domingo, 29 de diciembre de 2013

Lagunas en la memoria
















La verdad es que se me olvidan montones de cosas y enseguida. Siento rabia, pero es imposible luchar contra mi memoria, por eso cuando por la noche recuerdo algo que no quiero que quede en el olvido cojo mi cuaderno  de la mesilla de noche y escribo, no siempre con la misma letra, pues a veces los trazos son rectos, otras inclinados y las menos escribo con letra de imprenta. 

¿Cómo era aquello que ocurrió tan bonito? En realidad no estoy muy segura, probablemente lo que recuerdo es solo una pequeña aproximación de la realidad, aún así intentaré describirlo lo mejor posible.
Antes discurría mucho hasta que  no me decidía, ahora sin embargo ya hace mucho tiempo que no. Por no hablar de las horas que pasaba preguntándome sobre qué era la felicidad, si existiría de verdad y cosas por el estilo. Pero ahora ¿qué más da?.Ya dejó de importarme y no siento ni pizca de interés ni curiosidad

Como he dicho mas arriba, hubo un tiempo en el que intenté escribir lo que me iba ocurriendo a diario. Pero era pretender demasiado. Lo dejé pronto porque las letras se me resistían. Todo intento fue inútil, era como si a base de hilar palabras quisiera dejar mi huella en la vida. Quizá, pensaba yo, habría alguien por ahí a quién interesara saber sobre mí. A veces quedaba en suspenso y me preguntaba si lo que uno dice o escribe es bueno o por el contrario malo, pero llegué a la conclusión de que no es ni una cosa ni otra. De hecho no creo que tenga gran valor para los demás si acaso solo a nosotros nos gusta echar un vistazo de tanto en tanto para recordar como éramos en tiempos pasados. Pero, ahora sigo con este recuerdo escrito…

La noche se presentaba larga y silenciosa, un soplo de  aire helado  entraba por entre la rendija de la ventana y me calaba los huesos, pero no me angustiaba, por el contrario, dormía bien. Tranquila y esperanzada.
Por la mañana temprano el sol, colándose  a través de las persianas, llenaba el dormitorio con una luz  clara y cálida.
Me despertaba con una sonrisa serena. Con la cabeza alegremente echada hacia atrás, sonreía al día que empezaba. Despacio, levantaba los ojos hasta la ventana que daba al jardín. Recuerdo que había una de las tablas del suelo que al pisarla crujía y yo  una y otra vez retrocedía porque  me asustaba. 
El olor a café caliente, panecillos y mantequilla fresca.  El sol a raudales. Los chapuzones en el mar. Aquella luz perpetua de verano. El olor a jabón, a ropa limpia…
Mientras leo, recuerdo. Y pienso que durante aquella temporada, el lugar que elegimos fue mi refugio perfecto  y me digo: Entonces…eso será felicidad.  Oh, la felicidad. ¡Claro, es posible!. O bueno, era una felicidad diferente a la que me habían explicado.
Ahora los recuerdos se mezclan con los sueños y las preguntas. Demasiados interrogantes, o tal vez los justos ¿Y cuando empecé a darme cuenta de que él era así? Tan distinto a como yo creí. ¿Acaso reparé en ello antes y me negué a reconocer lo que veía por miedo a perderle?
Leo en el jardín. Cierro el cuaderno. La lluvia cae, resbalando por mi espalda, me incomoda  y esa incomodidad me hace pensar en la carta que tengo a medio escribir y que debería haber enviado hace unos días.
Así pues, dejo de deambular en esta noche bajo la lluvia y subo hasta mi habitación, por alguna razón oculta hoy me ha dado por retroceder en el tiempo, y ya no sé quién se burla de quién. El caso es que lo que aconteció no fue planeado, incluso tras un tiempo, hubo un intento de reanudación, pero ninguna decisión de conservar lo reanudado es posible, aunque tampoco se puede suprimir definitivamente.

Imagen de Willy Ronis

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad















Yo también os quiero desear buenas fiestas, que cada uno las celebre como quiera o pueda. Pero felices. Que nos podamos seguir leyendo, compartiendo y todo eso. Que esta nochebuena no os paséis mucho, pero lo suyo es ser un poco malo ¿no? de otra forma la fiesta resulta aburrida.
Hala, muchos besos para todos

domingo, 22 de diciembre de 2013

La noche























Ahora que ha pasado tanto tiempo, es como si estuviera en una película. El sol me da en la cara y es tan cálido y suave que me hace recordar algo que viví. Un hermoso recuerdo. Uno más.

Todas las tardes  nos sentábamos a ver la puesta de sol desde el porche de madera.
Contemplábamos como el cielo se unía con  el mar distante, y admirábamos todos los colores que se fundían en aquel espectáculo único.

Permanecíamos sentados muy juntos, con las cabezas recostadas y los ojos entornados.Tan juntos y silenciosos que sentíamos la respiración del otro. Acompasada, tranquila. Él pasaba su brazo sobre mis hombros, había momentos que giraba un poco la cabeza  hasta  besarle la mano.

Al poco, cuando  la noche era cerrada, nos dirigíamos  a la parte trasera de la casa, donde se encontraba  el jardín, esperábamos  el momento  en que se abrían las flores y nos envolvían con su aroma. Era noche de encanto y misterio, las estrellas y la luna  con su mágica luz la hacía resplandeciente. Noches llenas de raros  ruidos, que con el tiempo se habían convertido en familiares. Era un lugar hermoso y lleno de encanto

Te amo mucho, estoy sedienta de ti -le decía yo-Te quiero  mucho, mucho. –le repetía una vez más.
-Calla ahora, y guarda silencio-, me respondía él
Pero yo, no podía estar quieta, me incorporaba un poco, me colocaba un chal sobre los hombros. De pie, miraba su cuerpo. Me soltaba el pelo y lo agitaba con fuerza, a la luz de la luna resultaba aún mas brillante. La risa nerviosa delataba mi nerviosismo. No sabía muy bien qué esperaba de mi.
Empezaba a soplar algo de viento, que aquella hora era fresco. El ciruelo se estremecía.

