Hola querida:
Nunca dejará de sorprenderme tu tremenda capacidad para cambiar el mundo que me rodea. Es posible que tú quieras llamarlo amor. De hecho, sé que se inflama tu ego cuando te digo que desde el día que nací estaba predestinado a caer en tus brazos. Te ríes de mí cuando juego a ponerte celosa. Yo también, pero en el fondo sabes muy bien que no importa cuántas personas pasen por mi vida porque te sientes absolutamente segura de que siempre, tarde o temprano, acabaré rendido a tus pies.
No importa que me sienta perdidamente enamorado, entregado en corazón, cuerpo y alma. A ti te da igual. Te ríes. Eres fría como el hielo. No, aún eres más. Eres más fría que el frío más intenso que pueda imaginar en este Universo. Eres fría y fea. Tu belleza no existe. Mientes. Me mientes querida, lo sé. Cada día me mientes diciéndome que soy tuyo, que me quieres para ti, que me tomarás un día y que me querrás sin medida y para siempre. Tomarás mi cuerpo, mi mente, mi alma… Te odio. Te odio profundamente incluso sabiendo que me plegaré a tus deseos cuando tu voz pronuncie mi nombre. Tu amor es falso. Falso como tu misma. No te importa el hombre que soy, ni mis hechos, ni mis sentimientos y aún así, no puedo comprender que complejo mecanismo se activa en mi mente cuando, odiándote como te odio, termino llorando a solas cuando descubro que has vuelto a serme infiel. No quiero verte. No quiero oírte. No quiero saber dónde estás. No son celos, traidora. No te sientas tan importante ni tan deseada. Mis lágrimas no son por ti, son por lo que matas en mí.
¿Sabes?, he descubierto que la única forma que tengo de compensar estas lágrimas es abriendo mi corazón, compartiendo lo mejor que existe en mi ser, entregando todos los maravillosos sentimientos que nacen en algún misterioso lugar dentro de mí. Sentimientos que me enorgullecen. Quiero entregar todo esto para que nada bueno quede en mí cuando te dé el capricho de darle un nuevo zarpazo a mi corazón. Cada poco te burlas de mí, de tus nuevos amores, de tus nuevas conquistas que no lo son, ¿me oyes?, no lo son. Ellos no te quieren y yo tampoco. Deseo devolverte todo el daño que me haces pero siento que es humanamente imposible, a no ser amando al mismo nivel que tu incansable sed de conquistas. Tengo la certeza máxima de que no piensas cambiar y que tu fría piel, como tus sentimientos, seguirá buscando calor y refugio en los cuerpos cálidos de tus infinitos amantes o víctimas, porque eso es lo que somos, víctimas de unos encantos que no tienes pero ante los cuales nos rendimos uno tras otro. Hoy también tengo otra certeza y es la de que a tu indiscriminada lista de victorias, a la que acabaré rendido sin remisión, responderé y respondo ya con un cúmulo de emociones y sentimientos llenos de amor y generosidad, de entrega y de cariño, de amistad y de respeto, de luz, de esperanza, de admiración, de coraje, de fuego y de fuerza vital que entrego con pasión, con sangre y con raza española, la que tengo, a todas las víctimas de tu odio y tu desdén por el ser humano.
Querida, hoy como ayer, me has arrebatado a ciento cincuenta y cuatro personas de la vida, de mi vida, pero tienes que saber que no podrás arrebatarme nunca el amor que siento por cada una de ellas, vivo, caliente y bullicioso en mi corazón y en mi alma. Hoy, igual que ayer, prometo serte infiel con todas las personas dignas de pertenecer a la grandeza del ser humano y, aunque al final yo también termine derrotado a tus pies, mis victorias, como las de ellos, se medirán por las personas que amo con el corazón limpio y la mente sana.
Siempre infiel a ti,
Maverick
Pd.- Un enorme abrazo a todas las personas, hombres, mujeres y niños que han perdido la vida en el trágico accidente de avión ocurrido en el aeropuerto de Barajas (Madrid) el día 20 de Agosto de 2008. Siempre con vosotros, siempre unidos, siempre en el corazón.
