Bueno pues ayer termine de leer este libro.
Francoise vive en un apartamento en que las paredes son como papel de fumar, en la habitación de al lado hay una pareja que se ve de vez en cuando, cuando están en la cama hacen tanto ruido que esa noche Francoise no puede soportarlo mas y sale de casa a las tres de la madrugada, deambula de un sitio a otro hasta que va a parar a un club, allí conoce a Kay.
Francoise es actor y vivía en París donde tenía fama y dinero, pero un día su esposa le abandona por un chico mucho más joven.
Tienen un hijo que está en un internado estudiando, Francoise queda tan tocado al conocer la noticia por boca de su esposa que no lo soporta y decide marchar a N.Y. allí conoce a gente del mundo del espectáculo que le puede ayudar.
Kay procede de Viena, estaba casada con un diplomático y tiene una hija, un día decide abandonar todo y marcha a N.Y. en busca también de una nueva vida.
Desde esa noche que Francoise y Kay se conocen ya no se separan, pasan la noche juntos en un hotel. Frank siente unos celos terribles de la vida que Kay lleva y con los hombres que ha estado.
A partir de ese momento empieza su gran historia.
Me ha gustado mucho, solo conocía a Simenon escribiendo libros sobre misterio, pero he quedado gratamente sorprendida.
Describe minuciosamente los personajes, lugares, etc, y lo hace con tal precisión que es fácil meterse en la historia.
Tres habitaciones en Mahattan es una gran historia de amor de dos personas que andan perdidas pero tienen la suerte de estar en el sitio adecuado a la hora adecuada y así se conocen, y se cuentan todo, y pasan momentos duros y de dudas. Pero al final lo que de verdad importa es la verdad, su verdad y el libro nos quiere demostrar que siempre estamos a tiempo, que siempre existe esa oportunidad y aunque el paraíso no existe, sí existe el amor y personas que se enamoran y apuestan por ese amor de verdad, a pesar de todo lo que han vivido y sabiendo que lo que les espera no va a ser fácil, porque ambos tienen un pasado.
En fin, que a mi me ha gustado mucho, muchísimo.
Voy a dejar algún párrafo que anoté
Eran casi las seis. Habían caminado mucho. Tanto el uno como el otro se sentían cansados y Combe se aventuró a decir:
-¿Dónde vive usted?
Ella se detuvo en seco, lo miró y él primero creyó ver indignación en los ojos de ella. Se equivocaba, en seguida lo advirtió. Era turbación, tal vez auténtica angustia lo que invadía esos ojos, cuyo color aún no conocía él.
Ella dio unos pasos sola, unos pasos precipitados, como para huir de él. Después se detuvo y lo esperó.
-Desde esta mañana-dijo; al tiempo que lo miraba fijamente a la cara, con las facciones endurecidas-no vivo en ninguna parte.
¿Por qué se sentiría emocionado él hasta el punto de que le dieron ganas de llorar?
Estaban ahí, de pie junto a un escaparate, con las piernas tan cansadas, que vacilaban, con esa acritud del amanecer en la garganta y ese vacío un poco doloroso en el cráneo.
Pág. 19
¿Qué sabía él al respecto? Nada. Seguían sin saber nada el uno del otro, tal vez menos aún que la víspera.
Y, sin embargo, nunca dos seres, dos cuerpos humanos, se habían abismado uno dentro del otro más salvajemente, con una furia como desesperada.
¿Cómo, en qué momento, se habrían sumido en el sueño? No lo recordaba. Se había despertado una vez cuando era totalmente de día. La había visto con el rostro aún dolorido, el cuerpo como descuartizado…
Pág. 25
Se sentía muy joven. Y tenía ganas de salir, pero no era como la víspera, cuando había salido del Lotus y no había logrado alejarse de él cien metros.
Ahora ella estaba en su casa. Y él, que era bastante meticuloso, tal vez demasiado.
No le parecía seductora. No era hermosa. No joven siquiera. Y seguramente habría recibido la pátina de múltiples aventuras.
Pág. 36
Por qué? Lo ignoraba. ¿Acaso habría deseado que su vida no hubiera comenzado hasta la víspera? Tal vez. Eso carecía de importancia. Ya nada tenía importancia, pues acababa de decidir de repente dejar de oponer resistencia.
