Domingo, 16 de noviembre de 2008
21,29 PM
13ºC Lluvia moderada.
Fondeado en el puerto de Hydra
37º 20' 59,13'' N
23º 27' 52,12'' E
Llevo cuatro días fondeado en este puerto del Argosarónico, y en todo este tiempo he estado prácticamente descansando; apenas he bajado a tierra, únicamente he dado algún paseo por las mañanas hasta la hora de la comida y las tardes las he pasado tumbado en la hamaca de cubierta a popa.
Debo de aclarar que, a pesar de ello, no he estado sólo ya que todos los atardeceres ha subido a bordo el viejo Lukas a beber unos vasos de vino de retsina, no muy de mi agrado la verdad, que me traía para acompañar una cena que él mismo elaboraba con tomates, pepinos y salsas de yogur especiadas, y por supuesto cordero asado que preparaba junto a la entrada al pañol en el castillo de proa, y que me produce siempre verdadero temor a que se produzca un incendio.
Después de cenar y pertrechados con sendas copas de ouzo, comenzábamos nuestra disertación sobre la vida, la muerte y literatura. Él se encargaba de todo lo filosófico y yo, que releo estos días a Zola, le resumo la obra del escritor francés. Finalmente y mientras queda algo de licor, mantenemos silencio y nos dedicamos a contemplar la luna llena que nos ha acompañado toda esta semana.
Creo que ya he agotado mi tiempo en Hydra, así que es posible que mañana leve anclas y ponga rumbo al este; necesito llenar el espíritu de oriente.
Debo de aclarar que, a pesar de ello, no he estado sólo ya que todos los atardeceres ha subido a bordo el viejo Lukas a beber unos vasos de vino de retsina, no muy de mi agrado la verdad, que me traía para acompañar una cena que él mismo elaboraba con tomates, pepinos y salsas de yogur especiadas, y por supuesto cordero asado que preparaba junto a la entrada al pañol en el castillo de proa, y que me produce siempre verdadero temor a que se produzca un incendio.
Después de cenar y pertrechados con sendas copas de ouzo, comenzábamos nuestra disertación sobre la vida, la muerte y literatura. Él se encargaba de todo lo filosófico y yo, que releo estos días a Zola, le resumo la obra del escritor francés. Finalmente y mientras queda algo de licor, mantenemos silencio y nos dedicamos a contemplar la luna llena que nos ha acompañado toda esta semana.
Creo que ya he agotado mi tiempo en Hydra, así que es posible que mañana leve anclas y ponga rumbo al este; necesito llenar el espíritu de oriente.
Ains, mira que el último lugar en el que me quiero encontrar de nuevo es en un barco, pero al final me tendré que subir a uno, aunque sólo sea para conocer a Lukas y tomarme una copa de ese licor :)
ResponderEliminarUn abrazo, Gaviero.