domingo, 22 de mayo de 2016

Tus dos nombres.- Roberto Villar Blanco

Durante los primeros años de la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), en nombre del llamado Proceso de reorganización nacional, cientos de niños fueron arrancados a sus padres -y aun del vientre de sus madres- y entregados a oficiales del ejército. Esta novela cuenta la historia de una de esas niñas quien, como todos aquellos robados por entonces a sus progenitores, tiene dos nombres: el que le dieron sus padres biológicos, y con el que la bautizaron sus padres "adoptantes".
Salma y María son la misma persona. Aquella niña, que ahora tiene veinte años, decide hurgar en su pasado y completar su dolorosa historia vital. Sabe que tuvo otra familia. Y quiere conocerla. Le pese a quien le pese. El viaje que emprende la lleva desde Buenos Aires, ciudad que la vio nacer, a la mágica Galicia profunda, tierra de sus ancestros. Allí procurará cerrar viejas heridas y abrir nuevas puertas a la esperanza, el perdón y el amor.

Me ha sorprendido gratamente, porque no es solo la historia trágica y triste ocurrida en una época determinada.
Me ha encantado la manera que Roberto retrata a cada personaje, sus carencias, sus anhelos... 
E
El descubrimiento e iniciación al amor. La primera vez. La primera entrega. Recíproca. Mútua. Irrepetible
El olor renovado, como dice un párrafo del libro. " Se amaron sin recuerdos"
" Entró en Maria sin esperar a nada. Nadie en ese amanecer confundió el grito entrañablede esa mujdr con otra cosa que no fuera goce remoto vomitado desde las tripas."

El amor muerto o dormido que se sostiene en el aire viciado de una habitación, que a veces resulta asfixiante

 " Ella, su esposa, había muerto en muchos sentidos para él dezde hacia años. Cuando la nieta nació tuvo restos de amor para salpicarla, amor novedoso, resucitado. Cuando todos ellos fueron desaparecidos, sólo tuvo fuerzas para armar repisas de madera con las que homenajear a los ausentes. No hubo más que dejadez, pesadez y silencio para ella. Una casa. Enjaulados."

El amor prohibido y  oculto como el de Josefa y Adela. Pero eterno y verdadero
Todo sabe. Porque hay coas que no pueden permanecer calladas toda una vida. Necesitamos saber. Quienes somos,  de donde venimos. Cuanto más tardemos en saber, mas grande será la angustia creando secuelas irreversibles.

"Un secreto siempre está destinado a desvelarse. Dejar que el corazón sienta lo que quiera."

La emoción traspasa barreras y deshace planes.
"La abuela dio comienzo a un encuentro olvidando los planes: las lágrimas no se prevén."

Me ha recordado a Lobo Antunes por la forma en que está escrito. El uso de frases breves. Siempre he admirado esa manera de expresar todo en tan pocas palabras.
He sentido pena por la madre de Maria. Repulsa hacia el padre. Y admiración y respeto por Bea, la abuela valiente y dispuesta a todo. Desde su ignorancia y sencillez no le importa ir a la otra parte del mundo para que Salma conozca su procedencia. Sin odio. Por amor y respeto en memoria de los suyos. Sus desaparecidos. De manera tan injusta. Por tener unas ideas, unos ideales.
Pero me gusta mucho que en ninguno de los personajes haya odio ni deseos de juzgar.

A mi entender una lectura muy recomendable.
Felicidades, Roberto Villar​

viernes, 6 de mayo de 2016

Reproducir




Si fuera una descarada
Te contaría con todo tipo detalle
La conmoción que producen en mi cuerpo
Cuando llegas y dejas caer sobre mi
tus manos arrebatadoras e incendiarias
Y te diria que ojalá tuviera la facultad
De reproducirlas mil veces
Y disfrutar de mil manos tuyas
Pero voy a hacer caso omiso de todo
Soñaré con el aliento de tus manos
Cuando las dejes caer sobre mi nuca

Imagen de Helmut Newton

Volver





 Y ahora
vengo como lo hizo Hansel sobre las piedras iluminadas por la luna
recorriendo el sendero de nuevo, recogiendo botonespara acabar en una estación con corrientes de aire y luz de lámparas
cuando los trenes ya se han ido, las vías húmedas
desnudas y tensas como yo, todo atención
por si tus pasos me siguen, pero antes muerto que mirar atrás.

Seamus Heaney

Imagen de Albert Renger-Patzsch