martes, 31 de marzo de 2009

Estar contigo



Por la noche, antes de acostarme miro por la ventana.
Dirigo la vista al cielo y veo mi estrella, está situada frente a mi, como viene haciendo por costumbre cada noche, señala hacia el norte.
Me me mira sonriendo, y cuando nuestras miradas se cruzan me habla.
Muy despacio se acerca a mi oído y me propone un viaje cruzando caminos que nos lleven a lugares desiertos, llenos de calma. Son paisajes recién descubiertos que todavía no tienen nombre.
Mientras me propone todo eso mantengo su mirada entonces me doy cuenta de que hay miradas capaces de embellecer todo lo que miran.
Y cada noche se repite el mismo ritual. Espero su visita. Deseo y acepto sus propuestas abiertas a un sinfín de posibilidades.
Quiero disfrutar de nuestros silencios.
A la mañana siguiente, cuando me despierto echo de menos su rostro.

martes, 24 de marzo de 2009

Extraña nota


"Ya está el almendro en flor, las ramas hasta hace unos días desnudas hoy parecen cubiertas por la nevada primaveral. Renace la vida.


Y te pongo rostro, dibujo tus rasgos cerrando los ojos, te recreo, te pienso... voy a imaginarte. Desde la distancia, en la lejanía, olvidado todo, yo voy a soñarte. Quiero ver tus ojos, hundirme en tu mirada, aunque tu no me veas, voy a bucear dentro de tu ser, me gusta mirarte. Recorro la piel tersa de tu cara, casi puedo ver su fresca textura. Tu boca entreabierta, no se si en sonrisa, en mueca o disgusto, tiembla imperceptible, casi no se aprecia. El cabello enmarca, brillante y sedoso la cara traviesa.
Y lo más curioso es que nada espero, ni siquiera quiero que seas consciente, que hoy te estoy soñando, que a pesar del tiempo, del largo silencio, del olvido pleno, yo sigo pensando en ti y no te olvido. Esa es la grandeza, ese es mi sueño."


Esta curiosa y sorprendente nota, manuscrita en el reverso de la foto que incluyo, con una excelente caligrafía inglesa y escrita con estilográfica, la encontré dentro de un sobre de papel manila color hueso, sobre un poyete de piedra en una pequeña villa medieval amurallada.

lunes, 23 de marzo de 2009

Saber escuchar




Siempre escucho la misma frase. Que si se necesita ayuda debe pedirse. Que si quieres que te ayuden debes dejarte ayudar. De acuerdo. Pero yo digo que todo eso son frases hechas, excusas para que la conciencia quede a salvo.
Si conocemos a álguien que necesita nuestra ayuda no debemos esperar a que nos lo pida, porque quizá no lo haga nunca, no por soberbia o por orgullo, no. Sencillamente no lo hará por faltas de palabras, porque la mayoria de veces cuanto más se necesita mantener un diálogo menos se encuentran las palabras adecuadas.

Por eso en muchas ocasiones lo más probable sea que no recibamos ese aviso de socorro. Y probablementero la persona necesitada opte por encerrarse en si misma, porque sabe que no existe más salida.

Es bueno que nos desnudemos ante nosotras mismos, que hablemos a nuestro interior y echemos fuera de nosotros el miedo, la apatía, la impotencia. Que aceptemos la vida tal y como es, sin intentar conquistar algún imposible.

Y también creo que es bueno dejarnos fluir por la vida, por lo que ella nos ofrece, sin pretender nada más. Asi mismo no es bueno creer ciegamente en nada ni en nadie, lo más inteligente es dejar un atisbo de duda y esperar, porque igual que existe un punto de partida, también está el punto de retorno...

