(Publicada inicialmente en AbreteLibro el 3 de Marzo de 2008 a las 15:35 h)
[por Madison]
Hola guapetona qué tal estás? Seguro que con los ojos muy abiertos al leer esta carta.
Creías que no lo iba a hacer eh? Pues ya ves que sí me atrevo a escribirte, a pesar de lo poco que me gusta hacerlo, ya sabes que la escritura y el teléfono no son muy buenos amigos míos. Lo más gracioso cariño es que parece que tenemos los papeles invertidos. Generalmente son las madres las que se quejan de que los hijos no llamen o avisen. Nosotras no. Siempre eres tú la que llamas. Eso sí, haces una perdida, seguidamente cuando marco el número escucho tu voz que me dice (vaya morro que tienes) pero lo dices riendo y contándome que tu misma te decías... hace mucho que no hablo con mi mamuchi.
Qué quieres soy de las que piensa que el poeta tiene mucha razón cuando dice que los padres somos los que debemos parecernos a los hijos y no al revés, porque la vida siempre sigue hacia adelante.
Es domingo por la mañana y mientras te escribo estas letras veo que por televisión ponen unos dibujos animados que te encantaban. Ha venido a mi memoria cuando los mirábamos juntas, tu en el sofá yo planchando ¡¡qué tiempos mas buenos nena!!.
Pero da igual, estoy muy contenta de que haya pasado el tiempo y que estés tan feliz, lo noto por tu voz. Ya ves cariño la vida siempre se preocupa de poner cada cosa y persona en su sitio, solo hace falta tener paciencia y esperar.
Bueno, te dejo ya que te recuperes de la sorpresa y cuento los días que faltan para verte.
[por Madison]
Hola guapetona qué tal estás? Seguro que con los ojos muy abiertos al leer esta carta.
Creías que no lo iba a hacer eh? Pues ya ves que sí me atrevo a escribirte, a pesar de lo poco que me gusta hacerlo, ya sabes que la escritura y el teléfono no son muy buenos amigos míos. Lo más gracioso cariño es que parece que tenemos los papeles invertidos. Generalmente son las madres las que se quejan de que los hijos no llamen o avisen. Nosotras no. Siempre eres tú la que llamas. Eso sí, haces una perdida, seguidamente cuando marco el número escucho tu voz que me dice (vaya morro que tienes) pero lo dices riendo y contándome que tu misma te decías... hace mucho que no hablo con mi mamuchi.
Qué quieres soy de las que piensa que el poeta tiene mucha razón cuando dice que los padres somos los que debemos parecernos a los hijos y no al revés, porque la vida siempre sigue hacia adelante.
Es domingo por la mañana y mientras te escribo estas letras veo que por televisión ponen unos dibujos animados que te encantaban. Ha venido a mi memoria cuando los mirábamos juntas, tu en el sofá yo planchando ¡¡qué tiempos mas buenos nena!!.
Pero da igual, estoy muy contenta de que haya pasado el tiempo y que estés tan feliz, lo noto por tu voz. Ya ves cariño la vida siempre se preocupa de poner cada cosa y persona en su sitio, solo hace falta tener paciencia y esperar.
Bueno, te dejo ya que te recuperes de la sorpresa y cuento los días que faltan para verte.
Un beso muy, muy, muy fuerte de mi
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