martes, 9 de marzo de 2010

Los libros en mi vida


Estoy sentado en una pequeña habitación, una de cuyas paredes está totalmente cubierta de libros. Es la primera vez que tengo el placer de trabajar con algo que semeje una colección de libros. Puede que en total no sean más de quinientos, pero en su mayor parte representan mis propias preferencias. Es la primera vez, desde que iniciara mi carrera como escritor, que me hallo rodeado por un buen número de libros que siempre ansiaba poseer. Sin embargo, considero que el hecho de que en el pasado haya realizado la mayor parte de mi tarea sin ayuda de una biblioteca fue más una ventaja que una desventaja.
Una de las primeras cosas que asocio con la lectura de los libros es la lucha que he debido librar para obtenerlos. No poseerlos, advierto al lector, sino tenerlos a mi alcance.
Desde el momento en que esta pasión hizo presa de mí ser, no encontré otra cosa que obstáculos. Los libros que buscaba en la biblioteca pública siempre estaban cedidos, y por supuesto, jamás tuve el dinero necesario para obtenerlos.

El libro vive a través de la apasionada recomendación de un lector a otro.

Los libros son una de las pocas cosas que los hombres atesoran profundamente cuanto mejor sea el hombre, con mayor facilidad será capaz de desprenderse de los bienes que más atesora. El libro que yace inane en un anaquel es munición desperdiciada. Los libros deben mantenerse en constante circulación como el dinero.

Sé ahora que ni siquiera me hacía falta leer la décima parte de lo que he leído. Nada hay más difícil en la vida que aprender a no hacer otra cosa que lo estrictamente ventajoso para el propio bienestar, lo estrictamente vital

Párrafos extraidos de Los libros en mi vida, de Henry Miller

7 comentarios:

  1. Buenos días Jesús
    Pues yo ni recomiendo ni presto.
    Tampoco pido que me los presten, siempre los compro, em gusta tenerlos, tocarlso olerlos.
    Amo a los libros y mi vida con los libros

    Geniales las palabras de Borges.

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  2. Cuando lleguen los e-books ¿qué prestaremos? ¿Utilizaremos pendrive para pasarnos los libros?
    ¿Cuando lleguemos a las casas y no haya estanterías, les diremos que nuestros libros están en un aparatito?
    No sé, aún no me hago al cuerpo de estos cacharritos y sí el tener un montón de libros que atesoramos con mucho amor como decía Henry Miller.
    Saludos.

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  3. Ya sabes, hay dos clases de tontos los que dejan libros y los que los devuelven.
    Me gusta vivir rodeado de mis libros y no me gusta, ni siquiera, que se separen entre ellos. Debo de padecer "Libropesía, sed insaciable de pulmón librero"

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  4. Los libros sacan ese lado oscuro que todos tenemos: el instinto de propiedad. Por eso nos cuesta dejarlos y nos duele la tardanza en su vuelta. Y no olvidamos a aquel que no nos devolvió lo prestado.

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  5. Los libros son la vida bien usados.
    Mal usados, causan serios problemas mentales.

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  6. No concibo mi vida sin los libros; de hecho están ligados a mi desde la infancia, cuando disfrutaba con Salgarí y Verne entre otros.

    Para mi el libro es algo más que su lectura, es algo vivo con lo que me relaciono; lo primero que hago al tener uno entre mis manos es olerlo, y seguidamente dejo pasar las hojas entre mis dedos disfrutando del leve murmullo que desprenden. Y tocarlos, sentir su lomo, la textura del papel...

    No podr´kia vivir sin ellos.

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  7. Fantásticos párrafos Madison. Describen perfectamente lo que a muchos nos pasa con los libros, que consideramos joyas hermosas, para regalar o regalarnos, compartir o atesorar.
    Un saludo.

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