miércoles, 30 de abril de 2008

Carta VIII

[por 1452]

Carta VIII

Te echo de menos, no me preguntes cuánto; sólo sé que dos de cada tres minutos, quizás tres de cada cuatro que mi reloj marca, te pertenecen a ti; el minuto restante es sólo eso: restante, muerto, vacío, sin alma.
Te extraño de mil formas diferentes cada día, tantas, que a veces me hacen sonreír; algunas ni siquiera sabía que existían y otras, probablemente, únicamente las haya inventado para ti.
Y ya ves, hoy me he decidido a escribirte, a sabiendas de que no me leerás ni tampoco sabrás nunca, que pierdo un latido cada vez que te pienso y que sin serlo, me siento tuya.
Jamás sabrás que te quiero, que te escribo, que me haces falta, que te necesito; porque nunca romperé este silencio, que sin serlo, hace que te sienta mío.

A Gregorio Samsa (La Metamorfosis)

[por Andromeda]

Publicada inicialmente en abretelibro.com

Querido Gregorio: Esa historia que has narrado aquí, cómodamente tendido en esta nube gris, me ha dejado completamente pasmada. ¿En verdad te convertiste en ese bicho asqueroso que tan nutridamente has descrito?, ¿no sería quizá un truco de tu mente? Por lo que me has referido, supongo que tu febril y cansada imaginación, aunada al agotamiento real y palpable (debe ser difícil tener que cargar con tantas responsabilidades), trastornó tu personalidad fragil y complaciente, paseándola por infames derroteros, hasta que finalmente se dejó caer en una situación realmente aterradora. Tu amorosa familia también sufrió un cambio vertiginoso, cruel e insospechado: ¿cómo podrías imaginar que hasta lo más querido puede transformarse de esa manera? Es que ese amor era imaginario Gregorio, créeme. No nos engañemos, no te engañes tú mismo: el cariño no se condiciona de esa manera. Es menester que tu espíritu, infinitamente bondadoso, trascienda esos desdichados sucesos y siga su camino: no más demonios disfrazados de dulces parientes, no más abusos injustificados.... Sí, Gregorio, completamente aberrantes; no hay más que echar un vistazo a los sucesos posteriores a tu partida: nadie, absolutamente nadie es indispensable. Debiste ver también por ti mismo, por tus propios anhelos y necesidades (sin que estas palabras encierren destello alguno de egoísmo).

Recibe un fuerte abrazo: ese que tal vez nunca tuviste verdaderamente.

martes, 29 de abril de 2008

Mi valiente amiga

[por Madison]

Querida amiga:

Ahora que han transcurrido unos meses desde tu muerte y tras mucho meditarlo, me apetece decirte algunas cosas. Primero pedirte disculpas por no asisitir al homenaje que ayer te hicieron; pero tú ya sabes que no soy muy amiga de todas esas cosas, de hecho tú tampoco lo eras. Sabes que te extraño muchísimo? y además tengo un gran pesar porque creo que durante tu enfermedad no supe estar a la altura, al menos a tu altura. Jamás he visto a nadie con tanta entereza ante la adversidad, nos animabas a todos y estabas tan convencida de que superarias tu cáncer!! ahora cuando lo pienso creo que lo que pretendías era infundir valor y ganas de vivir a todos los que estábamos a tu lado.

Veo a tu hija, y te veo a ti, está muy guapa, en estos dos meses ha crecido una barbaridad. ¿Sabes? el sábado estuve allí, en ese pueblo del Pirineo que tanto te gustaba y que tanto disfrutamos de las comidas ¿recuerdas?.

El otro dia, por casualidad estuve viendo la pelicula de Isabel Coixet, Mi vida sin mi. No pude dejar de asociar la vida de Ann con la tuya, las dos tuvísteis la noticia de vuestra sentencia de muerte con antelación. Ella me recordó a ti, nunca escuché queja alguna por tu parte, como ella también pensabas continuamente en los tuyos, tu sonrisa era permanente. Querías disfrutar hasta el último momento esa "nueva" vida que se te impuso. Y fuiste consciente que tras tu marcha la vida continuaría igual, que el tiempo no se detiene para nadie ni por nadie. Pero también sabías que tu camino y tu vida quedaba impregnado a los tuyos. Eras personas de pocas palabras, pero en todo momento decías las adecuadas. Cuando terminó la pelicula mis ojos estaban enrojecidos, pero a pesar de la amargura que me provocó, me sentí bien, me sentí muy unida a ti. Si donde estés me ves te pido que pienses en mi, que cuides de mi. ya sabes que siempre me regañabas no?

Te quiero mucho y siempre te recordaré. Un beso muy fuerte guapa.

viernes, 25 de abril de 2008

(por gaviero)

[por Gaviero]

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 23 de marzo de 2008 a las 20,23)

Querida desconocida:
Desde siempre me he sentido atraído por el mar, y a lo largo de mi vida he ido acumulando recuerdos, sonidos, imágenes de él. Tal vez de estas últimas la que mayor fuerza conserva, por su carácter mágico, sea la de una noche de fin de año en Copacabana. A medianoche, la gente acude en tropel desde todos los lugares, incluso llegan del interior. Visten ropas blancas en su mayoría, y comienzan a sonar los tambores y los cantos umbandas; sobre pequeñas embarcaciones se colocan velas encendidas, flores y hojas de papel en las que previamente se han escrito los deseos para el año venidero, y depositándolas sobre las aguas, se espera a que las corrientes se las lleven mar adentro, en cuyo caso se cumplirán los deseos. Los cánticos, danzas y fuegos artificiales continúan durante toda la noche.
En realidad este rito es una ofrenda a Yemanya, la diosa del mar, que procedente del culto africano, tras su paso por el candomble se transforma en el sincretismo umbanda. Su origen en Brasil lo encontramos en Salvador de Bahía.
Los miles de velas encendidas internándose en el océano, junto con sonido monocorde de los cientos de tambores y los cánticos rituales, todo ello iluminado por los fuegos artificiales, hacen que nadie pueda permanecer insensible ante esta exhibición.

lunes, 21 de abril de 2008

Sir Francis Drake

[por Maverick]

Querida Elizabeth:

No os podéis imaginar lo bien que se nos ha dado el día de hoy. Hemos capturado dos cargueros españoles que venían de las Indias Orientales. Ahora, que ya sabemos por dónde pasan, es un juego de niños. Esperamos que regresen a la vieja Europa, porque siempre vienen cargados con oro, sedas y joyas que traen del nuevo mundo y todo lo que tenemos que hacer es abordar los barcos y tomar el botín.

