Rodney Smith
Los hombres desesperados viven suspendidos en el espacio como figuras pintadas sobre las paredes, sin respirar, sin hablar, sin escuchar a nadie. El acantilado que domina el golfo de Salerno era una pared que daba al mar. Nunca he encontrado la alegría con ninguna otra mujer. No es la alegría lo que echo de menos. Es a ella. Por eso he dibujado durante toda mi vida un mismo cuerpo en los brazos con los que siempre he soñado. Los naipes que me dieron su protección mientras trabajé en Toulouse llamaban cartas novelescas a los juegos de cartas cuyos triunfos representaban héroes de novela, Cartas antiguas a las que representaban a los profetas de la Biblia o a los generales de la Historia romana. Cartas eróticas a las que mostraban las escenas que nos engendran. Ahora vivo en Roma, donde grabo escenas religiosas y estas cartas escandalosas. Las venden en la tienda de estampas que tiene el letrero de la cruz negra, en la vía Giulia.
Pág. 8
Párrafo extraído del libro Terraza en Roma, de Pascal Quignard
Los hombres desesperados viven suspendidos en el espacio como figuras pintadas sobre las paredes, sin respirar, sin hablar, sin escuchar a nadie. El acantilado que domina el golfo de Salerno era una pared que daba al mar. Nunca he encontrado la alegría con ninguna otra mujer. No es la alegría lo que echo de menos. Es a ella. Por eso he dibujado durante toda mi vida un mismo cuerpo en los brazos con los que siempre he soñado. Los naipes que me dieron su protección mientras trabajé en Toulouse llamaban cartas novelescas a los juegos de cartas cuyos triunfos representaban héroes de novela, Cartas antiguas a las que representaban a los profetas de la Biblia o a los generales de la Historia romana. Cartas eróticas a las que mostraban las escenas que nos engendran. Ahora vivo en Roma, donde grabo escenas religiosas y estas cartas escandalosas. Las venden en la tienda de estampas que tiene el letrero de la cruz negra, en la vía Giulia.
Pág. 8
Párrafo extraído del libro Terraza en Roma, de Pascal Quignard
Cartas escandalosas que dibujan los mismos brazos que le inspiraron esas escenas que le causan tanta nostalgia ...no he leído el libro lo buscare ...besos
ResponderEliminarPedazo de fragmento. Estoy contento, no sé nada de este Pascal Quingard.
ResponderEliminarLa ilustración, sencillamente maravillosa. Concreto lo femenino.
Saludos.
Me gusta mucho Pascal Quignard. Me encantaron "Terraza en Roma" y "Vida secreta". También me interesó mucho "El sexo y el espanto". Es de esos escritores que te obligan, a veces, a hacer un alto en la lectura y volver a leer un párrafo o una página, para entender mejor o para paladear las palabras, ¿verdad?
ResponderEliminarUn beso
Cómo me gusta Pascal Quignard, es uno de los autores contemporáneos más interesantes, su prosa siempre es deliciosa e inteligente.
ResponderEliminarGracias por este fragmento.
A mi me gusta la ilustración, Madi.
ResponderEliminar"Concreto lo femenino" dijo Igor. ¡Qué bien dicho!
sutil indagador en los vericuetos de la interioridad. Me gusta este reencuentro con Pascal Quignard.
ResponderEliminarXiomara si lees el libro disfrutarás con su lectura, es magnífico.
ResponderEliminarUn beso
Igor me alegro haber acertado con el párrafo, me llamó la atención enseguida.
ResponderEliminarLee el libro, te lo recomiendo
Un beso
Y tanto que sí Daniel, es lo que me sucedió cuando leí este libro, desde luego no deja indiferente, y a medida que pasa el tiempo mejor recuerdo tengo, tomo nota de El sexo y el espanto, porque no lo he leido.
ResponderEliminarUn beso
Totalmente de acuerdo contigo miette.
ResponderEliminarUn beso, estoy contenta de verte por aquí.
Es que Igor es un erudito de las palabras, jejeje ¿verdad Igor?
ResponderEliminarUn beso Anderea
Y a mi me encanta verte de nuevo moonlight
ResponderEliminarleo el fragmento e imagino sus ojos posados sobre ella
ResponderEliminarsobre la misma mujer pintada
(te agradezo que me deleites con pintores, fotográficos, etc. que no conozco pero que, al leerlos aquí, adornados con tus letras, me parecen mucho más maravillosos, en serio)
Gracias Tara, me alegro mucho de que así sea.
ResponderEliminarUn abrazo