miércoles, 31 de marzo de 2010

Si te quedas


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A media mañana se encontraba en el jardín leyendo un libro de tapas duras y letra minúscula, sentada en un sillón de mimbre algo gastado por el tiempo que llevaba al aire libre.
El silencio que se respiraba era absoluto, aunque ella tenía sus propios silencios y gustaba de escucharlos, porque decía que tenían sonidos propios, también afirmaba que sus silencios le sonaba a música, que escuchaba la espuma de las olas, que oía su voz rogándole que le explicara como son sus besos, aunque de sobras sabe que no existe ninguna explicación donde explique eso.
Mientras transcurrían las horas había momentos que hacía acto de presencia la melancolía, la impaciencia y la espera, entonces se apoderaba de ella un estado de agitación que le obligaba a dejar de leer. Se acomodaba algo más en el asiento, entornaba los ojos y de sus labios salía una frase: Estaré esperando tu llegada
De esta manera se fue dejando llevar por su ensoñación.
En la mente se dibujaba una imagen, una escena, una voz que salía de los altavoces anunciando la llegada del tren en breves instantes a la estación.
Una vez el tren se detuvo, por las dos escaleras del vagón bajaba un hombre con escaso equipaje. Caminando ,sus pasos le llevaron hasta terminar mezclándose con las demás personas que llenaban el anden, al salir de la estación el viajero miraba hacia el horizonte y por unos momentos se detuvo para contemplar la belleza que se divisaba en la lejanía, allá muy lejos, donde radica el punto de unión perfecto entre el mar y la montaña.
Ante él se mostraban varios caminos en cada uno de ellos había un letrero indicándole a que dirección llevaba, él dudaba cual de ellos tomar, pero cuando parecía que estaba completamente perdido y a punto de dar la vuelta para regresar por donde había venido un impulso le hizo girar de nuevo sobre sus pasos dirigiéndose hacia un camino que anteriormente llamó su atención por la intensidad de luz y color que le hacían resaltar sobre los demás, se dejó llevar por la intuición y empezó a andar.
Ella, abrió los ojos al mismo tiempo que se incorporaba dejando el libro sobre la mesa de jardín, se levantó y se dirigió hacia la puerta que estaba medio abierta, las miradas se encontraron y se hablaron.
Ella le dijo: ¿vienes para quedarte? si es así, si te quedas, quiero vivir hechizada por ti

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domingo, 28 de marzo de 2010

Sabrina


París es para los enamorados, tal vez por esa razón sólo estuve allí 35 minutos.

Las ilusiones son peligrosas, no tienen defectos.

Pasas junto a todos los puentes de París, los 23. Te enamoras de uno y vas allí cada día con el café y el diario para dejar hablar al río.
¿Y qué te dice?
Eso es cosa tuya y del río..

¿Qué te hace pensar que siempre tienes razón?
La costumbre

Creí que era todo mentira.
Yo también, pero no sé lo que pasó. Primero fue mentira, y luego un sueño.

¿Es posible que no te hayas casado por eso? Quizás no crees en el matrimonio.
Sí creo, por eso no me he casado.
Yo hago un trabajo real en el mundo real, en cambio David siempre está en las nubes.
Sé que trabajas en el mundo real y lo haces muy bien... Seguro que no te has equivocado desde los 3 años... pero sólo es trabajo. ¿Cuándo vives, Linus?

Sálvame, hermosa Sabrina, sólo tú puedes hacerlo...

- Cómo se dice en francés... mi hermana tiene un lápiz amarillo?
- Ma soeur a un crayon jeune.
- Cómo se dice... mi hermano tiene una novia encantadora?
- Mon frère a una copine charmeur.
- Y cómo se dice... me gustaría ser mi hermano?

sábado, 27 de marzo de 2010

Caminos desconocidos

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Ambos se conocían desde hacía tiempo, pero nunca se habían mirado a los ojos hasta ese día que se encontraron mientras paseaban por una calle cualquiera de una ciudad cualquiera.

Entonces sus miradas se cruzaron y sus ojos sonrieron, se detuvieron un frente al otro y se saludaron mientras sin apenas darse cuenta se enfrascaron en una agradable y amena coversación, así permanecieron embelesados uno junto al otro hablando de la vida; sobre sus vidas.Entonces se dieron cuenta que ltenían miles de instantes para regalarse uno al otro-

Aceptaron el regalo sin preguntarse porqué suceden cosas que se escapan a la lógica, situaciones que paecen son irracionales y se dijeron que en estos casos lo único que se puede hacer es seguir caminando y dejarse llevar por la intuición.

Porque hay encuentros que pueden significar un nuevo inicio.

