Antes de ir al trabajo dejo el coche detrás de la estación, en la playa, de regreso paso por un sitio donde hay un restaurante de verano, tiene un patio espléndido con el techo cubierto de lilas.
Por la noche cuando termino de trabajar y antes de llegar a casa, dejo el coche en el garaje, de camino paso por delante de una casa con un jardín inmenso cubierto de cardenales.
Hace un tiempo salía a menudo a cenar, me gusta mucho un restaurante que hay cerca de donde vivo, se puede cenar en el interior o en la terraza al aire libre, siempre elegía lo segundo, está cubierto de dama de noche.
Hace algunos años, a la hora de desplazarme por cuestión de trabajo utilizaba el tren, en esta época del año los vagones van repletos de gente. Estudiantes y profesores realizando algún tipo de excursión. Turistas que se dirigen a Barcelona a pasar el día.
Por cuestión de trabajo una par de veces a la semana visito el puerto del lugar donde vivo, al anochecer, cuando ha finalizado la jornada, respiro hondo y miro al cielo. El olor a mar y el color del cielo es increíble.
El otro día fui a comprar a una gran superficie, también cerca de donde vivo, hace años en ese lugar en el que ahora está ubicado el supermercado era campo, nosotros, los niños que vivíamos allí jugábamos en esos campos; de todos modos todavía quedan. Vi que hay plantadas habas, alcachofas, guisantes…un lujo entretenerse un rato y observar la gama de verde.
Durante años cada semana he viajado por una carretera secundaria de la comarca de la Selva hasta llegar al pueblo donde pasaba los fines de semana y vacaciones de verano, en estos meses los campos están llenos de girasoles, también de amapolas.
Colores y texturas. Perfumes y brisas
Quizá por eso me gusta tanto el mes de abril...quizá.
Siempre en abril, amiga Madison...
ResponderEliminarMe gusta esa forma de escribir las cosas cotidianas, fácil, claro y llano...
Hoy os dejo un mensaje...con florecillas tambien en abril...
Es tarde hasta mañana.
Besicos
ja,ja,ja...Mientras yo estaba aquí tu estabas allí.ja,ja,ja.
ResponderEliminarMás besicos.
Nos hemos cruzado!!
ResponderEliminarMe gusta que te guste el mes de abril Madison. ¡A mí me encanta!
ResponderEliminarLeyendo la entrada de hoy me has hecho recordar esa canción de Sabina que dice:...¿Quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Pero quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón...
Que no nos lo roben nunca Madison!!!
Un abrazo.
Adoro la primavera, y más cuando hace un tiempo tan maravilloso. ¡Qué suerte tener la playa cerca! Yo la añoro todo el año, aquí en Madrid. Pero observar como todo se plueba de flores es renovarse por dentro. ¡Adiós invierno!
ResponderEliminarBesitos
Isabelnotebook
A mí la llegada de la primavera me ha dejado un hermoso vértigo que, al parecer, pasará cuando la estación esté plenamente instalada...pues vaya con la primavera. Preferiría una alergia.
ResponderEliminarAún así, las flores me encantan, sobre todo las lilas, lilas que me dedicaba a robar y a que me robaran...lo sigo haciendo jejejeje.
Besos corazón.
Gran Sabina!!!
ResponderEliminarUn beso María
Me resultaría muy dificil vivir lejos del mar.
ResponderEliminarEstoy acostumbrada a ver el mar a diario y durante horas.
Un beso Isabel
Marina, espero que ese vértigo haya desaparecido ya.
ResponderEliminarMe encanta la primavera.
Un beso guapa
en el jardín de mi finca ya floreció el almendro bastardo, con sus miles de pétados en blanco y ese brillo tan especial al recibir la brisa del sol
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