Cuando sale la luna
se pierden las campanas
y aparecen las sendas
impenetrables.
Cuando sale la luna,
el mar cubre la tierra
y el corazón se siente
isla en el infinito.
Los versos de García Lorca me vienen a la mente mientras contemplo la luna llena en esta fría noche, tan lejos de ti. Me dejo acariciar por su luz azulada, faro que ilumina las sombras; todo me lleva a una sensación placentera.
De pronto algo cambia, hay una inquietud que brota en mi interior, una desazón; es como una agitación que me sacude, me siento buscado, y entonces comprendo, eres tu mi niña, notamos la ausencia, la lejanía; dos almas, dos mentes, dos cuerpos que luchan por hacerse uno.
Cierro los ojos y llega tu presencia, nunca un sueño alcanzó tal grado de realidad. Percibo con todos mis sentidos, tu respiración agitada, tu aroma, tu piel, el deseo que nos embarga a ambos, hasta que noto posarse tu boca en la mía, con una dulce suavidad primero, apenas un roce de labios, que en segundos provoca que nos desborde la pasión; quiero perderme en ti, y fijamos nuestras miradas, uno en los ojos del otro hasta sentir como nos fusionamos en un abrazo.
Y separando un instante nuestros labios, al oírte susurrar mi nombre se lo que estás esperando... y pronunció el tuyo, primero muy quedamente para en seguida, alzando la voz, proclamarlo en alto, gritándole al mundo tu nombre, que se enteren todos de que eres mi amada.
De pronto algo cambia, hay una inquietud que brota en mi interior, una desazón; es como una agitación que me sacude, me siento buscado, y entonces comprendo, eres tu mi niña, notamos la ausencia, la lejanía; dos almas, dos mentes, dos cuerpos que luchan por hacerse uno.
Cierro los ojos y llega tu presencia, nunca un sueño alcanzó tal grado de realidad. Percibo con todos mis sentidos, tu respiración agitada, tu aroma, tu piel, el deseo que nos embarga a ambos, hasta que noto posarse tu boca en la mía, con una dulce suavidad primero, apenas un roce de labios, que en segundos provoca que nos desborde la pasión; quiero perderme en ti, y fijamos nuestras miradas, uno en los ojos del otro hasta sentir como nos fusionamos en un abrazo.
Y separando un instante nuestros labios, al oírte susurrar mi nombre se lo que estás esperando... y pronunció el tuyo, primero muy quedamente para en seguida, alzando la voz, proclamarlo en alto, gritándole al mundo tu nombre, que se enteren todos de que eres mi amada.
La tradición de gritar y reivindicar a la amada es muy antigua. Necesitamos decirlo, que se sepa, salir y gritarlo. Eso es el amor, Y con luna llena, gana.
ResponderEliminarY te escuché...
ResponderEliminarUn abrazo Gaviero
Halaaaa...!!!
ResponderEliminar(ahí lo dejo)
........Algunas noches transito por tu desván
ResponderEliminardejando en el anaquel de tu ventana
deseos pasionales mientras dormitas
en esas noches, vigilante de tus sueños
paseo mis ojos por tu cuerpo en luna de plata
blanca piel adornada por dos candelabros de luz
que iluminan la llanura desierta de tu valle
ombligo risueño de vida......
Cierto Eastriver, gritar el nombre de la persona amada implica reconocerlo y a la vez hacerlo saber a todo el mundo.
ResponderEliminarGracias Madi... Otro abrazo para ti.
ResponderEliminarTexto emotivo y cargado de sentimiento Manel.
ResponderEliminarPues a uniros, Calixto y Melibea. Acortad esas distancias, que los carteros cibernéticos no suplen la figura del amado.
ResponderEliminarOye, en serio, lo mismo me equivoco, pero creo que en este blog se esconde una gran historia de amor.
Brindo por ella, porque el amor es lo mejor de la vida.
jajajajajaja, hay muchas almas gemelas Isabel que si no fuera por este medio no llegarían a coincidir jamás.
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