Un viaje hacia lugares que desconocemos. Un nuevo camino para descubrir.

Y tal vez el azar o la casualidad es la sacudida que necesitamos para quitarnos los miedos y ser lo suficiente mente valientes para traspasar fronteras y descubrir lo que es lo que nos espera cuando las traspasamos.





jueves, 25 de marzo de 2010

En el desierto


La caravana avanzaba despacio a través del desierto, era un pequeño grupo de personas pero acarreaban un gran número de cabras y cuatro dromedarios que transportaban los enseres necesarios. Se dirigían a un oasis cercano donde instalarían sus tiendas y permanecerían unos días para reponer el suministro de agua y dar un descanso a los agotados animales y sus cuidadores.


Una vez instalado el campamento, con las tiendas debidamente montadas, los animales acomodados y dados de beber y el trabajo prácticamente hecho, un hombre se alejo del grupo y, sentándose sobre sus piernas con la espalda apoyada en una palmera, cerró los ojos y se dejo embargar por la humedad y la sombra del lugar. Toda su vida había estado ligada al clan, y en él encontró su familia, pasó buenos y felices ratos y se sintió enormemente feliz; no todos los momentos vividos habían sido buenos, por supuesto también ocurrieron desgracias, momentos difíciles, siempre compartidos por todos. Pero con el tiempo las cosas cambiaron, al principio casi imperceptiblemente y desde hacia ya unos años las diferencias eran mayores. Su gente, que él seguía queriendo, no entendía como un hombre de su edad seguía mirando al cielo, contemplando las estrellas y soñar; eso estaba bien en un chiquillo pero un adulto no debía perder el tiempo en esas nimiedades. Como no entendían que pasará horas escribiendo en aquel viejo y arrugado cuaderno, siempre por las noches, quitándose horas de sueño y descanso.


A última hora de la tarde llegó al oasis otra caravana de nómadas, eran sobradamente conocidos ya que solían coincidir regularmente tanto en éste como en otros lugares. Entre ellos se había establecido una buena relación; en el grupo recién llegado viajaba una mujer que nuestro hombre conocía desde hacía tiempo y con la que hablaba habitualmente en cada encuentro; generalmente sólo charlaban sobre cosas generales, el trayecto recorrido en los viajes, las obligaciones del trabajo, anécdotas y hechos que hubieran ocurrido o presenciado…, nunca entraban en temas más personales, aunque en el fondo se había ido formando entre ambos un lazo bastante fuerte, casi podría decirse que no necesitaban hablar para intuir lo que pensaba, lo que sentía el otro.


Aquella noche coincidieron los dos, y tras saludarse cordialmente empezaron a intercambiarse noticias de cada clan. Pero la conversación fue derivando a otros asuntos y tocando, por primera vez, temas más personales. Fueron contándose retazos de su vida personal, recuerdos del pasado, cosas que les llenaban de una u otra manera, en fin, en poco más de una hora supieron uno del otro más que en todo el tiempo que hacía que se conocían. Reconfortados por todo lo que habían intercambiado acerca de sus vidas, y ya conociéndose un poco más, se sentaron en el límite del oasis con el desierto y dirigieron sus miradas a las estrellas.




Lou Reed

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Propósitos


Dejar de pensar
Aprender a sentir
Asumir las consecuencias
No correr tras sueños inalcanzables
Mantener viva la llama de la ilusión
Darte a conocer mi interior
Recorrer el mismo camino uno al lado del otro

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cohen 1970



Suzanne takes you down to her place
near the river
You can hear the boats go by
You can spend the nighy beside her...

....................................................

And you want to travel blind
And you know that you can trust her
For she's touched your perfect body
with her mind.

Palabras sin sentido


Estamos acostumbrados a utilizar a la ligera algunas palabras sin ni siquiera pensar en su significado, y con esas palabras completamos frases algo estúpidas y sin ningún significado real

Palabras como: siempre, todo, nunca...

En más de una ocasion he escuchado o yo misma he mantenido este tipo de conversación:

Estoy cansada

Cansada ¿de qué?

De todo

De todo…y ¿qué es todo?

Entonces te paras a pensar y caes en la cuenta de que ese "todo" solo es un concepto, un tópico, y que realmente no estás cansada de todo, sino que te agota lo superfluo, lo prescindible, lo nocivo.

Cansa el peso las capas que nos vamos echando encima a medida que pasan los años.

Es obligación y tarea nuestra saber deshacernos de lo desechable y una vez hecho la vida nos funcionará mucho mejor.

