sábado, 2 de enero de 2010

Libro del desasosiego


CARTA

Ojala pudieras tú comprender tu deber de ser meramente el sueño de un soñador. De ser apenas el incensario de la catedral de los devaneos. De esculpir tus gestos como sueños, para que fueran sólo ventanas abiertas a paisajes nuevos de tu alma.
De tal modo construir tu cuerpo en remedos de sueño que no fuera posible verte sin pensar en otra cosa, que lo recordaras todo menos a ti misma, que verte fuera como oír música y atravesar, sonámbulo, grandes paisajes de lagos muertos, vagas florestas silenciosas pedidas en el fondo de otras épocas, donde invisibles parejas diferentes viven sentimientos que nosotros tenemos.

Yo no te querría para nada salvo para no tenerte. Querría que, soñando yo, apareciendo tú, pudiera imaginarme todavía soñando- tal vez ni siquiera viéndote, pero quizás reparando que la luz de la luna había inundado de los lagos muertos y que ecos de canciones ondeaban súbitamente en la gran floresta no explícita, perdida en épocas imposibles.
Mi visión de ti sería el lecho donde mi alma se adormeciera, niña enferma, para soñar otra vez con otro cielo.

¿Hablarías? Sí, pero que oírte fuera no oírte sino ver grandes puentes a la luz de de la luna unir las dos orillas oscuras del río que van a dar al anciano mar donde las carabelas son nuestras para siempre.

¿Sonríes? Yo no sabía nada de eso, pero mis cielos interiores estaban poblados de estrellas. Me llamas durmiendo. Yo no reparaba en eso, pero en el barco lejano cuya vela de sueño navegaba a la luz de la luna, veo marinas remotas.

Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa

12 comentarios:

  1. Tengo del amor profundo y de su uso provechoso un concepto superficial y decorativo. Estoy sujeto a pasiones visuales. Guardo intacto el corazón entregado a más irreales destinos.
    No me acuerdo de haber amado sino el “cuadro” de alguien, lo puro exterior –en que el alma no entra más que para hacer ese exterior animado y vivo- y, así, diferente de los cuadros que hacen los pintores.
    Amo así: fijo, por bella, atrayente o, de otro modo cualquiera, amable, una figura de mujer o de hombre –donde no hay deseo no hay preferencia de sexo- y esa figura me obceca, me cautiva. Se apodera de mí.
    Amo con la mirada, y no con la fantasía. Porque nada fantaseo de esa figura que me cautiva.

    Florece alto en la soledad nocturna un velón desconocido por detrás de una ventana. Todo lo demás, en la ciudad que veo, está oscuro, salvo donde los reflejos débiles de la luz de las calles suben vagamente y hacen acá y allá flotear una luz de luna invertida, muy pálida.

    ¿Qué especie de vida tienes? ¿Qué modo de ver es el modo como te ves? ¿Tu perfil? Nunca es el mismo, pero nunca cambia. Y yo digo esto porque lo sé, aunque no sepa que lo sé. ¿Tu cuerpo? Desnudado está lo mismo que vestido, sentado está en la misma actitud que cuando echado o de pie. ¿Qué significa esto, que no significa nada?

    (Palabras caídas del Libro del desasosiego. Fernando Pessoa)

    ResponderEliminar
  2. Magnífico Pessoa. Me encanta este autor, tal cual o a través de sus heterónimos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta Pessoa. Y todavía no sé cual de ellos me gusta más.

    ResponderEliminar
  4. Hoy te has vestido de gala para traernos a un invitado especial. Debes de retirar todos los espejos, no le agradan. En una ocasión me dijo que el hombre no debe poder ver su propia cara. Que la naturaleza le ha concedido el don de no poder verla y maldijo al creador del espejo por envenenar el alma humana. Avisada quedas. Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Grandioso libro, me encanta, uno de mis favoritos, lleno de rincones de magia..auténtico placer leer a Pessoa.

    ResponderEliminar
  6. Manel, fantásticas palabras, hay otro párrafo que me encanta como empieza:
    259.
    "Me gusta hablar.O mejor:me gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tangibles, sirenas visibles, sensualidades incorporadas..."

    ResponderEliminar
  7. Isabel, es creo el autor que más he releido.

    ResponderEliminar
  8. paradela, a mi me gusta de todas maneras, esa melancolía...es un escritor con mayúsculas

    ResponderEliminar
  9. Thornton, ¿verdad que es una suerte conocer la obra de este autor?

    En concreto este libro, en muchas ocasiones lo abro al azar y leo y releo la página que ha salido por casualidad y siempre veo algo nuevo.

    ResponderEliminar
  10. miette, es que en este libro cada frase es digna de memorizar; me encanta.
    Yo tengo la edicion de Acantilado con traducción de PerfectoE. Cuadrado.

    ResponderEliminar
  11. Este desasosegante libro debería de ser de obligatoria lectura.

    Maravilloso Pessoa.

    ResponderEliminar
  12. Hay una versión de referencia,la de Ángel Crespo en Seix Barral, 1984. Imagino que la de Acantilado también lo será. Un saludo.

    ResponderEliminar