Escuchaba. Caminaba. Miraba los globos luminosos de las farolas, que formaban una larga perspectiva, hasta el infinito, los taxis que se deslizaban sin hacer ruido y en los que casi siempre se veían parejas.
Pág. 39
Se habla a veces de un cuerpo sin alma. Seguramente habría pronunciado él esas palabras alguna vez, como todo el mundo. Aquel día, en aquel instante, en la esquina de la Calle Sesenta y seis con Madison Avenue, era en verdad un cuerpo al que animaba, cuyo pensamiento y cuya vida estaban en otro sitio.
Pág. 87 |
¡Simenon es muy grande! Por favor, no os quedéis con el "misterio" de las novelas de Maigret, hay mucho más detrás. Y recomiendo fervientemente sus memorias. Todo un personaje.
ResponderEliminarTengo las memorias Xibeliuss.
ResponderEliminarPero no se si son las mismas que tu te refieres.
Por cierto el libro del otro día que comentabas de Chester Himes, le tengo en un volumen que estás, El gran sueño de oro, Por amor a Imabelle y Algodon en Harlem.
Pues mira, gracias a tu reseña volveré a leer Por amor a Imabelle que como te dije apenas recuerdo nada.
Y volviendo a Simenon, es verdad al menos yo le tengo muy asociado a Maigret y su escritura va mucho más allá, es genial me ha encantado, este libro
¿lo has leido tú Xibeliuss?
Vaya, pues había leido a Simenon, pero no las memorias que comentan ustedes, asi que me parece tambien una buena sugerencia, a ver por qué son tan interesantes.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Cuánto me alegra esta entrada. A nosotros también nos gustó muchísimo esta novela. Es de nuestros Simenon favoritos. Digamos que somos militantes de Simenon (http://laescueladelosdomingos.blogspot.com/2009/06/llovia-negro.html). O lo fuimos, hasta que leímos todo lo suyo que pudimos encontrar. Un vicio, la verdad.
ResponderEliminarMuy buena reseña. A Simenon seguro que le encantaría.
A mi también me gustó mucho, Madison, pero no he leído nada más del autor, sólo este y justo el de esta colección, que tampoco terminé ...soy mucho de empezar colecciones pero nunca completo ninguna. Decía Saramago que los coleccionistas son gente que intenta poner orden en el mundo. Me resigno a ser desordenada ;)
ResponderEliminarMe gustan las reseñas que haces, Madison, siempre dan ganas de leer lo que propones. Besos.
No conocía este libro de Simenon, pero ahora después de leerte Madi, tomo nota y lo arreglo rápidamente.
ResponderEliminarPor cierto, en un de las esquina del cruce que hablas está este hermoso edificio:
http://farm4.static.flickr.com/3649/3379463584_74da1fd2ac.jpg?v=0
Seguro que te gustan madame, fue de verdad una persona muy interesante, en algun momento algo contradictorio incluso oscuro, pero de todos modos un artistazo
ResponderEliminarDaniel, cuando puse este libro pensé en ti, estaba convencida de que te gusta Simenon, ya he leido tu entrada, bueno tu pedazo de entrada.
ResponderEliminarMe encanta lo buenos lectores que sois Angeles y tu. Ademas me identidico totalmente con vuestras lecturas.
alamalaire, yo también hago colecciones, esta no, pero del Pais y alguna otra sí.
ResponderEliminarOye,me alegra que te gusten mis reseñas, a veces creo que son muy "planas" de estar por casa vaya, pero es que no se ponerlas de otra forma.
Ainsss Gaviero,esa esquina...me trae muy buenos recuerdos, cada vez más y auténticos recuerdos.
ResponderEliminarLee el libro
Simenon tiene esa tendencia a esos ambientes opresivos, oscuros, densos... a retratar con tanta eficacia un ambiente o un escenario... Supongo que a eso se le llama estilo. Bueno, me apunto la referencia literaria: no conocía esta novela.
ResponderEliminarA partir de septiembre de 2012, la editorial Acantilado emprenderá la publicación de la obra completa de Simenon. Los primeros títulos serán: Los vecinos de enfrente, La casa del canal, El perro canelo y El gato.
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