Una vez eliminado lo que nos desasosiega podemos coger una balanza y comprobar los sentimientos reales, seguramente nos sorprenderemos del resultado

martes, 23 de marzo de 2010

Gustavo Adolfo Becquer



En mi anterior te dije que la poesía eras tú,
porque tú eres la más bella personificación
del sentimiento, y el verdadero espíritu de la
poesía de otro.
A propósito de esto, la palabra amor se deslizó
en mi pluma en uno de los párrafos de mi carta.

De aquel párrafo hice el último.
Nada más natural. Voy a decirte el porqué.
Existe una preocupación bastante generalizada,
aun entre las personas que se dedican a dar
formas a lo que piensan, que, a mi modo de ver,
es, sin parecerlo, una de las mayores.

Si hemos de dar crédito a los que de ella participan,
es una verdad tan innegable que se puede elevar
a la categoría de axioma el que nunca se vierte
la idea con tanta vida y precisión como en el momento
en que ésta se levanta semejante a un gas
desprendido y enardece la fantasía y hace vibrar
todas las fibras sensibles, cual si las tocase
alguna chispa eléctrica.

Yo no niego que suceda así.
Yo no niego nada;
pero, por lo que a mí toca, puedo asegurarte
que cuando siento no escribo.
Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro
misterioso, las impresiones que han dejado en él
su huella al pasar; estas ligeras y ardientes hijas de la
sensación duermen allí agrupadas en el fondo de
mi memoria hasta el instante en que, puro, tranquilo,
sereno y revestido, por decirlo así, de un poder
sobrenatural, mi espíritu las evoca, y tienden sus alas
transparentes, que bullen con un zumbido extraño,
y cruzan otra vez por mis ojos como en una
visión luminosa y magnífica.

Entonces no siento ya con los nervios que se agitan,
con el pecho que se oprime, con la parte orgánica
natural que se conmueve al rudo choque de las
sensaciones producidas por la pasión y los afectos;
siento, sí, pero de una manera que puede llamarse
artificial; escribo como el que copia de una página
ya escrita; dibujo como el pintor que reproduce
el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde
entre la bruma de los horizontes.

Todo el mundo siente.
Sólo a algunos seres les es dado el guardar como
un tesoro la memoria viva de lo que han sentido.
Yo creo que éstos son los poetas.
Es más: creo que únicamente por esto lo son.

Efectivamente, es más grande, es más hermoso,
figurarse el genio ebrio de sensaciones y de
inspiración, trazando a grandes rasgos, temblorosa
la mano con la ira, llenos aún los ojos de lágrimas
o profundamente conmovidos por la piedad esas
tiradas de poesía que más tarde son la admiración
del mundo; pero, ¿qué quieres?, no siempre
la verdad es lo más sublime.
¿Te acuerdas?
No hace mucho que te lo dije
a propósito de una cuestión parecida.

Cuando un poeta te pinte en magníficos
versos su amor, duda.
Cuando te lo dé a conocer en prosa, y mala, cree.

Hay una parte mecánica, pequeña y material en
todas las obras del hombre, que la primitiva,
la verdadera inspiración desdeña en sus ardientes
momentos de arrebato.

Sin saber cómo, me he distraído del asunto.
Como quiera que lo he hecho para darte una
satisfacción, espero que tu amor propio sabrá
disculparme. ¿Qué mejor intermedio que éste
para con una mujer?

No te enojes.
Es uno de los muchos puntos de contacto que
tenéis con los poetas, o que éstos tienen
con vosotras.

Sé, porque lo sé, aun cuando tú no me lo has dicho,
que te quejas de mí, porque al hablar del amor detuve
mi pluma y terminé mi primera carta como enojado
de la tarea.

Sin duda, ¿a qué negarlo?,
pensaste que esta fecunda idea se esterilizó
en mi mente por falta de sentimiento.
Ya te he demostrado tu error.

Al estamparla, un mundo de ideas confusas
y sin nombre se elevaron en tropel en mi cerebro
y pasaron volteando alrededor de mi frente, como
una fantástica ronda de visiones quiméricas.
Un vértigo nubló mis ojos.

¡Escribir! ¡Oh!
Si yo pudiera haber escrito entonces,
no me cambiaría por el primer poeta del mundo.

Mas... entonces lo pensé y ahora lo digo.
Si yo siento lo que siento, para hacer lo que hago,
¿qué gigante océano de luz y de inspiración
no se agitaría en la mente de esos hombres
que han escrito lo que a todos nos admira?