domingo, 15 de marzo de 2009

Filomeno a mi pesar.-Gonzalo Torrente Ballester

Querido Sotero: Yo también tengo cosas que contarte, semejantes a las tuyas, o al menos así me lo parece, pero no iguales. Por lo pronto, todavía no he hablado con ningún profesor, ni creo que llegue a hacerlo. Somos mucha gente en el curso, y aunque hay algunos compañeros que se les acercan, como están mal mirados por los demás, yo no quiero ser uno de ellos, ni tampoco me importa. ¿De qué les voy a hablar? Asisto a las clases regularmente. El profesor de lógica me parece el mejor: es un señor muy agradable y muy inteligente, que nos obliga a estrujarnos el cerebro, aunque cortésmente, y, como dice un compañero, nos enseña a pensar. El de historia, ni fu ni fa. En cuanto al de literatura, nos repite lo que viene en el libro, casi de pe a pa, sin comentarnos nada. Y aunque a mi es lo que más me interesa, me falta una explicación a fondo, que sería lo importante, y no esta serie de datos y de hechas con que nos abruma. En fin, que voy sabiendo un poco de aquí y de allá, pero no lo suficiente. No se si me servirá de mucho. Suelo ir al Ateneo, del que me hice socio: esto me permite leer libros que no se encuentran en las librerías o que resultan caros, y también escuchar por todas partes conversaciones de política, donde se dice lo mismo con pequeñas variantes. Se susurra que lo va a cerrar la policía. Vivir en esta ciudad, por supuesto, no se parece en nada a lo que hacíamos en Villavieja, pero tampoco creas que es de entusiasmarse: vas por las calles solo, no conoces a nadie y si te distraes un poco en un escaparate te dan un empujón. A los gallegos nos tienen, en general, de menos, y por una nadería pronto te dicen: “Calla gallego.” Pero, a pesar de todo, no estoy descontento de haber venido.
En cuanto a lo que me cuentas de tu visita a un prostíbulo, no sé qué decirte. Yo, desde luego, no he pasado de un café cantante, que me aburrió. Pero aquí la gente habla mucho de esas cosas, aunque en tono científico. Se cita a un tal Freud, un señor de Viena de mucha fama al que he empezado ya a leer. Todo lo que se refiere a esas cuestiones, se dice siempre con citas de sus libros, o según sus teorías, que nadie discute, sino que alaban, y de las que yo no tengo más que una idea muy ligera. Supongo que por ahí sucederá más o menos lo mismo. Ahora bien: sin haber ido a un prostíbulo, también pasé por tus mismos aprietos y tus mismas incomprensiones, aunque me hayan durado poco. Por lo pronto, no tuve que pagar el duro. Dormí una noche con una mujer: al principio, sorprendido y bastante confuso; a la mañana siguiente, un poco más dueño de mí. Yo creo también que eso del cuerpo de las mujeres sorprende, y hasta espanta; tampoco sabría decirte por qué, hasta que se conoce a fondo. No es que yo haya llegado a tanto, pero un poco del camino lo tengo recorrido. Lo es que poco más puedo decirte, salvo que no me preocupa tanto como a ti llegar a conclusiones definitivas, las cuales por otra parte, no sé si son o no importantes. Tengo un amigo, hombre mayor y un tanto disparatado, pero de mucha experiencia, con el que espero charlar un día de éstos sobre el particular. No es que crea a pies juntillas lo que me dice, pero, en cualquier caso, me interesa y me explica las cosas: en este caso, espero que algo me aclare. Tengo la impresión de que, sin darnos cuenta , nos hemos metido, cada uno a su modo, en un problema de los que llaman importantes y que habremos de resolver, también cada cual a su modo.
Debo decirte, sin embargo, que hay una diferencia: yo estuve enamorado, a lo mejor lo estoy aún, y eso cambia las cosas, porque amar a una mujer implica desearla, y yo deseo a la mía. Desde luego, la mujer a la que quiero no es esa con la que me acosté. Tengo la impresión de haber catado, por un lado, la comida, y por otro, la sal. Lo que me dijo una vez ese señor que te miento es que la sal debe tomarse con la comida. Entiéndelo si puedes.
Un abrazo.
FILOMENO
Filomeno a mi pesar.- Gonzalo Torrente Ballester

miércoles, 11 de marzo de 2009

El Paso del Tiempo

[Por Fabian]
Sucedió este sábado, exactamente a las cinco y veinte de la tarde .
Salía de un pequeño pueblo camino a casa, cerca de mi ciudad, cuando en el arcén de mi izquierda una mujer se encontraba en el suelo, su marido intentaba levantarla, pero a el le fallaban las fuerzas en sus brazos y a ella en las piernas. Me detuve a mi derecha, bien arrimado para no molestar el tráfico, salí del coche y corrí en su auxilio.

Al acercarme a ellos observe que eran dos ancianos de avanzada edad, de unos ochenta años o más. El rostro de el, de unos cristalinos ojos azules, era de vergüenza, al ver que ella era incapaz de ponerse de pie, e imagino que de su falta de vigor en sus extremidades para ayudarla. La abracé desde atrás por debajo de sus brazos, y la elevé. La mantuve unos segundos erguida hasta que sus fatigadas piernas respondiesen a tan embarazoso espectáculo.

