Reconozco que soy una sentimental, fiel a mis recuerdos y a las personas que me han acompañado en algunos momentos de mi vida. Pero también soy terca y me cuesta horrores aceptar que lo vivido no se puede duplicar y que los recuerdos es imposible calcarlos. Lo que ha sido es, o fue. Está. Y está como debe estar y ser. Los recuerdos mejor guardarlos en el corazón. Que descansen en paz. Usarlos alguna que otra vez para evocar conversaciones en voz baja, el susurro que se escapó entre risas amortiguadas y sobre todo recordar lo compartido y vivido. Siempre he creído que la palabra compartir es muy hermosa y completa. Abarca todo: besos, caricias, enfados, lloros, logros, fracasos...
Imagen de Ramón Casas
Compartir es uno de los principios éticos que, desde que tengo uso de memoria, ha regido mi educación. Más de una regañina me llevé de niña por faltar a ese concepto, bajo la frase '¿y los demás qué?' mi madre siempre se ocupó de que lo tuviera bien presente. Por desgracia es uno de esos valores que no tiene cabida en la sociedad de hoy. Me pregunto, a veces, si habré conseguido inculcarlo a mis hijos, o me habré dejado llevar por la corriente. :)
ResponderEliminarB-sitos.
P.S.: La añoranza, en su justa medida.
A veces los recuerdos nos asaltan. No sabes cómo llegan, ni de dónde, y zás ahí están, si son buenos genial, pero los malos, ¡aiggg!
ResponderEliminarCompartir cualquier cosa es una de las grandes cosas de la vida, cuánta necesidad tenemos de ese verbo
Una preciosa reflexión Madison
Besitos
Isabelnotebook
y por compartir con alguien que se lo merezca.
ResponderEliminarSalu2.
¿Y qué ocurre cuando los recuerdos duelen.....?.............................................................
ResponderEliminarPerdona, desconozco cómo pude caer de nuevo en la trampa...
Ahora toca de nuevo el olvido....
Mil besos Madison...
Tienes bastante razón... Los recuerdos están mejor bien guardados y sólo hay que desempolvarlos en momentos concretos. Pero jamás debemos repetirlos, ni siquiera intentarlo, porque nos perderíamos nuevas experiencias y, por lo tanto, nuevos recuerdos que atesorar... Viva la variedad.
ResponderEliminarUn Beso lleno de Recuerdos, Madison.
Estoy segura de que les has inculcado valores imprescindibles. También yo dudo si lo he hecho bien, si he acertado, pero lo que si es cierto es que lo estoy haciendo todo lo bien que sé.
ResponderEliminarY sí, la añoranza mejor dosificarla, pero es que están sucediendo muchas cosas en estos últimos días.
Un beso
Los recuerdos son así Isabel, a veces llega hasta mi un olor determinado y ya tengo el recuerdo al lado.
ResponderEliminarLa vida no sería lo mismo si no pudieramos compartir, si no tuviesemos a nadie con quien compartir.
Un beso
Estoy de acuerdo contigo Dyhego.
ResponderEliminarUn beso
Todos caemos una y otra vez en los mismos errores Elizabetta, pero esos errores son los que nos hace crecer como personas.
ResponderEliminarUn beso
Vivan los nuevos inicios!!
ResponderEliminarUn beso José, espero que todo e vaya genial
Creo que los recuerdos no saben estarse quietos. Caminan a nuestro lado. A veces, corren, otras veces, vuelan, otras se esconden, otras desaparecen, y siempre, pródigos, regresan a nuestra cabeza, a nuestro corazón, lugares de donde nunca tenían que haber salido.
ResponderEliminarSin embargo, hay que saber llevarlos... o soportarlos... y, sobretodo, usarlos. Cuando los necesites, tenlos, cuando te necesiten, piénsatelo, prioriza. Úsalos como más te convengan, si puedes. Es lo que alguien me dijo: El arte de estibar.
Te dejo un abrazo.
Mario
Bueno ya se sabe que una cosa es la teoría y otra la práctica.
ResponderEliminarAgradecida por tu abrazo Mario