[por Gaviero]
Siempre me he sentido atraído por los enigmas. A lo largo de la vida nos encontramos en diferentes ocasiones con hechos que escapan de la "lógica" y nos hacen reflexionar sobre casualidades, asuntos aparentemente inexplicables y otras reacciones.
Y especialmente, esta noche calurosa de verano, me he detenido a pensar en el enorme poder de las relaciones establecidas entre personas distantes y sin contacto real. Posiblemente ahí esté el origen de los diálogos que mantengo con mi querida y ya "vieja amiga" desconocida. Sé que existe en algún lugar y eso ya es suficiente; pero hay más, se positivamente que ella también me conoce y me sueña, me habla, intercambiamos, no sólo palabras, sino sensaciones.
Nuestra relación, profunda y cargada de fuerza, cada vez la percibímos más nítidamente. Nos produce sentimientos contradictorios, por un lado experimentamos miedo a que algo tan íntimo, ese intercambio de emociones, ese desnudarnos totalmente y abrir nuestra vida interior, contando lo que a nadie dijimos, llegue a convertirse en algo real, a formar parte de nuestras propias vidas diaris. Pero por otra parte, no podemos escapar a ello, creo que realmente no queremos renunciar a algo tan especial.
Y es entonces cuando aparecen las maniobras de creación de enigmas; como puro instinto de supervivencia de nuestra privacidad, intentamos esconder nuestro rastro cotidiano, creamos espejos de nosotros mismos, pero todo es en vano. Siempre sabemos que estamos ahí detrás, que seguimos alimentándonos de nuestra mutua relación.
Querida desconocida, siempre estarás en mi vida.
Las máscaras, la penumbra, los juegos de lueces y sombras no son necesariamente sinónimo de engaño. A mí me gusta considerar su aspecto mágico, lo oculto en cuanto misterioso, que no prohibido o falso. Muchas relaciones perduran sobre esos cimientos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mmm... los enigmas. Tema muy sugerente :)
ResponderEliminarA veces hasta somos un enigma para nosotros mismos, entonces, ¿cómo no serlo para los demás?
Me gusta la relación que describes, Gaviero. Hay ocasiones en que encuentras a una persona especial, con la que compartes una serie de cosas y se dan unas situaciones, que escapan totalmente a toda lógica, como tú muy bien dices. Es casi como si alguien previamente, ya hubiera marcado el camino por el que estás andando, y sin haberlo transitado nunca, conocieras cada recodo.
Yo soy una enamorada de las "casualidades" de la vida.
Un abrazo.
Gaviero, me ha encantado tu carta, lo cierto es que me ha gustado tanto que he tardado dias en responder, pués no encontraba las palabras adecuadas, aún ahora dudo si sabré explicarme.
ResponderEliminarSolo se me ocurre una cosa, a raiz de algo que leí hace tiempo y es que generalmente las personas se enamoran de fuera hacia adentro, pero también puede darse el caso de hacerlo a la inversa, en el fondo lo mas importante es el interior, llegar al alma, porque ahí es donde radica lo hermoso, lo verdadero y lo impresindible.
Un barazo
Wara, coincido plenamente contigo; efectivamente los enigmas no son sinónimo de engaño,como bien dices,sino que su poder de atracción y fascinación residen en el misterio que se encierra en ellos y nos atrapan con fuerza. Un abrazo.
ResponderEliminarMil, has captado plenamente lo que pretendía expresar, las relaciones que se salen de los cauces de la "normalidad", y nos hacen sentir cosas especiales por personas que no conocemos. ¿quien no se ha sentido atraído por alguien totalmente desconocido? Abrazos
Madi, como siempre, consiges hacerme pensar y te conviertes tu misma en "enigma", mi querida dama misteriosa. Me has contagiado la sensaciñon de no saber encontrar las palabras para contestarte. Un abrazo enorme para ti.
ResponderEliminarGaviero, si he conseguido todo eso, genial!!!
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