viernes, 18 de diciembre de 2009

El Pentateuco de Isaac


Mi querido Itzik,
He conseguido encontrar estos documentos que vas a recibir por medio de la Cruz Roja, gracias a la ayuda generosa de un corresponsal extranjero. Sé lo mucho que va a doler todo lo que leerás, pero ya te he dicho que los frutos de las esperanzas vanas son más amargos que la verdad más triste. En estos momentos lo mismo pasa en todo el país, asolado por las oleadas de mala noticias sobre los seres queridos que no volverán jamás.
No me atrevo a aconsejarte sobre qué hacer, porque yo mismo no encuentro salida, como si me encontrara en el fondo de un pozo negro. Kolodetz ha sido destruido y quemado casi por completo, sólo las chimeneas de ladrillo han sobrevivido al fuego. ¡De nuestro querido miasteczko no ha quedado más que un bosque muerto de chimeneas!
No obstante, la gente empieza a regresar, también vuelven algunos de los nuestros; me siento orgulloso de ellos porque llevan en su pecho las medallas que les concedieron por sus hazañas. Lamentablemente, ninguno de nuestros familiares ha sobrevivido. Hemos de empezar todo desde el principio, piedra sobre piedra.
Porque ahora es shnat shmitá.


Levanté la mirada de la carta y me acordé de las lecciones de Talmud: el séptimo año, shnat shmitá, el año del sabbat, cuando en la Antigüedad dejaban la tierra sin arar para que pudiera descansar y las tumbas de los muertos se cubrieran de hierba en paz. Así era: shnat shmitá, a cada cual lo merecido en el Séptimo año y ¡vuelta a empezar!

Por eso me quedo aquí, Itzik, con mi gente. Tengo el deber de permanecer con ellos. Quiero ayudarles a entender que todo lo acaecido no era ineludible, que pudo haberse evitado. Puede que en la resignación callada con que muchos lo aceptaron se expresara la sabiduría milenaria de nuestros antepasados, pero ésta no contiene esperanzas para el futuro. No soy ningún profeta, ni zadik, sino un rabino cualquiera en un miasteczko común y corriente. Yo mismo estoy confundido y desgarrado por las dudas sobre las verdades divinas y humanas, pero quisiera ayudarle a la gente no sólo a entender el sentido de lo sucedido, sino a liberarse de la resignación y de sus sueños bíblicos como hicieron nuestros valientes macabeos del gueto de Varsovia, ¡que nunca se extinga su recuerdo! Nuestra gente tiene derecho a heredar todo el pasado del pueblo de Abraham, pero hemos de entrar despiertos en el futuro, con los ojos abiertos mirando hacia delante. Eso es lo que creo.
¿Por qué te escribo todo esto? Para que sepas por qué me quedo. Pero tú, mi querido, mi muy querido Itzik, marido de mi difunta hermana y padre de mis sobrinos muertos, tú eres frágil y tienes el alma como una llaga, n o quiero verla vencida, rota como un jarrón en el Séptimo año. Por eso te pido: no regreses todavía. Asiéntate en alguna parte, cerca de algún riachuelo, siembra un palmo de tierra donde crezca la hierba
Siempre tuyo:

SAMUEL BENDAVID

P.D. De Ester Katz no supe mucho. Recordarás que fue enviada a curarse, pero jamás regresará. No se sabe dónde está su tumba. Lo que pasó con ella es una inmensa injusticia. ¡Pero persisten las huellas que con su paso dejó por la arena de mi vida!
S.B.


Parece extraño, aunque es cierto: cuanto más fuerte es el golpe, el dolor es menor. Éste nos asalta más tarde, mucho más tarde…

El Pentateuco de Isaac, de Angel Wagenstein

10 comentarios:

  1. Tienes aquí menos faltas de ortografía que en el foro. ¿Esto lo escribes tú?

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  2. Hoy voy como el conejito de "Alicia en el país de las maravillas": llego tarde a todas partes, y también a este Pentateuco.

    ¡Lo que sabéis! Quédome asombrada y apunto sugerencias, junto con la de abajo de "El libro de Raquel" ( Amis lo leí hace, por lo menos, veinte años, una de esas novelas de los ochenta y los "yuppies" (¿se escribe así?). Soy de las antiguas, de francés.

    1ª P.D.- Se ve la vagina. Por favor, pido al cielo que no me ataque a mí. Poneros en contacto con alguien versado en estas lides y quitadla. Ya quisiera yo ayudaros, pero no sé.

    2ª P.D.- No he tomado café. Con las horas que son, no dormiría.

    ¡Qué ritmo me lleváis, epistolares!

    Besos.

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  3. Isabel, no te preocupes: la vagina se encuentra super cómoda a mi lado (hay un bebé muy cerca.. atemos cabos! nuestra vagina ha sido madre!). Yo no tanto, pero después de pasar más de un dia juntas.. no sé, empieza a caerme bien.
    Las cartes tienen un nosequé de íntimo que no se consigue por otros medios. Ni siquiera por mail, ya que la inmediatez nos hace escribir de otra forma.
    Ver la intimidad ajena plasmada en sus cartas, aunque sea ficción, despierta el gusanillo mirón que casi todos llevamos dentro..

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  4. Es una pena que ya no se escriban cartas, por eso me conformo con las que escribo aquí, unas inventadas y otras copiadas de los libros que leo.
    Lanita ya he visto que la vagina está muy cerquita de Gavalia, le avisaré de tan gran noticia.

    Isabel mañana café doble.

    Lina, en el foro escribo con prisa mientras trabajo y repaso poco o nada. Aquí sí repaso antes de dar a enviar, y sí, soy yo quien escribe. Aún así son muchas las veces que debo rectificar porque veo algo...

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  5. Pues yo, Madison, todavía envío y recibo cartas por correo ordinario. Y es algo que no quiero perder. Pero hasta el cartero me mira como a una rara avis.

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  6. Por cierto, tu preocupación desaparece con diecisiste seguidores más. Y eso no es difícil.
    (no te valen como yo, que salgo al final y sin foto, no sé por qué motivo. Lo único que haría sería empujar tu problema hacia atrás)(conozco otro blog en que su problema era un chico...deberían ponerse juntos y no fastidiar a los demás. Pero, si tienes otra mirada, puede ser una rosa boca abajo...)

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  7. Qué gran idea!! Un café donde dejar las cartas. Dejarlas sobre la mesa y que cualquiera llegue, tome algo caliente y lea. Las cartas son un atractor extraño, nos llevan a mirar en la vida de los demás, de paso en la nuestra. Esta carta me ha recordado Los Orígenes de Amin Maalouf, libro de cartas, de fotografías, de recortes de una vida que se unen. También la necesidad de defenderse del dolor, del desastre. Maalouf, apunta el libro si te apetece Madison.
    Por último una imagen. Las chimeneas en pie en una ciudad que arde. Qué imagen. Incluso la destrucción es capaz de hacer arte.

    Salud desde Bolonia

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  8. Apuntado está ya Culturajos y mañana si hay suerte lo tendré.
    Me apetece mucho leerlo.

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  9. "Heredar todo el pasado". Asombra que algo tan frágil como las palabras se echen a cuestas algo tan grande como la memoria del mundo. Conmueve esa última recomendación de sembrar un palmo de tierra junto a un riachuelo para quien tiene el "alma como una llaga". No hay literatura que merezca ese nombre sin una herida en la que alguien permanece para contarla. Como Angel Wagenstein.Una hermosa invitación a un libro.
    Un saludo.

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  10. Daniel, es un gran libro. Uno de los mejores que he leido este año.

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