Y me convertía en una loca, una loca enamorada que  nunca sabía como aprovechar el momento adecuado aún sabiendo cual era. A pesar de tenerlo al alcance de la mano.
Al cabo de unos días nos alejamos abandonando el lugar. Un lugar que los dos sabíamos que no era para nosotros.
Todavía, por las noches cuando estoy sola, añoro que su cabeza repose en mi
Imagen de Bill Brandt

viernes, 20 de diciembre de 2013

La carta






















Te empeñas en que siga contándote lo que sucedió aquella noche una vez que leí la carta. Bien. De acuerdo. Te lo cuento gustosa. Empezaré desde el momento que salí a la calle, como ya dije me dirigí al parque mas cercano, me senté en el extremo de un banco de madera. Antes, me giré para mirar a mi alrededor, cuando estuve segura que no había nadie, deslicé la mano hasta el bolsillo y cogí la carta. Apoyé la cabeza en la mano, y dos dedos en la mejilla aunque de vez en cuando también  me acariciaba  la barbilla.
El césped estaba plateado por el efecto de la luna llena. Abrí la carta con la punta de los dedos y empecé a leer…

Querida :
Cuando me dejaste, me dijeron que pronto te olvidaría, que poco a poco tu abandono  no me dolería y que al cabo de un tiempo todo se acabaría calmando y después de unos  meses la paz  volvería a instalarse en mi vida. Que podría caminar de nuevo sin titubeos sin dudas,  por las calles que recorrí contigo y entrar otra vez en los mismos lugares donde nos reuníamos a diario, que podría incluso leer tus cartas y mirar tus fotos sentado  en el rincón donde solíamos ponernos mientras escuchábamos aquella música que tanto nos gustaba Yo te besaba mientras las notas nos envolvían, no sentíamos temor a que ocurriera a nada o que apareciese de repente alguien para recriminar nuestra osadía.Ninguno presagiaba lo que estaba a punto de suceder.
Me dijeron que todo esto siempre termina por pasar. 
Pero por el momento nada de eso ha sucedido, la pena sigue y mi tormenta interior no amaina, un mar de  negras nubes se han instalado en mi para y no deja que salga el sol.
Me  aseguraron que la vida, siempre sigue su curso y que  el futuro depara cosas nuevas e interesantes. Que conocería a otras mujeres y que volvería a amar y desearlas tanto como a ti.
Que  sin apenas darme cuenta ,dormiría de nuevo por la noche y que el orden retomaría las riendas de nuevo en mi vida
Me dijeron todo eso. Y yo les creí, pero pasa el tiempo y mi amor hacia ti  no se va. Te quise tanto que  no puede irse. Se queda siempre. Y duele. Y sigue. Y no se va. Ha hecho de mí una persona desgraciada y descreída, mi vida es una ruina, y a veces  te espero como antes, a la salida del trabajo, si entro a algún bar te busco con la mirada por todos los rincones
Ya estaba resignado y te daba por perdida, así que imagínate mi sorpresa cuando el otro día me crucé contigo en la calle principal. Tú no te fijaste en mi, pero yo en ti sí. Te reconocí en seguida, supongo que ahora entenderás quién te invitó a la fiesta de esta noche. No podía desperdiciar la ocasión. Ahora que te he encontrado no puedo perderte otra vez. 
Si estás leyendo esta carta, al terminarla gira un poco la cabeza, pues estaré ahí. A tu lado. Se el lugar que has escogido para hacerlo. Te encontraré…

Imagen de Peter Keetman

jueves, 19 de diciembre de 2013

La fiesta















¿De verdad quieres saber qué fue lo que me llevó hasta aquel lugar?. De acuerdo, intentaré responderte lo mejor que pueda, aunque tú, mejor que nadie deberías saber que no todo tiene explicación. Ni la necesitamos.

Cuando recibí la llamada en la que una voz desconocida para mi, me indicaba la dirección y la hora me costó dar crédito. Intenté decirle que se equivocaba de persona y que a buen seguro que mi presencia allí no era necesaria, pero quien fuera que estaba al otro lado del teléfono insistió en que yo era a quien querían como invitada, además sorprendentemente  me llamó por mi nombre, así que no fui capaz de negarme.
Cuando llegué, enseguida me di cuenta que éramos demasiados para conocernos. Nadie preguntaba nada, pero tuve la impresión que todos pensaban y esperaban lo mismo. Era algo  que se palpaba en el aire de una forma más  que evidente.
Miraba a un lado y a otro escéptica, notaba que mi aspecto desentonaba con el ambiente que me rodeaba.
Alguien  pasó cerca de mi y me preguntó algo sin importancia, a lo que yo no supe que responder, así que permanecí en silencio mientras miraba como se dirigía hacia otro grupo de personas que discutían algo acaloradas.
El hombre que estaba a mi lado hablaba en voz baja, pero el tono era firme. Su interlocutor asentía en silencio mientras le miraba fijamente a los ojos. Su  rostro estaba serio y eso hacía que me pareciera mucho más atractivo que cuando le vi entrar  al principio de la noche.
Era alto y delgado. Vestía con ropa de buena calidad. Su aspecto distinguido y misterioso hizo que sintiera una fuerte y hasta ahora desconocida atracción hacia él, aunque como es lógico disimulé todo lo que pude para que nadie notara  mi interés.
Sentí  la caricia de su mirada clavada en mi nuca mientras se acercaba por la espalda y dejaba caer algo en mi bolsillo, fue tal mi emoción que en ese momento me convertí en un ser flotante.
Me sentía algo mareada y fuera de lugar, de manera que decidí irme antes de que terminara la fiesta.
Me despedí presurosa.Caminé hasta que encontré un lugar tranquilo, entonces cogí la carta arrugada que había guardado en el bolsillo del abrigo para leerla cuando estuviera sola, me  pasé la mano por la frente, después la llevé hasta el corazón, y leí.
Eso es todo. Esa es toda la historia o como quiera que se llame.
Imagen de Sophy Rickett

