domingo, 28 de diciembre de 2014

El ciego en la ventana.- Juan Antonio Masoliver Ródenas


" Por qué me ofende que me engañen cuando he vivido siempre engañándome a mí mismo?"

Lo he terminado hace un rato. Reflexivo, frases cortas  a veces algo incoherentes, pero magnífico. Me seduce este tipo de libros que al terminarlos me quedo con una sensación extraña, entre la tristeza, la melancolía y la admiración. Muchas preguntas hizo el señor Masoliver en este libro, algunas de ellas me las ha traspasado a mí,y la verdad es, que no a todas encuentro respuesta. Que envidia poder compartir la vida, las horas o lo que se pueda con una persona tan inteligente. Uf, y ahora qué leo. Cada vez que término un libro que me cala hondo me pasodías sin saber qué leer. A mi entender es un libro muy recomendable. Si lo habeis leído ya o decidís leerlo estaré encantada de saber vuestra opinión.

"¿Quién o qué dicta cual va a ser nuestra última palabra?"


sábado, 27 de diciembre de 2014

Dominio



Noto que me miras silencioso, como esperando algo.
Todavía no sabes, que yo se dominar el carpicho y la situación como nadie

lunes, 15 de diciembre de 2014

Contigo


Me llamas. Pronuncias mi nombre
Y una sacudida desconocida se instala en mí 
Es la sensación que me provoca oír tu voz
Me miras. Tomo tu mano y la acerco a mi corazón
Ya no podrás escapar, ahora serás testigo.
Y cuando te vayas recordarás el olor 
de las horas perfumadas que viviste junto a m

Empezar

Mientras dormía todo lo asombraba, jugaba ardorosamente, miraba, oía. Su última palabra: "Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte".
( Paul Eluard )
Imagen de Amy Judd

domingo, 14 de diciembre de 2014

Decir

Hacia el final del libro, Adiós a las armas de Hemingway, casi en la última página, Frederic, el narrador mantiene una conversación con Catherine :

"-¿Quieres que haga algo, Cat?¿Te traigo alguna cosa?
Catherine sonrió
-No.- Después dijo-: No harás con otras lo que hacíamos nosotros, ni les dirás las mismas cosas, ¿verdad?
-Jamás."

No creo que eso sea posible, las palabras y las cosas, los actos. Todo está inventado y repetido hasta la saciedad. Repetimos una y otra vez lo mismo. Si acaso, lo que cambia es la persona a quien se lo decimos, y la predisposición a aceptar, creer, el sentir y las ganas de seguir o de abandonar.

Todas las historias son importantes. Nos marcan de por vida. Para bien o para mal. Según nos vaya. Nunca debemos menospreciar o pensar que esta o aquella es menos importante que la otra. A veces las que empiezan como un juego,con el paso de los días pueden convertirse en las más apasionadas y auténticas. Son nuestras cosas.Y esto es así
Imagen de Erin Cone

sábado, 13 de diciembre de 2014

Conciencia


Quizá hasta ahora no he sabido contemplar la profundidad del cielo, ni la brisa, ni he respirado con profundidad hasta impregnarme de mar. No he sabido mirar a lo lejos, hacia la línea del horizonte para verte, escuchar y comprender que seguías allá,  de pie, esperando que yo reaccionara. En aquellos momentos yo no era consciente. Creí que solo se trataba de un sueño.  Que no estabas. Que no eras. Que no existías.  Me equivoqué. Estabas. Me esperabas.  Malgasté oportunidades. Ahora lo sé. Pero no estás para demostrártelo. Podría llamarte, o escribirte. Pero sabes bien cuánto me cuesta abrir mi corazón, creo que si alguna vez lo he hecho ha sido pura casualidad. Así que dudo valga la pena,  además ¿qué te podría decir para que me creyeras? ¿De qué podría hablarte o mejor dicho sobre qué podría escribir?
Imagen de Vadimir Nikulin

viernes, 12 de diciembre de 2014

Claudio Rodriguez

Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.


Imagen de Damian Loeb.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

El horizonte.-Patrick Modiano



Bosmans y Maragaret se conocen un día  por casualidad. El trabaja en una librería y además intentar escribir libros, ella ha desempeñado varios oficios. Los dos huyen de un pasado oscuro y triste. Ha transcurrido cuarenta años y  Bosmans piensa cada vez más en Maragaret, en todo lo ocurrido durante el tiempo que estuvieron juntos. Los recuerdos son fragmentos y apenas consigue darles algo de sentido, un día decide comprarse una Moleskine y  en ella va anotando todo aquello que le viene a la mente a cualquier hora del día..

"Tenía la sensación de estar haciendo un rompecabezas. Pero, según iba remontando la corriente del tiempo, a veces se arrepentía: ¿Por qué tiró por ese camino mejor que por aquel otro? "

"No llevaba pluma ninguno de los dos, ni papel para apuntar las señas, pero Bosmans la tranquilizó: nunca se le olvidaban los nombres de las calles ni los números de las casas. Era la forma que tenía él de luchar contra la indiferencia y el anonimato de las grandes ciudades, y quizá también contra las incertidumbres de la vida." 


"A veces sucede que perdemos, al cabo de unos días, algo a lo que tenemos mucho apego: un trébol de cuatro hojas, una carta de amor, un oso de trapo, mientras que hay otras cosas que se empeñan en seguirnos durante años sin pedirnos opinión. Cuando creemos que nos hemos librado de ellos del todo, vuelven a aparecer en el fondo de un cajón"

"Durante mucho tiempo pensó que Margaret había muerto. Pero no hay razón para pensarlo, no, no hay razón. Incluso el año en que nacimos los dos, cuando esta ciudad, vista desde el cielo, no era ya sino un montón de escombros, entre las ruinas florecían las lilas al fondo de los jardines."


