miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz Año Nuevo

[por Maverick]

Bien, pues ya lo ha dicho nuestra querida jefa Madison: Os deseamos un muy Feliz Año Nuevo 2009, que todo os venga muy bonito (como dicen nuestros amigos de México) y que se cumplan todos vuestros más buenos deseos. Brindemos juntos por el año que se va, dejemos atrás los malos momentos y las desilusiones y que el Nuevo Año nos acoja con un corazón espléndido lleno de amor y de nuevas y profundas ilusiones y con tantos proyectos que no podamos verlos finalizados en corto plazo. Vivid y sentid cada minuto como una fiesta porque creo que no existe más secreto para la felicidad... ¡Salud, Pasión y Vida!

Un fuerte abrazo para todos,
Maverick

Gracias

[por Madison]

No quiero terminar el año sin despedirme de todos vosotros. Mi idea es escribir una carta muy bonita y llena de frases especiales, supongo que no será así porque escribo tal como hablo, y la verdad es que cuando converso no utilizo palabras muy técnicas. Lo haré lo mejor que sepa.
Pronto se cumplirá un año del inicio de este proyecto. Gracias Maverick, por haber confiado en mí y por ofrecerme tantas y tantas cosas buenas. He recibido de ti mucho más de lo que yo he sabido ofrecerte.

Si hago balance de este tiempo, el resultado es totalmente positivo. Quiero daros las gracias a todos, porque sin vosotros no hubiese sido posible. Para ser honrada debo reconocer que jamás imaginé que a este café llegaran a entrar tantas personas.

Esto de los blog siempre lo he visto como algo fuera de mi ámbito y estaba convencida de que la gente cuando escribía no era totalmente sincera, ahora, dese mi experiencia la visión es totalmente distinta. Cuando escribimos dejamos una pequeña parte de nosotros aquí plasmada. Eso se nota, se palpa, por las respuestas, por la participación, por los mensajes que me llegan…
Mi agradecimiento lo hago extensivo a todos los que participáis desde el inicio, también a aquellos que un día paseando por estos mundos irreales entraron a tomar un café y decidieron quedarse, me apena cuando ha sido al revés, alguno se cansó y decidió partir, pero quién sabe; permanezco con la esperanza del regreso inminente y también con la esperanza de que los que no se han decidido a participar todavía lo hagan en cualquier momento. Siempre seréis bienvenidos
Es un café de encuentros y de algún reencuentro. Alde...qué maravilloso reencuentro, he visto que me has añadido a tu blog, para mi eso es un orgullo, porque desde la época de Club Cultura te tengo en gran estima.

Y bueno…nada más, desearos a todos lo mejor para el próximo año y recibid un cariñoso abrazo de ésta que os quiere un montón.

Hasta la vista
Madi

viernes, 19 de diciembre de 2008

Abuela.

[por Anjanuca]
Querida abuela,

Como casi todos los años por estas fechas, hoy de nuevo he vuelto a sonreír al acordarme de ti.

Ya sabes por qué ¿verdad? Si, otra vez la dichosa conversación para convencerme de que la Navidad es puro consumismo y que lo de los Reyes Magos es sólo porque “sino el niño se va a sentir desplazado por sus amigos”. ¡Ay, abuela! Cada vez me cuesta más aguantarme la risa.

¿Te acuerdas del día en que perdí la inocencia infantil, que no la ilusión, y ya supe lo que ocurría? Yo no me explicaba cómo abuelo y tú podíais permitiros co vuestra miserable pensión los regalos de veintidós nietos. Y tú me prometiste revelarme el secreto a condición de que te ayudase ese año. Y la curiosidad me pudo, y me presté voluntaria.

Tenías un presupuesto para cada nieto pequeño e inocente y otro para los que ya no éramos tan inocentes pero continuábamos con ilusión.

Dos meses antes de la fecha fuiste con abuelo un fin de semana a Valencia, a una fábrica de juguetes donde compraste las muñecas desnudas y sin caja, y los camiones, puzzles, arcos y flechas, placas del sheriff… Cuando volvisteis a casa me llamaste y me dijiste: “mañana empezamos a trabajar”.

