...He notado que en las noches blancas todas las desgracias de la vida parecen aplacarse, no se manifiestan, se esconden, no se las ve, y la paz se cierne sobre la gente y la naturaleza toda...Cuando hay noche blanca, gasta es raro que llueva, que se levante viento o que aparezcan ciclones. ¡Y eso que ya sabes cómo es el tiempo aquí en Píter!
O...el silencio, tal vez el fenómeno más sabio que existe. Por aquella época, yo estaba algo interesaso en Dios...Me había enamorado de una monjita...y el silencio aquel me producía todo tipo de pensamientos.
Una vez me dio la impresión de que si aguantaba la respiración podía escuchar cómo se elevaban al cielo las oraciones de ciertas personas, en concreto las de aquellas que habían sido privadas de toda esperanza de conseguir justicia y caridad en este mundo debido a las limitaciones de su conciencia.
Cuando una débil ola golpaba a los pedruscos de la costa, yo creía escuchar, en el rumor del reflujo, las oraciones de mi difunta abuela, que solía pasar horas postrada sobre una alfombrilla frente al icono, balbuceando letanías entre sus húmedos labios.
Cuántas veces no intenté descrifar las palabras del rezo..., pero jamás logré entender más allá de los "Oh señor, ten piedad de mí..." Solía burlarme de ella diciéndole que no conseguiría nada porque sus ruegos eran incomprensibles. Pero ella me hacía un guiño, y señalándome con un dedo tieso me aseguraba: "Dios todo lo oye...todo"
Ronda nocturna, de Mijail Kuráyev
Después de tanto tiempo...
ResponderEliminarMadison, me regalas dudas, reflexiones, obligación de pensar. Tienes la capacidad de empujarme al abismo de las palabras con las que eliges. Creer en dios por estar enamorado de una monja. Cómo somos los hombres. El silencio para escuchar los rezos elevarse. La metafísica y el amor. El dios de antes y de después. Yo no fumo. Sólo... diossss.
Salud y gracias por la imagen
quisque vuelve a caminar
Necesidad de transcendencia, de eternidad, la mayor de las pasiones.
ResponderEliminarUn abrazo matutino.
Cada vez que lo necesitamos, el otro lado está ahí, para ser recuperado.
ResponderEliminarCulturajos, hombre!!! me tienes abandonada, no hay derecho.
ResponderEliminarMe alegra mucho leer que el párrafo te gusta o al menos te hace pensar.
Es un libro genial, como en casi toda la lieratura rusa se juega con la ironía dentro de la desgracia. Este libro en concreto al ser finito lo leí de una sentada.
Isabel, ya ye achaba de menos, que bien verte por aquí.
ResponderEliminarparadela, tienes razón y el caso es que a veces no se si vale la pena recuperarlo. Quizá lo justo es no buscar nada del otro lado y dejarnos llevar por lo que nos acontece.
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