Uno siempre está a tiempo de luchar por aquello que quiere. Y por muchos años que pasen hay recuerdos que no se borran y personas que no se olvidan. Curiosamente con el tiempo se hacen más reales y cercanos, y consiguen hacernos reaccionar y echarnos a la calle a buscar. Y al fin vemos el horizonte. Hay porvenir. Quizá hayan pasado muchos años, pero no importa. Queda tiempo. En la vida no siempre es fácil decidir, tampoco lo es acertar.



lunes, 8 de diciembre de 2014

Días de antes

Los domingos por la tarde, antes de ir al cine quedábamos en los recreativos hasta estar todos. Íbamos llegando uno a uno, o de dos en dos. Unos se entretenían echando una partida al futbolín, otros preferían el billar. A mi me molestaba horrores el ruido que producían las bolas, prefería escuchar alguna canción de moda. Recuerdo que al fondo de la sala había una máquina de música. Me iba a ella nada más entrar Mi canción preferida era esta. Supongo que no es la mejor, pero para mí es la más importante, porque cada vez que la escucho veo ráfagas de vida , hermosos e inolvidables jirones de juventud. Amigos. Primer amor. Besos a escondidas.Asomar a la vida.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Osadías


A menudo te enojas porque no se  contestar a tus preguntas, pero esas cosas pasan, no sé a qué se debe tu extrañeza, porque la vida es así. Dudamos continuamente. Hay veces que nos quedamos sin respuestas y otras callamos porque no nos atrevemos a expresarlas en voz alta.
Yo no me atrevo. Me asusta pensarlo. Pero  me gustaría  perderme de arriba abajo por los trazados de tu cuerpo, escuchar el  tenue sonido de los abrazos y el eco de los besos fragmentados. O hacerte el amor en todos los idiomas.
Ahora lo sé. Dejar a un lado lo confuso. Vocalizar a conciencia tu nombre.
¿Qué más queremos?
Imagen de Zosia Zija

martes, 2 de diciembre de 2014

Esperaré

¡Qué cosas dices, amor!
Y yo ¿cuánto tiempo tendré que esperar todavía?
Sé que no se trata de una tarea fácil, pero no me importa esperar
Cuando te acercas se me doblaban las rodillas. Se me turbaba la vista
Una intermitencia de sombra y  deslumbramiento invaden el aire
Sucede cuando nos visita el amor. Sí, ya lo verás, conocerás sus magnificencias y sus delicias, si me amas y me eres fiel, si tu pensamiento no se vuelve jamás hacia nada ni nadie que no sea yo.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Sabes

Lo que quiero es que me permitas seguir descubriéndote toda la vida.
Que seas última persona que vea al cerrar los ojos y la primera al despertar. Y casi nada más. Yo sólo aspiro a estar contigo en paz.No ser la primera en tu vida, pero sí la última. Debes saberlo.
Mirarte, Escuchar. Sentir el ardor que me recorre el cuerpo. Sí. aunque sé que no te enterarás, creo que debes saberlo

Imagen de Erin Cone

domingo, 30 de noviembre de 2014

El nadador en el mar secreto.-William Kotzwinkle

Hasta ayer no tenía idea de este libro ni de su autor, estoy empezando a creer en eso de que los libros nos llaman, claro que en este caso no fue exactamente así, ya que anteriormente leí un comentario sobre el libro que hizo que me sintiera atraída por él, y no sé a ciencia cierta el motivo, pues desconocía por completo de qué trataba.
Pero ha sido un grana acierto pues una vez empezado imposible dejar de leer.
Es lo que acontece en la vida de Laski y Diana  las horas antes de nacer su bebe. 
 Está escrito con una prosa exquisita maravillosa, reflexiones que te llegan a lo más profundo del corazón, a ratos consigue que uno intente ponerse en la piel de ellos.
Me ha impresionado mucho, quizá porque estos días estoy viviendo, mejor dicho disfrutando de una experiencia parecida, con final feliz.
Recomendable, muy, muy recomendable.
Dejo uno de los párrafos que he subrayado, hay más, pero éste me resulta muy hermoso

"Él recordó de pronto la criatura, al nadador del mar secreto. Él también lucha, lucha por estar con nosotros, lucha igual que nosotros.
El corazón de Laski se convirtió en un océano de amor mientras lo invadían nueve meses de recuerdos y el bebé se volvió real de nuevo, tan real como la noche en que Laski había notado unos piececillos que daban patadas por dentro de Diane. Nuestro bebé, nuestro amiguito, está naciendo.
Y ésta, pensó Laski, es la razón de nuestro esfuerzo, que pueda venir el amor al mundo"

jueves, 27 de noviembre de 2014

Bailar

Me resulta nostálgico escuchar algunos temas. Estoy deseando volver a aquellas calles adoquinadas  y escuchar las versiones de las canciones de nuestro verano. Y al oír la música, tal vez,dejarme llevar de idéntica manera  que entonces. Sentir algo inexplicable como cuando me hablabas al oído con tu voz grave y seductora, y por qué no, enlazar tu mano a la mía, y embriagarme a cada caricia..
Podría ser. Pero yo, no me lo acabo de creer
Imagen de Willy Ronis

lunes, 15 de septiembre de 2014

Ojalá nos perdonen.- A.M. Homes

Hay lecturas que cuando las termino, no sé qué ni cómo comentar sobre ellas, es después, a medida que pasan los días y ha reposado cuando empiezo a entender, no sé si acertadamente o no, pero como poco me hago una idea de lo que el autor o autora me ha transmitido, en este caso  de hoy tengo la certeza de que, Ojalá nos perdonen es un gran libro. Una gran historia magistralmente  construida, el narrador, Harry nos cuenta cómo cambia su vida  a partir de un acontecimiento importante ocurrido el día de Acción de Gracias,  desde ese instante nada fue igual para él ni para su familia
No ha sido una lectura tranquila, mas bien al contrario, ha habido momentos que he no he tenido más remedio que descansar, por momentos dejado el libro y me he dicho, pero¿ qué es esto, qué estoy leyendo? Hacia dónde me lleva esta historia, si están todos locos, pero me era imposible abandonar la lectura, pasaba las páginas, me adentraba en la historia y quería más y más, he sufrido adicción, una adicción muy placentera y con un resultado óptimo.