No todo iba a ser tan fácil y hoy hemos tenido que luchar con dos fragatas que acompañaban a los cargueros. Nos las hemos visto buenas pero hemos salido triunfantes. Estos españoles son unos perros endiablados y, así tengan una gota de sangre miserable en sus venas, luchan como verdaderos demonios rabiosos hasta la muerte. Hemos tenido que pasarlos por la espada pues, los que se libraban de nuestro fuego artillero y caían al mar, tan pronto se acercaban a nuestras naves, intentaban por todos los medios subir a bordo cuchillo en mano y ojos ardiendo en furia. De todas mis andanzas por los siete mares no he visto jamás unos bribones más locos ni temerarios. Lástima que sean españoles, señora, porque bien podrían unirse a la Gloriosa Armada de su majestad, Elizabeth. Si no fueran tan condenadamente fieles a su rey Don Carlos podrían servirnos para tomar algunas posesiones que, a buen seguro, le habrían de gustar majestad. Pero ya conoce ese carácter tan vulgar, visceral e impulsivo de ese Pueblo del que, además, se sienten orgullosos. Debo decirle que nos hemos divertido de lo lindo ensartando a esos animales con el frío, duro y valeroso acero inglés de su Majestad.

En fin, me congratula hacerle saber que navegamos rumbo al puerto de Dover con la carga intacta de los dos cargueros. Las fragatas españolas han sido destruídas. Una lástima pues la llamada Virgen del Mar era un precioso buque que habría tomado para mis próximas hazañas en nombre de la Corona. Como habíamos acordado, mi lady, mis hombres no han hecho prisioneros y hemos tirado a todos los españoles heridos por la borda para que sirvan de pasto a los tiburones. Los hemos tirado vivos, porque como seguramente sabe, al agitarse intentando huir, su sangre mana con más facilidad por las heridas de nuestras espadas y el olor de la sangre resulta verdaderamente excitante para los tiburones.

Debo decirle que la parte del botín que corresponde a su majestad es, en esta ocasión, admirable y que podrá vestir sus palacios con nuevas sedas y tapices de colores brillantes. Las joyas le gustarán aún más. Es un gran día para la Corona y para Inglaterra.

Si los vientos soplan favorables, como hasta ahora, calculo que llegaremos el martes a primera hora y podré llegar el miércoles al Palacio de Buckimgham para tomar el té con su majestad. No veo llegada la hora de reunirme con vos, Elizabeth. Hasta entonces se despide su más ferviente pirata:

Sir Francis Drake

martes, 15 de abril de 2008

Al padre Pere

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 30 de Marzo de 2008 a las 13:27 h)

[por Madison]

Mi memoria es mala, cada día está peor, por eso no quiero perder ni un segundo y me pongo a escribir ya. Mis ideas cada día son más atropelladas dentro de mi cerebro, quiero expresar muchas cosas y la mayoría de veces no digo nada y lo que digo es más bien poco, apabullante y con poco sentido. Pero hoy quiero escribir (de hecho hace mucho que pienso en ello) al padre Pere, al obispo Casaldariga. El, con su labor llevada a cabo durante años y años en un remoto pueblo de Brasil hace que en momentos duros, crea en las personas, en la religión, en Dios.

Señor Casaldáriga, supe de su obra cuando hace unos años leí un libro que escribieron dos periodistas de TV3, ellos llegaron a ese lugar remoto y lejano de Brasil y se entrevistaron con usted leí esas páginas y quedé fascinada.

Esta mañana he visto por televisión y en memoria de Antonio Maria Claret un documental en el que usted hablaba, mostraba la pequeña casa donde habita, es muy humilde, pero la pared está llena de libros.

He escuchado a la gente de esa aldea cómo le adora y le quiere. He visto la pequeña escuela de circo que ha montado para evitar que muchos de lo jóvenes y niños caigan en la delincuencia. Y he podido comprobar la mirada, esos ojos que transmiten paz, seguridad, bondad, valentía y mucha tenacidad, también su buen humor. Y, sobre todo sus palabras, las que cree que son primordiales para sobrevivir sea donde sea... Deseo darle las gracias por hacerme que ver que a pesar de las malas noticias diarias, de guerras, violaciones, injusticias y siempre pagando los mas pobres, a pesar de eso...existe gente como usted, como Vicente Ferrer y algunos más.

Ojalá un día pudiera decirle estas palabras personalmente.




A Felipe

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 17 de Marzo de 2008 a las 17:23 h)

[por Madison]

Querido Felipe

Ayer me acordé mucho de ti, estuve en nuestro pueblo, era al mediodía, más o menos la misma hora de nuestro primer encuentro de eso hace ya tiempo ¿te acuerdas?.

Sin darme cuenta mis pasos me condujeron a esa plaza donde nos vimos, mi vista fue a parar de forma inconsciente al banco que hay junto a la fuente dónde estabas sentado aquel domingo y aunque sabía que no era probable el verte, te imaginaba allí sentado esperándome con tu tímida y franca sonrisa.

La verdad es que cuando los domingos voy conduciendo cada ciclista que veo imagino que eres tú, y les miro por si acaso. También cada vez que veo un Golf de color rojo pienso en ti. Como puedes observar hay muchas cosas que me hacen pensar en ti.

Espero que tu salud sea buena y tus vistas rutinarias al médico sean satisfactorias, las mías por el momento son así. También cuando voy al hospital miro por si acaso hay alguna coincidencia y nos encontramos.
¿Sabes? he cambiado de casa, pero tu cuadro continua ocupando un lugar preferente.

Por cierto te has decidido ya a pintar al aire libre sin copiar ningún cuadro? espero que sí, porque eres un gran artista Felipe.
Me gustaría que tuvieras ocasión de leer esta carta y respondieras, últimamente eres muy caro de ver por este foro, a ver si te pones internet ya en casita no?

Bueno Felipe, me despido por ahora con la esperanza de que muy pronto podamos reanudar nuestras charlas, breves, pero siempre muy agradables.
Un abrazo muy fuerte Felipe.
Madison



A Sandra

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 11 de Marzo de 2008 a las 18:32 h)

[por Madison]

Querida Sandra

Hasta hace dos días no sabía de tu existencia, y ojalá que no te hubiese conocido nunca, por lo menos en las circunstancias en que lo he hecho.

El otro día te vi por televisión, vi a una chica valiente, cosa que no son los que mataron a tu padre, le echaste narices al asunto y ahí estabas tú, hablando ante una multitud; se te notaba nerviosa, irritada, impotente, pero también se te veía que rebosabas de amor hacía él y hacia toda tu familia.

Me gustaría mostrar mi apoyo personalmente, pero como eso no es posible lo hago desde aquí, de forma anónima. Quiero dejar constancia de esta injusticia, de tanto despropósito. Mi pensamiento está con vosotros, con todos los de tu casa, porque imagino que ahora empieza el camino más difícil, cuando se terminan las manifestaciones, las entrevistas... cuando por la noche se cierra la puerta de vuestra casa, es el momento de la tragedia... de la realidad.