Si tú supieras cómo las ideas más grandes se
empequeñecen al encerrarse en el círculo de hierro
la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras,
qué impalpables son las gasas de oro que trotan
en la imaginación al envolver esas misteriosas
figuras que crea y de las que sólo acertamos
a reproducir el descarnado esqueleto; si tú
supieras cuán imperceptible es el hilo de luz
que ata entre sí los pensamientos más
absurdos que nadan en el caos:
si tú supieras...
Pero, ¿qué digo?
Tú lo sabes, tú debes saberlo.
¿No has soñado nunca?
Al despertar, ¿te ha sido alguna vez posible referir,
con toda su inexplicable vaguedad y poesía,
lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir
y comprender especial, misteriosa, porque
él es un arcano; inmensa, porque él es infinito;
divina, porque su esencia es santa.

¿Cómo la palabra, cómo un idioma grosero y mezquino,
insuficiente a veces para expresar las necesidades de la
materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?
Imposible.
Sin embargo, yo procuraré apuntar, como de pasada,
algunas de las mil ideas que me agitaron durante
aquel sueño magnífico, en que vi al amor,
envolviendo a la Humanidad como en un fluido
de fuego, pasar de un siglo en otro, sosteniendo
la incomprensible atracción de los espíritus,
atracción semejante a la de los astros, y
revelándose al mundo exterior por medio de la
poesía, único idioma que acierta a balbucear
algunas de las frases de su inmenso poema.

Pero, ¿lo ves?
Ya quizá ni tú me entiendes ni yo sé lo que me digo.
Hablemos como se habla.
Procedamos con orden.
¡El orden! ¡Lo detesto,
y, sin embargo, es tan preciso para todo!...
La poesía es el sentimiento;
pero el sentimiento no es más que un efecto,
y todos los efectos proceden de una causa
más o menos conocida.
¿Cuál lo será?
¿Cuál podrá serlo de este divino arranque de
entusiasmo, de esta vaga y melancólica aspiración
del alma, que se traduce al lenguaje de los hombres
por medio de sus más suaves armonías sino el amor?

Sí; el amor es el manantial perenne de toda poesía,
el origen fecundo de todo lo grande,
el principio eterno de todo lo bello;
y digo el amor porque la religión,
nuestra religión sobre todo,
es un de todo lo grande,
el principio eterno de todo lo bello;
y digo el amor porque la religión,
nuestra religión
sobre todo, es un amor también,
es el amor más puro, más hermoso,
el único infinito que se conoce,
y sólo a estos dos astros
de la inteligencia

El amor es la causa del sentimiento;
pero... ¿qué es el amor?
Ya lo ves:
el espacio me falta, el asunto es grande,
y... ¿te sonríes?...
¿Crees que voy a darte una excusa fútil para
interrumpir mi carta en este sitio?
No; ya no recurriré a los fenómenos del mío para
disculparme de no hablar del amor.
Te lo confesaré ingenuamente: tengo miedo.
Algunos días, sólo algunos, y te lo juro,
te hablaré del amor,
a riesgo de escribir un millón de disparates.
-¿Por qué tiemblas? -dirás sin duda-.
¿No hablan de él a cada paso gentes
que ni aún lo conocen?
¿Por qué no has de hablar tú, tú que dices
que lo sientes?
¡Ay! Acaso por lo mismo que ignoran lo que es,
se atreven a definirlo.
¿Vuelves a sonreírte?...
Créeme: la vida está llena de estos absurdos.

CARTA II, de Gustavo Adolfo Becquer

lunes, 22 de marzo de 2010

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Me encanta esta canción, la estoy escuchando en estos momentos y no he podido resistirme a deciroslo



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Si tú quieres


Si quieres me acercaré suave a acariciar tu rostro mientras duermes
Si quieres mis manos hablarán a tu cuerpo
Si quieres te susurraré al oído para que solo tú me oigas
Si quieres dejo que me ganes
Si quieres hago que sientas mis labios mientras rozo tu espalda en una caricia
Si quieres notarás mi calor en tu nuca
Si quieres nos fundimos juntos en nuestros sueños
Si quieres nos mostramos ante el mundo
Si quieres te confieso mis conversaciones secretas con la almohada
Si quieres te digo cuanto te sueño en la distancia
Si quieres permanezco contigo
Si tu quieres

domingo, 21 de marzo de 2010

Evocación en la noche

Adormecida aun (Revollo del Toro)

El hombre se sentía a gusto cuando caía la noche, eran sus momentos para la tranquilidad, el silencio y el placer de escribir. Alumbrado tenuemente por una lámpara de mesa, con el resto de la casa a oscuras, una suave música envolvía la habitación, sonaba la Orquesta Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Karajan, interpretando la 5ª sinfonía de Mahler.


