Por qué esta vez el fuerte no puede ser otro?

Sabes y sé, que no me voy a dejar caer, ahora que falta tan poco para la fecha pactada, pero qué difícil se me está haciendo no desistir, no dejar de creer, no perder la fe… también sé que no me espera nada fácil en los próximos meses, pero, ¿cuándo fue fácil para mí?
Y sin embargo, ése ha sido el regalo de mi vida: que nada haya sido fácil. ¿De qué otra manera podría ahora creer en los imposibles?

Sé que él no debe andar distante de ti, dile que sigo creyendo sin dudar en su promesa, y que yo voy a mantener la mía.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Desconocida

[por Gaviero]

Querida desconocida:


La pasada noche he vuelto a soñarte, y como siempre ocurre, has alterado mi espíritu, mi tranquilidad, la paz y sosiego que siempre intento tener. Te has presentado de improviso, en mitad de un sueño relajado; la verdad es que he presentido tu llegada y, para que vamos a engañarnos, mi corazón se ha lanzado a un galope desenfrenado.


Has llegado silenciosa, con esa media sonrisa que sabes me velve loco. Tu boca ha permanecido cerrada, sin pronunciar palabra alguna, pero bien sabes que entre nosotros los silencios lo dicen todo. Un simple gesto, un leve contacto de tu mano sobre mi brazo, y lo he entendido todo. Tu sensación de soledad, tus dudas, tu desconcierto; lo sé, necesitas compartir, sentirte comprendida por otra alma como la tuya. ¿Y quién mejor que tu eterno soñador?


Me hace feliz, ya lo sabes, esa necesidad que tenemos uno del otro, esa lejanía tan próxima; esa certeza de que sentimos a la vez las mismas cosas, que gozamos de la misma música, que experimentamos idéntico placer con las mismas lecturas.


¿Te das cuenta? seguimos siendo ambos unos totales desconocidos pero... cada instante, cada momento, nos conocemos más y mejor. Tanto, que has percibido la necesidad que tenía esta noche pasada de sentir tu presencia, de saberte conmigo.


Gracias, mil gracias, mi bella, mi enigmática, mi siempre compañera... desconocida.



Una postal

[por Wara]

¡Nati, Nati, Nati, querida Nati! Acabo de encontrar una de tus postales –nunca te gustó escribir largamente- y al tiempo que se me ha venido encima la vieja melancolía he tenido que sentarme y comenzar a escribirte. ¡La sorpresa que te llevarás! ¿Cuánto tiempo hace ya? ¿Mil y un años? ¡Pero qué importa! Te tengo siempre en Cernuda, en sus palabras, en sus maravillosos versos… “Si el hombre pudiera decir lo que ama…” ¡Qué locura! ¿Recuerdas aquel día, que te empeñaste en transcribir este poema y enviárselo a dos chicos de clase, anónimamente, y luego fuiste donde ellos y revolviste e indagaste…? ¿Recuerdas aquel otro día, el del eclipse, en el centro de la Plaza del Toral? ¡Para quedarnos cegatas, nosotras y todos los demás que miraban al cielo ingenuamente, expectantes como críos! ¿Recuerdas aquel otro día, cualquiera, en la misma plaza y junto a la fuente, preguntándonos hasta cuándo conseguiría Atlas sostener el mundo a sus espaldas? Y él, desde lo alto, ignorando nuestras dudas y preguntas por absurdas… ¡Recuerdo la llave de tu casa…! Negra, antigua como las de hace cien años, pesaba una tonelada; ¡no había peligro para quien la llevara…! ¿Recuerdas a Diego, y cuánto lo quise…?

Querida Nati, no sé si sigues en la misma casa, la calle, el mismo lugar. Esta noche te escribo a las estrellas de nuestra ciudad. Me escribes en tu postal –vista nocturna de la Rúa Nueva-, con esa letra nerviosa que reconocería entre mil: “Querida R: En tránsito por Santiago te envío este pequeño recuerdo, ya que te muestras reacia a dejarte ver; aunque sé que estuviste por aquí de incógnito (a lo Greta Garbo). M. me visitó a su regreso de Barcelona, en Junio. No me explico la facilidad con la que te olvidaste de este pueblo, dame la fórmula porque yo no lo consigo. Besos, Nati”. Nunca conseguí olvidarlo, Nati; es mi gran secreto. La cura estaba en volver allí, pero yo no regresé, jamás, a excepción de las dos ocasiones necesarias para recoger mi título en la Facultad y colegiarme. Me escribiste un 8 de septiembre y omitiste el año, que supongo sería del mil y pico de ave, que diría Cunqueiro… Yo me pregunto como él, con tanto cansancio y nostalgia, “¿dónde están las nieves de antaño?”. Si leyeras esta carta, tal vez sabrías contestarme…
R.

