viernes, 27 de abril de 2018

Conocerse


Durante los muchos años que permanecimos juntos siempre hubo alguna cosa de él que nunca supe con todo detalle y jamás se la pregunté. Sólo era cuestión de dejar pasar el tiempo, así que en el momento de su muerte ya sabíamos todo el uno del otro y aquello tuvo lugar justo como nunca habíamos imaginado: de súbito, entre la sorpresa y el júbilo. Era mi gran y único amor y gran parte de mi juventud se entremezclaba con la suya. 
No estábamos de acuerdo en muchas cosas y discrepábamos en casi todo, pero siempre se mostró atento y enamorado de mi.
Los viernes por la tarde me gustaba destinarlos a visitar alguna exposición, a veces, muy pocas me acompañaba, cuando ocurría
cada vez que yo comentaba una obra de arte, me interpelaba con tono irónico: Bah, no sé qué ves en ese cuadro, ven, ven aquí y contempla ¿ ves qué belleza?.Yo contestaba: Bueno, no está mal, sí, me gusta.
Aunque no fuera de mi total agrado, tampoco me suponía un enorme esfuerzo admitir que no estaba del todo mal, ni que aquella obra no me satisfaciera por completo. Yo le respondía en tono solemne con intención de que mi respuesta resultara convincente, pero él se daba cuenta de mi esfuerzo, me miraba y se reía de buena gana, me cogia de la mano y continuaba mostrándome el resto de obras mientras me acariciaba cariñosamente con su mirada. Ya verás, decía, ya verás qué maravilla..
Nos sentíamos felices. Sentíamos la dicha de vivir una vida que nunca nos dejaba indiferentes, nos encantaba pasar horas uno al lado del otro en silencio. Nuestro pensamiento eran siempre el preludio de lo que estaba a punto de acontecer, cualquier acción por simple que fuera era importante, nada se perdía en lo superfuo, nada era errante, todo encajaba y seguía por el buen camino. Un camino tal vez intangible, pero que nos acercaba y eso era lo que realmente nos importaba. La chispa de permanecer juntos sin aburrirnos.
Nos complacía desconocer algún que otro secreto y el hecho de comprender que nada nunca es tan difícil cómo imaginamos a la hora de comprender. Procuramos no ceder a la tendencia innata de tratar u obligar a desvelar lo que en un momento decidimos callar. No nos urgía saber. Porque en la vida siempre llega el momento, la necesidad de explicar y escuchar.
Aprendimos a dejar espacio libre al hilo de nuestras meditaciones, tan distintas tan dispares, hasta que llegó el momento oportuno y como tal cuando llegó nos reconocimos y nos aprobamos.
Imagen de Joseph Lorusso 

domingo, 22 de abril de 2018

Descubrir

Visto que las cosas no iban todo lo bien que yo necesitaba, al día siguiente, lo primero que hice fue convocarme a mi misma una asamblea extraordinaria personal, secreta e intransferible, debía tomar una decisión de emergencia, había que capturar esta sensación por sorpresa, no confié a nadie mi idea pues se necesita una buena dosis de osadía y ser valiente para llevar a cabo tal misión. Urge acorralar a la vieja costumbre del pensar más de la cuenta, hay que expulsar ideas envenenadas, así que cerqué la zona del alma dañada y neutralicé la que yo consideré aún sana, seguí andando durante un buen rato por las inmediaciones cercanas hasta que llegué al pie del faro, allí descubrí una entrada imaginaria que daba, o eso creí entrever, a un mundo mejor, la puerta se hallaba disimulada con olas blancas que rompían con ímpetu como avisando de lo que estaba por llegar, andé y andé durante un tiempo indeterminado hasta quedar agotada, me movía con dificultad, entonces tomé asiento en un rincón, medité. Supe que había llegado la hora, que ya podría salir airosa del atolladero en el que vivía y esta vez levanté la vista para mostrar mi decisión en señal resolutiva, ya no me asustaba nadie, todos aquellos que me prejuzgaban me inspiraban más bien lástima, un líquido salado resbalaba por mi cara hasta rozar la boca, me armé de valentía, la mirada la proyecté hacia el infinito y chillé fuerte, muy fuerte mientras corría alejándome de lo incierto, sintiendo una alegría extraña y renovada al comprobar que estaba viva, viva por dentro, claro. Que nunca había dejado de estarlo y eso me bastaba para seguir adelante.  Así fue como me convertí muy a pesar de unos y alegría de otros en habitante del mundo, un mundo en que sus habitantes me acogían con agrado  por ser yo misma y podíamos convivir perfectamente compartiendo una vida normal e imperfecta, pero a ser posible sin imposturas.