Disfrutando la música estaba con los ojos semicerrados, los entreabrió y observó el libro de arte que había estado hojeando por la tarde; permanecía abierto sobre la mesa y su mirada quedó fija sobre una de las láminas, representaba a una mujer aparentemente dormida. La visión de esta obra fue como una sacudida que agitó todo su cuerpo, sintió crecer dentro de él sensaciones, sentimientos, deseo… y pensó en ella. Casi sin pensarlo, como un autómata, tomó la estilográfica, abrió su cuaderno de notas y empezó a escribir.


En la noche y mis sueños

te imagino dormida

pensando en nuestro mundo

abriendo las compuertas

de amores y caricias

ese lugar formado

entre ambos…


Y siguió escribiendo, verso tras verso, mientras la noche seguía su curso. Terminó la poesía, volvió a cerrar sus ojos y se puso a soñar. No conocemos con qué, ni con quien soñó, pero debió ser agradable ya que sonreía.

Más pereza


viernes, 19 de marzo de 2010

Olvidar




A veces pienso en las personas. A veces pienso en las relaciones entre personas.
A veces pienso en el olvido. A veces pienso en esas personas que tienen una relación amorosa y un día todo se desvanece.
Personas que han estado tan enamoradas que parecía imposible que el amor se terminara entre ellas produciendo pena, ruptura, olvido y desamor.

Me pregunto si se llega a olvidar del todo, yo creo que no, porque la vida la vamos construyendo a base de experiencias y recuerdos. Y debemos aprender a sobrellevar esos recuerdos sin que nos dañen. Destinar a ellos un pequeño rincón del corazón donde puedan reposar.

Es imposible olvidar las palabras que no se dijeron, los besos que no se dieron, y las promesas que no se cumplieron, porque de lo pendiente, lo inacabado jamás podemos desprendernos del todo.

Es imposible olvidar unos labios que te han hecho enloquecer, una mirada que te ha hecho desfallecer, unas manos que su roce te ha hecho temblar…

Pero el caso es que cuando lo pienso no dejo de sentir algo de miedo imaginando qué pasará cuando llegue ese momento a mi vida, cómo reaccionaré cuando toda la magia que ahora es real desaparezca.

¿Olvidaremos nuestras tardes conversando ante una taza de café o te?
¿No recordaremos los paseos interminables cogidos de la mano?
¿Qué pasará cuando ya no haya más cartas que escribir, porque no hay nada más que decir?
¿Qué haremos cuando ya no nos importa nada lo del otro?
¿Puede suceder? ¿Está sucediendo?
¿Jamás volverás a interesarte por mí?




Carta a D. historia de un amor


André Gorz nació en Viena, en 1923 en el seno de una familia burguesa de procedencia judía, su padre le envío a estudiar a Suiza donde realizó sus estudios hasta graduarse; posteriormente se instaló en Francia, y dejó de hablar alemán hasta el año 1984

Fue periodista y filósofo, admiraba a Sartre y Camus, entre otros existencialistas de la época.


André y Dorine se conocieron en el año 1947, y estuvieron juntos 58 años, hasta el suicidio de ambos.

Su historia me ha recordado algo a la de Stefan Zweig y su esposa, aunque por distintos motivos también ellos decidieron juntos poner fin a su vida.

El libro se publicó un año antes de la muerte de ambos y en él André hace un repaso de su vida junto a Dorine.

Es la historia de amor de dos personas solitarias, apátridas, sin tierra. Dos personas que tuvieron la suerte de vivir un amor de dimensiones extraordinarias

Es uno de los libros más bonitos, tristes y emotivos que jamás he leído.

Sus cuerpos fueron encontrados uno junto al otro tras ingerir una mezcla de medicamentos. Fue un sábado

En el año 1973 Dorine empezó a enfermar, sufría constantes dolores de cabeza, tras varias radiografía se comprobó que el dolor era a consecuencia de unos productos de contraste que le inyectaron ocho antes cuando la operaron de una hernia discal., el dolor empezaba en los lumbares hasta la cabeza y se fue haciendo insoportable.

Se trasladaron a vivir a la casa que tenían en el campo. André abandonó el trabajo de la ciudad para cuidar a Dorine.