domingo, 15 de diciembre de 2013

Soledades






















Sus últimas palabras antes de subir al tren fueron: Te veré luego, recuerda que tenemos pendiente una cita.
Él no  me miró al decirme esto, pero intuí que la expresión de su rostro era triste y a la vez esperanzada.
Me sentí tan perpleja, tan desconcertada que no respondí. En silencio cada uno se dirigió a su compartimiento, así nos despedimos. Callados. De esta forma iniciamos el viaje de regreso cada uno a su lugar de destino. Qué disparate!.Me dije
 Ha pasado ya algo mas de  un mes y desde entonces no he vuelto a tener noticias suyas hasta ayer. El teléfono sonó temprano, al escuchar el sonido, el corazón me dio un vuelco, y supe que era él antes de oír su voz al otro lado haciéndome saber que estaría aquí la semana próxima. Cuando colgué, la perplejidad volvió a adueñarse de mi. Terminé de tomar el café y me encaminé al trabajo con la idea de no dedicarle ni un minuto de mi pensamiento. Por supuesto tarea totalmente en balde.
Pero esto es hoy. Es de noche, ha hecho un  día muy frío y sereno, el aire aparecía limpio, pero ahora empieza a llover, cruzo la plaza que me lleva hasta la parada de taxis y pienso…¡Cuántas veces había ido con él allí..
Por el camino, todas las cosas, los escaparates , los rótulos, los anuncios parecen decirme: ¿te acuerdas?.. Claro que me acuerdo, pero hora todo ha terminado. Ya forma parte de un pasado que todavía duele al nombrarlo. Hay heridas que no acaban de cicatrizar nunca. Hay personas que no terminas de conocerlas nunca.
He llamado al taxi, pero éste no llega, desamparada, miro a un lado y a otro, noto que el frío penetra en mi cuerpo como alfileres de hielo. Me subo el cuello de la gabardina, las manos en los bolsillos, palpo algo, creo que es un clip, no sé como a ido a parar ahí, mis dedos juegan con él.
Pienso en la casa vacía y silenciosa  que me espera. Las lágrimas resbalan por mi rostro. ¿Dónde estará él? ¿Qué estará haciendo a estas horas? Quizá en estos momentos pasea feliz del brazo de una chica, perdidos entre la gente, como hacía cuando estaba conmigo, tal vez estén en una plaza parecida a esta, sentados a una mesa mientras comparten cena y confidencias del día.
Y yo me encuentro sola, la gente pasa a mi lado rozándome, llevan prisa y nadie me mira a la cara, nadie puede sospechar lo infeliz que me siento. No pueden imaginar que la fecha de hoy y el lugar para mi significa desesperación.
Sin darme cuenta dejo escapar un débil lamento y me pregunto en qué momento dejé de ser yo para convertirme en una mujer tan vacía Mis recuerdos se tiñen de rojo. Los recuerdos hacen que me estremezca. Me siento pequeña, menguo.Tiemblo y pienso en la próxima semana.
Los dedos se agitan en los bolsillos, las emociones, el mundo entero está en mis recuerdos, allí, con nosotros dos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El encuentro















Después de mucho tiempo sin saber el uno del otro volvimos a coincidir a finales de otoño. Estuvimos juntos los días  que duró el  ciclo de conferencias, de nuevo compartimos en otra ciudad que no era la nuestra todas las horas del día y la noche y dormimos en la misma cama, ninguno de los dos mostramos síntoma de disgusto, mas bien al contrario, estábamos atentos el uno del otro procurando que la tensión no apareciera.
Aquella tarde, después de comer subimos a la habitación con la idea de  descansar un rato, pero sin darnos cuenta empezamos a hablar recordando el pasado. Yo de pie frente al fuego de la chimenea, con las manos cruzadas ante ella, y él reclinado en el sillón que estaba junto a la ventana.
Me escuchaba silencioso, apoyando los codos sobre las rodillas, sonriendo y mirándome, entonces  me pidió que me acercara a él.
 Una vez hube tomado asiento a su lado me atrajo hacia si y me besó. Nuestras bocas se llenaron de risas, felices de estar fundidas la una en la otra como en los buenos tiempos. No se decir cuanto rato permanecimos abrazados, entados uno junto al otro, pero me atrevería a decir que bastante.
Qué difícil es dejar de amar a una persona una vez se ha empezado a quererla
Me temo que somos opuestos y eso no es una buena mezcla para la convivencia
La imagen es de Alex Colville

martes, 10 de diciembre de 2013

Un mundo raro






















El mundo anda revuelto, desencajado. Suceden tantas cosas y a tal velocidad que me resulta difícil juzgar qué es y qué no es esencial, llevo tiempo dándole vueltas al asunto sin encontrar respuesta que me satisfaga, de ahí que tampoco encuentro mi lugar. Me abruma la doble moral, la hipocresía. Tampoco concibo  la deslealtad.

