Carta XVII
He sobrepasado el límite de este juego idiota, que ni tú ni yo, vamos a conseguir ganar, porque nos falta promesa que romper y palabra que olvidar.
No sé si es cansancio, lucidez, o simplemente un arrebato de indignación, contra mí, contra ti y contra el universo entero, que me arrastra a aguas donde no sé nadar, y me ofrece como único salvavidas tu cuerpo.
Se me han rebelado los relojes ante tanta aguja desgastada en el intento, me han gritado todas y cada una de las cartas que te he escrito en silencio, y el alma poniéndose en pie, tras la caída en el más negro de los abismos, me ha recordado que no existe nadie que deba detener mi camino.
¿Acaso tú eres mi camino? No lo sé, pero por si acaso no lo eres, no dejaré que te interpongas en él.
Sé medir las palpitaciones de las estrellas, los latidos de los planetas y desentrañar los mensajes del cielo, y a pesar de que ellos se han alzado contra mí, arrojándome a tus pies, no estoy dispuesta a que lo sigan haciendo. Si es necesario, convertiré el cielo en infierno prendiéndole fuego.
No sé cuál será el precio que haya de pagar por desoír la insistente voz que me susurra, que debo permanecer en tus manos, pero estoy dispuesta a pagarlo.
Cualquier moneda vale lo pesa, para dejar de vivir pendiente de tu respiración y tu abrazo.
Nunca más vas a estar encadenado a un verso mío.
Te libero de mi suspiro.
Mil, qué alegría verte, qué felicidad encontrarte en el camino, en un cruce, en una calle, en el Café, y que hermoso oirte hablar una vez más.
ResponderEliminarEl camino. Lo dice Cernuda, y a él no se le pone nada en duda: "Tus ojos siempre ante lo antes nunca visto". Avanzar, avanzar.
Un abrazo, Mil.
Hola Mil :-),
ResponderEliminares estupendo leerte, lo sabes. En tus prosas hay muchos versos. Está claro que vive en tí el espíritu de la poesía. Algunas frases que me impactan: "palpitaciones de las estrellas", "te libero de mi suspiro". Qué bien se transmite tu rebelión interior, tu fuerza, a tus personajes, a esa pareja eternamente unida y separada, navegando en el mismo barco por mares tranquilas, a veces, y furiosas otras. Como siempre, muy bien.
Un abrazo, Mil
Maverick
...
Mil, como siempre he quedado embelesada en tu lectura.
ResponderEliminarEstoy feliz de volver a verte por aquí.
Quédate con nosotros, sin agobiarte y sin ninguna prisa, quédate cada vez que lo desees.
Un beso
Un abrazo a los tres :)
ResponderEliminar