Poema LVII
No te nombro; pero estás en mí
como la música en la garganta del ruiseñor
aunque no esté cantando.
Dulce María Loynaz
como la música en la garganta del ruiseñor
aunque no esté cantando.
Dulce María Loynaz
No hace falta que te nombre, porque con el tiempo aprendí el lenguaje de la imaginación.
Y se que la distancia no rompe lazos, sino que los hace más fuertes.
Que las historias de amor si son correspondidas, con el tiempo se convierte en algo sólido.
Tu mirada segura es el equilibrio que necesita mis inseguridades
Eres algo bueno que ha ocurrido en mi vida, que no sé si es pequeña o grande. Redonda o cuadrada. Azul o violeta, qué mas da, es la mía, la única que tengo. Y así viviré por algún tiempo. Contigo. En ti. En nosotros Quién sabe
Uno nunca sabe con el amor lo que podrá encontrar.
ResponderEliminarSee ya.
Cuando las palabras no vienen, ¿no es mejor el silencio? Creo que sí, tampoco hay que intentar decirlo todo, siempre. Un saludo :)
ResponderEliminarLo bueno nunca deja de ser bueno, ten Fe (y un bonito dia)
ResponderEliminarEspinar
La distancia, ¡cómo nos pone a prueba!
ResponderEliminarTortura y gozo, ansiedad y certeza...
Un fuerte abrazo.
No hace falta que le nombres pero es el mismo con el que paseabas - ¿en sueños? - el pasado 27 de noviembre.
ResponderEliminarEl mismo paraguas, la misma playa.....
Estás enamoradísima.
Un abrazo.
La distancia no rompe lazos?? Quién dijo eso?? Acaso no es verdad el refrán que reza "ojos que no ven corazón que no siente"? Seeee.
ResponderEliminarUn abrazo y te dejo mis buenos deseos para estas fiestas que esten colmados de amor, alegrías y esperanzas.
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