PD: Te tengo en Cernuda, te guardo en Pessoa, que es como un cofre rebosante de cosas hermosas: palabras, recuerdos… los días, las noches.

martes, 20 de mayo de 2008

Carta X

[por 1452]

Carta X

Suena el teléfono en plena madrugada, y de mala gana, por tener que abandonar un sueño que acabo de alcanzar, lo miro, y veo tu nombre reflejado en la pantalla. Sólo podías ser tú.

Que lo deje todo y me vaya contigo, sin más, mañana mismo. Que no hace falta que coja nada, que me vaya con lo puesto. Que me esperas.
Intento hacerte entender, que eso que sientes ahora mismo, tan sólo es desesperación, nada más. Que mañana por la mañana, con los pensamientos reposados y quizá una copa de menos, te reirás de la propuesta que me estás haciendo, y en la que parece que te vaya la vida.

Imagino esos ojos verdes, en la oscuridad, solos… enfadados.

Tu respuesta no puede ser otra: que si soy esto, que si soy aquello. Mañana, te arrepentirás tanto de la propuesta como de todas esas palabras. Y te lo perdono, no importa, te conozco y sé de tus reacciones, que todavía me siguen doliendo, pero que ya no dirigen mi vida.

Y me imagino a la mujer que vive a tu lado, y no puedo evitar un estremecimiento, porque sé, que como todas las demás, excepto una, intentará alcanzarte, llegar a ti, sin conseguirlo jamás. Tú ya no eres de nadie, y si acaso todavía, persiste en ti por momentos ese sentimiento de pertenencia, está ligado a alguien a quien nunca tendrás, ni nunca te tendrá.

Sé que sigues corriendo, yo también lo sigo haciendo… no sé si como tú, para escapar de mí o por el contrario para escapar de los demás. Siempre tuvimos ciertos problemas con los lazos, que aunque fueran leves, nos parecían cadenas.

Sin embargo, y cuando hace tanto que yo ya no soy nada en tu vida, excepto un recuerdo, me llamas.

Ya no puedo ayudarte, aunque daría media vida por ello, ya no… cambié las reglas del juego.

Ya no voy a quedarme aquí sentada, viendo cómo tú, terminas tu vida a golpes de adjetivos, que ni tú, ni yo, merecemos. Ya no voy a seguir viendo, cómo tú, vas convirtiéndote en alguien pequeño ante mis ojos… prefiero recordarte como alguien grande, no sólo de estatura, también de espíritu, aunque nadie, excepto yo, vea esto en ti… ni siquiera tú.

Sé que las demás sólo ven alguien difícil a quien conquistar como un trofeo, y eso fue lo único que tú también viste en mí.

Ya tampoco importa, sé que hiciste por mí lo que no hiciste por nadie… Sé que cuando te dejé, ya había pasado de ser un trofeo a otra cosa muy diferente. Sé que aún hoy en día, cuando hablas de mí, no puedes evitar una sonrisa y te vienen a la cabeza recuerdos de una playa desierta, de una canción que se hizo sólo para mí, de un poema que siempre será tuyo… Sé que cuando hablas de mí, y esto enfurece a tus amantes de hoy, no hablas de mí con amor, (tú nunca ya querrás a nadie, sólo amarás ese recuerdo que te atormenta), no, hablas de mí con respeto, eso que tan difícil te resulta sentir hacia alguna mujer, y eso que ninguna de las actuales (a excepción de la que vive contigo), tiene de tu parte, porque piensan que entregándote todo lo que pides, tú te entregarás a ellas… ¡qué equivocadas están! Tú eres un cazador, no una presa… esto, pocas lo ven también, y confiadas, comienzan una cacería, en la que la única pieza cobrada, serán ellas mismas.

¿Sabes? He descubierto algo que ni tú ni yo sabíamos entonces.
No te quise tener, porque no te tenías… y tú sólo me querías tener, porque me tenía.

Te quiero, pero no quiero hundirme contigo. No porque me importe lo más mínimo hundirme, sino porque no quiero ver cómo te hundes tú.

