Ella le tomó de la mano:
-¿Qué te pasa? Te has vuelto triste. Desde hace unos días me doy cuenta de que andas triste. ¿Qué te pasa?
-Nada, no pasa nada.
-Sí. Dime qué te pone triste en este momento.
-Imaginaba que eras otra persona.
-¿Cómo?
-Que eras otra persona que la que imagino.
Que me he equivocado sobre tu identidad.
-No te entiendo.
El veía una pila de sostenes. La triste pila de sostenes. La ridícula pila de sostenes. Pero, más allá, reaparecía enseguida el rostro real de Chantal sentada frente a él. Sentía el contacto de la mano de ella sobre la suya, y la impresión de tener enfrente a un extraño o a un traidor se eclipsaba rápidamente. Sonreía:
-Olvídalo. No he dicho nada.
La identidad, de Milan Kundera
Me encantó... me hizo acordar también a la canción UN MUERTO ENCIERRAS de ismael serrano..
ResponderEliminarFelicitaciones.
letradedoctor.blogspot.com
Tuve este libro entre las manos hace poco pero finalmente me decanté por la "Ignorancia". Menuda sensación de Anhelo y cuanta tristeza saco de este extracto de Kundera. El darte cuenta de la nostalgia que envuelve nuestras vidas y de esa monotonía como pilas de sostenes sobre la mesa...
ResponderEliminarÉn mi próxima visita a la libreria no dudaré en llevarme este libro.
Gracias por la recomendación.
Saludos.
Fumador.
Uy, Kundera. Escribe muy bien, pero le huyo: me pone excesivamente triste y no estoy para esos trotes.
ResponderEliminarUn abrazo, Madison.
En el aeropuerto de París, una vez pasado el control de la policía, Irena fue a sentarse a la sala de espera. En el banco de enfrente vio a un hombre y, tras dos segundos de incertidumbre y sorpresa, lo reconoció. En plena agitación, esperó a que sus miradas se cruzaran y entonces sonrió. El también sonrió e inclinó ligeramente la cabeza. Ella se levantó y fue hacía él, que se levantó a su vez.
ResponderEliminar-Nos conocimos en Praga, ¿verdad? –le dijo ella en checo-, ¿Te acuerdas de mí?.
-Naturalmente.
-Te he reconocido enseguida. No has cambiado nada.
-Exageras un poco, ¿no?
-No no. Estás como antes. Dios mío, ¡queda todo tan lejos’ –Luego, riéndose-: ‘Te agradezco que me reconozcas¡ -Y enseguida-: ¿Has estado este tiempo allá?
.No.
-¿Has emigrado?
-Sí.
-Y ¿dónde has vivido¿ ¿En Francia?
-No.
Ella suspira:
-Imagínate que hubieras vivido en Francia y que sólo nos hubiéramos encontrado hoy…
-Estoy de paso en París. ¡Dios mío¡ No puedo creerlo. ¿Cómo te ha ido durante todo este tiempo? ¿Has podido ejercer tu profesión?
-Sí, ¿y tú?
-Tuve que ejercer al menos siete.
.No te pregunto cuantos hombres habrás tenido.
-No, no me lo preguntes. Te prometo que yo tampoco te haré ese tipo de preguntas.
(La ignorancia. Milan Kundera)
Cuántas veces los otros , en nosostros, son diferentes a su propia realidad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este texto :)
ResponderEliminar¡Un beso!
me encanta esa fotografía
ResponderEliminarHola Luís, que sepas que no conocía la canción de Ismael Serrano, pero ya lo he solucionado.
ResponderEliminarGracias por pasarte.
Un saludo
Culturjos, necesitamos reinventarnos un poco cada día, sobre todo para no aburrir a la persona con la que compartimos.
ResponderEliminarMe encanta Kundera desde su Insportable levedad del ser, ya contarás si decides leerlo.
Un abrazo para ti Fumador (lo llevas claro con la nueva ley)y también para Quisque
Isabel,estás en lo cierto, hay libros que no deben leerse en cualquier momento.
ResponderEliminarUn beso
Isabel,estás en lo cierto, hay libros que no deben leerse en cualquier momento.
ResponderEliminarUn beso
Manel, recuerdo cuando leí la Ignorancia; fue por casualidad, mirando libros en casa, lo abrí y recuerdo que me pasé un buen rato de pie leyendo, no me di cuenta. No pude dejarlo hasta terminar.
ResponderEliminarMe gustan los libros de Kundera porque en cierta manera reflejan realidades, situaciones que todos nosotros podemos vivir en un momento dado.
Un abrazo Manel
paradela, y cuantas veces nos miramos y no reconocemos esa imagen...
ResponderEliminarMe alegro mucho de que así sea ChicaGuau.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Jesús, he pasado a ver tu blog y es genial.
ResponderEliminarEspero que vuelvas por aquí
Un saludo