Estamos hechos para vivir en comunidad, en familia, en un hogar, y se puede, a pesar de todo se puede convivir en paz, respetando a los demás, no tenemos porqué ser idénticos, pero sí íntegros

"Por primera vez tengo conciencia de lo unido que estoy a ellos, del apego que les tengo.

¿Cómo mantendremos el sentido de la esperanza y posibilidad, el sentimiento de desahogo que nos ha infundido este viaje hasta ahora? De repente me embarga el miedo y me pregunto si es sólo a mi. Nos ha ido tan bien fuera de nuestra casa, fuera de nosotros mismos frente a un  mundo más grande que nosotros.
Hemos hecho piña y actuado como un equipo y me inquieta lo que sucederá cuando volvamos, cuando ya no existan todas las apuestas y expectativas.

Es difícil de expresar, pero lo que temía se desvanece al instante. Creo que nunca he tenido una sensación así: una especie de oscuridad que se disipa, como cuando el sol asoma por detrás de una nube;  tan literal y esquivo como eso."

 Uno tiene que luchar ante la adversidad, luchar por encontrar el camino deseado

"Por primera vez comprendo que, por mucho que puedas desear un cambio, tienes que estar dispuesto a asumir un riesgo, a caer en picado, a fracasar, y que debes desprenderte del pasado; en otras palabras tengo que terminar mi libro. ¿Y después qué?¿Volver a las aulas a estudiar religión, cultura zulú, literatura? ¿Hacerme agente inmobiliario de los suburbios? No es cuestión de disponer de tiempo como de disponer de vida en mis manos. Y es como tener dinero en efectivo. ¿Dónde voy a gastarlo? ¿Cuál es la mejor inversión? Solo me limita lo que puedo soñar y el riesgo permitido, y la presencia tan real de los niños: no puedo irme a recorrer el planeta en busca de mí mismo. Carece de sentido seguir adelante por el hecho de seguir cuando hay una idea más amplia, un propósito de mejorar la vida de los demás."

Y claro que no se olvidan a las personas, ni tampoco al pasado, porque a fin de cuentas, todo lo acontencido, lo que se llega a ser es consecuencia del pasado, de los errores y los logros

"Se ha cumplido un año entero y pensar en Jane todavía me enardece. Noto que me empino para la ocasión.
Ojalá nos perdonen; es una plegaria, un conjunto
Ojalá nos perdonen"

En definitiva una lectura inolvidable


Tras tus huellas



A menudo, camino por la playa y durante un largo rato me entretengo observando las pisadas de la gente. A veces coloco mis pies sobre ellas y camino hasta donde me llevan. También, alguna vez pienso en ti y sonrío.
Y me gustaría que por una vez te sientas, como yo me siento cada día, bueno, en realidad te diría más cosas, pero no lo voy a hacer. No. Hoy no. Tal vez en otro momento..
Quisiera despedirme dándote mil besos por todas partes, pero lo único posible que puedo decirte por ahora es que te pienso
Un beso.
Imagen de Leopoldo Pomes

sábado, 13 de septiembre de 2014

Sensación



"Soy una palabra rara. Me gustan las palabras. Yo siempre he comparado el escrito con la música. Eso es lo que siento acerca de los buenos párrafos: cuando realmente funcionan, es como la música."
Hunter S. Thompson
Imagen de Shawn Zents

lunes, 1 de septiembre de 2014

Un mes en el campo.- J.L. Carr

Últimamente no ando muy concentrada para la lectura, cuando eso me ocurre casi siempre echo mano a la relectura y la verdad es que suele funcionarme bastante bien, ya se sabe que por muchas veces que leamos el mismo libro nunca descubriremos la misma historia.
Por eso no considero una pérdida de tiempo releer libros que me gustaron o que por cualquier motivo son importantes para mi. Hoy he estado leyendo una vez más Un mes en el campo, de J.L. Carr, es un libro corto apenas ciento treinta páginas, tampoco la historia que cuenta es nada fuera de lo común, pero lo que  hace que sea especial es la manera en que está escrito. Las metáforas, el sentido del  humor, algo de ironía y  sobretodo el tiempo, lo importante que fue para el protagonista el tiempo vivido en aquel lugar del campo.
Está narrado en primera persona por Tom, el protagonista, el joven soldado que después de la guerra recibe el encargo de restaurar un mural medieval en la iglesia del pueblo, al principio es algo complicado pero poco a poco va integrándose con las gentes y costumbres de la pequeña comunidad.  Y aunque no deja de ser una persona retraída y solitaria encuentra de nuevo el amor en Alice:

"Me acompañó hasta el claro y se detuvo junto a un rosal que se desparramaba por la grava.
-Una Sara Van Fleet-dijo. Era una rosa rosada, única-, Es una variedad antigua. ¡Fíjese! 

Aquella rosa, la Sara Van Fleet…Todavía la tengo. Secada en un libro . algún día, en un remate, un extraño la encontrará ahí y se preguntará por qué”


“En momentos así, algunos sentiremos siempre un apretón en el corazón sabiendo que un momento preciado pasó y nosotros ya no estábamos allí.”
“Podemos preguntar y preguntar, pero no podemos volver a tener lo que una vez pareció nuestro para siempre: la apariencia de las cosas, aquella iglesia sola en medio de los campos, un camastro en el suelo de un campanario, una voz recordada, el roce de una mano, una cara amada. Ya no están, y uno sólo puede esperar a que el dolor pase”

He puesto estos dos párrafos porque me parecen muy significativos, Tom narra lo sucedido cuarenta años después, y aunque ha pasado mucho, muchísimo tiempo deja claro que aquel tiempo a perdurado en presente toda su vida. Podría haber elegido otros, como la restauración del mural y la curación del alma de Tom, pero no sé, me ha parecido que el tiempo juega un papel muy importante en este libro


viernes, 29 de agosto de 2014

Al analfabeta.-Agota Kristof


Aunque hace un par de años que lo leí, hoy al leer el comentario en otro sitio, lo he recordado- Qué maravilla!, leer a Agota es vivir en su tiempo y viajar a su mundo. Leer a Agota es recibir una sacudida, una especie de descarga que te llega hondo y se incrusta en la piel. Recibir sensaciones.