Siempre vas a estar en mis poemas, siempre voy a estar en tus canciones.

lunes, 19 de mayo de 2008

UN TROCITO DE TI

[por Madison]

Hoy, como cada vez que leo tus cartas, de nuevo siento que me has entregado un trocito de ti.
Hoy, como cada dia que te leo me haces párticipe de tus sentimientos, de ti mismo.
Hoy, o mejor dicho, desde el dia en que te conocí he decidido guardar todas tus palabras en el mejor lugar dentro de mi.
Quiero que crezcas en mi corazón, entre el amor y la belleza... entre mis sentimientos mas íntimos.
Mi deseo es que nuestras almas se junten y sean libres, que nuestra amistad se haga infinita, que no haya un calendario ni un reloj que marquen nuestros deseos.
He dicho adios a la tristeza, a partir de ahora mis lágrimas (cuando las hayan) serán de alegría.
Me gustaría que tú estuvieras de acuerdo. Así cuando despiertes, (da igual qué hora sea) sentirás mi sonrisa en tus labios y juntos dejaremos de saborear esa soledad oscura y fria.
Porque esa es la manera de hacer desaparecer la desesperanza, por eso me apetece vivir en ti y que tu vivas en mi.
No hace falta decir todos los motivos, basta con cerrar los ojos y desear que mi mundo crezca junto al tuyo.
Tú me has enseñado que todos somos importantes para álguien, y que aunque no seamos conscientes de ello siempre somo luz y esperanza, como ahora lo eres tú para mi.

Reencuentro

[por Giove]

Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez.

Ayer te vi de nuevo, pero no me atreví a saludarte. Aún no sé porqué, pero sigo teniendo miedo a que me rechaces.

Pasaste por mi lado y no sé si también te hiciste la sueca o simplemente ni te diste cuenta que yo estaba allí. Ni siquiera sé si leerás esta carta o directamente la romperás cuando te llegue.

Sé que prometimos no volver a escribirnos, no volver a llamarnos, no intentar vernos. Pero ayer fue casual y hoy necesito soltar lo que llevo tan dentro y que me está consumiendo.

No entiendo por qué seguimos evitando una conversación pendiente. Las cosas que se empiezan hay que terminarlas, no vale sólo con pensar que nunca ocurrieron. Es muy fácil huir con el rabo entre las piernas, pero es difícil enfrentarse con la verdad y asumir los errores. Eso es lo que tenemos que hacer.

Sigo sin entender porqué te marchaste y me dejaste así, sin más, cuando todo iba tan bien. Es cierto que a veces te arrinconaba y que incluso podías sentir que te faltaba el aire, pero es que así son las cosas. No siempre podemos hacer lo que queremos, sino lo que nos dejan.

Desde que te marchaste y lo dejamos, no he encontrado nadie como tú. Nadie que sea capaz de compenetrarse tan bien, que sepa lo que estoy pensando o lo que voy a hacer a continuación.
Me levanto sin encontrar un sentido a mi vida que tú me dabas. Vivía para esos momentos contigo, para esas tardes larguísimas en que estábamos juntos y sólo existíamos el uno para el otro.

Vale que siempre salía ganando, pero te recuerdo que cuando te fuiste las cosas empezaban a cambiar y empezaba a ser posible que por una vez fueses tú quien se saliera con la suya y lograse que yo me rindiera ante ti. ¿Por qué cuando estabas tan cerca de conseguirlo te fuiste?

Necesito que al menos me lo expliques.

Necesito que vuelvas y terminemos esa partida.

Mi ajedrez sigue donde lo dejamos.

domingo, 18 de mayo de 2008

Carta IX

[por 1452]


Carta IX

Llevo muchos días pensando qué decirte, tantos como tú seguramente has estado pensando, cómo decírmelo.

Pero sabemos que ninguno de los dos hablará, al menos no por ahora… el miedo a veces es aliado del tiempo. Y a veces el tiempo se hace necesario para poner en orden los sentidos, aunque los dos sabemos que poner orden en tu deseo o en el mío, no será posible.

Te imagino un día de diciembre, sentado frente a mí, tomando un café, mientras me bebo la tarde en tus ojos.

Me imagino una noche de enero, sentada frente a ti, tomando una copa, mientras te bebes la noche en los míos.

Quizá, éste no sea tu tren ni el mío, quizá nos separemos sin haber dicho nada, pero, ¿quieres saber algo? No me importa equivocarme de destino, si es contigo no.

No me importa por primera vez, ser una mujer sin voluntad.

Hasta donde tú digas basta

yo digo puedo,

donde tú no alcances

yo llego.

Te quiero.

viernes, 16 de mayo de 2008

CONOCERTE

[por Madison]