En el año 1973 Dorine empezó a enfermar, sufría constantes dolores de cabeza, tras varias radiografía se comprobó que el dolor se debía a unos productos de contraste que le inyectaron hacia unos años al operarla de una hernia discal.El dolor empezaba en los lumbares hasta la cabeza

Se trasladaron a vivir a la casa que tenían en el campo. André abandonó el trabajo de la ciudad para cuidar a Dorine.
...que el amor es la fascinación recíproca de dos personas en su aspecto más inefable, menos socializable y más reacio a los papeles y las imágenes de sí mismos que la sociedad les impone, y a cualquier pertenencia cultural....
Pág. 30
...había llegado a la edad en que uno se pregunta qué es lo que ha hecho de su vida y lo que habría querido hacer de ella. Tenía la impresión de no haber desarrollado una sola parte de mí mismo y de ser pobre como persona. Tú eras, y siempre lo habías sido, más rica que yo. Te desarrollaste en tres dimensiones....
Pág. 105
...me resulta inimaginable seguir escribiendo si tu ya no estás. Tú eres lo esencial sin lo cual todo lo demás, por importante que me parezca mientras estás ahí, pierde su sentido y su importancia. Eso te decía en la dedicatoria de mi último escrito...
Pág. 106
...me entregaste toda tu vida y todo lo tuyo. A mi me gustaría poder darte todo lo mío durante el tiempo que nos quede. Recién acabas de cumplir ochenta y dos años . Y sigues siendo bella, elegante y deseable...
Pág. 109
Y además si no tenía la seguridad de que podría vivir con ella, al menos estaba seguro de que no quería perderla.
pag. 79
Sin que te dieras cuenta, te saqué una foto de espaldas: caminas con los pies dentro del agua por la gran playa de La Jolla. Tienes cincuenta y dos años. Eres maravillosa. Es una de las imágenes tuyas que prefiero.
pag. 100
Estabas tan hermosa y resuelta en tu silencio que no podía imaginar que pudieras renunciar a vivir, por la ventana abierta, escuché la Novena Sinfonía de Schubert...
pag.102

Recién acabas de cumplir ochenta y dos años. Y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca.

Pág. 109


Carta a D. historia de un amor, de André Gorz


jueves, 18 de marzo de 2010

El suceso del día

Sería mejor que me fuera a la cama, pero no puedo. Me tiemblan las manos.
Creo que debería escribir una especie de informe. Estoy acostumbrado a hacerlo. Redactó uno a la semana, los viernes por la tarde, para Guillemin, mi responsable. Esta vez será para mi.

Me digo: "Si lo cuentas con todo detalle, si te aplicas bien, al final, cuando lo releas, podrás creer durante dos segundos que el gilipollas de la historia es otro tío, no tú, y entonces tal vez puedas juzgarte objetivamente. Tal vez."

Así que heme aquí. Estoy sentado delante de mi pequeño portatil, el que uso normalmente para el trabajo, oigo el ruido del lavaplatos en el piso de abajo.
Mi mujer y mis hijos están en la cama desde hace mucho tiempo. Mis hijos sé que están durmiendo, mi mujer, seguro que no. Me acecha. Intenta saber. Pienso que tiene miedo porque ya sabe que me ha perdido. Las mujeres sienten esas cosas. Pero no puedo tumbarme junto a ella y dormirme, ella lo sabe. Es necesario que escriba todo esto ahora por esos dos segundos que serán tal vez tan importantes, si es que lo consigo.

Anna Gavalda, "Quisiera que alguien me esperara en algún lugar"

miércoles, 17 de marzo de 2010

El respeto



Pensaba escribir sobre el día de hoy, un día soleado con olor a primavera, pensaba explicar que he mirado al calendario porque tengo la sensación de que se ha adelantado de fecha, pensaba escribir sobre lo bonita que es la vida y lo poco que apreciamos la caricia que nos ofrece a diario, pensaba en cosas bonitas y agradables, pero por una circunstancia que no viene al caso he cambiado de idea (aunque mi buen humor de hoy sigue intacto) y escribiré sobre algo tan escaso como es la humildad el respeto, la tolerancia y la soberbia.
Y es que me exaspera ver que en el mundo en que vivimos lo que se lleva y prospera es la mediocridad, lo soez y la ordinariez.

El caso es que hace unos días paseándome por estos mundos de blog leí un post que me hizo reflexionar. Quien escribió dicho post mostraba su desagrado hacia las personas “pesadas”, (bueno usaba otro adjetivo para definirlas, pero prefiero no ponerlo) se quejaba de que existe un tipo de personas que solo hablan para que se las escuchen y no se dan cuenta lo molestas que llegan a ser.

Y lo más curioso es que dicho post obtuvo una cantidad de respuestas considerable. Sorprendentemente post y respuestas se desarrolló en un tono muy festivo, todo el mundo estuvo de acuerdo, nadie mostró una opinión distinta.
Bien, estuve dándole vueltas al tema y lo cierto es que me surgieron muchas preguntas y llegué a alguna conclusión.
Porque siempre hablamos de “la gente” como alguien ajeno, cuado gente obviamente somos todos. Personalmente prefiero utilizar el calificativo,persona a gente, me gusta mucho más.
Afirmamos muy gratuitamente que, la gente dice, la gente hace, la gente es rara, la gente está loca, la gente piensa que...