Al ver que tal hazaña llegaba a su fin le pregunte que si se había desmayado o tropezado con alguna baldosa, que si quería que llamase a una ambulancia .La cara de la anciana me daba a entender que mi propuesta era un tanto descabellada, ya que solo había sido un tropiezo nada más, para que tanto alboroto.

Mientras charlábamos la preocupación de ella era de acicalarse, de mantener su peinado, un tanto avergonzada por todo el embrollo, y el de de un agradecimiento constante por haber ayudado a su fatigada mujer. Un par de coches aparcaban para ayudar, por mi parte me despedía de ellos diciéndoles que no había ninguna molestia en mi ayuda, y ellos muy agradecidos por mi voluntad prestada.

Al arrancar el vehículo y dirigirme a la carretera los observaba por el retrovisor, y veía sus rostros riéndose de todo lo sucedido, menuda batallita les contaran a sus nietos, creo, o tal vez silencien lo ocurrido, que no es lo mismo un batalla o aventura con tintes de valentía, a un acontecimiento de índole de fragilidad por el paso de el tiempo.

Camino a casa reflexioné sobre lo ocurrido, nunca me ha preocupado el paso de el tiempo, el cumplir años, soy de los que dicen que el tiempo es solo una invención humana, aunque a nadie le consuele la frase. Pero después de esto, si que me ha perjudicado en cierto modo, o tal vez lo mire con otros ojos, otras miras. Puede que no este a salvo en mi isla de la indiferencia en cuanto a la edad, que la ayuda a esta anciana halla despertado en mí el letargo generacional que tanto devora a los jóvenes, y no tan jóvenes.

A veces el fruto que genera los años no es plato para todos los gustos, todo disminuye, todo se ralentiza, pierde vigor, pierde jovialidad. El rostro del anciano era el de un niño. Los años retroceden, te vuelven al inicio, el rostro se vuelve mas inocente, mas noble, pero con la diferencia que al niño se le abre una ventana ante sus ojos, para saltar, investigar, discurrir e inventar la vida que se le presenta, en el longevo no, la vida es un recuerdo tal vez agridulce de lo añorado, o quizás un refugio a tan cruel pasado.

Los tiempos modernos no perdonan a los ancianos, no tienen cabida, molestan .Muchas veces los abuelos solo sirven cuando sirven para algo. Cuando cumplen una función, de lo contrario estorban .Si no producen es inservible, Ocuparse de los nietos es una de sus lapidarias funciones, ser unos mandados por parte de hijos, en donde la mayoría de las veces no se cuentan con sus opiniones, Los domingos por la tarde ver a unos cuantos deambular solos, sin articular palabra, mirar la nada y de vez en cuando cruzar tu mirada con la de ellos, observar como sus ojos languidecen, su mirada grita el llanto sordo de un pasado mejor, es de un desconsuelo despiadado, de una agudeza que visto el panorama actual nadie repara en ellos. La muerte los acecha, la mejor de sus propuestas.
.........Fabián..........

martes, 10 de marzo de 2009

Sueños Truncados

Mi querida amiga:
Sabes que estos días pienso mucho en ti.
Se que estás atravesando por un momento dificil y delicado, que lo estás pasando mal y me gustaría en circunstancias así estar fisícamente a tu lado, pero eso ya sabes que es totalmente imposible, aún así, a pesar de la lejanía sabes que tienes todo mi apoyo y cariño, que me hago partícipe de tu tristeza.
A veces hay sueños que antes de cumplirse, sin haberlos vivido en toda su plenitud se truncan, y llega la pena de no poder verlos convertidos en realidad

Se que ahora sientes rabia , pena, impotencia por lo que pudo haber sido y no fué. Porque estuviste muy cerca de conseguirlo, porque a pesar de los muchos inconvenientes creías que existía un vinculo inrrompible, pero no ha sido así.
Y ahora lloras y tu vista a causa de tanta lágrima te hace ver todo borroso, crees que el recuerdo nunca llegará a borrarse, que su imagen siempre estará presente en ti con la misma nitidez.
Pero no es así querida amiga; llegará un día en que sin avisar y sin darte cuenta la pena, la tristeza y la pizca de rencor que en estos momentos sientes se convertirán en caricias, en un mágico recuerdo y en una buena historia para recordar.
Y perdonarás ese sueño imposible que pudo ser pero no fué.Porque de alguna manera continuas viviendo en él.

