jueves, 21 de agosto de 2008

Carta XXI

[Por 1452]


Carta XXI

Ayer mientras intentaba dormir, vino a mi mente la imagen de aquella niña rubia, con los ojos de color mar, tan grandes que podía hacer que el mundo se trasladara con un pestañeo. ¿La recuerdas? Aquélla que me cruzaba cada día camino del trabajo.

Recuerdo que siempre me miraba fijamente a los ojos, con una curiosidad que nunca supe descifrar.

Día tras día, casi exactamente en el mismo punto, nos encontrábamos. Al principio no le di importancia, pero cuando fueron pasando las semanas, no pude por menos que esbozar una sonrisa cuando la veía.

No podía tener más de 9 ó 10 años, pero ya se perfilaba en ella una manera de estar en el mundo. Caminaba erguida, con seguridad y miraba decididamente… aunque esto sólo empezó a ocurrir, unos meses después. La primera vez que la vi, tenía cierto deje de tristeza en la mirada.

No sé cómo sucedió, pero un día, sin más, nos dijimos hola. Ya no puedo recordar si fue ella o yo. Sólo sé que tras semanas y semanas de sonreírnos en nuestro pequeño encuentro matinal, nos hablamos por primera vez. Creo que siempre llevaré grabada en mi memoria, aquella ancha sonrisa que se le dibujó cuando escuchó mi voz. Así era cada mañana. Pero llegaron las vacaciones escolares, llegó mi cambio de trabajo… y nunca más la volví a ver.

La eché de menos, porque cuando ella me sonreía cada mañana, era como si me sonriera la vida misma.

Aún la echo de menos.

4 comentarios:

  1. Hola Mil :-),

    te quería hacer una pregunta ¿crees en las señales?. Yo, que soy un romántico volcado en mis fantasías, sí creo. Me gusta ver señales donde otros sólo ven escenas cotidianas. Creo que a tí también te gusta ser así, al menos como un pequeño juego en tu creatividad. Esa niña de ojos verde-azulados que tú pintas tan cariñosamente, yo la siento como la dama que impulsa tu universo creativo, tu fantasía, tu inmenso deseo de crear, de analizar y de descubrir la belleza de tus emociones en comunión con la Vida que te rodea, la que llevas poderosamente impresa en tus venas y que fluye por tus versos y tus palabras como las aguas de un gran río. Puede que eches de menos a esa niña, pero yo veo que esa niña está siempre contigo, te quiere y te mima y te hace ser más grande cada día.

    Un beso para las dos ;-)
    Maverick
    ...

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  2. Es que parece mentira la cantidad de personas que de una u otra forma influyen en nosotros sin que nos percatemos; un saludo, una mirada fugaz hacen que un instante quede para siempre en la memoria, a lo mejor en un rinconcito del que nunca sale. Pero creo que siempre encuentran la forma de brillar, de decir que están ahí.

    Muchos besos, Mil.

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  3. Wara, fíjate que yo creo que en nosotros influyen todas las personas de nuestras vidas, de una u otra manera y en una u otra proporción. Desde la cajera que nos cobra en el supermercado, pasando por un desconocido que nos pide un cigarro, hasta el extraño que conocemos y más tarde se convierte en nuestro amigo, enseñándonos cosas vitales.
    También, por qué no decirlo, existen las malas influencias, de las que al igual que las buenas, creo que nos quedamos con una porción. Al fin y al cabo, la vida debe de ser equilibrio.

    Un beso, mi niña :)

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  4. Creo, Maverick, creo.
    La vida está plagada de señales a cada paso del camino, aunque muchas veces cuesta llegar a verlas o desentrañarlas.
    En cierta manera tienes razón, yo creo que cada persona que nos cruzamos en esta vida, aunque se vaya de ella, permanece con nosotros siempre de una u otra manera.

    Un beso, Maverick :)

    P.D. Lo he borrado y vuelto a publicar, porque tenía un fallo. Eso me pasa por escribir siempre deprisa :(

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