En este libro habla con amargura, pero no con rencor. Me gusta sus frases cortas y precisas. No sobra nada y falta menos.
Nombra a Thomas Bernhard, mi escritor favorito, y habla de su libro Sí, mi libro favorito también.
Ella que leía con tan solo cuatro años de forma fluida, y su abuelo se enorgullecía de que así fuera, se vio en edad adulta en un lugar en el que no podía leer puesto que desconocía el idioma, y así se convirtió en una analfabeta. Por suerte pronto le puso remedio y pudo releer a sus autores favoritos.
Dejo el párrafo donde habla de Bernhard, por poner alguno, porque todo el libro es digno de subrayar

"Aquí he de pensar en Thomas Bernhard, el gran escritor austriaco, que no ha dejado de criticar y de fustigar-con odio y con amor, a la sociedad en la que vivía.
Murió el 12 de febrero de 1989. Por él no hubo duelo nacional o internacional, no hubo falsas lágrimas; quizá tampoco verdaderas. Sólo sus lectores apasionados, entre los que me encuentro, se han dado cuenta de la pérdida inmensa para la literatura: Thomas Bernhard, en lo sucesivo, ya no escribirá más. Pero lo que es peor: prohibió que se publiquen los manuscritos que dejó tras su muerte."
Era el último no a la sociedad del genial autor del libro titulado Sí, Esta libro está aquí, delante de mí, en mi mesa, junto con Hormigón, El Náufrago, El imitador, Tala, y otros más. Sí es el primer libro suyo que leí. Lo presté a muchos amigos..."

jueves, 14 de agosto de 2014

Regresar

Después de cenar quitamos la mesa, y en la cocina él me miró fijamente. adoptando una expresión enigmática, cuando pasó a mi lado me lanzó una sonrisa de complicidad. Me puso la mano en el hombro, como para reconfortarme y empezó a subir las escaleras dirigiéndose a la habitación.
Daba la sensación de llevar prisa, o por lo menos a eso me  pareció. Yo, no comprendía nada.
Subí tras él y al abrir la puerta le encontré andando de un lado a otro nervioso, con pasos aligerados, abriendo y cerrando cajones. De pronto, supuse que un pensamiento, un impulso, o vete a saber qué, hizo que se detuviera en seco. Permaneció unos minutos de espaldas a mi, sin mirarme sin verme, pero yo sabía que intuía mi presencia. Yo permanecía callada, con una mano sostenía el pomo de la puerta, con la otra me recogía el pelo. Es un acto reflejo que deja al descubierto mi nerviosismo.

De repente dio media vuelta y  se acercó  hasta donde yo estaba, me cogió de la cara y me miró como si no me conociera. Asombrada, observé sus ojos, que reflejaban una mirada tremendamente vacía, una madeja de miedos y sobresaltos. Por unos segundos estuve a punto de decirle que aún le amaba, Que podía quedarse,  pero  no me atreví. Tuve miedo a su reacción. Tuve miedo a  oír pronunciar mis propias palabras. Cuanto más lo pensaba, menos claro lo tenía.

 Pasaron apenas unos segundos o  quizá fueron  unos minutos, Y ya algo más tranquilo me miró con ternura, puso sus manos entre las mías, soltó una de ellas y noté que sus dedos se me clavaban en el hombro..
Se acercó a mi oído y cuchicheó: ¿Te das cuenta? No razonamos igual.
Eres una romántica. Cada día te vuelves más romántica.
No sé cómo se las apañaba para dejarme siempre pensativa, intentando dar cuerpo y sentido a sus razonamientos. 

Y aún hoy, cuando pienso en todo lo que pasó después, me siento mal. Durante mucho tiempo me sentí culpable, incluso me guardé rencor  a mi misma por no haber salido corriendo tras él, no haber llegado  antes que él a la puerta de la calle y haber evitado su marcha. No supe renunciar a mi orgullo y continuamente me reprocho mis dudas, Dudo de casi todo, incluso de la bondad de mis sentimientos

Y ahora, mi amor, cuando te sientas preparado e inicies  el trayecto que te trae de regreso a casa, cuando estés cerca del camino correcto, te impregnarás con nuestros olores de siempre y sentirás que por cada poro de tu piel entra mi voz que te nombra. Lo  notarás, ¡ya lo creo!..notarás y sabrás que es el momento. Que ya basta de abandonos. Ya es hora de empezar una vida mejor y más atractiva. Ahora es el momento.

miércoles, 13 de agosto de 2014

El verano de nuestra vida

“En el centro de nuestras vidas hubo un verano. Un poeta que no escribió verso, una piscina desde cuyo trampolín saltaba un enano con ojos de terciopelo y un hombre al que una noche se llevaron las nubes. Los días cayeron sobre nosotros como árboles cansados”

Así empieza, El camino de los ingleses, el libro de Antonio Soler, y  creo que lleva razón, en general todos mis veranos han sido buenos, pero hubo uno que gana sobre los otros, fue cuando cumplí  los dieciocho años,  no solo  ese es el motivo  para que me parezca más brillante, el caso es que aquel verano conocí al que sería el amor de mi vida. El  primer día nos vimos solo unos minutos y apenas intercambiamos unas palabras, pero al poco volvimos a coincidir y  a partir de ese momento buscábamos cualquier pretexto para estar juntos.