Al día siguiente y durante los días que faltaban hasta el seis de enero, aprovechabas los ratos en que estábamos en el colegio para hacer jerseys de lana, faldones, pañales, camisitas, vestido de repuesto, para las ocho muñecas que había ese año. Compraste unos capazos de mimbre en un mercado y fabricaste los colchones, cosiste las sábanas, tejiste las mantas y las toquillas. Yo te ayudaba, como prometí, cuando regresaba del colegio. Mi tarea, poner los lazos en los jerseys y en los capazos, planchar la ropita, vestir las muñecas para que estuviesen bonitas, colocar cada una en su capazo y hacer un paquetito con cada ajuar. Los demás regalos los envolvíamos juntas. Cada año de una forma diferente.

Para los nietos mayores le dabas a cada madre mil pesetas por hijo, pero con la condición de que comprase lo que tú tenías pensado. Ya estabas cansadita y el ajetreo de las tiendas y la multitud te agotaban. Y nuestras madres te ayudaban llenas de ilusión.

Siempre acertabas con lo que quería. Sabías que mi pasión era leer y escribir y un año llegaba un libro, otro una preciosa caja de madera para guardar mis bolis, lápices, gomas y sacapuntas, otro año un precioso libro de tapas de papel reciclado pintado a mano con las páginas en blanco … Aún conservo tus regalos.

El día cinco, por la tarde, tu casa era un ir y venir de nietos e hijos que iban a dejar el zapato en el salón. Y el día seis…el día seis era el día de la ilusión, los nervios, los gritos, los llantos de emoción imposible de contener, de "¡Lo que yo quería!". Y había que madrugar, porque si llegabas el último encontrar tu zapato y tu regalo era un sufrimiento. Entre tantos envoltorios, lazos, cajas, tu zapato no aparecía y cuando, por fin, lo hacía el que no estaba era el regalo. Alguien, con el barullo, lo había separado. Angustioso. Había que madrugar.

No hace falta que te diga que provocaste tanta ilusión y tantos nervios que impedían dormir la noche anterior, que has conseguido que hoy todos tus hijos y tus nietos sigan con la tradición. Lo único que ha cambiado es que ahora ya no estás y las muñecas se compran vestidas, pero seguimos saliendo al balcón con los más pequeños para ver la estrella de los Reyes (y hay quien la ve todos los años), limpiamos los zapatos antes de ponerlos, cenamos pronto y a la cama. Y seguimos sin poder dormir porque los nervios nos lo impiden.

Pues eso, abuela, que no veo yo cual es el problema de ser consumista. Tú lo fuiste y mira ahora el resultado. Jajaja.

Te quiero.

Silencios

[por Madison]

A veces siento enormes deseos de escribirte una carta, y que sea lo último que sepas de mi.
En cuestión de segundos paso a concentrarme en los momentos mas bellos que hemos vivido juntos y me sorprendo a mi misma al comprobar que han sido muchos. También hemos pasado por momentos difíciles, pero todo lo vivido se ha convertido en aprendizaje, y poco a poco a base de amor y mútuo respeto los fuimos superando.

Te voy conociendo, me dices. Y yo a ti, te respondo. Me encantaría decirte todas esas cosas que callé, hacerte saber todas las palabras que por temor no diré . En el momento que estoy a punto de hacerlo me convierto en ostra, cierro mi caparazón y ahí queda mi yo junto a todo lo pendiente. Y siento rabia de tanto pudor acumulado sin sentido alguno, también soy consciente de que en ocasiones para ver con absoluta claridad no solo basta con abrir la ventana, sino que debes romper el cristal. Me gustaría abrir esa ventana y echar a volar letra por letra para que lleguen a ti y sepas encajarlas una a una , como si de un rompecabezas se tratara, pero tengo miedo, si lo hago me arriesgo demasiado, quizá haga un viento muy fuerte y se las lleve sin nisiquiera darte tiempo a recoger una sola de las palabras que quiero que leas.

Me gusta tu sonrisa, porque me hace sonreir, admiro tu serenidad porque sabes qué rumbo debes tomar. Me gusta cuando dices que no se debe criticar a nadie, me gusta tu sinceridad, me gusta tu silencio porque es tan bello que me hace ver tu mirada. Me gusta tu capacidad para perdonar todos mis destemples que descargo en ti.

Por todo lo expuesto y aunque no sepa expresarme tal como desearía, quiero que entiendas que hoy este post es para ti. Y aunque se que la magia no existe, yo sí se que hemos vivido momentos mágicos. Tú, con tu postura consigues que aunque esté lejos, siempre me quede a tu lado
Por suerte para nosotros, el amor, me refiero al amor en general, no solo de pareja, es un sentimiento que puede con todo, es infinito, aunque en la mayoría de ocasiones no sabemos mirar en nuestro interior y ver lo llenos que estamos de él.

