jueves, 29 de marzo de 2018

Causa


Uno tiene la edad de su causa".No recuerdo quién lo dijo, lo leí por ahí.
Y pienso, y el pensar se vuelve retroactivo Tal parece que me hallo viajando en el túnel del tiempo. Mi causa fuiste tú. Mi causalidad y mi casualidad también, por eso hoy tengo toda la edad del mundo.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Sucede


Yo creo que era febrero, aunque no estoy muy segura, tampoco recuerdo la hora ni el día de la semana, lo que sí sé es que desde entonces me esperaba cada día.
También sé que nos mostrábamos alegres, nos reíamos mucho. Despreocupados. Éramos ágiles de expresión. Y me abrazaba como si no hubiera tiempo futuro. Yo lo seguía en todos sus movimientos y le contaba mis cosas del día, él seguía abrazándome, le hablaba sobre mis sentimientos más secretos.
¿Cuáles? No recuerdo. Pero él sabía por el tono de voz mi estado de ánimo y la gravedad o no, de todo lo que me preocupaba.
Cuando ya regresábamos a la casa, tomamos por costumbre entrar por la puerta principal, me gustaba mucho porque al pasar nuestras sombras se dibujaban en el cristal.
¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo habíamos estado juntos haciendo el ritual diario de los encuentros? No sé. A veces, cuando lo pienso me digo que bien pudo ser un segundo o años, qué más cuánto duró. Yo era feliz. Sucedió.
Y si alguna vez me sentía desdichada cerraba los ojos y desdibujaba todo lo malo con mi mano imaginaria , en cuestión de segundos desaparecía.
Corría por la casa, entre mis libros y mi alegría se expandía hasta el último rincón del patio de la casa, y siempre, siempre, acababa en el mismo lugar, agotada me sentaba debajo de un árbol, canturreando alguna canción pegadiza del momento y
riendo. Asombrada de ser protagonista de aquella gran felicidad y el recuerdo tan presente y tan vivo de la niña que fui.
Han pasado muchos años desde que viví esa vida mágica de la que hoy os hablo y cada vez que la recuerdo, se aviva y acrecienta más y más real dentro de mi mundo.
Nunca he experimentado ternura más grande que la que nos proporcionamos el tiempo que permanecimos junto. Él sabía dar y recuerdo como si fuera ahora la tibieza de sus manos cuando tocaban las mías
Imagen de Frank-Horvat


martes, 27 de marzo de 2018

Táctica

A veces te pienso en voz alta y te cuento que estoy aprendiendo a embotellar momentos, así cada vez que te extrañe abriré la botella y será como volver a vivirlos contigo igual que la primera vez

domingo, 25 de marzo de 2018

Extravio


 La noche es en cierto modo mi patria ¿Qué noche? La noche de los ríos subterráneos, recorrida por ángeles y demonios, que fascina y aprisiona; la noche de la cual habla Pascal:
El hombre no sabe dónde ubicarse. Está visiblemente extraviado y ha perdido su verdadero lugar sin poderlo recuperar. Lo busca en todas partes, con inquietud y sin éxito, en medio de tinieblas impenetrables. 
( Julien Green , Diario )

sábado, 24 de marzo de 2018

Debilidades

Solamente en días así me noto débil, se trata de una debilidad moral y sentimental por decirlo de alguna manera, y me impacienta y me desanima, pero no puedo hacer nada para que no ocurra. Procuro concentrarme en algo útil y deshacerme del hábito de pensar y de elucubraciones innecesaria, por experiencia sé cuánto se sufre por esta causa, y lucho conmigo misma sin tregua, intento alejarme de galimatías absurdas que no llevan a ninguna parte, pero mi debilidad es más fuerte que mis resoluciones.
Ocurre que ser así me pasa factura; atroces dolores de cabeza y remordimientos me atormentan por ello y aún así, aquí sigo discurriendo a la vez que incapaz de dialogar durante varios días. Me cuesta asimilar la situació, pero también es verdad que con la mayor sencillez, vuelvo otra vez a la realidad, por suerte siempre es así, el círculo de la vida no está nada mal, por cierto.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Rumor

Mi vida son mis ojos y mis oidos.Mi universo son tu voz y tus manos.Nuestra capacidad de sabernos Todo lo demás son habladurias.