Nunca dejará de sorprenderme tu tremenda capacidad para cambiar el mundo que me rodea. Es posible que tú quieras llamarlo amor. De hecho, sé que se inflama tu ego cuando te digo que desde el día que nací estaba predestinado a caer en tus brazos. Te ríes de mí cuando juego a ponerte celosa. Yo también, pero en el fondo sabes muy bien que no importa cuántas personas pasen por mi vida porque te sientes absolutamente segura de que siempre, tarde o temprano, acabaré rendido a tus pies.
No importa que me sienta perdidamente enamorado, entregado en corazón, cuerpo y alma. A ti te da igual. Te ríes. Eres fría como el hielo. No, aún eres más. Eres más fría que el frío más intenso que pueda imaginar en este Universo. Eres fría y fea. Tu belleza no existe. Mientes. Me mientes querida, lo sé. Cada día me mientes diciéndome que soy tuyo, que me quieres para ti, que me tomarás un día y que me querrás sin medida y para siempre. Tomarás mi cuerpo, mi mente, mi alma… Te odio. Te odio profundamente incluso sabiendo que me plegaré a tus deseos cuando tu voz pronuncie mi nombre. Tu amor es falso. Falso como tu misma. No te importa el hombre que soy, ni mis hechos, ni mis sentimientos y aún así, no puedo comprender que complejo mecanismo se activa en mi mente cuando, odiándote como te odio, termino llorando a solas cuando descubro que has vuelto a serme infiel. No quiero verte. No quiero oírte. No quiero saber dónde estás. No son celos, traidora. No te sientas tan importante ni tan deseada. Mis lágrimas no son por ti, son por lo que matas en mí.
¿Sabes?, he descubierto que la única forma que tengo de compensar estas lágrimas es abriendo mi corazón, compartiendo lo mejor que existe en mi ser, entregando todos los maravillosos sentimientos que nacen en algún misterioso lugar dentro de mí. Sentimientos que me enorgullecen. Quiero entregar todo esto para que nada bueno quede en mí cuando te dé el capricho de darle un nuevo zarpazo a mi corazón. Cada poco te burlas de mí, de tus nuevos amores, de tus nuevas conquistas que no lo son, ¿me oyes?, no lo son. Ellos no te quieren y yo tampoco. Deseo devolverte todo el daño que me haces pero siento que es humanamente imposible, a no ser amando al mismo nivel que tu incansable sed de conquistas. Tengo la certeza máxima de que no piensas cambiar y que tu fría piel, como tus sentimientos, seguirá buscando calor y refugio en los cuerpos cálidos de tus infinitos amantes o víctimas, porque eso es lo que somos, víctimas de unos encantos que no tienes pero ante los cuales nos rendimos uno tras otro. Hoy también tengo otra certeza y es la de que a tu indiscriminada lista de victorias, a la que acabaré rendido sin remisión, responderé y respondo ya con un cúmulo de emociones y sentimientos llenos de amor y generosidad, de entrega y de cariño, de amistad y de respeto, de luz, de esperanza, de admiración, de coraje, de fuego y de fuerza vital que entrego con pasión, con sangre y con raza española, la que tengo, a todas las víctimas de tu odio y tu desdén por el ser humano.
Querida, hoy como ayer, me has arrebatado a ciento cincuenta y cuatro personas de la vida, de mi vida, pero tienes que saber que no podrás arrebatarme nunca el amor que siento por cada una de ellas, vivo, caliente y bullicioso en mi corazón y en mi alma. Hoy, igual que ayer, prometo serte infiel con todas las personas dignas de pertenecer a la grandeza del ser humano y, aunque al final yo también termine derrotado a tus pies, mis victorias, como las de ellos, se medirán por las personas que amo con el corazón limpio y la mente sana.
Siempre infiel a ti,
Maverick
Pd.- Un enorme abrazo a todas las personas, hombres, mujeres y niños que han perdido la vida en el trágico accidente de avión ocurrido en el aeropuerto de Barajas (Madrid) el día 20 de Agosto de 2008. Siempre con vosotros, siempre unidos, siempre en el corazón.
¡Ay Maverick!, tu carta me ha recordado un poema que Kapunscinski le dedica a esta fría dama. En él dice que "es aplicada, se concentra, es muy precisa...la perfección desde todos los puntos de vista."
ResponderEliminarEstos días he releido varias veces este poema y he llegado a la conclusión de que no siempre es perfecta, muchas veces es simplemente cruda y cruel.