Intento imaginar la pena de tu madre por todo lo que se le viene encima, imagino su soledad, porque cuando hace tantos años que estás con una persona y llevas a cabo un proyecto de futuro en común, cuando falta esa persona es como si te arrancaran un a parte de ti misma. Y también imagino a vosotras como hijas que por muchos años que pasen siempre estará ese vacío en vuestras vidas, porque por muy mayor que uno se haga la figura del padre es algo que no se puede reemplazar con nada ni nadie.
Un abrazo Sandra



Está lloviendo

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 10 de Marzo de 2008 a las 20:57 h)

[por Madison]

Hola qué tal estás?

Hace días que deseaba escribirte, pero ya ves, por una cosa u otra, lo he ido dejando. Pero esta tarde me apetece hacerlo, en realidad lo que me gustaría es que estuvieras aquí a mi lado, pero eso ya se que no es posible.

Está lloviendo, me he levantado a mirar por la ventana y veo la calle llena de agua. Me gusta, ya sabes cuánto. Tardes de domingo, libro, mantita y estufa. Estas tardes de invierno cuando llueve me vuelven melancólica pero me siento muy bien. La lluvia tiene un poder de relajación conmigo increíble. Pero no se ni por que te lo cuento, es algo que ya sabes.

¿Sabes qué libro tengo entre mis manos? Sí, seguro que lo adivinas. Es el que me enviaste el otro día. Es cierto lo que me contaste. La historia de este libro tiene algo que ver con la nuestra. Hay momentos que cierro los ojos y me imagino en ese avión, solo un día ¿estaría bien eh? ¿qué te parece a ti?. Un día de exilio voluntario, salir de casa por la mañana, cada uno por su lado y un encuentro, por la noche cada uno de vuelta a su vida, no ha pasado nada.

Deberíamos hacerlo, aunque bien es verdad que no tiene mucho sentido, porque hace tantos años que estamos juntos...pero son cosas que ayudan a conservar la relación, aunque nos conozcamos quizás demasiado, seguro que si hacemos esa escapada como si fuéramos amantes, algo nuevo descubriríamos el uno del otro.

Te quiero, te quiero por muchas cosas, pero entre ellas ya sabes… me encanta cómo haces que me ría de cualquier tontería, y a pesar de los años continúan haciéndome gracias esos acudidos que tienes.

Un beso cariño y hasta dentro de nada, gracias por aguantarme

Ostras estoy mirando por la ventana y qué extraño, veo dos árboles uno de ellos está a rebosar e flores, en cambio el otro parece que sus ramas estén muertas. La naturaleza es sabia dentro de nada estará también verde y lozano lleno de hojas.
No se por qué ha venido a mi memoria el pensamiento de que se parecen a las personas, hay momentos en los que diría que estás muerta, pero siempre reapareces, es la vida...hermosa y sabia vida



A Joseph Conrad


(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 10 de Marzo de 2008 a las 20:40 h)

[por Madison]


Acabo de leer su libro. Creo que fue de los primeros que publicó se titula "Situación Límite". Quiero agradecer lo bien que me lo ha hecho pasar, sin darme cuenta me he encontrado navegando por los mares de Oriente, descubriendo nuevas islas, las cuales llevan el nombre del capitán Whalley y su barco.

He podido respirar el aire húmedo del río arriba. He paseado por el puerto hasta que llega la nueva mercancía. He visto la dignidad, el honor de un hombre, el amor de un esposo y de un padre, dispuesto a todo por ayudar a la hija. He conocido la lealtad de su ayudante malayo, también la envidia del que por ganar un puesto es capaz de todo. Hasta las páginas finales ha conseguido engañarme, no imaginaba el secreto del señor Whalley.

Por todas estas cosas quiero darle las gracias, por esta historia y por otras que he leído de usted. Qué suerte para los lectores que usted sintiera fascinación por los viajes...gracias a eso podemos disfrutar desde casa de miles de historias y países diferentes, también de personajes tan reales, que tiene el poder de hacernos llorar, sufrir, sonreír...somos juguetes en sus manos.

Las madres

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 3 de Marzo de 2008 a las 15:35 h)

[por Madison]

Hola guapetona qué tal estás? Seguro que con los ojos muy abiertos al leer esta carta.


Creías que no lo iba a hacer eh? Pues ya ves que sí me atrevo a escribirte, a pesar de lo poco que me gusta hacerlo, ya sabes que la escritura y el teléfono no son muy buenos amigos míos. Lo más gracioso cariño es que parece que tenemos los papeles invertidos. Generalmente son las madres las que se quejan de que los hijos no llamen o avisen. Nosotras no. Siempre eres tú la que llamas. Eso sí, haces una perdida, seguidamente cuando marco el número escucho tu voz que me dice (vaya morro que tienes) pero lo dices riendo y contándome que tu misma te decías... hace mucho que no hablo con mi mamuchi.

Qué quieres soy de las que piensa que el poeta tiene mucha razón cuando dice que los padres somos los que debemos parecernos a los hijos y no al revés, porque la vida siempre sigue hacia adelante.

Es domingo por la mañana y mientras te escribo estas letras veo que por televisión ponen unos dibujos animados que te encantaban. Ha venido a mi memoria cuando los mirábamos juntas, tu en el sofá yo planchando ¡¡qué tiempos mas buenos nena!!.

Pero da igual, estoy muy contenta de que haya pasado el tiempo y que estés tan feliz, lo noto por tu voz. Ya ves cariño la vida siempre se preocupa de poner cada cosa y persona en su sitio, solo hace falta tener paciencia y esperar.

Bueno, te dejo ya que te recuperes de la sorpresa y cuento los días que faltan para verte.

Un beso muy, muy, muy fuerte de mi


A José Ángel

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 26 de Febrero de 2008 a las 13:58 h)

[por Madison]

Querido jangel:

Quiero darte la enhorabuena (sí ya se que es un poco tarde) por tu paternidad, igual que a Mari carmen.

Supongo que estáis en una nube todavía. Tener un hijo es la mayor y mejor experiencia que existe. Y es cierto que no vienen con un libro de instrucciones bajo el brazo, pero al verle salir ya sabes que algo ha cambiado en tu vida, desde ese instante hay un antes y un después; como por arte de magia la intuición se pone en marcha de una forma que antes nunca habías imaginado que existiera. Y las prioridades dan un giro de ciento ochenta grados.

El aroma más fantástico que he olido es el de una casa donde hay un bebé, es increíble!!! Es tan importante el día a día, cada segundo que vives con ellos, porque los días pasan muy rápidos. Es gratificante la tarea de ser padre. Cuando acaba de nacer tu hijo y te lo enseñan quedas petrificado, miras a tu pareja y no hacen faltas palabras, porque el pensamiento es el mismo ¿cómo es posible que nosotros hayamos sido capaces de hacer algo tan perfecto?

Un beso enorme Jangel y perdóname.

Viernes

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 22 de Febrero de 2008 a las 20:07 h)


[por Madison]


Qué tal estás?

Te escribo cuatro letras para explicarte unas cosillas a ver si son de tu agrado.

Sabes? me siento...viernes, eso es algo bueno, porque el viernes es el día de la semana que más me gusta.

