[por Madison]
Querida Sandra
Hasta hace dos días no sabía de tu existencia, y ojalá que no te hubiese conocido nunca, por lo menos en las circunstancias en que lo he hecho.
El otro día te vi por televisión, vi a una chica valiente, cosa que no son los que mataron a tu padre, le echaste narices al asunto y ahí estabas tú, hablando ante una multitud; se te notaba nerviosa, irritada, impotente, pero también se te veía que rebosabas de amor hacía él y hacia toda tu familia.
Me gustaría mostrar mi apoyo personalmente, pero como eso no es posible lo hago desde aquí, de forma anónima. Quiero dejar constancia de esta injusticia, de tanto despropósito. Mi pensamiento está con vosotros, con todos los de tu casa, porque imagino que ahora empieza el camino más difícil, cuando se terminan las manifestaciones, las entrevistas... cuando por la noche se cierra la puerta de vuestra casa, es el momento de la tragedia... de la realidad.
Intento imaginar la pena de tu madre por todo lo que se le viene encima, imagino su soledad, porque cuando hace tantos años que estás con una persona y llevas a cabo un proyecto de futuro en común, cuando falta esa persona es como si te arrancaran un a parte de ti misma. Y también imagino a vosotras como hijas que por muchos años que pasen siempre estará ese vacío en vuestras vidas, porque por muy mayor que uno se haga la figura del padre es algo que no se puede reemplazar con nada ni nadie.
Un abrazo Sandra
No hay comentarios:
Publicar un comentario