Cuando anochecía nos íbamos a dar una vuelta, el parque nos atraía, una hilera de árboles perfectamente alineados y sus correspondientes bancos de madrea era el lugar perfecto para nosotros. Nos sentábamos en uno de ellos bajo los plataneros. Era nuestro rincón favorito. El sitio en que nos gustaba buscar refugio y charlar de nuestras cosas durante horas sin que nadie nos molestara. Casi siempre buscábamos un lugar apartado, preferiblemente al lado de la fuente.

En aquella época yo leía a Goytisolo, en concreto Señas de identidad,  El diario de Ana Frank,  todo lo que caía en mis manos de Poe  y alguno más que ahora no recuerdo,  a  él no le gustaba leer, pero a su padre sí, eso hacía que dispusiera de una magnífica biblioteca. Como sabía de mi pasión por la lectura cada tarde cuando venía a verme me traía libros.

Por mi santo me regaló un radiocasete y me hizo tanta ilusión que lo primero que hice fue grabar una cinta con mi voz agradeciendo el regalo y expresándole mi amor. Guardaremos la cinta, le dije  y  cada año por esta fecha volveremos a escucharla juntos. Él me besó en la mejilla y yo me sonrojé.  Fue tal la emoción que me produjo notar sus labios sobre mi piel que mi cuerpo, todo el temblaba como una hoja.¡ Éramos tan jóvenes!
El verano transcurría tranquilo y despreocupado, como transcurre cualquier verano. Al principio íbamos  a bailar, al cine o a cualquier  otro sitio con amigos, pero poco a poco nos fuimos distanciando de ellos, no queríamos compartir lo nuestro con nadie más, solo él y yo.

Hace tanto de todo aquello!,  pero todavía me acuerdo, sobretodo en estas fechas.
Me pregunto si tú te acuerdas de cuando hablábamos de vivir juntos.
Me pregunto si alguna vez viene a tu memoria nuestra imagen haciendo el amor hasta perder las fuerzas. La persiana medio bajada. Agotados entre risas y lágrimas de placer.
Me pregunto que habrás sentido al tocar otra piel, si tus manos notaron el mismo asombro que cuando me acariciabas a mi.
Si te acuerdas de nuestra promesa de guardarnos fidelidad hasta morir,
Aunque a estas alturas  poco importa, hace tanto tiempo que aunque te acuerdes ya no sirve. Todo quedó atrás. Evaporado.
 Hoy, no sabría que decirte, solo se me ocurre, que tú llevabas mucha prisa y yo era algo lenta. Nuestros pasos eran desiguales y aunque lo intentamos no supimos acompasarlos.
Pero cada día amanece y aunque sea por separado seguimos andando y continuamos saliendo a la calle, del ayer  queda poco o nada, si acaso una pizca guardado en algún lugar de la memoria.
Andar cada uno a nuestra manera, de eso se trata, de seguir caminando sin esperar respuesta donde no la hay, Ilusionarnos no demasiado, lo justo, lo que nos esté permitido para seguir viviendo veranos inolvidables.

domingo, 13 de julio de 2014

Mañana de julio

Hay mañanas de julio que nada más salir a la calle noto que son especiales, mientras voy andando se agolpa en mi cabeza el recuerdo de olores, sonidos  y nombres antiguos, momentos de iniciación. Una puerta abierta a lo nuevo, que hoy por el motivo que sea  se hace  presente.
 Me quedo un rato dándole vueltas en la cabeza a todo esto. Busco un sitio donde sentarme. Encuentro un banco de piedra con respaldo de madera. Reposo la cabeza y doy rienda suelta. Cierro los ojos. Me gustaría contárselo a alguien, pero por otra parte se que nadie lo entendería.
Muevo la cabeza, me agito y empieza la lista,  Tagore y su Gora, el muro de Pink Floid, cualquier canción de  Joan Baez, el olor y la textura de Coperttone, un helado de corte de la marca Camy,  Fernando bailando una canción de los Creedence, agua de colonia O de Lancome,  el ponche que hacía mi madre, también su tortilla de patatas,  mis polos de Lacoste, las risas en familia y las fotografías en blanco y negro…la lista es larga

No es que no pasen los años, ni tampoco que yo permanezca anclada en el tiempo, pero es que hay cosas, sobretodo aquellas que descubrí por primera vez que como por arte de magia son inmortales, bueno hablo por mí, hay cosas que en el momento que se producen  pasan a ser eternamente jóvenes, por tanto no hay lugar para el pasado y ni el futuro. Ahí quedan. Incomprensiblemente suspendidas y ancladas en el presente
Imagen de Nelson Kenton.

martes, 8 de julio de 2014

domingo, 6 de julio de 2014

Meta

Es reconfortante saber que existe un camino que me lleva a ti

Imagen de David Burdeny

miércoles, 2 de julio de 2014

Las chicas del campo.-Edna O'Brien



Contraportada
Irlanda, años 50. Lejos de la capital, Dublín, y en medio de un verde paisaje, bellísimo pero exigente, la joven y aplicada Caithleen ha crecido llena de encanto gracias a la sabiduría y humildad de su madre; una madre obligada, por las duras condiciones del campo, a ser fuerte en cada momento, a sobreponerse a toda desgracia. Pero algo va a suceder que transformará la vida de Caithleen. Y en esa nueva vida, la de la única hija de una familia venida a menos, estará acompañada por su amiga de la infancia Baba, por la sofisticada madre de ésta, por el peculiar Hickey… y por una docena de personajes soberbiamente retratados que hoy día nos siguen pareciendo muy vivos; y entrañables, como en toda vida que merezca la pena rememorar.

Caithleen recuerda para nosotros su pasado: unas veces lleno de risas; otras, superando las lágrimas. Recuerda los ritos de paso que la llevaron hasta la madurez: los días de internado, el descubrimiento del amor, la necesidad de aventuras e independencia y, al fin, la gran ciudad, con sus brillantes promesas de futuro.