El viernes me siento bien, estoy cómoda, junto a la música de Bach me acompañan mis pensamientos, estos son cálidos, así que decido dejarme llevar por ellos. Cierro los ojos y me dejo transportar, son buenos aliados, me fío de ellos dejan que perciban tantas cosas!!!

El viernes puedo entretenerme en nada, por ejemplo, encender una vela aromática, escuchar mi silencio (escucharme a mi misma).

En ocasiones cuando me escucho de forma inconsciente me veo sonriendo.

Sonrío porque al preguntarme a mi misma cómo soy surge una respuesta bastante tonta, me digo que...sencillamente soy y estoy y otras veces la sonrisa se torna mueca porque reconozco que a veces soy lo que no quiero ser.

Qué más da!!! junto a la vela, me decido también por un palito de esos de incienso que el otro día me regalaron.

Te he dicho en alguna ocasión que me encanta Bach? ¿no? pues así es, sobre todo escuchar sus cantatas y más que nada “La pasión según San Mateo”, si no lo has probado nunca te recomiendo que pruebes, ya me contarás lo que sientes.

Quiero condensar todo esto que siento por eso te escribo, si cierras los ojos y piensas en mi podrás ver el brillo de mis ojos, la ilusión del momento, incluso me verás presumida...quizás demasiado presumida...

hasta pronto



Amor

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 20 de Febrero de 2008 a las 22:54 h)

[por Madison]

Amor:

Te escribo esta carta desde aquí, quiero comunicarte mi pena y desasosiego. Tanto esperar, tanto padecer por si la llegada sería impuntual o quien sabe gafe. Y no que llega con ocho minutos de adelanto a la hora prevista.

Está visto que nuestro destino es desencuentro, lo hemos intentado tantas veces y ninguna de ellas ha dado resultado, por eso estaba yo tan esperanzada con el AVE, como ya te conté tengo grandes influencias, así que el billete lo tenía en mi poder desde hace días. Todo estaba preparado, cómo iríamos vestidos, el vagón en el que me instalaría....es que todo era perfecto, de ahí nos esperaba la exposición de Modigliani y otra de Andy Warhol.

Qué pena, no ha podido ser, es tan rápido esto del Ave...creo que prefiero los otros trenes mas convencionales, los de toda la vida, sí esos que a la que entras y te instalas, das un vistazo y ves a todo el mundo serio, enchufado con su mp3 ó mp4, ahhh y los mas guay los del ordenador, no he entendido nunca qué caray hacen con el ordenador en el tren, porque supongo que internet no hay, ¿entonces? quizás miran fotos, no se...con lo bien que uno podría pasar el rato hablando con esas personas, pero no, cada uno a lo suyo.

Por cierto hoy, antes de coger el AVE he hecho un pequeño trayecto en autobús, eso sí que es pasar un buen rato, en los autobuses la gente no calla, sobre todo personas mayores con lo cual me he enterado de las operaciones de un hombre, de que a la mujer la ha metido en un asilo.

Y también he envidiado la risa de dos mujeres, venían de una entrevista de trabajo y decían....joer es que piden que sepas mucho eh???

y la otra claro, yo ya le he dicho a la tía del paro que de cuentas yo no se que me lío.....y la otra....pues yo en el colegio era de las listas.

A todo esto cada vez que escuchaban música una de ellas abría como una loca el bolso porque creía que era su móvil....pero...si era una música distinta cada vez!!!!!

En fin cariño, que otro día será, si acaso vale mas que quedemos por ejemplo a medio camino entre Pinto y Valdemoro, de esa forma supongo llegará el tan ansiado momento de vernos por una vez al menos.

Un fuerte abrazo de esta que te escribe y que ha vuelto sola y con el regalo en la bolsa de viaje, ahhh por cierto eso otra cosa, me he comprado de todo nuevo para estrenar, para ti...y ahora qué? que mala suerte oye.

Él

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 14 de Febrero de 2008 a las 17:51 h)

[por Madison]

Cómo estas?

Hace días que deseaba comunicarte algo, pero por un motivo u otro lo he ido posponiendo, así que he decidido que de hoy no pasa.

Recuerdas cada año la visita que viene a nosotros? pues ya está aquí de nuevo, hace días que le veo, al volver a casa del trabajo, de la compra, del cine...ahí está, en su lugar de siempre… majestuoso, bello, soberbio, claro es tan alto y huele tan bien, que embriaga.

Te lo hago saber porque mañana me acercaré a saludarle, se que si no lo hago yo él no vendrá a mi.

Aunque noto como me mira...siento su mirada a cada momento, ella no ha llegado todavía, pero supongo que tampoco tardará demasiado en hacer acto de presencia.

En fin que te invito a que me acompañes a realizar la visita, quién no nos dice qué esta será la última vez que podemos verlo, sentarnos con él a su lado y contarnos nuestras cosas, como hemos venido haciendo en el transcurso de todos estos años. Me he enterado que tienen nuevos planes para él, así que por favor no me falles, con él se va parte de nuestra historia ¿recuerdas no?

Es injusto que ya no le veamos más, es algo nuestro, pero la vida está llena de injusticias quizás esta sea la más leve, pero para mi es una circunstancia trágica, estoy acostumbrada a cada mes de Febrero y Marzo ver esas flores tan maravillosas, arrancar del árbol unos cuantos frutos. Es mi pequeño secreto que solamente sabe él y tú...me gustan las almendras cuando están verdes, las muerdo y dentro está el fruto blanco y tierno....ummm qué placer.

Ven, te estoy esperando

A tí

(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 13 de Febrero de 2008 a las 17:52 h)

[por Madison]

Te escribo a ti que eres alguien especial y que has aparecido en mi vida cuando era más gris que nunca.

A ti, que eres especial y que con tus palabras has hecho que respirara esta suave brisa, que has conseguido que mire desde una nueva luz mucho más luminosa que la que me acompañaba hasta ahora.

A ti, que tienes un nombre, pero no lo voy a decir quiero darte las gracias por esa complicidad que desde el primer momento existió entre nosotros y mi deseo es que nunca se acabe, que siempre impere entre ambos.

A ti, que nos hemos contado un poco el libro de nuestra vida, me gustaría que cuando haya pasado un tiempo, quizás años compartamos alguna página. Ahora que has marchado tan lejos, dejo el libro abierto hasta tu vuelta, para que cuando lo hagas continuemos leyendo y compartiendo hasta ver dónde, cómo y de que forma ponemos fin al capítulo.

A ti, que me preguntas cómo soy, de qué color son mis ojos, te contesto....no se cómo soy, no se de qué color son mis ojos, cuando veo un película triste lloro, ¿que cómo soy? Soy… simplemente yo. Alguien que se muestra tal cual.

Intuyes por mis respuestas que soy una persona bastante insegura, en infinidad de ocasiones he contestado a tus preguntas con un no se..no se...no se. En esos momentos es cuando pienso que todo está perdido, incluso antes de empezar y me veo preguntándome ¿qué me queda tras tu marcha? ¿He hecho bien en fijarme en ti?

