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Querida Kate:
Espero que os encontréis bien. Cada día se me está haciendo más largo todo esto. Os echo de menos. Hace casi tres meses que no os veo y se me hace muy difícil. Aquí la gente está perdiendo la fé y la cabeza. Un compañero disparó ayer contra un soldado enemigo. Apareció de repente entre los árboles y Johnny disparó de manera automática, como un robot. La tensión no te deja dormir y cuando se mueve una rama, disparas. Luego vimos que no iba armado. Había desertado de sus filas. Se llamaba Lee. El disparo le dio en el estómago. Sufría mucho. Le llevamos hasta una zona a cubierto. Intentamos detener la sangre que salía por su herida. Hablaba muy bajo y su dolor era grande. Dijo ser carpintero antes de la guerra. Johnny le dijo que intentara tranquilizarse, que se pondría bien aunque no era verdad. Nos pidió que hiciéramos llegar una carta que había escrito esa noche a su esposa y a su hija. No pude evitar verme reflejado en él. Pensé en su familia. Quería, necesitaba, que no muriese. Antes de perder el conocimiento cogió mi brazo y me miró. Su cara era una mezcla de sufrimiento e incomprensión. Lo sentí como un hermano. Su corazón se paró. Mientras Johnny tapaba con sus manos ensangrentadas el vientre de Lee, intenté desesperadamente reanimar su corazón. Tras diez minutos perdimos su vida. Lloré. Johnny rompió su fusil contra un árbol y yo le seguí, justo en el momento que llegaba el sargento Trenton. Empezó a gritar como un salvaje. Johnny le dijo que esto no tenía ni pies ni cabeza. Trenton le mandó callar pero no lo hizo. Entonces le pegó con la culata de su fusil. Le rompió la mandíbula y varios dientes. De su boca manaba sangre a borbotones. Me tiré contra el sargento a puñetazos. Pensé que iba a matar a Johnny. Entonces llegó el teniente Swan y el sargento dijo que le habíamos atacado y que habíamos roto los fusiles. Swan llamó a la Policía Militar y Johnny y yo fuimos trasladados al hospital de campaña, donde estamos arrestados por traición al Estado y por sublevación. Nos van a hacer un Consejo de Guerra el lunes. Pero no pienso quedarme aquí. Esto es una jaula de locos. Me duele todo el cuerpo, pero estoy bien, porque pensar en fugarme me ayuda a no volverme tan loco o más que ellos.
Cada minuto de cada día mi único pensamiento es reunirme contigo y con Sarah. Os echo tanto de menos… Kate, te pido que hagas esto… es muy importante… intentad llegar a casa de mi hermano Sean. Él ya sabe lo que tiene que hacer. Kate, te pido que no lo analices, que no pienses en riesgos, solo hazlo… intentad llegar a casa de Sean cuanto antes. Yo me reuniré con vosotras en Clare. Será cuestión de días. Empezaremos una vida nueva allí. Volveré a hacer muebles y Sarah y tú podréis pasear por la playa en un lugar donde las gentes caminen en paz. Tendremos un futuro en un nuevo país donde la gente se siente unida. Pienso en la libertad y anhelo una vida en paz para los tres. Esto es peor que el infierno. Nadie sabe qué hace aquí, ni entiende un gobierno que ha dividido esta nación hasta el odio y la sangre. Hoy veo clara la maldad de un gobierno y de unas leyes que han conseguido que hermanos luchen contra hermanos. Un gobierno doblegado al interés de la riqueza personal y unos jueces federales corrompidos en la misma medida del gobierno. Nada tiene sentido y no quiero ser partícipe de esta locura y de esta degeneración sangrienta. Me fugaré mañana. En el transporte de medicamentos para el Hospital. Esta carta tiene que llegarte a través de Connelly. Es un buen amigo. Espero que te llegue antes de que se den cuenta de mi huída. En otro caso… No. No puede haber otro caso.
Todo irá bien. Sé valiente Kate. Siempre lo has sido. Siempre me gustó de ti.
Os quiero con todo mi ser. Pronto nos veremos.
Besos, Patrick.