Querido Maverick, yo sé que tienes una fe infinita en la vida, una fe que te ayuda a superarte a ti mismo incluso en los momentos más crueles, en esos instantes en que incluso preferirías abandonarte... y no lo haces. Por eso te pido perdón, Maverick, porque yo sigo sintiendo aquellos versos de Cernuda; me sigo repitiendo como un eco que no perdono a la muerte enamorada, ni perdono a la vida desatenta...
ResponderEliminarPara ti un fuerte abrazo, y en la medida en que mi pequeño gesta sirva, igualmente para todas esas familias que sufren tan tremendamente.
Wara.
Yo, Maverik, no se añadir nada a tu carta.
ResponderEliminarNo se comentar nada ante estas palabras.
Un beso para ti
Sé que uno no debe escribir siquiera cuando está intranquilo; se cometen errores, aunque sean pequeños, pero en mi caso no insignificantes, como nombrar a Cernuda cuando hablo de Miguel Hernández… Los versos pertenecen a la Elegía a Ramón Sijé, palabras tremendas que me acompañan desde hace un sinfín de años…
ResponderEliminarLa verdad es que no quiero transmitir tristeza con esta carta. Intento transmitir sentimientos de rebeldía, coraje, lucha, sacar una especie de furia que se rebela contra lo que todo ser humano acaba rindiéndose más pronto o más tarde. Pero no convirtiendo esa furia en algo destructivo. Quiero transmitir algo firme, seguro, perdurable, que sostenga no sólo mis sentimientos y mi fé en la Vida en los que me siento sólidamente protegido, sino que sintáis también que dentro de vuestros corazones soís capaces de albergar sentimientos propios igual de firmes que os llenen de seguridad y que mitiguen y alejen cualquier dolor de vuestras emociones.
ResponderEliminarCada persona tiene su propia fé, su propia forma de comprender la Vida, de sentir a su dios, a su destino, a su camino existencial o como cada uno quiera llamarlo. El cuerpo y el espíritu se dan la mano en el corazón de cada ser humano. Forman un ente único que alberga la máxima capacidad de comprensión en la experiencia vital de esa persona. Creo que es bueno mirar dentro de nosotros para ver todo lo que hay fuera y luchar con todo lo que somos, con todo lo que tenemos en nuestro ser, que es muchísimo y de una belleza increíble, para que el ser humano sea mejor cada día consigo mismo y con los demás.
Tengo la convicción absoluta de que venimos a la vida con la máxima misión de dar amor a los demás, a nuestros padres, hijos, amigos, parejas, etc. Todo lo demás pierde valor en comparación con esa misión. Tan grande la siento, que yo no quiero aceptar que nada ajeno a mis emociones me separe de ellos, ni la terrible zarpa de lo inevitable. No quiero y la manera más firme que tengo de rebelarme contra ese enemigo es volcar toda mi energía emocional en tratar de mantener viva la llama de unos sentimientos que me unen a toda la gente que quiero, y que, gracias a dios, suele ir creciendo en número con mis años.
Wara, la prueba de tu amor por la vida es que tu círculo de amigos crece poco a poco, que sientes las emociones de autores que han escrito cosas bellísimas, que tienes una fuerte capacidad de empatía y de entrega por los demás, que tienes un conocimiento del ser humano más racional que yo pero que complementa a una espiritualidad como la que yo siento... Son tantos los valores que te envuelven con la seda suave y ligera de la Vida en su máxima extensión de significado que sigo teniendo la fé absoluta de que esa pequeña tristeza que a veces sale de tí es insignificante al lado de la inmensa alegría que componen la belleza de los sentimientos que pueblan tu corazón, tu mente y tu alma. Créeme cuando te digo que un fin es sólo el comienzo de un nuevo libro, con nuevas historias, con nuevos capítulos, con nuevas cosas que aprender y disfrutar, nuevos sentimientos, nuevas escenas que se dibujan dentro de tí. El sol brilla en tu corazón, siente su cálido abrazo y déjate seducir por la brisa del mar que te trae múltiples sensaciones de libertad y de paz ;-)
Anjanuca, esa frase que has puesto es certera como ella sola. Tomaré nota de ella.
Madison, jefa, eres un sol ;-)