Hola de nuevo, ¿cómo estás?
Sigo en trayecto, pero he hecho un alto en el camino para ir contándote algunas cosillas que se me ocurren. Durante el día voy conduciendo sumergida en mis pensamientos, ajena a todo lo que me rodea. A ratos me molesta el volante, demasiado caliente y resbaladizo por la fuerza que lo agarro con las manos debido a mi nerviosismo.
Hay momentos, cuando no veo el final de la carretera que me pregunto si estoy actuando de la forma más adecuada, si no estaré equivocada al ser tan intransigente, pero por mucho que quiera no puedo cambiar mi forma de pensar... de ver las cosas y tú, tampoco puedes, ni adaptarte a mi. Supongo que eso comportaría demasiado sacrificio ¿no? dos convertirse en uno.
Así, mientras conduzco los sentimientos son mis únicos acompañantes. Y estaba tan metida en ellos que me asusté de forma exagerada al oir el claxon de un coche que pasó cerca de mi. Hay momentos que mi vista es borrosa, los ojos quedan completamente empañados. Pero sigo adelante. Como siempre procurando ser fiel a mi misma y no engañarte ni engañarme en nada.
Hace sol, es una mezcla de tonalidades magníficas, el caso es que me he sentido seducida por tanta belleza. El sol y el sonido de las olas del mar. Las miro, las envidio... están juguetonas, no sienten miedo, son atrevidas. Huelo. Me encanta el olor del mar. Rebusco en mi bolso hasta dar con el móvil, sin pensar marco tu número, pero... me he quedado en eso, solo he marcado tu número. No creo prudente hacer nada más. Pero antes de volver de nuevo al coche y emprender la marcha, voy al maletero y me deshago de algunos recuerdos que traje conmigo. Mejor así. Sí. Mucho mejor.
Seguiremos en contacto
Sigo en trayecto, pero he hecho un alto en el camino para ir contándote algunas cosillas que se me ocurren. Durante el día voy conduciendo sumergida en mis pensamientos, ajena a todo lo que me rodea. A ratos me molesta el volante, demasiado caliente y resbaladizo por la fuerza que lo agarro con las manos debido a mi nerviosismo.
Hay momentos, cuando no veo el final de la carretera que me pregunto si estoy actuando de la forma más adecuada, si no estaré equivocada al ser tan intransigente, pero por mucho que quiera no puedo cambiar mi forma de pensar... de ver las cosas y tú, tampoco puedes, ni adaptarte a mi. Supongo que eso comportaría demasiado sacrificio ¿no? dos convertirse en uno.
Así, mientras conduzco los sentimientos son mis únicos acompañantes. Y estaba tan metida en ellos que me asusté de forma exagerada al oir el claxon de un coche que pasó cerca de mi. Hay momentos que mi vista es borrosa, los ojos quedan completamente empañados. Pero sigo adelante. Como siempre procurando ser fiel a mi misma y no engañarte ni engañarme en nada.
Hace sol, es una mezcla de tonalidades magníficas, el caso es que me he sentido seducida por tanta belleza. El sol y el sonido de las olas del mar. Las miro, las envidio... están juguetonas, no sienten miedo, son atrevidas. Huelo. Me encanta el olor del mar. Rebusco en mi bolso hasta dar con el móvil, sin pensar marco tu número, pero... me he quedado en eso, solo he marcado tu número. No creo prudente hacer nada más. Pero antes de volver de nuevo al coche y emprender la marcha, voy al maletero y me deshago de algunos recuerdos que traje conmigo. Mejor así. Sí. Mucho mejor.
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Mi alma se perdió en la carretera
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besos grises
¡Qué bien escribes y describes, Madi!
ResponderEliminarMe gusta cómo transmites los sentimientos