Y somos tan bobos que no lo manifestamos tal y como lo sentimos. Somos tan pudorosos que siempre acabamos reprimiéndonos sin mostrar a quien amamos nuestra plenitud. Sentimos miedo de desnudar el alma y hablar abiertamente de lo que esperamos del otro, es mucho más cómodo callar, esperar...

jueves, 18 de diciembre de 2008

Sensibilidad

[por ILONA]

[Nota de Madison: Esta carta me la ha enviado ILONA para que la ponga aquí. Así lo hago con mucho gusto. Ilona me he permitido titularla así, porque tú eres pura sensibilidad. ¿Sabes que te quiero mucho verdad?]


Te escribo esta carta aunque nunca la vas a leer. Falta poco para que acabe el año y el que empieza será el primero en el que no estarás conmigo. Tú no sabes que ya no formarás parte de mi vida, aunque sé que es lo que deseas, sé que lo sabes inevitable y que tan sólo sigues ahí por el temor a herirme. Intuyo que intuyes que la historia se acaba, porque deseas acabarla. Has superado esos años de sufrimiento que te acercaban a mí, que te hacían necesitarme y ahora que tus circunstancias han cambiado, soy un accesorio un tanto molesto, un apéndice innecesario. Mi caso es distinto, mi situación sigue siendo la misma que cuando te encontré, y mi necesidad de tí no es pasajera. No te lo reprocho, sé que siempre ha habido sinceridad en tu afecto, en tu amistad, pero intuí que para tí ya nada era lo mismo cuando hace unas semanas me dijiste "Me parece que siempre te utilizo de pañuelo". Antes no habrías dicho eso, ni te lo habrías planteado. La facultad de servir de apoyo y consuelo en los momentos bajos eran el activo más importante de nuestra amistad. Abrir el corazón y mostrar las heridas que a nadie más te atrevías a enseñar, la mayor prueba de tu afecto. Almas gemelas, simbióticas, ensambladas... nadie nos entendía como nos entendíamos entre nosotros, con nadie coincidíamos tanto en gustos y sentimientos. Que ahora sientas reparos en la sinceridad, en la entrega, en la confianza absoluta que tenemos, me anuncia el principio del fin. No te diré adiós, pero sé que no volverás a llamarme, que "lo nuestro" morirá de inanición pues yo tampoco buscaré un acercamiento. En los últimos tiempos me he esforzado en mantener el vínculo, pero tus respuestas han sido siempre forzadas, casi una cuestión de educación. Cómo me horroriza eso, que utilices conmigo fórmulas de urbanidad, que tengas conmigo consideración, porque ya no me necesitas. Que ya no sea un impulso irresistible el que te acerque a mí, un goce, una fiesta cada conversación.Sé que he jugado un papel fundamental en tu vida. O al menos, en el trance más amargo de tu vida. Una vida que, por otra parte y en casi todos los aspectos, es privilegiada. Pero la parte más vulnerable de ella, la del corazón, estaba muy herido y allí estuve yo para sostenerte cuando lo necesitabas. Gracias por dejarme sostenerte. Aquella vez que lloraste delante de mí. Gracias por hacerme testigo de tus lágrimas. Te dije más de una vez que para mí sólo existe una manera de amar, que amar es, sobre todo, dar. Yo he sido feliz dándote lo que he podido, lo que necesitabas de mí. Tú suponías esta relacción incombustible, y así me lo decías. Yo sabía que un día llegaría el fin, que sólo te tendría mientras te sintieras vencido, y libremente asumí mi papel. No obstante durante un tiempo, pensé que tal vez la vida me llevara por otros caminos distintos a los que hasta entonces había transitado. Que tal vez pudiera recorrerlos de tu mano. Empecé a olvidarme de la sensación de provisionalidad que casi siempre me embargaba y a soñar con alternativas, elecciones, posibilidades... Pero todos estos planteamientos llegaban tarde, ya tú levantabas el vuelo, soltabas lastre, te alejabas. Levemente, pero te alejabas. Empecé a notarlo y a sufir. Me dolí durante un tiempo de tu curación, egoístamente, sintiendo que el regalo que durante años me había parecido nuestro encuentro, era en realidad una desgracia. Me olvidé de mirar a mi alrededor para percibir todo lo bueno que tengo, porque sin tí nada me parecía suficiente, y es que ya estaba anticipando el dolor de la pérdida. Pero un día perdí la esperanza, y entonces recuperé la libertad. Quise contártelo para que tú también te sintieses libre, pero sentí que ese momento trascendental para mí, para la historia de ambos, no era en realidad importante para tí. Y desde entonces, o casi desde entonces, empecé a despedirme. Tú te alejas, y yo te dejo marchar. He hecho ya algunos preparativos para tu ausencia, planes que mitiguen la pena, lecturas que atenúen el dolor. Sin embargo el vacío no quiero llenarlo con nada. Eres insustituíble, inolvidable, imprescindible...Y tendrás tu sitio siempre por si quieres volver para ocuparlo.