Cómo estás? Espero que bien.
El motivo de esta carta es para charlar un poquillo contigo, quiero con mis palabras que llegues a intuir todo lo que siento.
Te he dicho ya que el viernes es mí día? pués sí, el viernes empiezo a bajar la guardia, arrojo todo tipo de tensiones lejos de mi y procuro disfrutar.
Este viernes es distinto, recibí tu carta, la he leido y releido muchas veces...creo que la he memorizado. ¿Me preguntas si me apetece tu plan? ¿Acaso lo dudas? Es magnífico, cuando cierro los ojos y pienso en ello me veo flotando en ese mar, en estos momento tú eres el responsable de que vaya por ahí con una sonrisa. Hay momentos que intento disimular para que la gente no crea que estoy un poco loca.
He recapacitado y tienes razón basta de tontadas, ya está bien de tanto exceso de velocidad a la hora de actuar.
Me doy cuenta de todo lo que tengo, es mucho sabes? Después de leer tu carta me siento mucho mas libre, mucho mas estable y segura de mi misma y creo que si llevo alguna cadena es sencillamente porque yo me la he puesto.
Todo esa rabia que te conté ha quedado aparcada, porque siento que mi entorno lo ocupa gente maravillosa que me ofrecen sus caricias y no conocen el rencor.
Y aunque no hay nada que sea fácil y he dejado cosas sin terminar por el camino me siento bien, mucho mejor de lo que me he sentido en los últimos dias.
Ahora...me siento como si tuviese de nuevo quince años.
Un beso

miércoles, 14 de mayo de 2008

Descumpleaños

[por Gaviero]

Querida G:

Ya hace doce años que me dejaste, aunque sigues ocupando un lugar destacado en mi vida. Aún recuerdo, como si fuera ayer mismo, aquellas largas sobremesas compartiendo humeantes tazas de café mientras desgranábamos nuestros secretos más íntimos; nunca dos personas llegaron a tal grado de complicidad, de abrirse uno al otro y mostrar hasta lo más recóndito de sus vidas.

Todo empezó casualmente, de hecho, en los primeros momentos nuestra relación era fría y lejana; se limitaba a un comportamiento formal y correcto entre dos personas que trabajaban juntas; casi podría decirse que no nos caíamos especialmente bien. Fue la casualidad, el hecho de tener que realizar un viaje de trabajo juntos con unas jornadas apretadísimas lo que provocó que empezáramos a intimar. ¿Recuerdas la noche, bueno casi ya madrugada, en que caímos derrotados en aquel bareto de mala muerte? Empezamos hablando del trabajo, de lo duras que habían las reuniones, y de repente, sin venir a cuento, me preguntaste: ¿oye, es verdad que tienes un lío con la directora de Control de Gestión?

Me quedé helado, durante unos instantes no supe qué contestar, y cuando finalmente pude hablar te dije: "no, no, pero... como se te ha ocurrido tal cosa", te echaste a reír y contestaste: "era una impresión, y además lo piensa mucha gente; sólo quería decirte que es un mal bicho, así que si es verdad, no te interesa".

Y a partir de ese momento nació nuestra amistad, nuestras largas charlas intercambiando confidencias, la entrega total y absoluta de nuestros pensamientos, acciones inconfesables y de todas nuestras miserias y, ¿por qué no? gozos, placeres y deseos. Evidentemente, si tenía un lío con la directora aquella, por supuesto n mal bicho. A cambio me contaste lo tuyo con el de Recursos Humanos.

Con el paso del tiempo la gente dio por sentado que el lío era entre nosotros dos. No se enteraban de nada. Fuimos únicamente amigos, por encima de cualquier otra cosa, y nada más.

Y ese maldito accidente de moto, hoy hace doce años me arrebató a mi amiga. Pero, mientras yo viva, tu vivirás.

martes, 13 de mayo de 2008

Mayo

[por Madison]

Qué tal estais?

Ante todo perdonad por la tardanza, pero durante unos dias he estado un poco descolocadilla, ahora, por suerte para mi ya pasó todo y me encuentro genial.

El motivo de mi carta es porque me apetece compartir con vosotros lo que siento cada año cuando llega este mes.

Supongo que cada persona tenemos un mes preferido, yo no lo había pensado nunca, pero estos dias en los que he dado muchas vueltas a mi cabeza he llegado a la conclusión de que efectivamente durante el mes de mayo han ocurrido cosas en el ranscurso de mi vida bastante significativas, una han sido trascendente y otras no han pasado más de ser pura anécdota.

Pero en un mes de mayo de hace ya muchos años tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, mejor dicho decidimos, porque era cosa de dos personas. Si recapacito, sospeso, etc, creo que el proyecto y la decisión fué acertada, no importa si esa unión continúa o se ha dejado aparcada, lo esencial es que debido a esa decisión caminan por ahí tres personas increibles, inteligentes, capaces, buenas personas, autonomas y muy guapas, bueno eso de autónomas lo voy a dejar un poco en el aire, porque a dia de hoy me llaman para cualquier cosa.

A veces cuando la vida me ha propinado una buena sacudida, cuando me he sentido vulnerable y con unos enormes deseos de tirar la toalla, ellas me han ayudado a seguir adelante, ellas consiguen que cuando hay un dia de sol me sienta feliz de estar estar viva.

Sí, creo que definitivamente el mes de Mayo es un buen mes para compartir.

Y A VECES TAMBIEN LEO

[por Madison]

Sí, leer es otra de mis aficiones favoritas, lo cierto es que no concibo vivir sin leer.