Y llegará ese día que notarás la llegada de la primavera como si fuera la primera vez, y, seguro que alguien se acercará a ti y te dará un beso y lo sentirás como si fuera el primero y entonces, en ese momento, cuando dirigas tu mirada a los nuevos ojos sentirás cómo un nuevo sueño empieza a germinar y todo volverá a empezar.
Te darás cuenta de que todo es cíclico y perecedero. Todos llevamos nuestra fecha de caducidad.
Sin nada más se despide tu amiga que te quiere.

lunes, 9 de marzo de 2009

Inventar




Cuando llegué al hotel me sentía muy cansada, me di una ducha rápida e inmediatamente me metí en la cama. El contacto de mi piel desnuda y limpia con las sábanas me hizo sentir bien. Pensé en leer hasta que el sueño se apoderara de mi. Hasta que los ojos me pesaran, pero eso no fué posible debido al insoportable ruido. El hotel está ubicado muy cerca de la estación de tren, ese fué el motivo de no poder concentrame en la lectura. Así que decidí cerrar los ojos e inventar una historia.

Me gusta inventar historias. Cuando el silencio se hace dueño de la situación ayuda a controlar la soledad.
En ocasiones pienso en inventar una historia en que los protagonistas sean otras personas, pero al cabo de unos segundos me doy cuenta de que eso no me sirve. En toda historia, aunque sea inventada hay sentimiento y el sentimiento de los demás son distintos a los míos propios, por lo tanto sería como un “copiar y pegar”.
Cierro los ojos. Me dejo llevar. Traspaso la línea que separa lo real de lo irreal, veo una fotografía, es de media tarde frente al mar , hace sol.
Expongo mis sentimienstos al ire libre, tomo conciencia de la magia del momento, y me doy cuenta en qué forma tan maravillosa se puede hablar sin palabras. Me abandono a ese momento, a esa historia inventada, pero que yo soy la protagonista, por lo tanto también algo real, siento las caricias del sol de tarde por mi cuerpo. El mismo sol de tarde de la fotografía, y miro. Miro y te veo. Y estoy convencida de que las histroias; todas las historias se componen exclusivamente de instantes y que aunque sean inventadas y estemos solos podemos llegar a sentirnos mas acompañados que nunca.

Por fin el sueño se apoderó de mi.

lunes, 2 de marzo de 2009

Secretos

[por Madison]






Ayer domingo hizo un dia gris, triste y aparentemente nostálgico, a pesar de eso decidí salir.
Me puse el abrigo, me colgué el bolso al hombro y guardé dentro un paraguas por si lo necesitaba más tarde.

Mis pasos me llevaron a un parque, en él había bancos, todos ellos vacíos me senté en uno y los pensamientos se adueñaron de mi.
Estuve pensando en ti y en nuestros secretos. Yo, que siempre he afirmado que el secreto mejor guardado es el que uno calla. Yo que afirmo siempre que me preguntan que no es bueno abrir el corazón. Yo contradictoria conmigo misma.
Yo...que necesito tener a álguien a mi lado para hacerle poseedor y confidente de mis secretos. Yo, que recibo dichosa esos secretos tuyos y los guardo como una de las más preciadas de mis pertinencias.


Y así fueron trancurriendo las horas, pensando en la forma que escuchas mis confidencias y el cariño de nuestra amistad compartida. Siempre he creido que tras tu apariencia de persona algo fría e indiferente se esconde un ser especial. No me equivoqué.

Empezó a llover, pero fuí incapaz de levantarme y marchar, tan absorta estaba en mis pensamientos que ni cuenta me di que me estaba mojando. Vi a una mujer que corría a cobijarse de la lluvía bajo un toldo. Vi una pareja que corrían hacia su coche con una revista abierta sobre la cabeza para evitar que el agua cayera sobre ellos. Vi a un hombre que iba presuroso junto a su perro. Y yo deseaba alzar la vista al cielo con los ojos abiertos, pero la lluvia me lo impedía y mientras, pensaba en todas las estatuas del parque que se estaban mojando. Y observaba de qué material estaban construidas. El agua resbalaba por ellas...El agua se filtraba en mi cuerpo.

Por la noche soñé contigo, y mientras intentaba conciliar el sueño pensaba dónde irían a parar todas nuestras confidencias cuando desaparezcamos. Y pensé que con cada secreto se llevaba un trocito de corazón