Nunca tuve una idea muy clara donde está el punto de inflexión, en qué momento acaba el después y empieza el ahora, qué se gana cerrando una puerta para abrir otra...
Sentimos nostalgia de lo que pudo ser, pero no fue. Incluso soñamos con volver  sabiendo que es imposible el retorno.
Desde que recuerdo me hago este tipo de preguntas, pero no me he atrevido a adentrarme en elucubraciones, por temor a desesperarme aún mas al no encontrar respuesta.Y todavía no me atrevo.
 Lo único que puedo decir, haciendo un pequeño esfuerzo, es que todos contemplamos la vida desde algún punto de una forma esperanzada.
Porque claro ¿Quién sabe?
La imagen es de Vicente Cervera.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Carta a Andrea


















Querida Andrea:
Te mando esta carta a la única dirección que tengo, aunque dudo que todavía sigas allí, pero no sé a qué otro sitio podría enviártela.
Espero que todavía quede algún conocido en el pueblo y que si estás leyendo esto sea desde tu casa de siempre; sería terrible que tú también hubieses tenido que irte como yo,  a la fuerza a vivir a otro sitio. 

Me pregunto si últimamente has visto a Cesar, me extraña que de pronto y sin avisar haya dejado de tener noticias suyas ¿Has recibido alguna carta de el? Yo  no, y esta incertidumbre me inquieta a la vez que me entristece.

A veces le imagino, al atardecer yendo calle arriba, solo, con el cuello del abrigo levantado, las manos en los bolsillos y la mirada baja pensando en dios sabe qué. Siento nostalgia de nuestros paseos diarios.

Por más que pienso no encuentro motivo que justifique su mutismo. Todavía le quiero muchísimo ¿sabes? A pesar de su silencio sigo pesando que todo se debe a un mal entendido y que el día menos pensado volveremos a encontrarnos y terminaremos arreglando nuestras diferencias.
De todos modos he llegado a la conclusión que cosas así suceden a diario.
En la próxima carta te contaré como llegué hasta aquí, y también todo lo que he encontrado y voy conociendo, aunque por el momento disfruto de mi soledad, aunque no te negaré que por momentos me entran muchas ganas de verte.
Por el momento me despido de ti porque tengo que salir
Con todo mi cariño
Imagen de Deborah Dewit

martes, 3 de diciembre de 2013

Robert Desnos























(Cuento de hadas )
Había una vez  (y fueron tantas veces)
un hombre que adoraba a una mujer.
Había una vez (la vez fue muchas veces)
que una mujer a un hombre idolatraba.
Había una vez (lo fue muchas más veces)
una mujer y un hombre que no amaban
o aquel o aquella que los adoraban.

Había una vez (tal vez sólo una vez)
una mujer y un hombre que se amaban.


domingo, 1 de diciembre de 2013

El encuentro


Aquel invierno yo trabajaba hasta muy tarde, de regreso a casa me divertía entretenerme por el camino observando mi imagen flotante en el cristal de los escaparates. Fue una de esas noches cuando me fijé en él por primera vez, me impactó ver su cuerpo reflejado junto al mío, pero sucedió todo tan rápido que enseguida me olvidé.
Por eso aquel día, cuando nos cruzamos en el portal justo cuando yo abría la puerta para entrar y él salía con su perro, quedé perpleja y dubitativa, mientras me preguntaba si lo que estaba viendo era real

Nos saludamos casi  con sorpresa y nos miramos con disimulo, pero noté que me sonreía de una forma muy extraña, y aunque aquel día no nos dijimos nada más, parecía como si supiéramos lo que iba a suceder.
No sé qué me pasó por la cabeza, quizá alguna extravagancia el caso es que nunca antes se me había presentado la ocasión de hacer algo semejante.
Pero me dije: Para qué demorar lo inminente, no crees que hay que vivir el momento. No ves que  debes intentarlo todo antes de ceder?
Por un lado corría el riesgo de equivocarme y que en realidad yo no le interesara lo mas mínimo, y, lo que era peor, me arriesgaba a reducir mis emociones si la osadía desembocaba en fracaso.
Todo esto tiene relación con la tendencia que tengo a idealizarlo todo.

Dejé a un lado el pudor y me dije que estaba dispuesta a todo, incluso a decir cualquier tontería con tal de agradarle, aunque de todos modos, pensé, se puede ser digno y locuaz ¿¿no?
Así que me armé de valor y salí a su encuentro, después de todo lo único cierto era, que me había pasado tanto tiempo imaginándolo y  resultaba que ahora estaba aquí.

Imagen de Jacques-Henri Latirgue

martes, 26 de noviembre de 2013

Hablar por hablar

















"No hace mucho experimenté en un ateneo la sensación de que el conferenciante había elegido un tema que le era absolutamente desconocido y por tanto no conseguía interesarme tanto como hubiera sido de esperar. Hablaba de cosas de las que no estaba convencido y sus argumentos eran débiles y simples. Además no había un pensamiento central o centralizador a lo largo de la conferencia..."