sábado, 21 de abril de 2018

Primavera


Estamos ya en la primavera  y este año  no es una primavera cualquiera, esta vez ha dejado de ser la de cada año para convertirse en única.
Aunque todo sea demasiado obvio como para escapar a esta realidad, aunque es evidente que la observación de la naturaleza y los recuerdos están conectados entre sí, todavía no he encontrado un sólo momento sin que no haya intentado enumerar o clasificar todas las primaveras vividas contigo, principios de asociación, diría yo por llamarlo de alguna manera, porque la memoria es lo que le da esa categoría ya lo sabemos;  sin embargo a pesar de todo en la vida siempre ocurre una y mil veces algo que parece digno de despertar la curiosidad. Y así todo. A pesar de todo. El mundo no se para nunca, la vida sí.Sólo hay que esperar a nuevas estaciones para que brote de nuevo. La espera. La única medicina.

miércoles, 18 de abril de 2018

Aunque no estés

Aquella última tarde me besó en la mejilla lo más cerca posible de la boca, yo, aún sabiendo que todo estaba a punto de finalizar, vivía deseando con verdadera pasión permanecer a su lado eternamente para cobijarlo de las sombras, de todos los sinsabores que pudieran ocurrir. Olía a la colonia de siempre y tenía la piel fría. Una lagrima resbalaba por mi cara, a él se le negaron los ojos, ambos supimos que amarnos incluso más allá de la vida era nuestro destino inexorable.
Y aunque ya no estás, quiero que sepas sin embargo que todas las noches te pienso y que sigo durmiendo a tu lado reviviendo todas las demás, porque estar contigo incluso las discusiones más inútiles, siempre fueron algo espléndido y esas, para ti, difíciles palabras que siempre temiste decir, ahora yo las digo por ti: te amo
Imagen de Jone Reed

lunes, 9 de abril de 2018

Decirte

Si yo te dijera que hoy me ha parecido verte de nuevo,
que a pesar de los días que han transcurrido desde que te fuiste no tengo que hacer un gran esfuerzo para sentir tu cuerpo a mi lado como ha sido desde que nos conocimos, es decir casi toda la vida.. 
Que si cierro los ojos tengo la sensación que me abrazas, porque noto el calor de tus manos haciéndome sentir el ritmo de la música al deslizarse por mi espalda no te mentiría, te estaria diciendo la verdad.
Mentiría si te dijera que tu rostro se desvanece en mi mente, o que ya no siento tu respirar, tu aliento tibio en mi cuello, o que apenas recuerdo tu mirada, sí, te estaría mintiendo si afirmara todo eso, a decir verdad te diré que tus ojos rasgados los veo en sueños y despierta con idéntico brillo de la primavera pasada por estas fechas.
Y escucho el movimiento de tus labios y la entonación ilusionada de tu boca mientras hacíamos planes para cuando nos fueramos a vivir a nuestra nueva vivienda, más pequeña, más íntima . Hablabas que apenas necesitábamos equipaje, si acaso sólo llevaríamos con nosotros nuestros antiguos secretos de amor con el fin de mezclarlos con los nuevos, los que estaban a punto de producirse.
Como cuando en un momento de locura, o pasión o yo que sé nos dijimos que mi cuerpo es tu cuerpo aunque el tuyo es más 
fuerte y me recuerda al de las estatuas perfectas de las céntricas plazas de la ciudad, pero  nosotros nunca fuimos perfectos, ni fríos como esas estatuas adormecidas y tristes, al contrario que ellas nosotros nos dejábamos llevar dando  
 rienda suelta al deseo y nuestros cuerpos permanecían amorosamente enredados como ramas, hojas, flores y dieron sus frutos. Era la felicidad, sin adornos, de hecho la autenticidad no necesita adornarse

jueves, 5 de abril de 2018

Olores


 De vez en cuando, ciertos olores que desde años no he vuelto a sentir, regresan a mí directamente al cerebro..

lunes, 2 de abril de 2018

Fantasía


..fantasear con lo inesperado, con aquello que ha de venir. Es también  una forma de vivir, algunas veces la única que tenemos a mano para poder seguir adelante..