A ti, que eres especial te escribo esta carta, que no se si está bien escrita o mal, pero es tal como ha salido de mi corazón y es así como quiero que la tengas

Cada día, cada minuto que pasa te recuerdo y le pido a mi cabeza que razone y te olvide, pero eso es algo tan imposible como pedir que el corazón deje de latir. Recuerdo nuestros hermosos y efímeros momentos. Pienso en tu piel, en tu hermosa sonrisa, tus manos, tu cara, tu cuerpo....y todo es mucho más que un pensamiento...

domingo, 13 de abril de 2008

En el mar

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 23-Febrero-2008 a las 20:55h.)

[por Maverick]


Me hablas de brisas y recuerdo el día que nos conocimos… Paseamos por el rompeolas entre la gente que disfrutaba de aquel cálido sol de primavera. Casi sin darnos cuenta nos fuimos despistando de la multitud buscando una intimidad cómplice. Apoyaste tu espalda en el muro de piedra de la margen izquierda de la ría. Yo, delante de ti, miraba tus ojos que guardaban tantos secretos. Tu melena rubia, encaracolada, mecida por la suave brisa marina. Me acerqué más. Posé mis manos en tu cintura. Dudabas. Temías que yo supiera. Pero yo no quería saber. Querías contarme qué pasó en tu vida. Pero yo no quería saber del pasado. También el mío tenía sombras grises. Pero yo quería cerrar todos los libros que había abierto. Envolví tu carita entre mis manos y, lentamente, susurré “qué importa qué nos ha pasado… sólo quiero besar tus labios y empezar contigo una nueva historia, un nuevo libro que no tenga final, mecerme contigo entre sus líneas y amarnos, amarnos hasta que se fundan nuestros corazones con cada página”. Nos besamos. Notaste mi tensión y te acercaste más a mí. Y nunca más ya pude olvidar tus besos, ni tu piel, ni tus caricias…


¿Piensas de verdad que me he olvidado de tus ojos?... tus ojos guardan una mezcla del color del mar en el invierno y de los campos de castilla en el verano. Llevan la Asturias que te vio nacer y el Madrid que te cuidó al mismo tiempo. Igual que el amor que nos unió. ¿Cómo podría olvidar tus ojos, tus emociones, tu sensibilidad, tu entrega, tu pasión en todo lo que haces, en todo lo que dices, en todo lo que sientes?. Te llevo metida en mi piel, en mi sangre… No pienses que yo me he ido… amor… yo sigo aquí en nuestra casa, en el valle. A veces creo verte entre los manzanos y el riachuelo y mi corazón se encabrita… y, de repente te desvaneces, y una lágrima resbala por mi mejilla… ¿Cómo?... ¿cómo es posible encontrarte?, ¿dónde está la llave que me separa de ti?... Te siento reír en mi cabeza. Te veo pintar bajo los árboles. Oigo tu voz en el viento… Lloro. Lloro apretando fuerte mis brazos sobre mi pecho que arde cómo un volcán… Cada minuto muero un poco más… Sólo deseo que llegue pronto el momento de volver a verte, a abrazarte y a sentir tus besos que me dan la vida, que me dan la paz… Sólo puedo ser de ti… amor.

Para Chris

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 5-Marzo-2008 a las 7:38h.)

[por Maverick]

Hola Princesa:


Aunque no he podido conseguir que estemos juntos en este viaje, quiero decirte que esto lo solucionaré en cuánto llegue a casa. Después de Semana Santa tendré dos semanas de vacaciones y estaremos los tres juntos como os prometí. Es verdad que caminar por estas tierras en la fiesta de San Patricio es mucho más divertido, porque la gente se vuelve más abierta y las calles se llenan de música, de músicos y de banderitas con tréboles verdes y de leprechauns, que son unos duendecitos que sólo habitan en esta preciosa tierra. Estoy seguro de que estos duendes te gustarán y te harán reír mucho. Se parecen a ese muñeco que tienes en tu habitación, ese que tú y mamá bautizasteis como Paddy. La música es muy alegre y te anima a bailar. Estos días, la gente baila en cualquier momento y lugar, basta con que se junte un violín y un bodhram para que dos minutos después ya estén cuatro o cinco personas bailando. ¿Te acuerdas del bodhram?... Claro que sí, Princesa, es aquella especie de pandereta grandota que tocaba el hermano mayor de tu amiguina Sinead cuando estuvieron en nuestra casa este verano pasado. Por cierto, hablando de Sinead, he de decirte que no deja de preguntar por ti. Dice que tiene muchas ganas de verte al igual que Sean y sus papás. No te imaginas la impresión que has causado en sus corazones. Molly me ha tenido una tarde entera hablándole de ti, de tus correrías y tus travesuras… hasta he tenido que llamar a mamá para preguntarle el nombre de tu osito favorito, sí, ese grande con el gorro marinero azul que vigila tu cama cuando estás en el cole… el “tío Peter”. Casí se mueren de risa cuando les conté lo que hiciste la semana pasada en la piscina… sí, sí, ahora te ríes pero el sábado no te causaba tanta risa, ¿eh, brujita?…

Como todavía eres un poco pequeñina para leer esta carta, sé que te la estará leyendo mamá, así que aprovecho para deciros a las dos que os echo muchísimo de menos. Cada vez me cuesta más separarme de vosotras, aunque sólo sea por cinco días, como en este viaje. Tú y mamá sois el tesoro más grande que un hombre puede tener en su vida. Sois el sol que amanece cada mañana en el balcón de mis pensamientos y por vosotras merece la pena todo esfuerzo. Ya que no estoy en casa para leerte un cuento con mamá estas noches, espero que ella te lea esta carta antes de dormir para que sepas que eres la Princesa de mi corazón, que te quiero con locura y que el viernes estaré de regreso para darte ese abrazo tan fuerte que te gusta tanto. Molly y Conor insisten en que en quince días nos quieren ver aquí a los tres. Ya nos han preparado una habitación en su casa y tú y Sinead dormiréis juntas en otra habitación, así que entonces tendréis todo el tiempo para jugar y contaros cosas.


Ya es tarde y tengo que dormir, así que os escribo un beso de buenas noches. Un beso para ti mi amada Chris, mi Princesa y mi luz y un beso para ti Rachel, que me das tanto amor en cada minuto de nuestras vidas. Estáis siempre en mis pensamientos… Eternally yours…


Os quiere (y adora)…
Papá

Carta a Mike

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 19-Marzo-2008 a las 7:04h.)