Espero que os encontréis bien. Cada día se me está haciendo más largo todo esto. Os echo de menos. Hace casi tres meses que no os veo y se me hace muy difícil. Aquí la gente está perdiendo la fé y la cabeza. Un compañero disparó ayer contra un soldado enemigo. Apareció de repente entre los árboles y Johnny disparó de manera automática, como un robot. La tensión no te deja dormir y cuando se mueve una rama, disparas. Luego vimos que no iba armado. Había desertado de sus filas. Se llamaba Lee. El disparo le dio en el estómago. Sufría mucho. Le llevamos hasta una zona a cubierto. Intentamos detener la sangre que salía por su herida. Hablaba muy bajo y su dolor era grande. Dijo ser carpintero antes de la guerra. Johnny le dijo que intentara tranquilizarse, que se pondría bien aunque no era verdad. Nos pidió que hiciéramos llegar una carta que había escrito esa noche a su esposa y a su hija. No pude evitar verme reflejado en él. Pensé en su familia. Quería, necesitaba, que no muriese. Antes de perder el conocimiento cogió mi brazo y me miró. Su cara era una mezcla de sufrimiento e incomprensión. Lo sentí como un hermano. Su corazón se paró. Mientras Johnny tapaba con sus manos ensangrentadas el vientre de Lee, intenté desesperadamente reanimar su corazón. Tras diez minutos perdimos su vida. Lloré. Johnny rompió su fusil contra un árbol y yo le seguí, justo en el momento que llegaba el sargento Trenton. Empezó a gritar como un salvaje. Johnny le dijo que esto no tenía ni pies ni cabeza. Trenton le mandó callar pero no lo hizo. Entonces le pegó con la culata de su fusil. Le rompió la mandíbula y varios dientes. De su boca manaba sangre a borbotones. Me tiré contra el sargento a puñetazos. Pensé que iba a matar a Johnny. Entonces llegó el teniente Swan y el sargento dijo que le habíamos atacado y que habíamos roto los fusiles. Swan llamó a la Policía Militar y Johnny y yo fuimos trasladados al hospital de campaña, donde estamos arrestados por traición al Estado y por sublevación. Nos van a hacer un Consejo de Guerra el lunes. Pero no pienso quedarme aquí. Esto es una jaula de locos. Me duele todo el cuerpo, pero estoy bien, porque pensar en fugarme me ayuda a no volverme tan loco o más que ellos.
Cada minuto de cada día mi único pensamiento es reunirme contigo y con Sarah. Os echo tanto de menos… Kate, te pido que hagas esto… es muy importante… intentad llegar a casa de mi hermano Sean. Él ya sabe lo que tiene que hacer. Kate, te pido que no lo analices, que no pienses en riesgos, solo hazlo… intentad llegar a casa de Sean cuanto antes. Yo me reuniré con vosotras en Clare. Será cuestión de días. Empezaremos una vida nueva allí. Volveré a hacer muebles y Sarah y tú podréis pasear por la playa en un lugar donde las gentes caminen en paz. Tendremos un futuro en un nuevo país donde la gente se siente unida. Pienso en la libertad y anhelo una vida en paz para los tres. Esto es peor que el infierno. Nadie sabe qué hace aquí, ni entiende un gobierno que ha dividido esta nación hasta el odio y la sangre. Hoy veo clara la maldad de un gobierno y de unas leyes que han conseguido que hermanos luchen contra hermanos. Un gobierno doblegado al interés de la riqueza personal y unos jueces federales corrompidos en la misma medida del gobierno. Nada tiene sentido y no quiero ser partícipe de esta locura y de esta degeneración sangrienta. Me fugaré mañana. En el transporte de medicamentos para el Hospital. Esta carta tiene que llegarte a través de Connelly. Es un buen amigo. Espero que te llegue antes de que se den cuenta de mi huída. En otro caso… No. No puede haber otro caso.
Todo irá bien. Sé valiente Kate. Siempre lo has sido. Siempre me gustó de ti.
Os quiero con todo mi ser. Pronto nos veremos.
Besos, Patrick.
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