Para Bea, al otro lado del mundo

[por Desierto]

Hola, pequeña.
Últimamente las cosas en este agujero nuestro parece que empiezan a destilar ese ligero olor cambio. Puede que sea la nieve, que como llegada desde tiempos mejores lo ha cubierto todo con un manto blanco, brillante y rotundo. Una nevada que a pesar de los avatares no ha podido dejar de plasmarme una sonrisa casi involuntaria en los labios. Me ha recordado que esos copos que han aplastado nuestra ciudad con la desidia y la modorra, las clases cerradas, los coches en las cunetas y las urgencias vacías de chismes y bobadas, esos mismos copos que acarician mi cara y me despiertan y me reconcilian, es muy posible que vengan viajando desde lejos, desde otras costas también besadas por la nieve amable, de algún lugar donde amigos nuevos juegan a viejos pasatiempos.
A veces me siento cansado. A veces creo que voy a quedarme aquí, solo de puro viejo mirando los días pasar y tengo ese impulso suicida de pisar el freno. Se cuelan en mi cabeza, parásitos y descarados, recuerdos de tiempos parecidos en los que mi corazón parecía bailar una danza bárbara al borde mismo del abismo.
Recuerdo aquellos tiempos y me reconozco. Entonces no me creía feliz. Tampoco así me siento ahora; estoy demasiado inquieto y demasiado alucinado con la velocidad del huracán, pero aunque ésa sea la misma sensación que me atenaza el estómago, si miro hacia atrás y me veo desde estos ojos de hoy recuerdo aquellos tiempos siempre, invariablemente, con una sonrisa en los labios, y me viene a la cabeza esa frase del genial Neruda: confieso que he vivido.
Y entonces no puedo evitar pensar que quizá sea esto aquello para lo que un día nací, pensar que dentro de unos meses, de un año, recordaré estos días con la plenitud del buen caldo exprimido hasta la última gota y entonces, por fin, sienta que ya no importa si estoy aquí o allá, que ya no importa si sigo soñando con ella o no, que ya no importa casi nada que no sea seguir reconociendo cada esquirla de cristal de vida.
No lo sé, supongo que será esta ambivalencia lo que me da energías para enfrentarme a los días tras días con las mismas ganas y el mismo escaso, parco, turbado y a todas luces insuficiente sueño.
Como comprenderás, he tenido que pensar en ti y en esa búsqueda incansable de tu lugar en el mundo con la que llevas pelando tanto tiempo. Si todos somos tan diferentes, ¿por qué estas mismas ausencias? ¿Por qué estas mismas angustias? ¿Por qué este mismo vagar sin casa y sin rumbo?
No te alarmes, pequeña, a pesar de que cuando me pongo tonto sueno un poco más melodramático de lo que pretendo, en el fondo lo único que quería decirte es que aquí, las cosas, están cambiando.
O no del todo, en realidad, pero que al menos se respira el germen, la predisposición hacia algo nuevo, el frío que anuncia que tarde o temprano llegará la próxima estación.
Things have changed, canta Dylan en este momento. Y eso es simplemente bueno.