Apreciado señor Thoreau, siento decirle que las cosas no han cambiado mucho desde la fecha en que usted hacía esta afirmación en su libro Desobediencia civil, me atrevería a asegurar que las cosas están todavía peor que entonces. Basta con escuchar unos minutos de cualquier tertulia televisiva para darse cuenta que los tertulianos no tienen idea de que hablan, y no digamos de su convencimiento, algo parecido sucede con los fascículos coleccionables que tratan de cualquier tema, ya sea relojes, o abanicos, o lo que se tercie, creo que quien escribe echa mano de google y con un copiar y pegar está solucionado
Quizá tenga razón cuando dice aquello de..."una vida sin principios". Andamos algo desnortados, hemos perdido principios y rigor. A veces siento envidia de su valentía y me gustaría poder vivir en una cabaña como la que usted construyó a orillas de la laguna de Walden...pero sé que no sería capaz de vivir tanto tiempo sin una persona al lado con quién hablar....
Atentamente se despide de usted, una que echa de menos los principios


lunes, 25 de noviembre de 2013

Carta para ti

















Quiero que sepas, amor mío que desde que te conozco raramente  pasa un día sin que haya pensado en ti en el momento de dormirme y  al despertarme.
Con el paso de los días has llegado a ser un elemento importante en mi vida y creo que continuarás siéndolo hasta el fin de mi existencia. Si estoy triste, pensar en ti me sosiega
Cuando vienes a mi encuentro me entrego ciegamente a ti, porque eres a quien toda la vida he buscado  por todas partes y en todas las cosas. 
Para  vivir me hace falta tu proximidad, tus abrazos, tu aliento. No quiero que otras manos que no sean las tuyas recorran mi cuerpo.
Creo que en las cosas del corazón no hay que adelantarse, pues o sucede todo o no sucede nada, pero me conoces y sabes como soy, no puedo silenciar mis sentimientos, ni me avergüenza exteriorizarlos.
La mayor parte de las veces me olvido de cosas que son importantes para ti,  reconozco mis despistes y  te pido que no te enfades, se paciente conmigo.

Le escribí esta carta para que la leyera por la tarde, a la hora  que  cada día nos gustaba juntarnos en nuestro rincón favorito del jardín. Estábamos sentados los dos muy juntos. Las cabezas recostadas, yo, con los ojos cerrados. La leyó en silencio, cuando terminó la última línea alzó la vista hasta mí sin decir nada.Serio.
Yo, le pregunté:Crees que debo quedarme?
Y él respondió: Creo que ya te echo de menos
La imagen es de Vladimir Volegov.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Otra forma de viajar



Cuando era pequeña no descansé hasta que mis padres no me regalaron la "bola del mundo"y yo, feliz me dedicaba a recorrer ese mundo desconocido con el dedo, observaba todos los países, los que conocía y sobretodo aquellos que no sabía ni que existían. Ponía toda mi atención en que parte del mundo se encontraban, seguidamente cogía mi libro de geografía e historia y leía sobre las características del país y costumbres de sus gentes. Sentía tanta fascinación e impotencia al comprobar todo  lo que había por conocer fuera de mi entorno!. Fascinación por lo nuevo y desconocido, impotencia porque era consciente de que no llegaría jamás a visitar todo lo que me interesaba. Es algo parecido a lo que siento ante la montaña de libros pendientes, aunque eso sí, cada día la lista de autores y autoras es mas pequeño.
En fin...son reflexiones de un frío domingo mañanero de finales de noviembre que posiblemente lo dedique casi exclusivamente a leer...
Feliz domingo

sábado, 23 de noviembre de 2013

Aquellos días

Por la noche mientras él escribía, yo permanecía leyendo, ovillada en el sofá que se encontraba justo al lado de la ventana y de espaldas a su escritorio. La habitación era clara y acogedora, con algunos detalles en la decoración que la hacía romántica y elegante. Mas allá de la ventana el tiempo parecía detenerse. Aunque respetábamos nuestros silencios, alguna vez sentía la necesidad de comentar algún párrafo del libro, giraba la cabeza hasta él y si estaba concentrado me mantenía callada y seguía con la lectura, pero otras veces le hablaba y él, dejaba sobre el papel la pluma estilográfica que utilizaba para escribir desde que se la regalé al poco de conocernos, se quitaba las gafas y se echaba el pelo hacia atrás con la ayuda de las dos manos,mientras me escuchaba con atención.
No siempre era yo quien le distraía mientras escribía, pues había ratos que era él quien sentía el impulso de levantarse y  venir a mi lado, oía que me llamaba y su voz, resonaba tenue en el aire quieto de la habitación.
Mientras se acercaba  percibía casi el tacto de su piel. Yo, cerraba la boca intentando retener los suspiros que me provocaba la emoción de tenerle tan cerca. 

Después de todo ahora veo las cosas con una calma distinta, una atmósfera abatida y cruel en que las ventanas dejan que se filtre el silencio, aunque en mis sueños él sigue habitando mi presente

Imagen de Deborah Dewit

lunes, 18 de noviembre de 2013

Especies
























A ratos me alegra que exista esa gente, aunque muchas veces no tenga nada que decirles. Su tono pedante y su costumbre de no responder nunca directamente a las preguntas me altera, pero en ocasiones puede darse el caso de que gracias a ellos me entere de cosas interesantes.
Sin embargo, he desistido en tratarles al reparar que me resulta desagradable ver su sonrisa burlona mientras se preparan para exhibirse en breve.
Con esta decisión mi estado físico mejora y aunque es preciso discutir tanto lo absurdo como lo controvertido, salgo airosa de la situación con creces.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Mooch.-Dan Fante













