jueves, 15 de abril de 2010

Tras el viaje



Todo sucedió durante un viaje que realicé por motivos de trabajo hace ya bastante tiempo. Mi destino era un lugar por aquella época desconocido para mi, al principio no veía personas, solo me fijaba en los ojos, miles de ojos que se cruzaban conmigo por las calles que transitaba a lo largo del día.
Habían de distinto tipo, cansados, ausentes, fríos, lejanos, indiferentes, distantes, pero entre todos esos ojos hubo unos que sentí como se clavaban en mi nuca, fue solo cuestión de un instante,me di la vuelta hasta quedar en su misma posición, solo un cruce de miradas, pero allí estaban. Esperando. Dos miradas frente a frente que se sonreían y escuchaban
Me pregunté por qué extraña razón intuí la magia que desprendía la persona que era dueña de esa mirada, pero en esos momentos no supe la respuesta. Y ahí estabas tú, delante de mí mostrando una amplia sonrisa llena de complicidad. Y aunque nuestras miradas se encontraron y reconocieron desde el primer momento no caí en que yo era importante para ti. Me gustaba estar contigo, porque no eran necesarias demasiadas palabras para entendernos.
Decías que llevabas a alguien especial en todos tus viajes, por todo el mundo, a cada exposición que visitabas.
Te ausentaste y te eché en falta, creí que por fin habías encontrado a quien tanto buscabas. No dije nada, mi enfado era tan obvio que preferí callar, pero un día se me ocurrieron unas palabras y entonces sí te escribí una carta. Mi sorpresa y desconcierto fue enorme cuando respondiste.
Estuve reflexionando durante tiempo. Pero no hice preguntas. Siempre he pensado que si alguien quiere que me entere de algo solo debe contármelo sin más, sin ningún tipo de presión, porque a mi tampoco me gusta que me presionen ni suelo contar nada sobre mí,porque en realidad nunca ha habido gran cosa que contar. Pero había demasiadas inquietudes compartidas como para dejar pasar esa nueva oportunidad que se nos ofrecía de estar juntos.
Ahora ya se. Y lo que se me gusta. Todo es nuevo, pero a la vez resulta familiar y certero

Y eso es todo lo que sucedió, sin nada más por ahora se despide esta que te quiere con todo el cariño.

10 comentarios:

  1. Aquí me gusta más aún ;)
    Es cierto que sobre los sentimientos no suele haber tanto que decir... Al menos como declaración. Digo bien?

    Enhorabuena :)

    ResponderEliminar
  2. Un cruce de miradas... magia.
    Que lindo meniña.
    Un biquiño

    ResponderEliminar
  3. Quizá he cuidado algo más los conceptos aqui no Luís? miraré que hay de distinto y lo cambio.
    De todos aquí es algo distinto de allí.

    ResponderEliminar
  4. Somos mucahs personas con una imaginación prodigiosa Carmela.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Madi, me gustaría tanto hablar contigo. Alguien desinteresadamente me dijo que me querías y que preguntabas por mí. Entonces fue cuando empecé a confiar y a pensar que todo esto podía ser algo real.

    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Para empezar si no me dices quien eres mal empezamos...

    ResponderEliminar
  7. Realmente es algo mágico lo que esconden las miradas, cuando se cruzan entre dos personas y, sin pronunciar una sola palabra, se entienden perfectamente, se encuentran unidos por algo inexplicable. Y si a quien miras es alguien que buscabas y no hallabas, de pronto, en esos ojos, encuentras el sentido de la vida.

    Estupendo relato Madi. Besos.

    ResponderEliminar
  8. Me alegra saber que te gusta Gaviero

    ResponderEliminar
  9. Caray Madi! Qué carácter tienes!... Te pareces a mí x)

    El anónimo es mío

    Un beso

    Ana

    ResponderEliminar
  10. jajajaja, es que me pongo nerviosa si no se con quien estoy hablando creo que ya te lo dije en otra ocasion.
    Pero hablar estoy dispuesta a hablar
    Desillos te mando

    ResponderEliminar