Un beso.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Amanecer

[por Madison]

Anoche dormí mal, estuve leyendo, pero no dió resultado. Puse una película, pero tampoco surgió el efecto deseado; así que esta mañana al amanecer he salido a la calle, necesitaba notar el aire helado de la madrugada. He caminado por una calle por la que nunca había pasado, he visto a álguien que me observaba y se detenía frente a mi. Me ha mirado de forma indiferente y ha seguido su camino. He visto a personas que por su aspecto se dirigían al trabajo, he visto a una mujer que sujetaba un cesto de la compra. Me he sentido sola, muy sola. Perdida, inmensamente perdida. En esa mujer he creido ver a mi madre, cuando era pequeña siempre íbamos las dos juntas a realizar la compra. Mi madre y yo somos madrugadoras. Por momentos he creido ver a aquella niña que fuí, una niña feliz que se sentía querida, una niña que con su sola presencia hacia feliz a los demás.

He notado cómo las ojos se me llenaban de lágrimas que resbalaban por el rostro. Me he dirigido a casa, necesitaba encontrar algo de calma. El agua caliente de la ducha resbalando por mi cuerpo desnudo ha hecho que desapareciera la tensión acumulada, y poco a poco una sonrisa se ha dibujado en mi rostro.

Salgo de la ducha, he querido verme en el espejo, pero el vaho no me ha dejado. No importa, ya ha pasado el mal momento, ahora empiezo el día tranquila, con la mirada clara y muy transparente. Y continuo con la sonrisa, pero muy dentro de mi, he decidido dejarla ubicada en el corazón.

Qué agradable es sentir paz interior. Y sigo pensando en todas las miradas que me cruzaré durante el resto del día.

Y mientras escribo estas letras no se si de forma muy ordenada y coherente escucho una canción de Sau, me encantan todas sus canciones, ésta se titula Laia, sus letras son puro poema

Buenas noches y gracias por leerme y sobre todo gracias a los que respondeis.

martes, 16 de diciembre de 2008

Miradas

[por Madison]

Estuve paseando por la ciudad, mientras deambulaba sin ningún rumbo fijo iba fijándome en la gente. Les miraba a los ojos (siempre que me encuentro ante una persona, me gusta mirar directamente a los ojos, sin disimulo alguno) habían miradas chispeantes, felices, expectantes, pero también las había perdidas. Miradas de personas que aún estando rodeadas por todas partes de gente y ruido se sentían totalmente solas y vulnerables ante cualquier enventualidad.
Me encontraba ensimismada en mis cosas, en mi situación, en mi vida. Pero por unos segundos me detuve y deseé con todas mis fuerzas sentir el espíritu de la Navidad, poseer alguna fuerza extraordinaria y poder utilizarla para que todas las miradas se reencontraran. La mirada inocente del niño con la mirada de la experiencia del viejo. La mirada de la pareja enamorada con la mirada de las personas que viven en el desengaño y la decepción.

Y pensaba en toda la estupidez humana, en lo irresponsables que somos. Somos poseedores de una vida, sabemos que todos tenemos una fecha de caducidad, y nos pasamos la mayor parte de nuestro valioso tiempo quejándonos de cualquier nimiedad. Dios!!! Que estúpida me siento por no apreciar, por no comprender, por no aceptar, por pedir más de la cuenta, por esperar más de lo que puedo recibir...

Hace un tiempo tuve la gran suerte de conocer a alguien con una hermosa mirada, cada día siento esa mirada dirigida a mi. Cuando me mira se inicia entre nosotros una conversación sin necesidad de palabras, hay en ella humildad, calidez, verdad y mucha belleza.

Y para terminar, si de todo esto que he escrito, por poco que sea. Aunque solo haya sido por unos segundos, has sentido lo mismo que yo, si en algún momento te has preguntado… ¿quizá me lo dice a mi? Si eso sucede, puede que aunque sea de forma invisible exista una gran unión entre nosotros. Quizá compartimos los mismos sentimientos

Buenas noches

jueves, 11 de diciembre de 2008

Madeleine

[por Fabián]

