domingo, 18 de abril de 2010

Martín Casariego


-¿Llego tarde? -dijo ella-.

- Para mí siempre llegarás tarde... porque siempre querré que llegues antes... -dijo él


Martín Casariego, del libro Mi precio es ninguno


36 comentarios:

  1. Me parece una definición perfecta, enf orma de diálogo, de la ansiedad.

    ResponderEliminar
  2. Ah, he enlazado este café siempre abierto a mis paisajes. Y una cosa que no comenté: mi primera entrada era un fragmento de una carta de H. Miller a A. Nin. Por si interesa. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno. Desde este momento, me asomaré a la obra de Martín Casariego.

    Un beso.

    Jorge Andreu

    ResponderEliminar
  4. Leí "Que te voy a contar" cuando era una cría y me enamoré del protagonista que contaba de que manera estaba enamorado de otra. Luego he ido leyendo cada cosa que he visto de Martín Casariego esperando que se reedite el flechazo, pero no fue lo mismo ;)
    Me pasa igual con Manuel Rivas, nada volvió a ser igual después de "El lápiz del carpintero". Sin embargo, siempre me gusta encontrarme con ellos. Gracias Madison

    ResponderEliminar
  5. La espera... a veces ahoga.
    Un biquiño.

    ResponderEliminar
  6. A pesar del ansia y el deseo por la llegada, hay un punto en el amor en el que nunca nada se produce tarde. La espera es constante, fuera del mismo tiempo, como así la presencia del ser amado, llegue tarde, llegue pronto o quizás ni lo haga nunca. El que ama siempre la tiene presente.

    Me ha salido una especie de trabalenguas, pero es que tu entrada hace reflexionar mucho (y sentir) Madi. Ah, y como dice Jorge Andreu habrá que visitar la obra de Martín c
    Casariego.

    Besazo.

    ResponderEliminar
  7. Se me había olvidado que existía este autor del que disfruté "La hija del coronel" hace ya.

    ResponderEliminar
  8. El que espera desespera.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. El que espera no desespera si sabe que tendrá algo hermoso.

    Un beso, Madi

    ResponderEliminar
  10. Qué bien subrayas. Siempre leo con un lápiz en la mano, veo que tú también.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  11. A medida que dejaba, uno tras otro, los peldaños que desembocaban a la plaza, la luz se hacía mas presente a esa hora señalada. Un breve movimiento a mi izquierda, enfocaba mi vista frente a ese semáforo que señalaba el rojo peatonal. A mi derecha, quedaba el centro comercial de libros y música, la línea divisoria ofrecía un moderno café que dejó de ser centenario por el bullicio turístico y centro de citas a las cinco de la tarde, como si de una fiesta taurina se tratara.
    A pie de semáforo, la ausencia de Ella me hizo mirar el reloj. La pequeña manecilla marcaba las 16h y el minutero señalaba esos seis minutos que mi voz telefónica dejó marcada en su oído de recibo: “Sí; llegaré sobre las 16h 05 más o menos, sin llegar al 10 de retraso.
    Pasados dos minutos marqué su número.
    -¿Dónde te encuentras. Algún problema?
    -No no, balbuceó su hermosa voz. Estoy aquí, donde dijimos.
    -Ei, un momento. Nos citamos bajo el semáforo ¿recuerdas?
    -Uy sí, que despistada. Estoy en las Ramblas, un poco más debajo de la fuente Canaletas, mirando unos trapos en el HM.
    -De acuerdo, no te muevas. Cruzo el semáforo y voy a tu encuentro. (Interpreté HM como la antigua sastrería Modelo)
    Eché a andar Rambla abajo por el lateral lado Llobregat. El gentío que subía cruzando con el personal de bajada, hacía jugar a dribling sin proponértelo. Al llegar a la puerta de HM, Ella brillaba por su ausencia.
    Volví a desandar mis pasos y allí, en esa esquina, calle Pelayo con Ramblas, bajaba su risa acompañando su persona.
    -¿No habíamos quedado en ese marcado semáforo y, posteriormente hace un minuto en la puerta de HM?
    -Tenía ganas de llegar a ti, sin pensar que el movimiento de los dos, nos llevaría a falta a la hora citada.
    Nos encaminamos a un nuevo café. En su altillo, bullicio de voces antes de la hora de clase, desheló esos minutos primeros. Luego, una amena conversación de sinfines y principios. Luego……….Ei, esto es un comentario o una crónica sin anunciar?. Un comentario. Fin a la crónica.

