domingo, 11 de marzo de 2018

Paris-Austerliz.-Rafael Chirbes

Contraportada:

El narrador de esta historia, un joven pintor madrileño de familia acomodada y afiliado al Partido Comunista, rememora, a modo de urgente confesión que posiblemente se deba a sí mismo, y en la que a ratos parece justificarse, los pasos que le han llevado al último trayecto de su relación con Michel. Michel, el hombre maduro, de cincuenta y tantos, obrero especializado, con la solidez de un cuerpo de campesino normando; el hombre que lo acogió en su casa, en su cama, en su vida cuando el joven pintor se quedó sin techo en París; Michel, cuya entrega sin fisuras le devolvió el orgullo y lo libró del desamparo, hoy agoniza en el hospital de Saint-Louis, atrapado por la plaga, la enfermedad temida y vergonzante. En el principio fueron los días felices, los paseos por las calles de París, las copas en el café-tabac mientras duraba el sueldo, el alcohol y el deseo, el placer de amarse sin más ambición que la de saberse amados. Pero, pronto, los lienzos arrinconados en el modesto apartamento de Michel le señalan al joven que sus aspiraciones están muy lejos de esa habitación sin luz, de una relación de patio trasero que comienza a quebrarse a la vez que se acentúan los efectos de las procedencias desiguales, las diferencias de clase, de edad y de formación, pese a la firme convicción de Michel de anteponer a todo un amor indestructible y eterno... aunque también posesivo y asfixiante.
Rafael Chirbes dio por terminada Paris-Austerlitz en mayo de 2015, meses antes de su fallecimiento, tras veinte años de escritura abandonada y retomada intermitentemente. A ese riguroso y exigente empeño debemos una historia que indaga en las razones del corazón, tan espurias en ocasiones como irrenunciables, sin asumir como cierta la naturaleza consoladora del amor o su fuerza redentora, enfrentándose con valentía a la posibilidad de que, aunque nos pese, el amor no lo venza todo.



La novela es corta, está narrada en primera persona y cuenta la relación amorosa ya finalizada entre Michel, un hombre de unos cinquenta años y el narrador, un chico de clase acomodada y mucho más joven. Michel trabaja en una fábrica, el otro es pintor, su historia trancurre en París durante la época de la transición.
A mi no me parece que sea una historia de amor, sino más bién dos personas que buscan su lugar, encajar en la sociedad. Que sufren porque saben que hacen sufrir a otras personas, pero que no renuncian a vivir su manera.
Hay un fondo de tristeza en Michel a causa de lo que le ha tocado vivir desde su infancia y eso hace que vaya dando tumbos de club en cluba en busca de sexo o de sentirse querido. El narrador en cambio a mi entender tiene una posición mucho más cómoda. 
Nada es eterno. Nadie retiene a nadie. Ni el amor.
Es un muy buen libro que no te deja indiferente ,como todos los de Rafael Chirbes


"Dejar los sentimientos por escrito  guardarlos para siempre:cosas así escribí. Y lo recuerdo ahora cuando el cuaderno hace meses que desapareció y parece que hace un milenio que se esfumaron los sentimientos que posibilitaban la noche de insomnio febril y de escritura en aquel viaje de vuelta.El loco amor de los poetas surrealistas y la realidad miserable de cualquier pareja, consu egoista estrechez de miras:tú y yo  mi vida, aquí estamos tan ricamente, y que se hunda el mundo, que a nosotros nos da lo mismo mientras permanezcamos uno junto al otro: el amor sentimiento tantas veces paralizante, pesimista. ."

Chirbes, Rafael

 ISBN 978-84-339-6013-9
EAN 9788433960139
PVP CON IVA 8.9 €
NÚM. DE PÁGINAS 160
COLECCIÓN Compactos
CÓDIGO CM 719
PUBLICACIÓN 10/01/2018

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