Estamos, sin duda, ante una extraordinaria novela, iluminada tanto por el humor como por una dulce melancolía; un relato repleto, además, de esa poderosa fuerza que tan sólo concede la juventud. Únicamente El hombre tranquilo, de John Ford, ofrece paisajes y momentos como esta obra cumbre de la literatura irlandesa del siglo XX.

Me ha parecido una lectura agradable y amena . Narrada en primera persona la protagonista, Caithleen, nos cuenta un periodo de su vida que abarca desde la adolescencia hasta la entrada al mundo adulto. Caithleen y Baba son dos chicas que viven en el campo hasta el último curso, después ambas marchan a la ciudad a trabajar y seguir estudiando. Caithleen es buena persona, pero algo pánfila , de todos modos su vida ha estado plagada de adversidades y tristezas, en cambio la de Baba ha sido todo lo contrario, aún así es la típica compañera amargada y cabrona que hace la vida imposible al mas débil, aún así permanecen juntas hasta que por cosas de la vida no tienen más remedio que separarse. Han habido momentos, mientras leía que me ha hecho sonreír, sí, pero en conjunto la novela me ha dejado fría. A cada página ,con cada capítulo notaba que faltaba algo más, y esa sensación de que estaba incompleto me dejaba de mal humor. Quizá no debí leer la contraportada, pues en ella se describe el libro como una obra maestra, pero no lo es. Esta bien escrito, es un libro correcto y punto. 
Probablemente el fallo radique en mí al no saber valorar la maravilla que es, porque la verdad es que casi todas las críticas que he leído sobre él son positivas. Ya me sabrán disculpar todos aquellos a los que en este caso no opinen como yo.



sábado, 28 de junio de 2014

Cuestiones del vivir























Tal vez la vida es sólo eso... Un sueño y un temor.

(Joseph Conrad)

Tal ve sí, pero yo le añadiría algo de audacia y una pizca aventura y el resultado sería, creo, la realidad

domingo, 4 de mayo de 2014

Nostalgia
















Nostalgia, es una película de Andrey Tarkovsky, que éste dedica a su madre.
Yo no sé que dedicarle a la mía, el caso es que también siento nostalgia de aquellos tiempos que vivíamos juntas toda la familia, no hubo noche sin beso, ni mañana sin el vaso de leche sobre la mesita para cuando me despertara, no hubo día que no me mostrara su amor desinteresado.
Ser madre, es lo mejor que me ha ocurrido en la vida. Ojalá yo, represente o signifique para mis hijas la mitad de lo que es mi madre en mi vida. A veces, como el protagonista de la película, siento nostalgia no solo de lo que he vivido,hay otro tipo de nostalgia, es aquello que no se ha vivido, pero que se desea.
Te quiero mamá.

Juan Rulfo a Clara






















"Yo te libraré del miedo, de ese temor tuyo por lo que pueda venir. Yo no soy muy fuerte; pero el cariño que te tengo sí es fuerte y grande y no se acaba. Es como un árbol que ha enraizado mucho en esa tierra que eres tú y de la cual me será difícil desprenderme ya. Y porque eres así, como la tierra, noble y hermosa y llena de prodigios, por eso no podré olvidarte. Pasarán las peores cosas, los peores días y también los ratos en los que uno se siente muy infortunado, pero tú siempre estarás allí como la luna en la noche, acabando con las malas impresiones del día. "


martes, 29 de abril de 2014

Los poetas amor mío...












Los poetas, amor mío
Los poetas, amor mío, son
Unos hombres horribles, unos
Monstruos de soledad, evítalos
Siempre, comenzando por mí.
Los poetas, amor mío, son
Para leerlos. Mas no hagas caso
A lo que hagan en sus vidas.
Raúl Gómez Jattin

Imagen de Andre Kohn

domingo, 27 de abril de 2014

Un poema de Elizabeth Barret Browning
















¿De qué modo te quiero? Pues te quiero
hasta el abismo y la región más alta
a que puedo llegar cuando persigo
los límites del Ser y el Ideal.

Te quiero en el vivir más cotidiano,
con el sol y a la luz de una candela.
Con libertad, como se aspira al Bien;
con la inocencia del que ansía gloria.

Te quiero con la fiebre que antes puse
en mi dolor y con mi fe de niña,
con el amor que yo creí perder

al perder a mis santos... Con las lágrimas
y el sonreír de mi vida... Y si Dios quiere,
te querré mucho más tras de la muerte.

Elizabeth Barret Browning

jueves, 24 de abril de 2014

Revivir
















De tanto en tanto revivo mentalmente aquellos momentos, y me doy cuenta de que siempre que lo hago me invade una sensación extraña, una mezcla de melancolía y tristeza, y aún así no puedo evitar sonreír al recordar todo  lo vivido.

Y pienso, que si pudiera  me gustaría retroceder en el tiempo con el fin de  reparar la tristeza que nos ocasionamos con nuestro comportamiento, aunque tengo la impresión de que algunos errores son irreparables. 

Mi pensamiento regresa al ahora. Tomo un pequeño sorbo del café que hace unos minutos el camarero me ha traído a la mesa. Ocasionalmente también recuerdo el día que volviste, la impresión que me produjo verte de nuevo. Te vi distinto y así te lo dije. Es que he cambiado, fue tu respuesta. Pero ya era tarde. Se  te escapó el tiempo. Que conste que te avisé. Sigo estrujándome la memoria, intento llegar al origen ,me pregunto en qué momento empezó el principio del fin.  Qué fue lo que dio lugar a tanto despropósito.

Decían, los que nos conocían, que éramos la pareja perfecta.  Yo, también lo creía. Empezamos a construir una vida a nuestra medida , poco nos faltó para  lograrlo.