[por Maverick]
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Querido hermano:

Te escribo antes de dormir porque, como ya sabes, es la hora que más me gusta para escribiros mis cartas. Son las once y media de la noche y tenemos mar tranquila, aunque ayer la tormenta nos puso a prueba a todos. Tuvimos serios problemas. Creí que íbamos a necesitar ayuda, porque se agarrotó una válvula en el motor principal y tuvimos que detener las máquinas en medio del temporal. El grupo auxiliar nos permitió tener energía para los demás equipos, pero quedamos prácticamente al pairo. A pesar de la juventud del capitán, éste se comportó de forma valiente y dirigió el barco de forma eficaz. Aún así, sufrimos dos embates traicioneros que nos golpearon por babor y que nos tuvieron a merced de un desastre total. El capitán, Devon, ordenó transmitir por radio nuestra situación de emergencia, pero la tormenta era tan fuerte que no era posible ayuda aérea. La ayuda que teníamos más cerca era el noruego “Princess Beatrice”, pero estaba a más de cincuenta millas, casi las mismas que nos separaban de la costa. La primera oficial, Miriam, estaba en el puente con el capitán. La templanza y coraje de aquel se le contagió y, gracias a su rapidez y decisión, saltó al entrepuente en una arriesgada acción, justo en el momento en que Richard había perdido el equilibrio y resbalaba irremediablemente hacia estribor para caer por la cubierta principal en medio de aquella mar arrebatada. Miriam vio venir la ola y salió apresuradamente del puente para coger una de las cadenas que utilizamos como ayuda en la pluma de arrastre de jaretas. Al ir a coger la cadena, ésta pegó un latigazo e hirió a Miriam en un brazo, pero logró lanzarla a los brazos de Richard que pudo asirse a la misma en el último segundo. Jake y yo estábamos asegurando aparejos en el castillo de proa y tuvimos el tiempo justo para atarnos antes del golpe de mar. Luego Miriam nos dio orden de salir de cubierta. Ayer fue el día más tenso que he vivido en la mar, Mike. La verdad es que en algún momento pensé que no saldríamos de allí. Afortunadamente, padre, nos enseñó bien y el consejo de moverte antes de que el miedo te paralice funcionó como siempre nos dijo. Después que la tormenta amainó, pudimos ponernos a reparar los desperfectos, empezando por la tripulación, ya que, casi todos teníamos golpes, arañazos, etc. Jeremy, el oficial de radio y Miriam, fueron los peor parados. Jeremy se rompió el meñique de la mano derecha al salir lanzado contra un mamparo y Miriam tenía un corte en el brazo izquierdo rodeado de un moretón bastante doloroso. Es una auténtica marina. El mismo Devon desinfectó la herida y le puso unos puntos ayudado del segundo oficial. Gracias a dios, todos estamos bien y ya navegamos rumbo a puerto para reparar correctamente la dichosa válvula. David, el primer ingeniero, hizo todo lo posible con el motor averiado y con la ayuda de todos nosotros. Logró hacer un apaño en ella pero no podemos superar los cinco nudos hasta que lleguemos. Llevamos rumbo nor-noreste con dirección a Lisboa, desde donde te enviaré esta carta y otra que ya he terminado para Mary y las niñas. Según el capitán luego volveremos a terminar de faenar y volveremos a casa para terminar esta marea de dos meses, aunque temo que esta vez vamos a perder ventaja después de la avería. Después de tanto trabajo…

Cuando me contaste por radioteléfono que vosotros no habíais tenido problemas en vuestro caladero, me alegré mucho, hermano. También (por una vez) me alegré de que no estuviésemos faenando juntos en el “Sea´s Glory”. Tengo algunas cartas tuyas encima del camastro de mi camarote. También tengo las de Mary. ¿Sabes?, nunca agradeceré lo suficiente a madre toda su insistencia para que siempre mantuviésemos la costumbre de escribirnos cartas cuando salimos a navegar. Aunque tengamos el radioteléfono, las cartas me llenan más y, cuando os echo de menos, me gusta releerlas y pensar que os tengo cerca. He leído la última que recibí de Connor. Ya lo sé. No tenía que haberlo hecho. Te lo prometí, pero os echo de menos. Estaría bien tomar ahora juntos unas pintas como aquellas veces… ¿te acuerdas?. Ya hace tres años de aquello y no puedo dejar de preguntarme ¿Por qué?, ¿por qué él, por qué esa maldita navidad?. Era el que más amaba este trabajo de los tres y… Mike, tómate un trago por él ¿quieres?, yo acabo de hacerlo.

Estoy deseando que llegue Abril. Nos reuniremos con madre en su casa y comeremos, cantaremos y bailaremos todos. Mary y las niñas, Maureen y el pequeño Mike (por mucho que te disguste se parece más a tu chica que a ti…) y Anna y Jimmy que es igual que Connor… ¿Te has fijado en Anna cuando tiene al niño en brazos?... y nuestro hermano ni siquiera supo que... ¡Dios!... Mike, no sé cómo hemos podido encontrar a las tres mujeres más bonitas de toda Irlanda. Ni tampoco sé qué hemos hecho para merecerlas y tanto amor... A veces pienso que vivo en un sueño y me da miedo despertar. Después de la tormenta, se me ha caído todo esto sobre la cabeza y, me he sentido un poco mal. Estos días están siendo muy duros en cuanto a trabajo y me siento un poco cansado, pero pensar en que pronto estaremos todos juntos otra vez, me hace reencontrar la paz… De todos modos, Mike, tenemos que intentar que los niños de nuestra familia dirijan su futuro por una profesión más segura y más bonita que la nuestra, todo el día metidos entre pescado y agua, alejados de ellos, con la humedad metida en los huesos y con la sombra de una tormenta que siempre te persigue… esa maldita tormenta que se llevó a nuestro hermano… Echo de menos a las niñas y a Mary. El año pasado las ví muy poco. Me estoy perdiendo su infancia. Esta noche daría la mitad de mi vida por estar con ellas, con todos vosotros. Tómate un trago por mí. Yo me tomaré el último a tu salud y me iré a dormir. Este whisky escocés se sube rápido a la cabeza y me está empezando a marear. También puede ser que llevo casi dos días sin dormir. Intentaré descansar unas horas.

Un fuerte abrazo, Mike. Cuídate mucho, hermano mayor.
Te quiere, Gabriel.

Desde el frente

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 13-Marzo-2008 a las 16:37h.)