Todos en alguna ocasión hemos hablado mas de la cuenta, sencillamente porque en ese momento hemos necesitado desahogarnos con alguien, y cuando atravesamos por momentos personales duros o que creemos injustos tenemos la necesidad de exteriorizar nuestros sentimientos aunque no nos demos cuenta de que a la persona que nos estamos confesando le importa un bledo lo que le nos pasa.
Yo creo que deberíamos pensar un poco más las cosas antes de opinar, ser más respetuosos, empezando por nosotros mismos. Mostrarnos más humildes y dejar la soberbia a un lado, porque en definitiva todos nos necesitamos.

Y todo es alternativo, el que hoy nos toque escuchar no quiere decir que en algún momento quizá cercano seamos nosotros los que necesitemos deshaogarnos




W.H.Auden



El Tiempo dirá tan solo: «ya te lo dije.»
Sólo el tiempo conoce el precio que hemos de pagar;
Si yo pudiera decírtelo, te lo haría saber.

Si debiéramos sollozar cuando los payasos hacen su numero,
Si debiéramos tropezar cuando tocan los músicos,
El Tiempo dirá tan solo: «ya te lo dije.»

No hay fortunas que predecir, no obstante,
Porque te amo más de lo que puedo decir,
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.

Los vientos deben venir de alguna parte cuando soplan,
Debe haber razones por las que las hojas se pudren;
El Tiempo dirá tan solo: «ya te lo dije.»

Tal vez las rosas realmente quieran crecer,
Tal vez la visión quiere en verdad permanecer;
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.

Supongamos que los leones se levantaran todos y se fueran,
Y que todos los arroyos y los soldados huyeran;
¿Dirá el tiempo algo que no sea ya te lo dije?
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.

martes, 16 de marzo de 2010

Ausencia


"en la cama, sin prisa, muchas tardes,
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuando te marchas.
Aunque tu no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,"

"Algo tan parecido al amor"
(Carmen Amoraga)


domingo, 14 de marzo de 2010

Una soledad demasiado ruidosa


Una soledad demasiado ruidosa fue escrita en el año 1976 cuando el autor contaba con 62 años de edad y de este libro el autor dijo:”He vivido solo para escribir este libro", en él trata sobre el tiempo, la vejez, las relaciones…

Es la historia de Hanta, un hombre que trabaja en una trituradora de papel viejo instalada en un sótano cerca de las cloacas por donde se pasean a diario miles de ratas. A diario llegan cantidades increíbles de libros viejos y reproducciones de cuadros de pintores famosos,
Al pasar horas y horas entre los libros que allí se destruyen, Hanta se descubre como una persona culta a pesar de las circunstancias que le han tocado vivir, el tener contacto diario con los libros le da sentido a su triste y lúgubre existencia, de todo esto él crea belleza.
El libro se compone de tan solo 160 páginas, espléndidas y maravillosas que al finalizarlo deja sabor a poco, cada una de ellas están llenas de belleza.

Hanta jamás olvida algunas frases que lee en esos libros y a partir de esas frases hace reflexiones sobre la vida, la soledad, la evocación, etc.

En un momento del libro el protagonista dice "Yo soy al mismo tiempo el artista y el único espectador y por eso cada día termino cansado, agotado y trastornado y para moderar y disminuir ese terrible desgaste de mi mismo, me tomo una jarra de cerveza tras otra y por el camino de la taberna Husensky tengo tiempo suficiente para meditar y soñar con el aspecto, con la belleza de mi próxima bala de papel".

"paro el movimiento de la prensa, me preparo un nido, una cama dentro de la prensa; aún soy algo, puedo llevar la cabeza bien alta, no tengo motivos para avergonzarme de nada; como Séneca cuando entró en la bañera, meto dentro un pie, el otro resbala pesadamente, para probarlo me encojo como una bola, entonces me arrodillo y pulso el botón verde, e vuelvo a enroscar en mi pequeño nido dentro de la máquina, en medio de papel viejo y libros, aprieto firmemente con las manos a mi Novalis con el dedo puesto sobre la frase que siempre me ha llenado de entusiasmo, sonrío dulcemente porque empiezo a parecerme a Maruja y su ángel, empiezo a entrar en un mundo
donde no he estado nunca, me apoyo en el libro, en la página que dice:”cada objeto amado es el centro del paraíso terrenal...y yo antes de empaquetar papel blanco en la imprenta de Melantrich, yo, como Séneca, como Sócrates, yo, en mi prensa, en mi cueva, he escogido mi caída que no es sino mi ascensión"
"Si supiera escribir, haría un libro sobre la mayor suerte y la mayor desgracia de los hombres. Los libros me han enseñado, y de ellos he aprendido que el cielo no es humano en absoluto y que un hombre que piensa tampoco lo es, no porque no quiera sino porque va contra el sentido común."