Imagen de Marta Glinska

miércoles, 23 de abril de 2014

Cartas de amor a Vita.- Violet Trefusis














                                                   Violet Trefusis


Estoy jugando sola a que todavía tengo catorce años y tú todavía tienes dieciséis en espíritu. Qué felices éramos antes de hacernos mayores. Estoy tremendamente en contra de ser adulto. No le beneficia a nadie. Hugh está siempre intimamente asociado a este lugar. Lo recuerdo con toda claridad, un muchacho tímido y desgarbado de diecinueve años. (Creo que en este caso el término muchacho está bien aplicado). Y tú, tú no te has marchado nunca, tu nombre resuena por todas partes.
Tal vez nadie sabrá esto, tal vez jamás saldrá a la luz, pero está ahí, salta, palpita y canta, y tú eres la única persona en el mundo que sospecha su existencia.


Cartas de amor a Vita, de Violet Trefusis

martes, 22 de abril de 2014

T.S. Eliot




















"Y en verdad habrá tiempo
para preguntarse “¿me atrevo?” y, “¿me atrevo?”.
Habrá tiempo para volverse atrás y bajar la escalera
con un espacio calvo en la mitad de mi pelo.
(Dirán: “¡qué ralo se le está poniendo el pelo!”.)
Mi traje matinal, mi cuello que sube firmemente al mentón,
mi corbata, rica y modesta, pero asegurada por un simple alfiler.
(Dirán: “pero, ¡qué delgados son sus brazos y sus piernas!”.)
¿Me atrevo a perturbar el universo?
En un minuto hay tiempo
para decisiones y revisiones que un minuto revocarán."
Imagen de Herbert List


domingo, 20 de abril de 2014

Piel






















A la hora del gran silencio, cuando mis ojos están  cerrados fantaseo con el roce de tu piel
Imagen de Rodney Smith

sábado, 19 de abril de 2014

viernes, 18 de abril de 2014

Conducir con música

Después del trabajo, ya de regreso a casa, me gusta conducir despacio y subir el volumen de la radio del coche, sobre todo, cuando suenan canciones como esta

miércoles, 16 de abril de 2014

Batallas interiores

















"Uno no puede pelearse consigo mismo, si acaso serán los pensamientos los que están en lucha."
Lo dice Peter Handke en su libro titulado Los avispones. Nunca había pensado en ello, pero creo que tiene razón. Son los pensamientos los que ganan y pierden batallas
La imagen es de Stanko Abdazic

martes, 15 de abril de 2014

Miguel de Unamuno























"Me desconozco", dices; mas mira, ten por cierto 
que a conocerse empieza el hombre cuando clama 
"me desconozco", y llora; 
entonces a sus ojos el corazón abierto 
descubre de su vida la verdadera trama; 
entonces es su aurora. 

No, nadie se conoce, hasta que no le toca 
La luz de un alma hermana que de lo eterno llega 
y el fondo le ilumina; 
tus íntimos sentires florecen en mi boca, 
tu vista está en mis ojos, mira por mí, mi ciega, 
mira por mí y camina. 

«Estoy ciega», me dices; apóyate en mi brazo 
y alumbra con tus ojos nuestra escabrosa senda 

(Extracto del poema, Veré por ti de, Miguel de Unamuno )

Imagen de Jason Langer

lunes, 14 de abril de 2014

Desdoblarse






















Sintió un ritmo interior acelerado .Un estremecimiento se extendió por su cuerpo y una fuerte presión en el estómago y la garganta. Aunque no podía explicarlo con palabras empezó a caminar mirando, con los ojos apenas abiertos, la gran distancia en dirección norte. Siguiendo en un estado de ánimo oscuro y ascendente, pensó que si ponía todo su empeño, si se esforzaba lo suficiente, quizá fuera posible desdoblarse..
La imagen es de Saul Landell

domingo, 13 de abril de 2014

Samuel Beckett






















Hubo momentos en que no sólo me olvidé de mí, sino también de lo que soy.
Samuel Beckett
Imagen, de, Max Shumilin

sábado, 12 de abril de 2014

Jaime Sabines





















Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que vuelvas a mí sin haberte ido.
En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo,
donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños,
te deseo, te sueño.
¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!
(Te invito a comer uvas esta tarde
o a tomar café, si llueve,
y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)

Imagen de Anna Aden

domingo, 6 de abril de 2014

Un poema de Kenneth Koch























Tú llevabas puesta tu blusa de algodón estampada de Edgar Allan Poe. 
En cada recuadro de la blusa había un retrato de Edgar Allan Poe. 
Tenías el pelo rubio y eras muy linda. Me preguntaste: “¿Es que la mayoría de los chicos piensa que las chicas son malas?”. 
Sentí el olor a moho de hotel de playa de tu pelo, recogido con una horquilla estilo John Greenleaf Whittier. 
“No –dije–, son las chicas las que piensan que los chicos son malos”. Entonces leímos Snow-Bound juntos 
y corrimos por el ático hasta raspar un poco del esmalte azul de mis zapatos George Washington, Padre de Su Patria. 
Madre daba vueltas por el salón, arreglándose el pelo con su peine Valses de Strauss. 
Esperamos un rato y luego nos reunimos con ella, pero solo para que nos sirvieran té en tazas decoradas con retratos de Herman Melville 
y también con ilustraciones de su libro Moby Dick y de su novela corta Benito Cereno. 
Padre entró con su corbata estilo Dick Tracy: “¿Os apetece una copa?”. 
Yo dije: “Vayamos fuera un rato”. Salimos al porche y nos sentamos en el columpio con forma de Abraham Lincoln. 
Tú te sentaste en la parte de los ojos, la boca y la barba, y yo me senté en las rodillas. 
En el jardín del otro lado de la calle vimos un muñeco de nieve con una tapa de cubo de basura que habían abollado hasta parecerse al loco rey inglés Jorge III.