Leer me proporciona un placer inmenso y en ocasiones también un gran desasosiego, porque me doy cuenta que no llegaré jamás a leer todo lo que deseo y que por mucho que me empeñe siempre existirán autores a los cuales no llegaré a conocer su obra. Eso me apena, pero también pienso que es normal el no llegar nunca a la meta que me he propuesto.

El caso es que a medida que cumplo años me torno más selectiva en cuanto a mis lecturas, así que el círculo de grandes autores van aminorando y aún así no he encontrado la fórmula para quedar totalmente satisfecha.

Por eso ahora y desde este nuevo apartado me propongo ir exponiendo aquello que leo y que me interesa, y cómo no; voy a empezar con uno de mis autores preferidos.

ENRIQUE VILA MATAS, y en este caso con su libro titulado

EL VIENTO LIGERO DE PARMA
Nunca se cómo definir un libro de Enrique Vila Matas, pero lo que sí se es que no me va a decepcionar su lectura, para mi leer a este autor es sinónimo de aprender, de adquirir nuevos conociemientos y por supuesto de prepararme para nuevas compras, puesto que desde que leo sus libros siempre surgen titulos nuevos que son de mi interés.
Este libro en el que se recogen una serie de artículos o conferencias...no se si todas inventadas o todas reales o bien hay de todo, no lo se; ni me importa demasiado.
Me ha resultado muy interesante porque he conocido mejor a Gombrowicz, por ejemplo, o, a Robert Walser uno de mis autores preferidos , una persona un tanto inquietante que por lo visto lo único que deseaba es que le dejaran tranquilo y sobre todo pasar desapercibido..
Me gusta el capítulo que se titula La angustia de hablar en público y también la que hace referencia a Mastroniani y cómo no, el apartado que se llama Escribir es dejar de ser escritor, es un artículo magnífico el cual yo recomedaría que lo leyeran todos los autores que conozco.
Me fascina el repaso que hace sobre Canetti, Bolaño, Beckett (por cierto de éste último he leido muy poquito) Pessoa, Nabokov, etc...
A medida que leo los libros de Vila Matas me doy cuenta de su granl conocimiento, el gran nivel cultural que tiene y también me doy cuenta de todo lo que me falta por aprender.
Ahora a ver si tengo suerte y me hago con uno (según sus propias palabras) de sus títulos preferidos PESTERSBURGO, de Andrei Biely.
Si a él le gusta...a mi me gusta

viernes, 9 de mayo de 2008

Onofre Bouvila

[por Wara]

Sr. Onofre Bouvila
Ciudad de los Prodigios, Barcelona


Pequeño Onofre:
No te pido disculpas por dirigirme a ti de forma tan familiar porque eras sólo un chiquillo cuando apareciste en mi vida y te he ido viendo crecer. Crecer en edad, en riqueza, en poder, en un sinfín de manifestaciones meramente físicas que me han llevado finalmente al extrañamiento; en los últimos tiempos no te hubiera reconocido. Interiormente, Onofre, pienso que si hubieras encargado un retrato –sé que no te privas de ningún capricho-, y si en la vida hay justicia, no te hubiera deparado mejor destino que el del desgraciado Dorian Grey.

Al principio pensé que llegaría a apreciarte; despertabas en mí como una especie de prevención que no era capaz de definir, acaso derivada de la abismal distancia existente entre tu edad biológica y tu capacidad mental, pero observando los esfuerzos de aquel muchacho solitario que desembarcó en la Barcelona de la primera Exposición Universal y que debía ganarse la vida, sus sacrificios… me decía, es fuerte, joven y sano, saldrá adelante. Además del inicial misterio respecto a tu soledad inmensa, al alejamiento de tu familia, aunque te parezca una tontería, estaba el asunto de los gatos. ¡Me dan pavor, te lo juro! Y tus padecimientos por culpa de Belcebú me aproximaban más a ti, y cuando para el gato de la infeliz Delfina llegó el aciago día en que perdió de golpe todas sus vidas, respiré aliviada contigo.

¡Sin embargo, Onofre…! ¡Qué pronto aprendiste a dominar el retorcido significado de la palabra maldad, sus caminos, sus usos, y cuántos sinónimos le encontraste con el devenir de los años! Perversidad, malignidad, malicia, corrupción, abuso, envidia… Utilizaste a las personas tan a tu antojo que pido al destino guarde mi vida de colisionar con la tuya. Por supuesto, yo misma me guardo en la manga un recurso bien sencillo: siempre puedo cerrar de golpe el prodigioso volumen en el que tu vida se repite incesante y de principio a fin… una y otra vez.