"Camino entre el bullicio de la calle sin cruzar en rojo , yo puedo andar sin ser consciente, medio adormilado, en el umbral de la consciencia, en una especie de inspiración subterránea, la imagen de cada una de las balas que he comprimido ese día se va apagando suavemente, tiernamente, dentro de mi, tengo la sensación física de ser yo también, un paquete de libros prensados, de que mi interior arde una pequeña llama como la de un calentador o de una nevera de gas, una lucecita que nunca se apaga..."
Bohumil Hrabal, una soledad demasiado ruidosa

sábado, 13 de marzo de 2010

Soñando




Canción para soñar en el silencio de una noche de sábado.

Espacio en blanco


Durante el tiempo que permanecimos juntos, a menudo pensaba cual era el espacio que ocupábamos, si es que realmente ocupábamos algún lugar en la vida y si era así, qué nombre le podíamos poner.
Y al fin lo descubrí, estoy convencida de que en la vida de todos existe un espacio en blanco que permanece quieto entre el hoy y el ayer.
Es un espacio que no se puede ver a simple vista, pero que existe, está presente y latente en nuestras vidas.

Pero hoy siento que ya no tengo palabras, porque hace tiempo las agoté,aún así me quedo a vivir como si fuera mi segunda residencia en aquellos ratos que me escuchabas, en aquellas horas de sueño que perdiste por oirme hablar, porque te encantaban mis historias, fueron tantos días de generosidad por tu parte que prefiero quedarme con nuestros recuerdos de abrazos cálidos y silenciosos.

Y aunque he comprendido que nada es, que por mucho que lo deseemos nada existe, ni nada es permanente, me siento llena de agradecimiento y contagiada por tus actos tan generosos.
Cuando pienso en todo aquello tan lejano y al mismo tiempo tan cerca de mi, siento una felicidad que me sobrepasa en todos los límites y expectativas que jamás imaginé experimentar.

Para recordar la complicidad que hubo entre nosotros me he arreglado todo lo elegante que se hacerlo para ti, he elegido con mucho cuidado y esmero la ropa que te gusta que lleve puesta y he escogido del armario aquella blusa de color blanco, sí, aquella que puedo llevar tres botones desabrochados, lo he hecho para intentar darme la oportunidad de cambiar algunas cosas, algunas de mis actitudes y creer que la vida puede renovarse si nosotros queremos porque el desear renovarse nos ofrece la oportunidad de cambiar y ver la belleza que nos rodea y el amor de quien nos lo ofrece.
Son pequeñas grandes cosas visibles, pero que cuando se atraviesan por malos momentos la niebla que existe alrededor impide difrutar de cualquier obviedad por bella y hermosa que sea

Me gustaría que ahora fuera el momento justo. Ni demasiado tarde ni demasaido pronto. El momento justo y deseado para saber que aunque nada es nuevo nos lo puede parecer, que podemos hacer que exista un punto de inflexión y a partir de ese momento la complicidad vuelve a instalarse en ese espacio en blanco que hubo entre nosostros.

viernes, 12 de marzo de 2010

Renato Carosone

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Gracias a que ha llegado la primavera a El corte inglés he vuelto a escuchar esta canción.

Pensamientos y emociones


Ambos pueden definirse con las mismas palabras, por ejemplo, los hay que son:

De colores

Redondos

Suaves

Ásperos

Esperanzadores

Desesperantes

Respetuosos

Punzantes

Peligrosos

Sensuales

Eróticos

Alegres

A partir de ahora haré una selección de pensamientos y emociones.

Me quedaré solo con los que me aporten algo positivo.

Una vez queden seleccionados los voy a cuidar y mimar, para ello los vestiré con una capa amor imperecedero.

No dejaré que se me acerquen demasiado, tampoco que interfieran en mi yo.


jueves, 11 de marzo de 2010

Alguna pregunta sin importancia



Me pregunto en qué momento de la vida bajamos del pedestal y caemos en la cuenta de que no somos inmortales, que somos frágiles y vulnerables, que desfallecemos con facilidad, que los actos de los demás que creemos injustos hacia nosotros nos afectan y entristecen profundamente.

En que momento nos encontramos cara a cara con el tiempo que nos avisa de lo efímera que es la vida.

En qué momento dejamos de ser insustituibles para pasar a la categoría de invisibles ente esos ojos, esa mirada que tanto tuvieron que ver con nosotros