Querida Madeleine:
Te llevo viendo en el café varios dias seguidos.Tal vez sea casualidad que coincidamos tanto ,o tal vez sea que te busco,que persigo tu compañia,en soledad claro,ya que aún no me he atrevido a presentarme y charlar un rato en tu comnpañia.Te miro mucho Madeleine,me gusta tu rostro ,cansado y ojeroso,pero que más da,todos tenemos un mal día,aunque tu lo arrastes varias semanas.Desconozco si trabajas o no,si tienes novio,marido,hijos,y todo eso.......Me gsta tu roja blusa, te da ese aire romantico a juego con tus sensuales labios.La larga falda te da un toque de fatalismo Madeleine,no me malinterpretes,pero tan pesada carga,claro,es la moda,y tu, tan coqueta que eres.No fumes tanto Madeleine,haces que tus ojeras se acentuen más,y el dichoso alcohol que nunca falta en tu mesa ,tal vez te sirva para matar las pesadumbres que la vida te ha impuesto,cicatrizar tan punzante herida ,o al menos que no duela tanto al sangrar.¿En que piensas Madeleine?,te veo tan ensimismada,tan sola,observando de reojo las charlas de las ricas mujeres que frecuentan el local.No te preocupes Madeleine,no estan hablando de ti,sus preocupaciones son tan banales que ni siquiera te miran,no sabes que existes,no te ven.Su mundo es infranqueable para ti,no perteneces a el Madeline,es un camino sin fin,sin esperanzas.Igual piensas que son más guapas que tu,claro que llevan mejores vestidos que el tuyo,seguro que cada día se ponen uno distinto,tu en cambio.............Pero que sepas que carecen de hermosura,son vulgares,ricas vulgares e ignorantes,todo el día hablando de moda y mas moda,igual que cotorras.En cambio el silencio que tu desprendes,es un bello escudo de elegancia Madeleine,una poesia de un mudo llanto desconsolado.Ya,no creo que te creas lo que te digo o te consuele un poco,ojala estuvieras en su pellejo,y asi no tuvieses que preocuparte de la pesada carga diaria.De poder tener tu casa caliente,tus vestidos limpios,nuevos,tus cremas,pinturas,joyas,pieles.....En fin,los dos últimos días te he echo un retrato,si,te dibujo Madeleine,a escondidas para que no me descubras,me resulta facil hacerlo.Al principio me costo un poco,los nervios de que no me descubrieses,pero como te mueves tan poco,tan melancólica,hacen que seas un perfecta modelo.Cuando estoy en casa te dibujo sin mirarte,te tengo en mis recuerdos,en mi memoria,en mis noches.No se si la verguenza dejara que te mande esta carta,de ser asi,sera un gran paso para mi,de lo contrario seguire espiandote en el bar,retratandote sin descanso y soñando una vida mejor para ti.
Sin más,Un saludo

Esta carta está escrita por Fabián, pero con su permiso me la he apropiado.
Un abrazo Fabi

miércoles, 10 de diciembre de 2008

HOLA, PAPA

[por Takeo]

Hola, Papa:
Ya sé que te as tenido que ir otra vez a travajar, me lo a dicho mamá. Pero te quiero mucho.
¿cuando vuelbes? te echo de menos porque me gusta que me des siempre la primera galleta del paquete que habres para desallunar. Pero ya me dijo mamá que vuelbes pronto.
Aller fuimos con mamá y yo al parque y me cai, me hice pupa en la rodilla porque empece a sangrar vastante pero no llore y mamá me compró un caramelo.
un veso de tu ijo que te quiere

martes, 2 de diciembre de 2008

Carta XXX

[Por 1452]

Carta XXX

“Voy a quererte tanto que va a faltarte vida”, me dijo un día de otoño, y yo le creí.

No le creí por las palabras escogidas que, aunque bellas, podían ser huecas si no las acompañaba una determinación, no, yo le creí porque sus ojos no podían mentirme. Eran viejos compañeros de mi rostro y de mi cuerpo, aunque era sólo la tercera vez que me miraban.

Le creí porque él no podía luchar contra el universo.

Le creí porque él estaba escrito en las líneas de mis manos.

Le creí porque sabía leer en su alma. No sé quién me enseñó a descifrarle, pero lo sabía hacer… y todas sus palabras, todos sus silencios, todos sus destierros, todos sus caminos giraban en torno a la piedra azulada que descansaba en mi mano.

Y él tuvo razón, iba a faltarme vida, iba a quererme tanto que iba a faltarme vida.

La vida me faltó cuando él dejó de respirar varios años después.

Mi corazón se negó a caminar deprisa de nuevo, y tan sólo podía dar pasos pequeños y calmados para mantenerme con vida, que no viva.

Mi pulso se redujo hasta casi desaparecer por completo, pero se negaba a abandonarme del todo por más que yo se lo pedía.

Mi luna perdió sus cuatro fases y desde entonces ya sólo tuve una, cuarto menguante siempre.