Imagen de Linda Reynolds

sábado, 5 de abril de 2014

domingo, 30 de marzo de 2014

Cuando se encuentran





Mi querida Andrea, después de tanto tiempo sin saber de ti, me ha sorprendido tu carta y  a decir verdad no se si he entendido lo que me preguntas
¿Qué quieres decir? ¿De verdad te interesa lo que está pasando? ¿ Me estás pidiendo que te cuente lo que veo?
No sé qué puede tener de interés para ti,  de todos modos ahí va, espero que leas con atención:

Él le roza levemente su brazo con la yema de los dedos. Ella, con bastante disimulo desliza una mano entre las suyas. Poco más. O casi nada más. Permanecen callados, con las manos entrelazadas, él las aprieta con suavidad y  están así unos minutos. Todo sucede en medio de un silencio alegre, ella con los ojos cerrado y la cabeza inclinadas, después los abre con tanta intensidad que duele. Entonces se miran  y ambos saben lo que está pasando. Ya no oponen resistencia. Sonríen.

¿Y ahora lo entiendes?
Uno no intenta ser, o hacer. Uno simplemente es
Estarás de acuerdo conmigo que lo que te he contado  una historia de amor que se pinta con mejor color a cada gesto, a cada palabra,  con cada mirada. Y yo, querida Andrea, me alegro por ellos.
Espero tu respuesta.

La imagen pertenece a la película, Al final de la escapada

viernes, 28 de marzo de 2014

Cegados por el deseo (Closer)
















“¿Dónde está este amor? No puedo verlo, no puedo tocarlo, no puedo sentirlo. Puedo oírlo. Puedo oír algunas palabras, pero no puedo hacer nada con tus palabras fáciles”.


miércoles, 26 de marzo de 2014

John Cheever



















"Medio dormido, pienso o sueño con campos fértiles cuando era joven, que ahora están desiertos, yermos. Qué tristeza. Y pienso que nosotros, que en nuestra juventud exigíamos consejos valientes y concretos, ahora, en la madurez, somos incapaces de responder a las preguntas de nuestros hijos. Por alguna razón no consigo plasmar la voz del borracho, hacerlo hablar con color. Llegaste a la vida sin nada en absoluto y así te irás. Un mundo prejuzgador y anestesiado. Pero lo que aparentemente no puedo alcanzar es la visión, la sensación de una vida sin prejuicios, censura ni represión. Y no logro el triangulo, el equilibrio entre gentilezas, el énfasis en la apariencia de las cosas, la violencia natural subyacente en todo y la visión de un mundo donde el equilibrio es más espacioso, donde la sensación de tragedia no se pierde en la anestesia.!
Diarios de John Cheever
Imagen de Vladimir Lagrange


martes, 25 de marzo de 2014

Recuerdos de un coche


















El coche de mi chico era de color amarillo, bueno amarillo clarito tirando a  crema.
Lo tenía siempre impecable y olía muy bien llevaba un radio cassette  que se oía de maravilla, tenía bastantes cintas aunque él prefería hacer una lista de canciones  preferidas y grabarlas para  escucharlas cuando estábamos juntos.

Cada día me esperaba en su coche a la puerta del trabajo, me echaba tanto de menos que antes de llegar a donde él estaba me abría la puerta, yo corría hasta sus brazos, nos besábamos despacio y con la pasión acumulada  que proporciona  estar unas horas separados, permanecíamos abrazados un rato, no sabría precisar cuanto, pero si sé que era el necesario para impregnarnos de mi olor y del suyo hasta convertirlo en uno solo y propio, nos mirábamos con los ojos entornados, con ese aire de felicidad que nos  proporcionaba el sabernos juntos. 
De fondo sonaba la voz de Roberta Flack, o Barry White, o Elton John y otras veces bandas sonoras de películas del oeste

En invierno, los domingos por la mañana que hacía bueno aprovechábamos para ir de excursión a la montaña, él conducía, y a mi me encantaba abrir la ventanilla y que  el aire me diera en la cara  enmarañando mi  pelo, aunque al final del trayecto, antes de bajar del coche  al mirarme en el espejo éste me devolvía una imagen de pena, pero me sentía tan feliz que no me importaba, me apartaba el pelo de la cara con los dedos de las manos y quedaba perfecto. A él le gustaba besarme el pelo.

En verano íbamos a la playa por la mañana, llegábamos temprano porque nos gustaba colocarnos siempre en el mismo sitio, un rincón pequeño donde había unas  rocas que nos resguardaba del viento cuando éste soplaba con fuerza, cosa que sucedía a menudo. A él le gustaba  bucear, yo prefería nadar y tomar el sol Una vez instalados, es decir, toallas y sombrilla, él preparaba los bártulos para la inmersión, traje, aletas, gafas, tubo y algo más que ahora no recuerdo. Mi chico era alto, delgado y muy guapo, quedaba bronceado con poco que le diera el sol. Me encantaba cuando vestía con un polo de color verde oscuro y lo combinaba con unos vaqueros.

 No recuerdo que alguna vez me pusiera crema solar en la espalda. Y ahora que lo pienso, creo que yo tampoco se la puse a él. Mientras  buceaba yo le esperaba con un libro recostada en la toalla, si el sol apretaba mucho me daba un baño, de tanto en tanto me incorporaba un poco colocando la mano a modo de visera y miraba a lo lejos por si le veía, algunas veces nuestras miradas coincidían, lo sabíamos porque los dos alzábamos la mano agitándola con  fuerza a modo de saludo. Al cabo de un rato llegaba. Le gustaba hacerme rabiar, y aprovechaba que yo estaba adormecida para tocarme con las manso mojadas, yo, me levantaba de un salto, gritando, y él se reía mientras me cogía de las manos y me abrazaba.
Mi corazón temblaba a causa de tanto amor. Ese amor que de pronto te hace sentir frágil pero a la vez invencible, casi inmortal.
Entonces tomas conciencia de que el tiempo empieza a transcurrir de un modo que jamás hubieses imaginado, a partir de ese momento sabes que hay un antes y un después, que los días pueden convertirse en minutos y las horas en suspiros, porque como dijo alguien, el amor no es para soñarlo, tampoco para pensarlo. El amor, es para vivirlo

En la imagen Jeanne Moreau, en la película Jules et Jim