jueves, 17 de octubre de 2019

Niveles de vida.- Julian Barnes


«Juntas dos cosas que no se habían juntado antes. Y el mundo cambia. La gente quizá no lo advierta en el momento, pero no importa. El mundo ha cambiado, no obstante.» El libro arranca con esta reflexión y en efecto reúne tres historias aparentemente inconexas que acaban mostrando secretos y sutiles lazos.

Niveles de vida habla de la aventura de vivir, de los retos imposibles, del amor que todo lo desborda y del dolor de la pérdida. Y lo hace entretejiendo tres piezas independientes. La primera nos habla de los pioneros de la conquista del cielo con los globos aerostáticos y de las iniciales tentativas de fotografías aéreas realizadas por Nadar, aspirando a ser el ojo de Dios. La segunda historia retoma a un personaje de la anterior, el coronel británico Fred Burnaby –bohemio, aventurero y viajero, que murió en Jartum–, del que se relata su pasión por la legendaria actriz Sarah Bernhardt. La tercera parte salta en el tiempo del siglo XIX al XX y de las historias ajenas a la propia: la muerte de su esposa.

No es la primera vez que Julian Barnes experimenta con las formas literarias. En este caso la ruptura con la narrativa más tradicional está al servicio de una aventura literaria de gran calado: indagar, huyendo del sentimentalismo, en el dolor causado por la pérdida del ser amado, adentrarse con las armas de la gran literatura en el territorio de la aflicción.

El resultado es un libro deslumbrante, que rompe las barreras de los géneros y consigue una hondura y una belleza iluminadoras.


Leer a Julian Barnes siempre es gratificante. En este caso, además me ha emocionado mucho, quizá por que me toca muy de cerca, el caso es que me ha emocionado  muchísimo.
El libro (corto) se compone de tres partes, la primera y la segunda tienen un mismo personaje, el coronel británico  Fred Burnaby enamorado de la actriz Sarah Bernhardt´La tercera parte pasa de la ficción a la realidad, ya que nos habla de lo que supuso para él fallecimiento de su esposa.
Explica su duelo, y lo explica muy bien, no hay manual ni fecha para poner punto final. Cada uno lo lleva y vive a su manera, cada uno que hemos pasado por el mismo trance resurgimos y nos recuperamos de la mejor manera posible, aunque nunca más volvamos ser los que fuimos. Una delicia de libro, de verdad.
Y lo que decía, dejo unos cuantos párrafos que me han gustado mucho:

Juntas dos cosas que no se habían juntado antes. Y el mundo cambia. La gente quizá no lo advierta en el momento, pero no importa. El mundo ha cambiado, no obstante.

Cada historia de amor es en potencia una historia de aflicción. Si no al principio,más tarde. Si no para uno, para el otro. A veces para ambos.

Juntas a dos personas que nunca habían estado juntas. A veces es como aquel primer intento de acoplar un globo de hidrógeno a otro de aire caliente: ¿prefieres estrellarte y arder o arder y estrellarte? Pero a veces funciona y se crea algo nuevo y el mundo cambia.

 No obstante recuerdo nítidamente las últimas cosas. El último libro que ella leyó. La última obra, y la película, el concierto, la ópera y la exposición, que fuimos a ver juntos. El último vino que bebió, las últimas prendas de ropa que compró. El ultimo fin de semana fuera. La ultima cama que no era la nuestra en la que dormimos. El último fragmento de mis escritos que la hizo reir. Las últimas palabras que escribió ella misma; la última vez que firmó con su nombre. La última música que puse cuando volvió a casa. Su última frase completa. La última palabra que dijo.
Pág 120

Miro mi llavero ( que era el de ella) : sólo tiene dos llaves, una para la puerta de casa y otra para la entrada trasera del cementerio. Esto es mi vida, pienso.

Te preguntas:¿ en qué medida, en este torbellino de añoranza, la añoro a ella o añoro la vida que tuvimos juntos, o añoro lo que en ella me hacía ser más yo  mismo, o el simple compañerismo o el amor, o todos esos pedazos superpuestos de cada cosa?

 Lloro su pérdida de un modo muy simple y absoluto. Tengo esa buena y también esa mala suerte. Antes las palabras venían a mi cabeza: la añoro en cada acción y en cada inacción. Era una de esas frases que me repetía para confirmarme dónde estaba y lo que era. Al igual que, al volver a casa, me preparaba para el regreso diciendo en voz alta: No estoy volviendo con ella ni hacia ella. Al igual que, cuando algo fallaba o se rompía o se perdía alguna cosa, me tranquilizaba diciendo: En la escala de las pérdidas no es nada.

Julian Barnes
 ISBN 978-84-339-7904-9
EAN 9788433979049
PVP CON IVA 14.90 €
NÚM. DE PÁGINAS 152
COLECCIÓN Panorama de narrativas
CÓDIGO PN 874
TRADUCCIÓN Jaime Zulaika

domingo, 13 de octubre de 2019

Lillian Hellman.- Borja Martínez



Ayer tarde echaron por la tele la peli El Halcón Maltés, basada en la novela del mismo título de Dashiell Hammet, eso me llevó a recordar a Lilliam Hellman pareja, aunque de forma intermitente, durante muchos años de Hammet

Lilliam Hammet, una mujer muy lista que con su talento, caracter, contundencia y determinacion fue pionera en muchas cosas en favor de la mujer.
Comprometida con su tiempo plantó cara a las adversidades de la epoca, la caza de brujas y se mantuvo firme con sus convicciones:
"No soy ni seré nunca capaz de amputar mi conciencia para adaptarme a la moda del momento"
Con 19 años se casó con Arthur Kober, aunque fue un matrimonio más de amistad que otra cosa, ambos se llevaron muy bien hasta el final. Vivieron en Europa, se instalaron en París y Londres, más tarde se trasladaron a Estados Unidos, era 1930, Lillian tenia venticinco años, entonces apareció Hammet en su vida. Quedó prendada
"Necesitaba un maestro, un maestro frio que no se dejara impresionar por una muchacha extraña y dificil"
Pasado el tiempo, todo lo que podia recordar la pareje de aquella primeranoche era que habían acabado sentados en el coche de él habla do de libros.
"Él comenzaba a salir de una borrachera de cinco días y luego continuaría bebiendo mucho durante los dieciocho años siguientes"
Estaba casado y aunque Lillian era liberal no le hacía ninguna gracia compartir pareja, así que en 1937 Dashiell se divorció, pero ese hecho no cambió la excelente relación con su exesposa y sus hijas, vínculo que mantuvo durante toda su vida
hasta que falleció en enero de 1961.
Me ha gustado mucho saber sobre la vida de esta mujer, a mi entender injustamente olvidada o poco conocida en el ámbito literario.
Recomiendo el libro