Wara
La Red, 8 de Mayo de 2008

miércoles, 7 de mayo de 2008

De regreso

[por Gaviero]

Queridos tertulianos:
Por fin he regresado a este café encantador. Me ha sorprendido ver lo concurrido que está últimamente; la verdad es que es un lugar acogedor, perfecto para compartir tanto cartas como experiencias.
He vuelto a ocupar mi mesa preferida, la del rincón, justo la que está debajo del espejo y aquí, sentado con la espalda pegada a la pared, lo primero que he hecho es cerrar los ojos y disfrutar unos instantes de la suave música de fondo del piano. La tarde es soleada, un halo de luz que penetra entre las lamas de la persiana semibajada, mantiene en suspensión miles de pequeñas partículas en una danza mágica y constante. Me entretengo en encontrar un sentido a las caprichosas formas que la imaginación permite adivinar.
Poco a poco, me dejo envolver por la calidez del ambiente, por el murmullo apenas perceptible de las conversaciones en voz baja; ¿qué secretos se estarán compartiendo? ¿qué confidencias? ¿cuantas sensaciones y sentimientos?
El tibio aroma del café recién molido se esparce por todas partes, añadiendo un nuevo placer a los sentidos. Empiezo a reconocer las caras de los viejos amigos, nos saludamos con un leve movimiento de cabeza; parece que nadie estamops dispuestos a romper el hechizo del momento, de dejar de saborear la tranquilidad, la calma, la sensación de paz. Ya habrá tiempo para los saludos, los reencuentros y los abrazos.
Por fin estoy en casa, así al menos me siento, la verdad es que he echado mucho de menos esta sensación. Bueno, habrá que comenzar la actividad, son muchas las cartas pendientes de leer, los saludos a los amigos y tertulianos, las misivas que tengo que empezar a redactar, así qué, a trabajar.
Gracias a todos por crear y mantener este remanso en la agitada vida cotidiana. Un abrazo.

martes, 6 de mayo de 2008

Al fondo del armario

[por Brétema]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 02-Abril-2008

Erre:

¿Sabes? Tu cuadro, el de las dalias, después de estar oculto en el fondo de mi armario tanto tiempo cuelga todavía en una pared de mi habitación. Aquellas navidades casi me vuelvo loca… ¡Una obra tuya, mía! Sin embargo, y supongo que será por los muchos años transcurridos, cuando lo miro ahora nunca lo asocio ya contigo… Pero a veces, como hace un instante, tengo que apartar el retrato del Mago que lleva tu nombre, el que dibujaste a carboncillo para aquel cuento mío, y entonces, por un instante fugaz me pregunto… Aunque me dolía pensar que no lo hubieras conseguido, ahora, sinceramente, me da igual.

Yo la ignoraba a ella, y tú nos menospreciaste a ambas. Ella era demasiado vieja y extravagante para llevarla del brazo, y yo, aunque tampoco era atractiva, es verdad, te hubiera eclipsado en cualquier lugar… De modo que buscaste a aquella chiquilla a la que doblabas la edad y que jamás levantaba los ojos del suelo. Lo siento. Aquella locura te condenó sin duda a la mediocridad pues nunca te hiciste un nombre como pintor, te quedaste en un simple hombre que pinta… ¡Tenía tanta fe en mis propias fuerzas! Sin obstáculos, sin barreras ni impedimentos te hubiera llevado allá dónde quisieras llegar, dónde soñaras alcanzar. Que era muy alto, muy alto, lo sé, te conocía bien.

Guardo, sin embargo, como un poso de melancolía, que permanece y me rodea. La última vez que nos vimos fue cuando a la puerta de la Audiencia desististe en tu demanda y yo te entregué aquel talón bancario con el que se sellaba la ruptura… Supongo que me habrás despreciado desde entonces por considerar que te defraudé, pero créeme si insisto en que no tenías razón; no obraste bien. Y pues era inevitable que nos volviéramos a encontrar, fue nuevamente en los juzgados, aunque la batalla no fuera nuestra. Nunca lo fue. Había tanta gente alrededor que pude fingir no verte y ni siquiera te miré… Nada había que nos quisiéramos decir, a no ser hurgar tú en mi reciente herida y echarme en cara un cruel “te lo advertí…”.

Alguna vez después pregunté por ti, sin curiosidad, sin razón… ¿Qué acaso has fracasado incluso en tu vida personal…? ¿Y qué? Ella, todavía descalza en la playa al anochecer, aunque con los cabellos más canos que entonces, la risa cascada, la voz quebrada, la mente desorientada, con el antiguo deseo inquebrantable bajo la luz de su luna te habrá abierto los brazos atrayéndote a su pozo de locura constante y vulgar. Yo no lo hice del todo mal, pues la fuerza que habría de invertir en ti la concentré para emplearla en mí, y sobreviví. Estoy a salvo de ti.