El aspirante a escritor Bruno Dante lleva meses sin escribir una sola línea, bloqueado. Vive en un edificio de acogida para ex alcohólicos y se gana la vida vendiendo aspiradoras de puerta en puerta bajo el sol abrasador de Los Ángeles. Hasta que lo despiden. Desesperado, Bruno sigue el consejo de su hermano mayor en Alcohólicos Anónimos y empieza a trabajar en Consumibles Orbit, la empresa de venta telefónica del también ex adicto a la botella y ahora triunfador Eddy Kammegian. Bruno tiene un don especial para engatusar a la gente al teléfono, y antes de trabajar en Orbit ya vendía por teléfono con suma facilidad desde trasplantes de cabello hasta monedas raras o porno. Descartado el sueño de convertirse en escritor, Bruno se emplea a fondo en su nuevo trabajo y rápidamente acumula suculentas comisiones en forma de cheques. Parece que finalmente el antihéroe creado por Dan Fante podría sentar la cabeza y disfrutar de la vida cerca del océano, pero entonces se enamora de la mujer equivocada: la ex stripper mexicana y compañera de trabajo Jimmi Valiente. Bruno inicia una relación de amor-odio con la explosiva mexicana que lo llevará de nuevo a perder el control de su vida y a alejarse, una vez más, del sueño americano. 

Mooch es una novela no muy extensa, tampoco lo precisa. En tan solo 216 páginas narra en primera persona el día a día de Bruno, un perdedor que se pasa la vida borracho e intentando encontrar un trabajo para poder pagarse más bebida y el alquiler de  una vivienda, y aunque ande desesperado no deja de luchar por seguir adelante, Si cae una vez se levanta dos. Un hombre capaz de darlo todo por la mujer que ama aunque esta no se  lo merezca. Y que nos muestra que con voluntad las cosas pueden cambiar para mejor y que siempre hay una luz al final del túnel, eso no quiere decir que los problemas se terminen. No. La lucha siempre continua, pero es que Mooch no es un libro de final feliz, al contrario, es un libro muy realista.
En definitiva, un magnífico libro.

Noviembre
















La caída de las hojas.La lluvia.Viento. Cuando todo eso se junta sume en la melancolía a casi todos. Días de noviembre.Lo viejo ya ha hecho su función, es hora de desaparecer para dejar paso a lo nuevo cuando llegue la primavera. Bienvenido otoño, invierno, ya puedes pasar y quedarte ocupando el lugar que te pertenece, ponte cómodo pues estás en tu casa.
Imagen de Stanko Abadzic





domingo, 27 de octubre de 2013

La mala luz.-Carlos Castán


















Querida Magdalena:
Me dijeron que te olvidaría, que todo este dolor se iría calmando poco a poco y que a la vuelta de unos años podría caminar de nuevo, tranquilamente, por las calles que recorrí contigo y entrar otra vez en los bares donde nos emborrachábamos juntos, llegar incluso a sentarme en el rincón donde solíamos ponernos al fondo de la barra, bajo aquella misma oscuridad de entonces y bajo aquella música que nos envolvía, sin pánico a que apareciese de repente un recuerdo que trajese de nuevo el sabor a ponche de tu lengua o la imagen de mis manos trepando por tus muslos, y de tu falda subida y de tu braga mojada sobre el taburete.
Me dijeron que eso siempre termina por pasar. Que la pena se va como las tormentas de montaña y deja paso a otros soles y otros cielos que se escondían radiantes tras aquel negrísimo mar de nubes que rugía entonces desde lo alto como el cielo del Gólgota sobre las cruces de madera donde colgaba la carne, muerta ya. Me dijeron que mi vida
seguiría su curso y que pasarían cosas en el futuro, y que habría más viajes y mujeres y también más deseos, por qué no, y que llegaría una noche, sin darme casi cuenta, en que nuevamente dormiría de un tirón, ya lo vería, y que volvería a comer a mis horas y que podría pasar sin el montón de pastillas de mi cajita plateada, sin tener que beber en ayunas, sin arañarme el cráneo; y que no sentiría ya ganas de hacerme con el cúter más rayas de sangre en los brazos ni en las manos.

Me dijeron todo eso. Pero pasa el tiempo y mi amor no se va. Te quise tanto, pedazo de zorra, que mi amor no puede irse. Se queda siempre. Y duele. Y sigue. Y no se va. Ha hecho de mí su nido, como una culebra que resiste contra viento y marea entre los escombros palpitantes de mi ruina, y a veces se asoma con su lengua bífida, con sus ojos sangrientos, y te espera como antes a la salida de los cines y te busca en las tabernas y en los callejones, y no sueña otra cosa, ni dormida ni despierta, que llegar a donde estés para morder tu corazón. Y ahí sigue. No se cansa. Y duele. Y no se va.

La mala luz, de Carlos Castán

El jardín del Edén.-Ernest Hemingway













Publicado veinticinco años después de la muerte de su autor, un libro inusual que muestra a Hemingway interesado en la relación ente vida y arte. Un joven matrimonio se ve envuelto en un peligroso triángulo erótico. A través de su protagonista masculino -escritor promisorio- Hemingway realza la peligrosa ambigüedad de los sentimientos.


Posiblemente si este libro si se hubiera publicado en vida de Hemingway sería mucho mas extenso y tendría otro final, no lo sé, de todos modos a mi me ha gustado mucho. Es una novela completamente distinta de  las que yo había leído anteriormente de él.
El entramado de los personajes, la relación tan complicada entre ellos...en fin que he disfrutado mucho de este viaje por la Costa Azul de la mano de David y Catherine.
Yo no me lo perdería.

sábado, 26 de octubre de 2013

Errores



















"Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos."
( Michel Eyquem de Montaigne )

Lo peor llega cuando nos damos cuenta que aquello que teníamos era lo que de verdad nos colmaba, pero lo abandonamos, y ya es irrecuperable. Y tenemos que aprender a vivir con la pena y la carencia

Imagen de Michael Gorban

miércoles, 23 de octubre de 2013

El chico de la trompeta.-Dorothy Baker













"El chico de la trompeta", de Dorothy Baker, publicada en 1938 e inspirada en la vida del mítico trompetista de jazz Bix Beiderbecke, narra la breve pero intensa vida de Rick Martin, un joven con unas extraordinarias dotes para la música que, en unos pocos años, pasa de aprender a tocar el piano por su cuenta en iglesias y en restaurantes de carretera a convertirse en el miembro más destacado de una de las mejores orquestas de Nueva York.