    Me acuerdo mucho………………………

    ResponderEliminar
  12. Y yo pensaba que era ansiosa...!
    .-))

    ResponderEliminar
  13. Me encanta cuando una historia se concreta en dos frases. hay que ser muy bueno para eso.

    ResponderEliminar
  14. Define muy bien lo que es estar enamorado.

    Un abrazo madison

    ResponderEliminar
  15. Cuando la otra persona significa algo grande, siempre queda corto el tiempo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  16. Hola Magdalena,yo tambien te he añadido, de hecho hace tiempo que me paso tu blog porque lo encuentro magnífico.
    Genial la carta de Anais y Henry ¿verdad? me encanta el tema epistolar.
    Un abrazo

    PD. todavía no he leido a Proust

    ResponderEliminar
  17. A ver qué te parece Jorge, a mi me gusta bastante.

    ResponderEliminar
  18. Almalaire, sí que es verdad que sucede eso, leemos algo que nos enamora y el flechazo no vuelve a surgir. Creo que las lecturas nunca se leen de la misma manera incluyendo el mismo libro, a cada instante que pasa dejamos de ser aquella persona para convertirnos en otra.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Ahoga y desespera Carmela, pero a veces es lo único que tenemos, solo podemos esperar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Pues sí gaviero, aunque esa persona no esté a nuestro lado físicamente la llevamos pegada a nosotros como una lapa.
    ¡Qué buena sensación cuando eso sucede! tan lejos y tan cerca.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  21. la hija del coronel, sí la recuerdo pero no llegué a leer el libro, qizá lo haga ahora, ya veremos...
    Un abrazo Randle

    ResponderEliminar
  22. Hola miette,una frase tan corta y un significado tan amplio ¿verdad?
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Hola Ilona, ufff qué mal se pasa esperando cuando dudas si va a venir o no.
    Un beso

    ResponderEliminar
  24. Esa es la sorpresa Julio, se espera algo hermoso y único.
    Claro que a veces se pierde por el camino.
    Un beso

    ResponderEliminar
  25. Y tanto Thorton, el lápiz ya lo dejo siempre entre las páginas del libro, así no me despisto o se me pierde, que si ni luego me da mucha rabia.
    El otro día me iba riendo yo sola, porque iba en tren y subrayando, obiviamente una porquería de subrayado con el traqueteo , pero yo me aclaro.
    Un beso

    ResponderEliminar
  26. Es una emotiva y hermosa crónica Manel, como todo lo que escribes y expresas.Puro sentimiento, pura poesía...
    Un beso

    ResponderEliminar
  27. A ti lo que te pasa es que eres genial Lanita.
    Un besillo te mando

    ResponderEliminar
  28. Efectivamente J.L. utilizando la mínima expresión lo dice todo.
    Bienvenido a este café, espero verte a menudo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  29. Jesús, es que casi siempre queremos lo que inalcanzable y eso es un risgo y también un error, pero somos así.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  30. A qué si Dyhego?
    Supongo que el cumple fue genil ¿no?
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  31. Gracias austerlitz, quédate si te gusta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  32. De forma sincera sin nigun tipo de tapujos no tabú, también pensé eso cuando leí la frase Torcuato.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  33. La espera siempre larga y el rato de estar juntos siempre escaso
    Un abrazo pato

    ResponderEliminar