[por Maverick]
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Querida Kate:

Espero que os encontréis bien. Cada día se me está haciendo más largo todo esto. Os echo de menos. Hace casi tres meses que no os veo y se me hace muy difícil. Aquí la gente está perdiendo la fé y la cabeza. Un compañero disparó ayer contra un soldado enemigo. Apareció de repente entre los árboles y Johnny disparó de manera automática, como un robot. La tensión no te deja dormir y cuando se mueve una rama, disparas. Luego vimos que no iba armado. Había desertado de sus filas. Se llamaba Lee. El disparo le dio en el estómago. Sufría mucho. Le llevamos hasta una zona a cubierto. Intentamos detener la sangre que salía por su herida. Hablaba muy bajo y su dolor era grande. Dijo ser carpintero antes de la guerra. Johnny le dijo que intentara tranquilizarse, que se pondría bien aunque no era verdad. Nos pidió que hiciéramos llegar una carta que había escrito esa noche a su esposa y a su hija. No pude evitar verme reflejado en él. Pensé en su familia. Quería, necesitaba, que no muriese. Antes de perder el conocimiento cogió mi brazo y me miró. Su cara era una mezcla de sufrimiento e incomprensión. Lo sentí como un hermano. Su corazón se paró. Mientras Johnny tapaba con sus manos ensangrentadas el vientre de Lee, intenté desesperadamente reanimar su corazón. Tras diez minutos perdimos su vida. Lloré. Johnny rompió su fusil contra un árbol y yo le seguí, justo en el momento que llegaba el sargento Trenton. Empezó a gritar como un salvaje. Johnny le dijo que esto no tenía ni pies ni cabeza. Trenton le mandó callar pero no lo hizo. Entonces le pegó con la culata de su fusil. Le rompió la mandíbula y varios dientes. De su boca manaba sangre a borbotones. Me tiré contra el sargento a puñetazos. Pensé que iba a matar a Johnny. Entonces llegó el teniente Swan y el sargento dijo que le habíamos atacado y que habíamos roto los fusiles. Swan llamó a la Policía Militar y Johnny y yo fuimos trasladados al hospital de campaña, donde estamos arrestados por traición al Estado y por sublevación. Nos van a hacer un Consejo de Guerra el lunes. Pero no pienso quedarme aquí. Esto es una jaula de locos. Me duele todo el cuerpo, pero estoy bien, porque pensar en fugarme me ayuda a no volverme tan loco o más que ellos.

Cada minuto de cada día mi único pensamiento es reunirme contigo y con Sarah. Os echo tanto de menos… Kate, te pido que hagas esto… es muy importante… intentad llegar a casa de mi hermano Sean. Él ya sabe lo que tiene que hacer. Kate, te pido que no lo analices, que no pienses en riesgos, solo hazlo… intentad llegar a casa de Sean cuanto antes. Yo me reuniré con vosotras en Clare. Será cuestión de días. Empezaremos una vida nueva allí. Volveré a hacer muebles y Sarah y tú podréis pasear por la playa en un lugar donde las gentes caminen en paz. Tendremos un futuro en un nuevo país donde la gente se siente unida. Pienso en la libertad y anhelo una vida en paz para los tres. Esto es peor que el infierno. Nadie sabe qué hace aquí, ni entiende un gobierno que ha dividido esta nación hasta el odio y la sangre. Hoy veo clara la maldad de un gobierno y de unas leyes que han conseguido que hermanos luchen contra hermanos. Un gobierno doblegado al interés de la riqueza personal y unos jueces federales corrompidos en la misma medida del gobierno. Nada tiene sentido y no quiero ser partícipe de esta locura y de esta degeneración sangrienta. Me fugaré mañana. En el transporte de medicamentos para el Hospital. Esta carta tiene que llegarte a través de Connelly. Es un buen amigo. Espero que te llegue antes de que se den cuenta de mi huída. En otro caso… No. No puede haber otro caso.

Todo irá bien. Sé valiente Kate. Siempre lo has sido. Siempre me gustó de ti.
Os quiero con todo mi ser. Pronto nos veremos.

Besos, Patrick.

Carta a Leon Uris

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 20-Marzo-2008 a las 16:49h.)

[por Maverick]
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Querido Leon Uris:

Quisiera expresar con palabras toda la tormenta de emociones que me has hecho vivir con tu obra "Trinity", pero temo que no haya suficientes de estas palabras en mi cabeza para hacerlo con un mínimo de fidelidad a la verdad. Te leí hace ya algunos años en esta obra y, aunque sé que tienes otras maravillosas, todavía no he llegado a ellas. La próxima quiero que sea "Exodus". No puedo dejar de asombrarme de cómo un escritor nacido en Maryland en 1923, hijo de padres polacos haya escrito una perla de la Literatura tan enormemente sensible, tan cercana, tan elevadamente humana que la convierte en divina, como lo has hecho en "Trinity", sin haber estado allí, sin haberlo visto, sin haberlo vivido directamente...

Nadie ha logrado como tú meterme en la historia real de un Pueblo oprimido hasta el dolor y la muerte. Nadie me ha arrancado el corazón en un libro tan descarnadamente, tan dolientemente, como tú, Leon. He llorado lágrimas de sangre, de rabia, de dolor y de impotencia. Has relatado una historia que fue real, tan real como el execrable intento de exterminación del pueblo judío por los diablos nazis. En tu obra narras la crueldad inhumana con la que el invasor inglés intentó exterminar al pueblo irlandés después de tenerlo sometido a esclavitud durante decenas de años.

Casi dos millones de personas muertas de los seis millones que habitaban la preciosa Isla Esmeralda. Muertas literalmente de hambre. La Gran Hambruna. Uno de los cuatro jinetes del apocalípsis convertida en drámatica realidad.

Tu narración de las personas alimentándose de hierba en un intento inútil por sobrevivir. Hombres, mujeres y niños víctimas de la crueldad más miserable. Me ha traspasado el alma para siempre, Leon. Al igual que las mujeres de la fábrica de telas, encerradas y muertas por el fuego que destruyó la nave, víctimas no tanto del fuego como de la imbecilidad y la avaricia humana, si es que de humana tenía algo aquella opresión. Y todo fue real. Y yo sabía que era real, independientemente de tus personajes, que me lo hicieron sentir aún más cercano.

No sabes cuánto he llorado con tu libro. Lo cerraba para secar las lágrimas de mis ojos. Inconscientemente lo apretaba contra mi pecho como si de un bebé recién nacido se tratase, como si pudiese calmar su llanto, como si pudiese aliviar su dolor. Y volvía a abrirlo para seguir leyendo, aunque todo mi ser me decía que me apartase de ese sufrimiento, de ese espantoso dolor. Pero quise concluirlo, quise saber todo de esa Tierra y de ese Pueblo, Irlanda, que me fascina, por su carácter, por su orgullo, por su valentía, por su similitud en muchas cosas con mi propio Pueblo y mi propia Tierra. Todo lo que anteriormente había leído cobró, de repente, mayor importancia al aparecer en tu obra, tu sagrada y bendita obra, "Trinity". El nacimiento de la Hermandad y la importancia que tendría en el futuro para lograr la Libertad soñada, deseada y merecida.

Podría pasarme horas hablando contigo y seria, quizás, el más grande honor que yo hubiera vivido, pero esta es tan solo una carta a un autor que admiro, tanto, tanto, tanto... Descansa en paz Leon Uris y gracias desde lo más profundo de mi ser por el enorme tesoro que has dejado para mí y para gente como yo.

Un fraternal abrazo de Maverick

Carta a Arturo Pérez Reverte

(Publicada inicialmente por Maverick en ÁbreteLibro el 10-Marzo-2008 a las 7:48h.)