"El chico de la trompeta", considerada por muchos críticos la primera novela sobre el jazz, sirvió de base en 1950 a una película dirigida por Michael Curtiz e interpretada por Kirk Douglas y Lauren Bacall. En 1951, la editorial Gallimard publicó, con el título "Le jeune homme à la trompette", la traducción francesa, obra de Boris Vian.
















Dorothy Baker, cuyo apellido de soltera era Dodds, nació el 21 de abril de 1907 en Missoula (Montana) y se crio en California. Graduada por la Universidad de California, en 1930 se casó con el poeta Howard Baker. En 1938 publicó su primera novela, El chico de la trompeta, que obtuvo un gran éxito y sería llevada al cine en 1950 por Michael Curtiz. En 1942 se le concedió la prestigiosa beca Guggenheim, y al año siguiente apareció su segunda novela, Trio. Posteriormente publicó Our Gifted Son (1948) y Cassandra at the Wedding (1962). Falleció el 17 de junio de 1968 en Terra Bella (California).

Pues aquí tenemos a Rick, un chico que le ha tocado en suerte vivir una vida algo dificil y al que pocas cosas le interesa además de la música.
Pudo haber llegado a lo mas alto, pero tampoco creo que fuera ambicioso, solo quería tocar. La música fue su vida, todo lo demás quedó en segundo o tercer plano.
La historia está bien narrada, pero a mi modo de ver la traducción no es buena.De todos modos es una novela digna de leer

martes, 22 de octubre de 2013

Mi padre



















Me encanta oír como discuten mis padres. Me explico, cada día a eso de media tarde salen a pasear, cuando están a medio camino a mi padre le gusta sentarse en un banco y permanecer un rato contemplando los barcos navegando a lo lejos. Mi madre se enfada, cree que es algo absurdo y aburrido estarse ahí sentados sin hacer otra cosa que mirar. Pero mi padre insiste, según él, en ese rato su mente empieza a tramar mil historias  sobre los viajeros. Los motivos que les ha llevado a realizar la travesía, cual será el menú, qué canciones tocará la orquesta, etc.
Le digo que desconocía esa afición suya y le pregunto de dónde le viene. Me responde que siempre la ha tenido. Le digo que se apunten al Imserso y viajen. Se niega, dice que hay viejos muy pesados.

Creo que mi padre  seguirá sorprendiéndome incluso después de muerto con sus ocurrencias

sábado, 19 de octubre de 2013

Kenneth Rexroth



















Me preguntas en qué pensaba
Antes de que fuéramos amantes.
La respuesta es fácil.
Antes de conocerte
No tenía nada en qué pensar.
( Kenneth Rexroth )
Imagen de Zhu Yiyong

Es un extracto muy breve de un poema que me fascina..

jueves, 17 de octubre de 2013

William Ernest Henley























Más allá de la noche que me cubre
Negra como el abismo sin fin,
Agradezco a los dioses quienes quiera que sean,
Por mi alma inquebrantable.
En las garras de la circunstancia
No he parpadeado ni llorado alguna vez.
Bajo los golpes del destino
Mi cabeza sangra, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Yace el horror de la sombra,
Aún con la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecho sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.
(Invictus, William Ernest Henley)
Imagen de Emmet Gowin

Uniones























¿Estamos predestinados? ¿Existen las almas gemelas? ¿Será verdad que estamos hechos el uno para el otro? Pues no lo sé, aunque no te negaré que a veces me gusta imaginar que existen hilos invisibles que se dedican a juntar personas afines.

lunes, 14 de octubre de 2013

Flotar

















¿Que, para qué escribo?
Para que me leas, para que me escuches, para que me reconozcas, para que te enteres, para que me preguntes, para que te intereses, para desahogarme, para no olvidar, para sincerarme, para no callar, para describirte, para eludir lo feo, para llorar menos, para sonreír más, para escabullirme de algún pensamiento, porque soy una obstinada, porque hay palabras que me oprimen.
Son tantas las cosas por las que escribo, que me pregunto si no seré una imprudente, y me respondo que a lo mejor estaría bien abdicar. Ojalá aprendiera una canción que haga dormir a las palabras, adentrarme en el silencio hasta sentir que me elevo entre las cuatro paredes de esta habitación. Porque cuando uno se queda solo todo lo dicho y escuchado sale al paso, se repite. Lo propio y lo ajeno.