domingo, 18 de marzo de 2018

viernes, 16 de marzo de 2018

Nada cambia


 Creo que hay cosas que por mucho que uno quiera no cambian, conceptos que son inamovibles, y sentimientos que no son negociables.
Pongamos por caso la imagen del padre, de la madre. Cuesta verlos como personas distintas a esa faceta, es decir, tal parece que nunca han sido niños pequeños o jovenes alocados y divertidos. No. Los padres son ese ser que siempre perdona, que jamás falla, nunca decae ni tampoco se deprime y es valiente y nos quita el miedo, nos arropa, etc, etc
A mi entender, los hijos pasamos por tres etapas. La primera que es cuando somos niños adoramos a nuestros padres, son el referente a todo, la segunda es más chunga, la adolescencia es así, todo lo que hay fuera de tu casa es mucho mejor, los padres de tus amigos son mucho más perfectos y tolerantes, y luego está la tercera etapa, un día te ves haciendo un gesto y de repente revives la imagen de tu madre o tu padre, haciendo aquello que a ti tanta rabia te daba,y que un día juraste que tú, jamás lo harías, eso se ve cuando eres adulto, y posiblemente ya tienes tus propios hijos, entonces caes en la cuenta de todo lo que los tuyos hicieron por ti, sacrificios sin límites para que tú tuvieras mejor vida que ellos, más preparación, más estudios, etc
Por eso, nunca, jamás bajo ningún concepto deberíamos avergonzarnos de nuestros padres. Y nuestros hijos tampoco deben avergonzarse de nosotros.
Esta imagen que hace mucho que la guardo, siempre me recuerda a mis padres, porque cuando voy a visitarlos los encuentro en esa misma postura, y me encanta, y me emociona y me enternece.
Escenas así, hace que uno crea en la vida, en la familia, en el amor, tres pilares que son el motor de todos nosotros para poder seguir avanzando en este mundo tan cruel e insolidario que nos ha tocado vivir.
No sé, hoy estoy reflexiva, demasiado reflexiva creo yo, será la primavera o quizá otra cosa más profunda que guardo en mi interior, no sé..

jueves, 15 de marzo de 2018

No te cambio


Y así fue como empezó mi vida, y así comenzó mi manera de vivrir. No puedo cambiar el pasado, y aunque pudiera no creo que lo hiciera. No espero ser comprendida. No lo pretendo. Me gusta lo que he vivido, las horas contigo y las veces que hemos discutido. Si me ofrecieran cambiarme por otra vida, otro tiempo, en otro mundo, a cambio de yo qué sé, cualquier cosa atractiva, no lo aceptaría. No hay nada ni nadie que me haga cambiar
 Nunca la hubo en el mundo. Porque en estos momentos,  bajo el cielo,  sin trabas y con silencios, yo oigo ahora tu risa, primero algo nerviosa, luego con auténtico asombro al ver mi cara de boba que te mira como si fuera la primera vez.
Fuera corre un viento, hace frío, pero yo siento tu respirar que me envuelve y me rodea por entero.
Así que no, no me vengas con esas porque no te cambio

lunes, 12 de marzo de 2018

Recomponerse

Cuando sólo quiero rendirme y desaparecer, cuando se me quiebra la voz y casi se me agota la fe, me esfuerzo en pensar en tí, recuerdo nuestros ayeres y descubro lo que define ser un gran amor

domingo, 11 de marzo de 2018

Paris-Austerliz.-Rafael Chirbes

Contraportada:

El narrador de esta historia, un joven pintor madrileño de familia acomodada y afiliado al Partido Comunista, rememora, a modo de urgente confesión que posiblemente se deba a sí mismo, y en la que a ratos parece justificarse, los pasos que le han llevado al último trayecto de su relación con Michel. Michel, el hombre maduro, de cincuenta y tantos, obrero especializado, con la solidez de un cuerpo de campesino normando; el hombre que lo acogió en su casa, en su cama, en su vida cuando el joven pintor se quedó sin techo en París; Michel, cuya entrega sin fisuras le devolvió el orgullo y lo libró del desamparo, hoy agoniza en el hospital de Saint-Louis, atrapado por la plaga, la enfermedad temida y vergonzante. En el principio fueron los días felices, los paseos por las calles de París, las copas en el café-tabac mientras duraba el sueldo, el alcohol y el deseo, el placer de amarse sin más ambición que la de saberse amados. Pero, pronto, los lienzos arrinconados en el modesto apartamento de Michel le señalan al joven que sus aspiraciones están muy lejos de esa habitación sin luz, de una relación de patio trasero que comienza a quebrarse a la vez que se acentúan los efectos de las procedencias desiguales, las diferencias de clase, de edad y de formación, pese a la firme convicción de Michel de anteponer a todo un amor indestructible y eterno... aunque también posesivo y asfixiante.
Rafael Chirbes dio por terminada Paris-Austerlitz en mayo de 2015, meses antes de su fallecimiento, tras veinte años de escritura abandonada y retomada intermitentemente. A ese riguroso y exigente empeño debemos una historia que indaga en las razones del corazón, tan espurias en ocasiones como irrenunciables, sin asumir como cierta la naturaleza consoladora del amor o su fuerza redentora, enfrentándose con valentía a la posibilidad de que, aunque nos pese, el amor no lo venza todo.



