domingo, 7 de febrero de 2010

Ciudades e historias


Me gusta pasear de noche, cuando la ciudad ya está empezando a dormir y sólo queda vida en las zonas de diversión, pero las calles se han ido vaciando, el tráfico disminuye y se instala la calma y el silencio. Y en esos instantes me deslizo despacio, recreándome en el andar, bien abrigado si es invierno, por los espacios de cualquiera de mis ciudades preferidas, que debo decir son muchas.

El paseo del Prado, en la mía; el de Gracia, la Vía Laietana hasta llegar al Born, en Barcelona; la Ronda del Darro hasta el Mirador de San Nicolás, en Granada; la judería de Córdoba; Broadway hasta el East Village en Manhattan; el mágico Montmartre de París, con su sorprendente calle del Chevalier de la Barre y sus trozos de vidrio en los adoquines que flanquean las escaleras que al recibir la luz se iluminan representado el mapa del cielo. Y por supuesto, mi querido Camden en Londres, bordeando el canal hasta Regent’s Park.

Todos y cada uno de estos lugares tenían algún significado para mí, generalmente relacionado con los sueños que había forjado en esos paseos. Cierto que había vivido experiencias siempre interesantes, conocido a gentes, experimentado sensaciones y dejándome abrazar por la realidad y belleza de lo visto. Por supuesto, de todas estas vivencias la que más gratificante me resultaba era el descubrimiento de otras personas, de seres en principio muy diferentes pero que a la postre resultaban tener mucho en común conmigo. De todas ellas guardo un recuerdo emotivo y que el transcurso del tiempo no ha conseguido enfriar.

Recuerdo a la intrigante y misteriosa mujer catalana con la que coincidí en unas jornadas en el CCCB, seria y distante en un primer momento, casi antipática, pero que una noche quiso la casualidad que coincidiéramos en el mismo restaurante, el 7 Portes, en el paseo de Isabel II, que me habían recomendado para degustar sus arroces. Me sorprendió encontrarla cenando ella sola, y aún más cuando, saludándome con amabilidad, me invitó a compartir mesa con ella. Lo hice con fastidio pensando que la noche se me había torcido. Poco a poco esta sensación fue cambiando, según discurría la noche se fue mostrando más comunicativa y llegó un momento en que me sentí a gusto con ella. Terminada la cena me preguntó si me apetecería pasear, y al contestarla yo afirmativamente, se cogió con naturalidad de mi brazo y comenzamos a andar.

Descubrí que tras la fachada de persona insociable, seca y aparentemente poco comunicativa, se refugiaba alguien sensible, toda ella sentimiento, y que únicamente necesitaba abrir todos sus sentimientos a alguien que la escuchará y no la interrumpiera. Y yo acepté que se desahogará conmigo, al fin y al cabo ni nos conocíamos apenas ni posiblemente volveríamos a vernos.

Pero las cosas no son como uno se imagina. Tal vez continúe esta historia e inicie las de los otros lugares. O tal vez no, quien lo sabe hoy.

15 comentarios:

  1. Los tímidos pasamos por antipáticos muchas veces.

    Caras serias guardan sorpresas gratas.

    Las ciudades de noche parecen más nuestras.

    Me gustó leerte.

    Saludos de domingo.

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  2. Es verdad, nunca o casi nunca son como uno se imagina.
    La vida te sorprende y las personas también; creo que todo sucede por algo.
    A veces no somos conscientes de la importancia que esa persona tendrá en nuestra vida. El papel que desempeñará...
    Recuerdo la primera vez que vi el restaurante de les 7 portes, yo era muy pequeña y me pareció un edificio inmenso, no entré, ese día estaba en la ciudad con mis padres, a mi padre le gustaba mucho esa zona.
    Luego a medida que pasaron los años he estado y paseado por los mismo lugares, una vez estuve cenando en el restaurante...y por motivos profesionales he mantenido algo de contacto con el lugar, con el recinto, aunque ya no lo veo grande ni nada parecido.

