Si no recuerdo mal el día se compone de ochenta y seis mil cuatrocientos segundos.
Si lo repartimos en instantes el resultado es impresionante, al mismo tiempo me pregunto cuantos de esos instantes aprovecho, cuantos pierdo en pensar bobadas y cuantos hago perder por no saber escuchar, cuantos quedan en el aire porque no se responderme a mi misma.
No pienses, vive.
ResponderEliminarUn biquiño.
Tengo un amigo sabio que también pensaba "bobadas", Madison. Luego terminaba por decir que todos llamamos "bobadas" a las cosas que más nos importan en verdad...No creo que precisamente tú sea de las que pierden mucho el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay instantes que son toda una vida.
ResponderEliminarLa pena es que son pocos
Siempre haciendote preguntas Madison, esa cabecita no para!!Que entrañable que eres!
ResponderEliminarEs una buena opción Carmela, pero si no pensara más de la cuenta no sería yo.
ResponderEliminarUn beso!
alamalaire, es verdad tu amigo es sabio, porque de que se compone la vida sino de pequeñas cosas que casi siempre pasan ante nosotros inadvertidas.
ResponderEliminarUn beso
Pues sí noseque, por eso vale la pena condensarlos cuando los tenemos a nuestro alcance
ResponderEliminarGracias miette por lo de entrañable, ¡me gusta que me lo digas!
ResponderEliminarUn beso
Tus reflexiones son de "Instante" y me gustan por eso vengo a verte,siempre aprovechado un instante....
ResponderEliminarBesicos.
Saber perder el tiempo es todo un arte que si lo aprendemos con estilo y elegancia,paradojicamente descubriremos que nos perdemos de algo importante si no aprendemos a perderlo.
ResponderEliminarSe entiendo?
Besos .Luis
Pensar que hay que "aprovechar" todo eltiempo haciendo algo "útil" suena a capitalismo salvaje. Precisamente es en los ratos de "ocio" cuando surgen las ideas más brillantes.
ResponderEliminarSalu2
Bueno, con todos mis respetos, yo ya me agobio demasiado sin saber cuántos segundos pierdo. Prefiero no pensarlo mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Instantes de vida fragmentada, geniales instantes que nos acercan Carmencita.
ResponderEliminarPd.Qué genial tu fotografía de peque
Se entiende perfectamente Incal, y estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarDyhego, algo útil no tiene porque significar trabajo, algo útil es aprender a disfrutar y ser feliz
ResponderEliminarHaces bien Bruja, lo que yo hago podría definirse como divagar y divagar no sirve para nada bueno.
ResponderEliminarlo mejor es alejarnos de cualquier medición y vivir como si el infinito se volviera infinito
ResponderEliminarOveja que bala pierde bocado, es un dicho muy conocido y en el que yo creo mucho así pues, creo que : vivir, vivir y si queda algo de tiempo pues, pensar.
ResponderEliminarSaludos cordiales.-
La duración del tiempo no es importante, si lo es en cambio el valor de un instante. Ese mínimo instante puede convertirse en toda una vida, en mil sensaciones, en la maxíma expresión de un sentimiento.
ResponderEliminarUn ejemplo claro es la imagen que nos ofreces, una mesa en la playa, esperando ser ocupada por quienes van a saborear no uno, sino muchos instantes.
Genial entrada, Madi. Besos.
Es lo mejor, Felipe, es aprender a actuar así como tú dices.
ResponderEliminarMe dais envidia porque todos teneis claro el tema del vivir y pensar.
ResponderEliminarVale me propongo aplicarme Juan Antonio
Claro Gaviero, es que la teoría la tengo asumida, ahora me falta la práctica.
ResponderEliminarSe veían de tanto en tanto, sin especificar o aclarar el significado o aplicación que encierra ese tanto, la palabra tanto.
ResponderEliminarTanto monta, monta tanto pero que tonto o tonta, cuando monta la vida y se escapa el tiempo en esos segundos o minutos que dejamos pasar como dejamos la calderilla en céntimos sobre la mesa.
Y, cuando llegaba ese momento, siempre la exclamación repetida por uno y otro en diferentes compases de la conversación.
-Como pasa la vida. Como transcurren los días sin tiempo para esto o para lo otro. Ay que ver lo rápido que pasa la vida.
Y no; la vida no pasa deprisa, ni rápida. La vida es el día a día, no pasa nunca porque el día tiene su día al siguiente día.
Lo que pasa velozmente, fugazmente es la juventud.
Pero esto, esto ya lo dijo aquel, Rubén Darío, “Juventud, divino tesoro, ¡ ya te vas para no volver ¡
Tenemos que quedar en esa mesa vacía en el tiempo, eso sí, sin contar los segundos.
Perder el tiempo me obsesiona, pero no tanto perderlo no haciendo nada, que para mi es tiempo ganado si lo dedico a estar conmigo misma, con mis pensamientos y mis preguntas, con mis sentimientos y mis aficiones. En esos momentos la apariencia puede dar la impresion de que pierdo el tiempo, cuando en realidad estoy ganándolo.
ResponderEliminarLa pérdida de tiempo que más me duele es la que está condicionada por los demás, por personas que no se merecen la inversión de un tiempo tan precioo y que no volverá, la pérdida de instantesdedicados a tareas obligatorias que no se pueden eludir, las obligaciones sociales, la pérdida de la vida al tener que ganártela... en fin, todos esos instantes que me hacen alejarme de aquellos que me aportan y me enriquecen, como preguntarme tantas cosas como tú, Madison.
Un abrazo fuerte.
jaja Madison, estupensa reflexión. Me identifíco con todo. Yo llegué a escribir un poema en Francés, hace mucho tiempo, en vez de estudiar el idioma que era lo que tenía que hacer, que titulé "le grand perdant du temps" y me lo dediqué a mi.
ResponderEliminarBesos y un abrazo
Caray Manel la noche te confunde, jeje que buena reflexión.
ResponderEliminarPues oye que sí, que eso de quedar en esa mesa está muy bien. Me apunto y prometo no contar los segundos transcurridos.
Un beso
Ilona, la pena es que nos damos cuenta de que esas personas no merecen nuestro tiempo cuando ya hemos gastado parte de él, pero bueno de todo se aprende.
ResponderEliminarjejeje Antonio tú, más chulo que un ocho.
ResponderEliminarQue genial idea tuviste, hiciste lo que realmente te apetecía.
Quizá si doy un repasillo a tu blog encuentre ese poema. Ojalá