La novela es corta, está narrada en primera persona y cuenta la relación amorosa ya finalizada entre Michel, un hombre de unos cinquenta años y el narrador, un chico de clase acomodada y mucho más joven. Michel trabaja en una fábrica, el otro es pintor, su historia trancurre en París durante la época de la transición.
A mi no me parece que sea una historia de amor, sino más bién dos personas que buscan su lugar, encajar en la sociedad. Que sufren porque saben que hacen sufrir a otras personas, pero que no renuncian a vivir su manera.
Hay un fondo de tristeza en Michel a causa de lo que le ha tocado vivir desde su infancia y eso hace que vaya dando tumbos de club en cluba en busca de sexo o de sentirse querido. El narrador en cambio a mi entender tiene una posición mucho más cómoda. 
Nada es eterno. Nadie retiene a nadie. Ni el amor.
Es un muy buen libro que no te deja indiferente ,como todos los de Rafael Chirbes


"Dejar los sentimientos por escrito  guardarlos para siempre:cosas así escribí. Y lo recuerdo ahora cuando el cuaderno hace meses que desapareció y parece que hace un milenio que se esfumaron los sentimientos que posibilitaban la noche de insomnio febril y de escritura en aquel viaje de vuelta.El loco amor de los poetas surrealistas y la realidad miserable de cualquier pareja, consu egoista estrechez de miras:tú y yo  mi vida, aquí estamos tan ricamente, y que se hunda el mundo, que a nosotros nos da lo mismo mientras permanezcamos uno junto al otro: el amor sentimiento tantas veces paralizante, pesimista. ."

Chirbes, Rafael

 ISBN 978-84-339-6013-9
EAN 9788433960139
PVP CON IVA 8.9 €
NÚM. DE PÁGINAS 160
COLECCIÓN Compactos
CÓDIGO CM 719
PUBLICACIÓN 10/01/2018

Porque has vuelto los misterios del revés


 

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
–la única que te ha gustado–.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.



Pedro Salinas

miércoles, 7 de marzo de 2018

Solitud

Reinaba en la casa una gran libertad. Pero era una libertad que también daba un poco de miedo. Ya no había nadie que diera órdenes.
Imagen, Alejandro Rosemberg

domingo, 4 de marzo de 2018

Confía


"Vive feliz. Vive en paz. Que nada te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Conserva siempre sobre tu rostro
una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor
continuamente te dirige.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste,
adora y confía"
Teilhard de Chardin

sábado, 3 de marzo de 2018

Recordarte


Me acuerdo de aquella mañana,de los nervios previos al encuentro. Recuerdo que corrí hasta tí y me colgué a tu cuello con ímpetu de niña
Me acuerdo de tu olor, del tacto de tus manos, del calor de tu cuerpo pegado al mío.
Del sabor de los besos robados de tu aliento en mi nuca. Me acuerdo de las risas ahogadas como consecuencia de no saber muy bien qué estábamos haciendo allí.
También recuerdo tu ropa y tu figura a lo lejos, tu cara sonriéndome, también te recuerdo de espaldas. 
Me acuerdo de tus palabras. Y de mi mano apartando la tuya que tenías sobre mi rodilla.
Me acuerdo de mi sonrojo a causa de tu atrevimiento. Recuerdo los pequeños intentos, repetidos
No estoy acostumbrada a esta tribulación. Te dije. Yo te enseñaré. Respondiste
Me acuerdo de los árboles, de la fuente, de la risa de los niños que jugaban por allí.
Me acuerdo de las ganas que teníamos los dos de que las horas no terminaran nunca, pero yo que tenía que asistir a un curso por la tarde y tú tenías una reunión importante
Me acuerdo de todo lo que nos contamos. Me acuerdo del color de mi vestido. Recuerdo el sol y el viento suave.
Recuerdo que de repente quedamos callados, y así, en silencio permanecimos cogidos de la mano un rato incalculable
Recuerdo que cuando rozaba tu mano con la mía, mi alma se elevaba cien metros de altura
Recuerdo que dijimos que la naturaleza no ha hecho previsión alguna para el estallido del amor.
Recuerdo que nos dijimos cosas como : Me necesitas, y yo te necesito. Tenemos un futuro que construir
Tú eres mi milagro. El más grande de mi vida.
Recuerdo escuchar a lo lejos música de jazz que unos músicos tocaban en la plaza
Permanezco recostada, recordando. Pensando. Esperando.
Y recuerdo que desde ese día no dejo de recordarte.
De todo eso me acuerdo. Y quiero decirte: para siempre..