R.

A Madison

[por Brétema]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 30-Marzo-2008

Estimada Madison:

Me dirijo a ti porque, no lo dudo siquiera, me entenderás bien. Llegué a este foro hace apenas un mes guiada por una necesidad verdaderamente trascendental en mi vida, o llenaba mi mente o renunciaba a mi juicio, acaso para siempre. Y puesto que lo que en todo momento ha terminado salvándome son los libros, pensé que buscar un foro donde se tratara de ellos, acaso… Entonces vi aquí que los nombres eran preciosos, extraños, exóticos, tan bellos, y me dije que debía buscar uno para mí, de mi libre elección, porque el verdadero lo heredé del dilema familiar de el nombre del padrino no y el de la madrina tampoco… acompañado obviamente del preceptivo María, y resultó que me impusieron el de una lejana parienta –conste que no es feo, y hasta tiene una serie de sonoras variantes-. Una noche consulté mis apuntes y libretas y en seguida decidí: Brétema. Sí, es perfecto; me identifico con él, representa bien el lugar al que pertenezco –bueno, acaso años atras, que ahora con esto del cambio climático… -, me influye físicamente y resume también mi estado anímico.

Y como Brétema desembarqué yo en este foro, tímidamente como soy, tan reservada, recurriendo a palabras ajenas para definirme apenas. Y un día mi yo descubre a Brétema reconociendo sin pudor alguno que le gusta organizar y mandar, que compra hermosos cuadernos para notas que luego no utiliza y sustituye por otros más corrientes y que no teme estropear, la sorprende hablando de sus noches de insomnio… e incluso escribe cartas que hablan más de mí de lo que yo le permitiría, cartas que he decidido interceptar. Pero se ha dado cuenta y apenas puedo refrenarla, se ha escapado a mi control, se ha declarado independiente. Me dice que será ella misma aunque su sinceridad me haga sentir tan vulnerable.

Ojalá algún día mi yo supere sus estúpidos e infantiles bloqueos y salte las barreras que le impiden decirle a Brétema que se alegra por ella, porque los recuerdos se asientan y los fantasmas se alejan… Decirle libremente que continúe adelante, sincera, verdadera, segura de sí.


Mi niño lindo

[por Brétema]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 19-Marzo-2008


Mi niño lindo,

Quería decirte no más que desde que te fuiste he tomado conciencia de mis verdaderos años, soy vieja y así me siento –sólo tú me aferrabas a tu edad, me entretenías y retenías con éxito-, y navego ya sin rumbo, desengañada de la vida y de sus leyes, sin importarme a dónde me lleve el viento…

Ayer, sin embargo, cuando arribé a este pequeño lugar al instante percibí que guardaba mucha belleza, y supe que a ti te gustaría saberlo. Precisamente ahora, si hubieras venido hoy, mientras llevábamos los platos de la cocina a la mesa y sin importarnos retrasar el postre o privar a tu padre de su café, enlazaría mis dedos entre los tuyos y te hablaría de ello. Te mostraría este rincón al que tú te asomarías con curiosidad primero, luego presos ya los sentimientos… ¡Y es que las palabras de amor…! Me requieren en la mesa, mi niño; perdóname.

En otro momento lo intentaré otra vez.


Así que, me voy

[por Sarah]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 22-Abril-2008

Quería decirte que esa mañana te miré mientras te vestías y te dije las mismas banalidades de cada mañana sabiendo que era la última vez. Que sostuve tu mirada mientras me decías adiós con el mismo tono que empleabas cada día. Que te sonreí mientras te ibas sabiendo que era la última vez que te veía marchar.

Quería decirte que quise mil veces decirlo, pero que nunca pude porque mirarte a los ojos mientras mataba tu corazón me pareció la más grande de las crueldades.

Quería decirte que esa simple nota dejada, como por descuido, encima de la cómoda fue tan breve porque las lágrimas me nublaban la vista y no podía seguir escribiendo.

Quería decirte que te echo de menos, que cada noche sueño contigo, que cada mañana me despierto en tus brazos, que cada segundo respiro tu nombre.

Quería decirte que me fui para siempre porque te amaba tanto que no podía soportar preguntarte y mirarte a los ojos mientras me respondías.

Quería decirte que volvería a hacerlo, pero que volvería una y mil veces.

Quería decirte.... que no puedo vivir sin ti y que por eso me voy. Ahora si, para siempre.


Bajo los muebles encontré...

[por Arena]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 17-Abril-2008

Hola.

Hace tiempo que no se nada de ti. Desde aquél día que te fuiste diciendo que necesitabas tiempo para pensar lo nuestro. Te he estado esperando por si acaso volvías pero en el fondo siempre supe que ya no te sentarías más a mi lado en el sofá a charlar, ni nos iríamos a aquél café de nombre imposible, ni bailaríamos en aquél lugar que solíamos frecuentar.