    Y volviendo a las historias y a las personas,hace tiempo conocí a una persona y congeniamos mucho, nos sentíamos identificados en lecturas, música...si en agú momento estuve de bajón, esa persona, de algún modo siempre estuvo a mi lado, apoyándome con una exquisitez y educación increible; en una ocasión le dije algo así:
    "Siempre pensé que tú y yo terminaríamos hablando entre nosotros, que nos contaríamos cosas..."
    A lo que me respondió:
    "Yo también siempre he pensado lo mismo, me gusta hablar contigo"

    Y el caso es que creo que si dos caminos están destinados a encontrarse, al final se encuentran.

    Gaviero me ha gustado mucho esa historia, espero que continues.
    Un abrazo

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  3. Nunca he llegado a comer en el 7Portes, aunque he estado a punto un montón de veces... siempre lo dejaba "para otro día". Algún dia me desquitaré, seguro.
    La casualidad ha traído a mi vida a casi todas las personas que hoy son importantes para mí, me ha llenado la vida de gente... y espero haber devuelto el favor con mi presencia de la misma forma.
    La vida es un encuentro contínuo. De nada sirve hacer planes (o como dijo Lennon en su dia, "la vida es lo que nos sucede mientras nos empeñamos en hacer otros planes". Y tenía razón)

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  4. Es sólo fachada el mostrarse distante, poco comunicativa. Me he encontrado con personas como las que describe y me he maravillado con todo lo que entregan, lo que esconde su mundo, su alma. Juzgamos sin conocer, nos hacemos una imágen equívoca y cuando se conocen es indescriptible su carisma. Un abrazo.

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  5. Qué impactante... me ha gustado mucho la historia. ¿Era pianista? ¿Se llamaba Berthe Trepat? Una historia sorprendente no es necesario que sea enorme: la sorpresa por sí misma lo justifica todo. Además en las set portes... que no sé si sabes que ese edificio de soportales está lleno de referencias simbólicas masónicas. Un abrazo.

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  6. Hola Mad.
    Me ha gustado mucho tus paseos nocturnos y esa mujer. Me recuerda a un libro (que por cierto no he leido) sobre eso..."La elegancia del erizo" personas que por fuera muestran sus puas pero por dentro son todo corazón, un encanto vamos.
    Un abrazo muy grande.

    Pd. Me ha hecho mucha ilusión el comentario que has dejado esta noche.
    Otro abrazo muy fuerte.
    Fumador.

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  7. Tienes toda la razón Lena, la primera impresión no basta para juzgar a las personas, es necesario saber conocerlas y tal vez desubramos su verdad.

    Buen fin de domingo (lo poco que queda)

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  8. Madison me alegro de haber despetado tus recuerdos con las 7 portes y, por supuesto, tu reflexión sobre las relaciones surgidas entre personas. Yo también creo qeu hay algunas cuyo destino es coincidir en la vida. Y surgen relaciones increibles. No hay que decir que si quieres que la historia continúe, posiblemente lo hará. Otro abrazo para ti.

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  9. Lanita, la vida sin el trato humano, sin relacionarse con los demás, está vacía. Es imprescindible que existan lazos.

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  10. No puedo estar más de acuerdo contigo kathy, hay que saber escuchar, atender y descubrir a las personas con las que nos cruzamos.

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  11. Podría haber sido Berthe Trepat, pero ella estaba en esos momento con Cortazar. En cuanto a los soportales de la casa Xifré donde en la primera mitad del siglo XIX se fundó el 7 portes, seguro que hay quien no sabe que tanto el suelo en forma de damero blanco y negro y las cerámicas con las hojas de acacia son símbolos masónicos. Un placer compartir gusto por la historia, Eastriver. Otro abrazo para ti.

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  12. Culturajos, obra interesante la de Muriel Barbery, que ya ha sido llevada al cine.

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  13. joer me encanta este blog que he descubierto recientemente, como poenn las palabras en ristre para que se note lo que hay dentro de ellas, ojala yo escribiera como ustees. un gran saludo y animense a ayudarme en mis blog, mejorando mis escritos con sus palabras.

    www.falsario.es

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  14. Lindo texto. Está muy bien. ¿Tú estás bien? Espero que sí. Un saludo.

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  15. Falsario la escritura es simplemente ponerse a ella. Seguro que escribes mejor que nosotros. Un saludo,

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