viernes, 13 de junio de 2008

Gaviero

Gaviero,

¿Hallaré perdón algún día por todas las veces que me llamaste y no te escuché?
Tantas cosas rondándome no me permitieron prestar a estas siete letras la atención que debiera, y ayer, sin motivo para aparecer en mi sueño, dieron forma a tu nombre y éste se abrió camino en mi mente: Gaviero. Un escalofrío incierto recorrió mi cuerpo, una revelación que sacudió hasta lo más hondo de mis cimientos. Fue así que comprendí que si a alguien has de amar con desesperación y locura, no será a ninguna sino a mí.
Escucha, pues, las palabras que te envío surcando el viento, allende los mares o prendidas de una estrella.
Ruego que mi desatención no cause daño a tu urgencia.

El trabajo del solitario,
la inquietud del que su tiempo pasa a solas.
la impaciencia del que aguarda,
en otros muchos conocí antes de apreciarlo en ti.
Te conozco, nada tuyo hay que yo ignore,
lo que sientes, cuánto piensas, lo que precisas de mí;
cuando hablas a la noche, todo cuánto murmuras a solas,
esos sueños que crees secretos,
esos sueños que niegas despierto.
Cuando el afán de tu mirada reposa
en mi contorno borroso
para guardarlo y grabarlo en los ojos,
y sueñas tus manos alcanzando mis formas,
¿quién explica la desalentada apetencia?
¿quién niega hallar en ella la razón para vivir,
la rebelión contra el abismo, la lucha contra la derrota?
Mi valiente caballero, eres tantos y eres uno,
¡te querré más que a ninguno!

Ayer descubrí tu nombre, su significado mágico, su horizonte. Y supe que desde antiguo espero que seas tú quien regrese para dar expresión distinta a aquel con que se me conoce entre los hombres.

Me llamarás con alegría, con desesperación, con hambre.
Me llorarás, despreciarás incluso, pero jamás podrás olvidarme.
Me buscas en tu delirio, sollozas, te humillas repitiendo mi nombre.
Maldices en mí lo que no encuentras,
la esperanza que precisan otros hombres.
De cruel espejismo me acusas,
me rechazas, te revuelves, enfureces y me ignoras.
¡Cuantas veces, ambos lo sabemos, tuviste valor a negarme!
No lo tomo en cuenta, valiente caballero,
que de soledad y lágrimas están tus horas llenas.

Ayer comprendí tu nombre, desde los más serenos matices hasta el significado terrible y profundo de quien se mataría a sí mismo antes de confinar el mío al abismal silencio de la noche.

Me llamas, la voz quebrada,
los ojos cansados, heridos por buscarme,
tus manos, tiernas y fuertes, dispuestas a envolverme,
respuesta a la firme promesa de mis brazos.
Soy la oración que murmuras,
Soy la esperanza que abrazas,
anhelo descorazonado del náufrago,
canto extraño de sirenas surgido de entre las entrañas.
Soy la niña que te aguarda asomada en la ventana.
Soy tu oración, soy tu canto,
de alegría, de batalla.
Soy lo que más amas y extrañas,
soy frustración de un instante,
soy en lo que vuelcas tu rabia.

Ayer comprendí tu miedo, la desolación, la desesperanza. Ayer conocí la necesidad de atenderte apenas sea reclamada.

Escucha mi voz en la distancia.
No apartes de los míos tus ojos,
ni por un segundo dejes de mirarme.
Déjame ser la certeza de tu sueño enamorado,
la calma que dé alivio a la tormenta;
déjame ser la puerta de tu casa.
Déjame ser el motivo de tu risa
cuando las lágrimas hayan comenzado a secarse.
Déjame recibirte, con honores,
cual un héroe tras la batalla.
Déjame servir a tus huesos como último descanso,
voy abriendo los brazos para cuando me alcances.
Déjame servir de guía,
déjame ser final de tu viaje.
Ninguna sombra oscurece tu mirada,
ninguna imagen la empaña.
Desde lo alto de la gavia, solitario,
quiero ver tus labios esbozar la sonrisa
que otorga libertad a una palabra
que en tu voz deviene en plegaria.
Quiero oír que gritas mi nombre, con ansia
y con descanso.

Tierra.