Hoy he vuelto a casa dando un largo paseo y la lluvia iba mojando mi cara y rizando mi pelo. Comprendí entonces que debía limpiar la casa por si la primavera llegaba y no encontraba un lugar donde posarse.

Mirando bajo los muebles y el sofá he ido encontrando aquéllas historias que me contabas en el porche, algunas un poco deshilachas en los bordes y otras ajadas y amarillentas porque han resistido mal el paso del tiempo. Las he ido guardando en un baúl junto a las lágrimas, los atardeceres y aquélla foto que te gustaba tanto porque decías que me quedaba muy bien la boina ladeada. Las canciones que bailábamos las he metido en una caja con virutas para que no se estropeen al golpearse, las he encontrado diseminadas por toda la casa, incluso encima de la estantería donde guardabas esos trofeos que ganaste cuando eras joven. La única que me he quedado, si no te importa, es esa cancíón en la que cabía todo el universo. Las postales y las cosas que coleccionabas por si acaso te hacían falta -que nunca hicieron falta- las he ido ordenando al lado de los poemas declamados en voz baja y las nanas cantadas las noches de lluna llena.

Te confieso que he sentido nostalgia y he ido sonriendo mientras veía las fotos, sobre todo esa en la que estábamos tan guapos, tú, elegantísimo con tu smoking y yo con mi vestido rojo, aquél que tenía un lazo que te hacía cosquillas en la nariz cada vez que me acercaba. Las he puesto todas al lado de las flores, las prisas, las tardes de lluvia y los paseos en los que el viento no nos dejaba hablar.

Lo tengo todo aquí, guardado, por si acaso quieres venir a por ello.

No sé cuándo llegará la primavera, pero por si acaso llega y tú aún no has venido, quiero que sepas que se me han roto al intentar colocarlo todo deprisa y corriendo los gritos, las broncas y las lágrimas amargas, así que lo he tirado todo a la basura, pensando que ya nunca más nos iban a ser necesarios. Espero que no te moleste.

Con todo el cariño que me queda, después de guardar el resto en papel celofán protegido de la humedad y de los insectos,

Marta

Una gota de agua en el mar

[por Arena]

Publicado inicialmente en AbreteLibro el 14-Abril-2008

Querida Susana:

Hace mucho que no te escribo, ya sabes cómo es la vida por aquí, ajetreada y ruidosa, tanto, que no nos deja ni escuchar nuestro propio latido. Sabes que pienso mucho en ti, que me propongo todas las semanas contarte algo y que día tras día las prisas y las insignificancias se llevan por delante lo importante.

Hoy, por fin, me he decidido. Esta mañana he pasado por delante de una de esas tiendas que te entusiasman, llena de objetos de papelería, y en el escaparate unas plumas preciosas me han recordado cuánto te han gustado siempre esas cosas. Así que nada más llegar a casa, sin tiempo casi para dejar el abrigo, me he puesto a escribirte.

No tengo mucho que contar, como siempre, estoy cansada, de tanto trabajo y tanta lucha, de encontrar siempre a las mismas personas haciendo lo mismo en los mismos sitios, de haber renunciado a mis sueños porque la vida era otra cosa y de no pasar un día sin que me arrepienta. Lo peor son esas noches cuando al filo de la oscuridad me doy cuenta de que mi mediocre y anodina vida se me está deshilachando entre los dedos sin poder hacer nada. Ya ni siquiera lloro por ello, es aún peor, me estoy resignando. La rutina socaba los idealismos y, como dice esa frase que a mi tanto me gusta, la nostalgia ya no es lo que era.

Alguna noche peor aún que las demás te pienso allí, remangada hasta los codos en esa lucha que todos los días empieza de nuevo y que al atardecer te hace sentir que has sacado una gota de un mar en el que ha llovido durante todo el día. Pero al menos te has reflejado en una mirada, en una sonrisa, te han agarrado de la mano y seguro que en ese instante todo ha merecido la pena.

Susana, hermanita, cuántas veces pienso que debí seguirte y que mi miedo me dejó lastrada en esta vida añorando la tuya. Pero no me hagas caso, ya te lo dije, es que estoy cansada y ya sabes que cuando me canso pienso cosas que no debiera. No quiero preocuparte, ni siquiera enviaré esta carta, porque a alguien como tú, rodeada de tanta miseria esta tonta carta le parecerá la pataleta de una niña maleducada y tendrás razón, hermanita.

Así que ahora lo dejo, me haré un café y me pondré a escribirte otra carta, la carta que si debo enviarte, porque todos los días pienso en ti y quiero contártelo.

Un beso,

Silvia