***

Esta mañana pensé en acercarme a él cuando detecté que sucedía algo que le estaba turbando, pero me faltó valor, porque ésta sería la segunda vez que él me miraría y sabía que cuando llegara la tercera me diría:

-Voy a quererte tanto que va a faltarte vida.

Y yo sabía de antemano que me iba a faltar.


Ruta

[por Madison]

Hola de nuevo, ¿cómo estás?

Sigo en trayecto, pero he hecho un alto en el camino para ir contándote algunas cosillas que se me ocurren. Durante el día voy conduciendo sumergida en mis pensamientos, ajena a todo lo que me rodea. A ratos me molesta el volante, demasiado caliente y resbaladizo por la fuerza que lo agarro con las manos debido a mi nerviosismo.

Hay momentos, cuando no veo el final de la carretera que me pregunto si estoy actuando de la forma más adecuada, si no estaré equivocada al ser tan intransigente, pero por mucho que quiera no puedo cambiar mi forma de pensar... de ver las cosas y tú, tampoco puedes, ni adaptarte a mi. Supongo que eso comportaría demasiado sacrificio ¿no? dos convertirse en uno.

Así, mientras conduzco los sentimientos son mis únicos acompañantes. Y estaba tan metida en ellos que me asusté de forma exagerada al oir el claxon de un coche que pasó cerca de mi. Hay momentos que mi vista es borrosa, los ojos quedan completamente empañados. Pero sigo adelante. Como siempre procurando ser fiel a mi misma y no engañarte ni engañarme en nada.

Hace sol, es una mezcla de tonalidades magníficas, el caso es que me he sentido seducida por tanta belleza. El sol y el sonido de las olas del mar. Las miro, las envidio... están juguetonas, no sienten miedo, son atrevidas. Huelo. Me encanta el olor del mar. Rebusco en mi bolso hasta dar con el móvil, sin pensar marco tu número, pero... me he quedado en eso, solo he marcado tu número. No creo prudente hacer nada más. Pero antes de volver de nuevo al coche y emprender la marcha, voy al maletero y me deshago de algunos recuerdos que traje conmigo. Mejor así. Sí. Mucho mejor.

Seguiremos en contacto

lunes, 1 de diciembre de 2008

Cartas amarillas (VII)


[por Troba]


Y es que no importa que digan...

Hola mi champú de guanábana:

Yo también pasé apuros, pero no tanto como los tuyos, perdona por los contratiempos, en otras circunstancias nos hubieramos despertado y ayudado a vestir; felizmente todo está ok y/o en visos de solucion.
Preciosa, disculpa si te incomoda el que lea tus post, no te precoupes, leeré tus punzantes ensayos y reflexiones sobre el machismo, feminismo y todos los temas en que tu haces gala del los dones que Dios te dió ... los gritos de libertad o de tristeza relcionados a tus vaivienes de relaciones de pareja, te prometo no prestarles atencion ... Sí, creo que Eye y Equis son parte del recuerdo y de la historia, es mejor dejarlos que descansen y se queden allí, lo mio hace 4 años que pasó y ya mucha agua corrió por debajo de este puente. Ahora hay que vivir e invitar a vivir, ¿donde pones lo hallado? puedes ponerlo en tu corazon o en una carta con remitente en mi alma, esta historia recién empieza y presiento que tenemos mucho que aprender de nosotros mismos y principalmente de sentirnos... leí tu último post, bien graciosa tu marida, ¿porqué pensará que eres masoquista? ¿te ha visto en encaje de cuero? ¿acaso tu latigo?
Gracias por darme una canción, tan precisa ... en verdad eres un sol ...

Besos indiscretos

Hache

Pd. espero que te guste :

Brazos de sol

(Alejandro Filio) con Gerardo Alfonso.

Hoy me vino la gana, que no las musas
hoy no tengo pretextos ni disculpa para cantarte a ti
para escribirte un verso y descolgarte desde aquí
hasta las ganas de la mañana ya por venir.

Hoy primero del segundo del año
mientras esta mujer rompe el espacio para inventarse al fin
para mirarla toda en el silencio y de perfil
tomo sus manos como escenario para existir.

Y es que no importa que digan
que está trillado
hablar de amor que maldigan
si no han probado
la noche en sus brazos de sol.

Se detiene el reloj sobre nosotros
caen las diez que resbalan por sus hombros y se cuela la luz
que se enreda en tu pelo pero la liberas tú
oro y diamante por un instante de tono azul.