9 comentarios:

  1. Es una canción preciosa Wara. Tienes una sensibilidad especial para describir imágenes. Ya te lo he dicho más veces pero así lo siento. Has descrito perfectamente esa relación que existe y ha existido desde siempre entre la mar, la tierra y los hombres. ¿Quién sino alguien cercano a esas tres torres podría describir mejor esa construcción? ¿Quién sino tú, Wara, arquitecta del pensamiento humano?. Es precioso, de veras. Déjanos seguir disfrutando de la luz guía que es el faro de tu observación y comprensión. Gracias por tu luz.

    Un beso,
    Maverick

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  2. A ver, que necesito reposar esta carta. Al leer el título pensé que el autor era Gaviero y la he leido entera con esa idea.... y la verdad, me estaban pareciendo tremendamente complejas (vamos, me estaba haciendo un lío) las cosas que Gaviero (la persona que esconde ese personaje) le decía a Gaviero (ese personaje) ... pero al final veo que quien lo ha escrito es Wara !!! por diosss y entonces he pensado "Oh cielos!!!" pero que cosas le escribe Wara a Gaviero, que cosas tan maravillosas, tan tiernas y llenas de amor, ... y ahora tengo que releerla, porque me siento un pequeño espía sin rumbo en medio de tantas cosas dichas!!! y querría saber de las veces que Gaviero llamó a Wara y Wara no le atendió y quisiera saber más de ese escalofrío incierto que recorrió el cuerpo de Wara, como una revelación que sacudió hasta lo más hondo de sus cimientos para decirle a Gaviero que "si a alguien has de amar con desesperación y locura, no será a ninguna sino a mí" y quisiera saber del amor correspondido y .....
    Wara, escuchamé ... Wara, Waraaaa!!!!
    Abrazos a los dos!!!!!

    Iván

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  3. ¡Qué locura...!
    Ivan, cuando la releas, fíjate, porque creo que no escuché la llamada de un pobre náufrago, pero es tan buen nadador que se habrá puesto a salvo, estoy segura.

    Querido Máverick, ¿cómo me dices esas cosas tan grandes...?

    ¡Tantísimas gracias a los dos, Maverick, Iván!

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  4. Guauuuuuuuu¡ casi me caigo muerto, jajajaja, Wara ¿que puedo decirte? son las palabras más bellas que he leído. Según avanzaba en la lectura iba creciendo la emoción, y me sentía totalmente atrapado por las palabras. No sólo tienes una sensibilidad especial para describir imágenes, como bien dice Maverick, sino que plasmas genialmente las sensaciones, los sentimientos, los sueños, lo que qieras Wara, haces de la escritura un arte.

    Lamentablemente, desperté del sueño al ver quien firmaba esa cascada de amor, de deseo, de ansia y entrega desinteresada. La realidad me abrazo: la Tierra, quien iba a ser claro, el destino final, la meta del gaviero. jajajajaja.

    Mil gracias por la delicia y calidad de tus cartas siempre, y millones de besos de un navegante agradecido.

    PD. A la Tierra ya la contestaré por carta, por supuesto

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  5. Pues tengo que reconocer que realmente existió la revelación, el darme cuenta de la relación Gaviero-gaviero, y me sentí tan tonta... yo, que siento el mar como algo tan importante y necesario en mi vida...
    Lo demás vino solo, libros, cine, poesía, sueños.

    Gaviero, muchas gracias. Y está vez, sí, besos y abrazos de

    Wara

    PD. Bueno, que si lo pienso un poco descubro que a la Tierra le tengo como cierta envidia, no creas...

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  6. Wara!!!que belleza en tu escrito, sí yo también he picado y me he dicho...mira tú el picarón de Gaviero como se las gasta.
    Un abrazo Wara y sigue así

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  7. Ay, Madison; no se me ocurrió lo del posible equívoco hasta ya un poco tarde, y me hizo gracia. Pero aún así, pensé, caramba, si el Caballero se molesta la Tierra va a temblar, que sí, que no, y bueno, ahí está. Cuestión de un segundo, en otro podría haberlo borrado.

    Un abrazo,
    Wara

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  8. Joé, no me había dado cuenta de que lo firmaba la Tierra, vale, está bien, o no, yo que pensaba "aqui hay tomate"!!!! Pues nada, me quedo solo con la buena literatura. Bravo Wara, escribes maravillosamente bien.

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  9. Iván, cuando sientas así como una sacudida terrestre, por pequeña que sea, acuérdate de los cimientos (¡Ay...!) y los gavieros del mundo entero, y también de la tierra firme que les espera con tantas promesas.

    Gracias.
    Wara

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