[por Maverick]
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Hola Arturo:

Acabo de leer tu libro "Un día de cólera" y me ha "traspasado"... Supongo que en parte ha sido tu objetivo y debo decir que lo has conseguido. Hay mucho dolor en esas páginas y, para una persona empática como yo, me ha hecho derramar lágrimas en algún momento. Veo que te has documentado excelentemente y que has puesto pasión a la hora de escribir, aunque esto es típico de tí.

A veces es bueno (aunque duela) recordar el pasado para no volver a caer en los errores que nos hacen vulnerables. Desde luego, que gracias a tu libro, nunca volveré a ver la obra de los fusilamientos de Goya como hasta ahora. Quiero decir, en estos momentos me impresiona muchísimo más. Tampoco volveré a ver a Madrid como hasta ahora, porque después de tu libro, pasearé las calles y plazas de esta preciosa ciudad teniendo muy presente el sufrimiento pasado y las infinitas víctimas inocentes caídas como consecuencia de la inoperancia y la indigencia mental de dirigentes inválidos para el gobierno. ¡Dios quiera (y el hombre comprenda) que no volvamos a sufrir sus errores!.

Por último, has conseguido reforzar (si todavía faltaba fuerza) mi convicción en contra de la guerra y la violencia humana. He recordado momentos de la Guerra Civil española, de la Segunda Guerra, de todas las guerras... y siempre concluyo con la visión de tu libro... las víctimas nunca saben porqué luchan ni porqué mueren.

Un gran trabajo Arturo.
Te deseo muchos nuevos éxitos y muchos nuevos lectores.
Un abrazo, amigo
Maverick

sábado, 12 de abril de 2008

Davinia

(Publicada inicialmente por Maverick en El Cafe de Madison el 12-Abril-2008 a las 20:34h.)

[por Maverick]

Querida Dama Misteriosa:

Son las doce menos veinte de la noche y es miércoles. Los miércoles son los días que te veo casi invariablemente. Tal vez me hayas visto alguna vez detenido delante de tu casa. Suelo pasar caminando por la Avenida Pérez-Galdós de camino a casa todos los días al terminar mis ejercicios de natación en la piscina del polideportivo. Sin embargo, los miércoles, desde hace un año y medio, regreso por la Avenida Libertad y, normalmente, suelo verte. Me he acostumbrado a esa rutina semanal. Cuando llega el miércoles, mientras estoy nadando, en el interior de mis pensamientos que se funden con el chapoteo del agua, te dibujas nítida, fresca y serena envuelta en ese aire de misterio que me permite imaginar tantas bellas escenas. Es el único día en que miro la hora que mantiene el reloj de las instalaciones para no retrasarme en ese pequeño placer que supone para mí el contemplarte a través de los grandes ventanales de tu casa. De forma automática, a las nueve y media salgo del agua, me dirijo a los vestuarios, me doy una cálida ducha con champu que elimine de mi cabello y de mi piel los restos de cloro, me visto, me miro con cierto aire de coqueta masculinidad y me voy en busca del pequeño gran placer de contemplarte durante esos minúsculos dos minutos…

Camino por la avenida y me detengo justo al lado de ese farol negro que hay en la acera que ilumina el jardín delantero de tu casa y que ahora tienes precioso vestido de rosas, pensamientos y lilas, además de las infinitas margaritas que se dibujan por todo el césped. Te imagino leyendo en ese banco de madera que tienes bajo el sauce en las tardes de verano. Sin embargo, yo siempre te he visto tras la ventana del salón.

Todos tenemos algún que otro capricho que no tiene explicación para nadie más que para nosotros mismos, así que no puedo evitar preguntarme por el significado de esa vela que tienes siempre encendida sobre la mesa en que lees y escribes. Pero no me importa realmente porque resulta tan misteriosa y encantadora como la escena que se compone alrededor de ti y de tus libros. Te encuentro siempre tan enfrascada en la lectura, tan comprometida con tus personajes y tus autores, tan ajena al ajetreado mundo que nos envuelve a los demás… Es delicioso mirarte. Sólo son dos minutos, pero en esos dos minutos, el mundo se detiene, mi vida se para, y la realidad y el presente se convierte en un lejano pasado. De repente, toda la belleza de la Creación se reduce a ti y a ese místico, misterioso y atrayente ambiente que te envuelve y en el que puedo apreciar desde la distancia la paz que reina en él. Casi puedo ver las palabras de tus libros revoloteando como mariposas de brillantes colores en torno a ti y posándose sobre tus dorados cabellos. Percibo el aroma de las rosas de tu jardín de las que probablemente has cortado hoy unas pocas y has colocado en algún jarrón de tu salón para que la estancia sea aún más acogedora si cabe.

Hace unas semanas, mientras te miraba en mis dos minutos robados al tiempo, imaginé cuál sería tu nombre. No. No lo quiero saber... aún. Sólo lo imaginé. Te veo tan perfecta en ese estado elevado de conciencia en el que te encuentro cada miércoles que jamás mi mente podría dibujar una mujer más maravillosa, ni más bella, ni más... Busqué un nombre de mujer de entre todos los que recordaba mi memoria encontrados en las distintas creaciones artísticas del ser humano a lo largo de su historia a las que he tenido acceso. Tras una larga noche incapaz de conciliar el sueño apareció como entre la niebla de mis pensamientos una mujer envuelta en sedas vaporosas, dulce y sensual con una diadema de pequeñas flores azules recogiendo sus cabellos que me dijo su nombre… Y decidí entonces que, en mis pensamientos, te llamaría Davinia, porque era necesario que tuvieses un nombre que te diera una ubicación en la organización de mis pensamientos. Y, ahora que, desde otra casa vecina se oye el sonido de una trompeta que se mezcla con violines en un suave jazz que anima el silencio de esta noche estrellada con un swing que encantaría a Frank, me siento más cerca de ti y me veo impelido a escribirte... Davinia. Sin palabras, me gustaría llegar hasta ti, tenderte mi mano y bailar contigo en el jardín frente a tu casa, descalzos sobre las margaritas, tú con tu vestido azul y yo con esta vieja camisa blanca remangada hasta los codos que me gusta poner para escribir… y bailar… Juntos, olvidar que existe todo lo demás y, como dos personajes de tu mejor libro, dejarnos seducir por los encantos de la noche, de la música, de las palabras, del misterio y amanecer mañana en Viena, en Roma o en Paris o donde quiera que los duendes de tu imaginación nos quieran describir como protagonistas de una nueva novela de la que tan sólo tú sabes el comienzo y el final…

De momento, hoy te he escrito esta carta y mañana espero entregarla en tu buzón. Como te prometí, querida Dama Misteriosa, te escribo. Salgo de las páginas de una historia aún no contada para convertirme en el hombre que espera verte dos minutos cada miércoles para seguir vivo una semana más, con la esperanza de que algún día pueda formar parte de una bonita historia novelada junto a ti y aparecer entre las páginas de ese libro que semana tras semana te veo leer.

Un beso querida Dama Misteriosa.

Maverick

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