Colección de cartas reales y ficticias para disfrutar del simple placer de leer y escribir.
sábado, 31 de diciembre de 2011
Feliz año
martes, 27 de diciembre de 2011
Frío
viernes, 23 de diciembre de 2011
Feliz navidad chicos
martes, 20 de diciembre de 2011
Nombrarte en silencio
como la música en la garganta del ruiseñor
aunque no esté cantando.
Dulce María Loynaz
viernes, 16 de diciembre de 2011
Te invitaré
lunes, 12 de diciembre de 2011
Olores
Me gusta el olor a invierno, como se impregna en la ropa y huele en la piel.Me gustan los colores ocres de los árboles y los días soleados que alumbran mis ojos. Me gusta perderme entre nostalgias de media tarde, y cuando llega la noche me acuerdo de nuestra euforia compartida y sobre todo me acuerdo de tu risa
sábado, 10 de diciembre de 2011
Candilejas
Veo futilidad en todas las cosas. La veo incluso en las flores, la siento hasta en la música. La vida no tiene objeto ni significado.
A veces en la juventud tenemos pocas ganas de vivir, que no sea demasiado tarde cuando nos aferremos a la vida... Como a mi edad, a estas alturas la vida llega a ser un hábito.
La felicidad... ¿existe? ¿donde? Cuando era niño me quejaba a mi padre porqué no tenía juguetes y él respondía señalándose la frente con el dedo índice: Este es el mejor juguete que se ha creado. Todo está aquí. Ahí está el secreto de nuestra felicidad.
El tiempo es un gran autor, siempre da con el final perfecto.
Esto es lo que somos todos: amaters. No vivimos lo suficiente para llegar a ser otra cosa.
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jueves, 8 de diciembre de 2011
martes, 6 de diciembre de 2011
Contraluz
Jack Vettriano
A estas horas de la tarde, eligo semipenumbra entre cuatro paredes, sentada frente a la ventana me entretengo en observar el polvo a contraluz. Una luz que deslumbra e invita a aferrarse a la vida . Y lo celebro. Aunque son instantes efímeros reconfortan y redimen, resquicios de recuerdos…y entre esas motitas de polvo que crean ambiente estás tú. Tu imagen imperecedera a la que rindo tributo, me aferro y me propongo que jamás se diluya ni desdibuje entre tiempo y vacío.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Gilgi, una de nosotras.-Irmgard Keun
La protagonista, Gilgi es una chica joven, equilibrada y muy disciplinada. Su tiempo lo dedica a trabajar como mecanógrafa, estudia idiomas y sale con sus amigos.
Le gusta ser independiente, por eso ahorra cada mes algo dinero pesando en el futuro. Pero un día sus padres le cuentan algo sobre su procedencia, además conoce a alguien y se enamora, desde ese momento todo cambia en su vida. Mantiene una lucha contra si misma. La cabeza le dice una cosa, el corazón otra...
De la autora no sabía nada antes de leer el libro, que por cierto su portada me llamó la atención enseguida al verlo en la estanteria de la librería y ha sido un acierto porque he disfrutado muchísimo con la lectura
Se mete perfectmente en el universo de la mujer.Utiliza diálogos y frases cortas, pero es que no necesita más porque describe a la perfección cualquier detalle. Es una novela realista, que habla del amor y sus consecuencias, al dejarnos llevar por los sentimientos sin atender a razones, aunque tengamos la certeza de que esa relación nos desmorona y desintegra hasta extremos insospechados.
Y me ha resultado curiosa la gran similitud que existe entre los acontecimientos que se desarrollan en el libro y los que estamos viviendo hoy, porque aunque esté ambientado en la Alemania de los años treinta, en aquellos momentos también se vivía inmersos en una gran crisis. Los despidos y el crecimiento de desempleo era algo que estaba a la orden del día.
Un libro muy recomendable
Como siempre he subrayado varios párrafos, pero pongo este que me ha gustado mucho, son los pensamientos de Gilgi por la mañana temprano de camino al trabajo, cuando sube al tranvía y observa a la gente que hay a su alrrededor, que como ella también se dirigen al trabajo.
Gente del vagón, ¿no estáis contentos?
Estamos tan cansados…
¿Pero no ganáis dinero?
Muy poco.
Podríais sacarle más partido.
Es muy difícil.
Por eso es bonito.
No, no es bonito.
Corren malos tiempos. A nadie le gusta ser quien es. A nadie le gusta hacer lo que hace,
Y este otro en el que ella todavía no es consciente de su adicción u obsesión que siente por Martin, y se desespera porque sabe que su personalidad merma cada día que pasa un poquito más, pero ni puede ni quiere luchar contra eso, ama a Martin, y ha creado un mundo en el que solo tienen cabida ellos dos. Por suerte siempre se está a tiempo de reaccionar y dar marcha atrás aunque sea para toamr el impulso necesario y empezar de nuevo. Porque existen relaciones que matan. En solitario se sufre, pero juntos fallecen.
Gilgi acerca la cabeza de Martin a la suya y lo besa. Todo está negro, todo da vueltas... Algo tiene que haber que dure, que sea estable. Gilgi le rodea el cuello, erguido y musculoso, con los brazos...