domingo, 13 de octubre de 2013

Silencios
























Aunque hace mucho tiempo que no me llamas ni me escribes, sigo creyendo que me llevas en el alma, que una parte de mi ocupa tu pensamiento con tal intensidad que sin querer dices mi nombre.
Imagen de Edward Steiche

sábado, 12 de octubre de 2013

Canadá.-Richard Ford













Dell Parsons tiene quince años cuando sucede algo que marcará para siempre su vida: sus padres roban un banco y son detenidos. Su mundo y el de su hermana gemela Berner se desmorona en ese momento. Con los padres en la cárcel, Berner decide huir de la casa familiar en Montana. A Dell, un amigo de la familia le ayudará a cruzar la frontera canadiense con la esperanza de que allí pueda reiniciar su vida en mejores condiciones. En Canadá se hará cargo de él Arthur Remlinger, un americano enigmático cuya frialdad oculta un carácter sombrío y violento. Y en ese nuevo entorno, Dell reconducirá su vida y se enfrentará al mundo de los adultos. Una bellísima y profunda novela sobre la pérdida de la inocencia, sobre los lazos familiares y sobre el camino que uno recorre para alcanzar la madurez.«Uno de los mejores estilistas y uno de los narradores más humanistas de América... Es su libro más elegiaco y profundo» (Ron Charles, The Washington Post).«Un grandísimo escritor» (M. Dirda, The New York Review of Books).«Un vasto y magnífico fresco. Ésta es una de las primeras grandes novelas del siglo XXI» (John Banville).«Fascinante» (Colm Tóibín).

Lo he dicho mas veces, hay libros que al llegar a la última página, me hago la siguiente pregunta ¿Y ahora qué? es tanto lo que disfruto  que no quiero que termine. Son libros que llegan hondo y de alguna manera  marcan. Consiguen que una mire la vida de otra forma, ni mejor ni peor, pero sí distinta.

Todo lo que acontece en nuestra vida queda grabado para siempre en el alma y en el cerebro, siempre hay dos caminos, elegir el acertado o no, es el riesgo que corremos. Dice el poema de Robert Frost:
 "Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia"

 La vida, dice la novela, nos la dan vacía de nosotros depende de qué y cómo la vamos llenando.
Es importante tomar conciencia que en el camino se quedan cosas,y debemos estar preparados para desprendernos de algunas ellas.

A fin de cuentas no somos solo uno, sino unos cuantos, dependiendo de las circunstancias que nos toca vivir. Lo que está claro es que no podemos quedarnos anclados en el pasado. La vida siempre sigue y vale la pena formar parte de ella
Excelente libro, quizá cueste un poco cogerle el tranquillo, pero una vez lo consigues se convierte en una lectura adictiva

Dejo un pequeño párrafo:
"Poco más hay que decir. Y eso me satisface. Yo he tenido la bendición de la memoria, lo mismo que mi hermana Berner, al final, tuvo la bendición de tener menos. Aunque ella tenía razón; fue el acontecimiento de nuestra vida, pues empezó en nuestra familia, y, aunque sus consecuencias llegaron lejos, nunca fueron más allá de su fuente"

lunes, 7 de octubre de 2013

Emilia Bertolé























La lluvia, el viejo libro y tu recuerdo,
oh amigo, me han llenado de tristeza.

Se diría que en estas claras páginas
que están compenetradas de tu ausencia
vive un poco de tu alma, de tus ojos,
de tu sonrisa entre viril y tierna.
Y pienso que este libro, amigo mío,
es el único lazo que en la tierra une
mi vida frágil a la tuya deliciosa y serena.

Lentamente he cerrado el viejo libro
y el alma toda se me ha vuelto niebla.

sábado, 5 de octubre de 2013

Pesadillas














En el sueño, yo era una anciana de cabello blanco y aspecto respetable. Vestía ropa cómoda, de colores claros. No tenía gatos, ni daba de comer a las palomas.
La casa permanecía bien ventilada. La cristalería estaba al completo y en la vajilla no había ni un solo plato desportillado.
Daba largos paseos por el campo, y regresaba a casa entrada la noche, por el camino gozaba de la oscuridad silenciosa, mientras escuchaba a los grillos. Aquel día, mientras subía la cuesta de repente noté  una punzada en el pecho  que hizo que me detuviera. 
Intenté concentrarme en respirar despacio, cuando me tranquilicé  reanudé la marcha con pasos cortos y lentos, ahora solo me preocupaba llegar a la casa cuanto antes, pero no había  nadie que me esperara y eso me angustiaba
Me sentí agobiada y triste. Cerré la puerta. La lámpara estaba encendida. Llorosa, me fui de inmediato a la habitación. Me senté sobre la cama y me miré en el espejo. De repente pensé ¿qué hago todo el día de un lado a otro, sin ir a ninguna parte?

Imagen de Paroshin, Vladimir

viernes, 4 de octubre de 2013

Sensaciones






















Después de aquello me quedé anonadada,  con su respuesta vino a confirmar lo que yo pensaba. Y en cierto modo empecé a odiarlo por burlarse de mí. En unos minutos todas mis certezas se esfumaron una tras otra. No sabía qué hacer. Aquella era una extraña sensación. No  podía, no quería dar crédito a lo que estaba pasando. Me negaba con obstinación a tomar una decisión precipitada. En el fondo no tenía buena opinión de él, pero le vi tan asustado y solo que decidí seguir a su lado, cuidándolo como venía haciéndolo hasta entonces…
  
Imagen de Jack Vettriano

miércoles, 2 de octubre de 2013

Desapegos


"

De regreso



















Después de unos meses algo alejada del café y de blogs me propongo volver a la carga. No sé si todavía os queda ganas de pasaros por aquí, ojalá que sí.
Ha sido un verano de mucho trabajo, pero lo he recompensado con buenas lecturas, espero continuar con ánimos e ir subiendo las reseñas.
Echo de menos estar aquí, en mi casa y la casa de todos vosotros.
Os mando un abrazo.

miércoles, 3 de julio de 2013

Ciertamente !









VARIOS EFECTOS DEL AMOR

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde, animoso,
no hallar, fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño ;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor. Quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega
Imagen de C. Graber

miércoles, 19 de junio de 2013

Jaime Gil de Biedma




















No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Pintura de Xue Yanqun