sábado, 8 de noviembre de 2008

Para Gaviero

[por Madison]
Han pasado más de tres años desde nuestro primer saludo.
Recuerdo que era el mes de Mayo estábamos pasando un buen rato en el foro, junto a mi en ese momento se encontraba Fiorella, entonces apareciste tú. A mi me hizo gracia tu nick, porque como dije en aquel momento había leido el libro de Melville titulado Mallol el Gaviero, tú dijiste que también Alvaro Mutis había escrito varios relatos con ese nombre.
También dije que intuía lo buena gente que eras. Respondiste que lo intentabas.

Desde ese día siempre he esperado tu retorno. Marchabas y al cabo de unos días estabas de vuelta, me encantaba tus saludos.
En este tiempo siempre me he sentido cercana a ti, tú tienes la culpa, me mimaste demasiado.Con una enorme facilidad tenías el don de saber cuando estaba triste y con la moral a ras de suelo, lo mismo si me sucedía al revés, cuando veías que estaba alegre, te alegrabas tú también y me hacías párticipe de esa alegría.
Me has enseñado a escuchar a Bach como debe hacerse, también a describir situaciones y lugares, incluso a percibir aromas por muy lejanas que éstas estuvieran.
Siempre te he apreciado (y continuaré apreciándote) porque eres una persona que no solo me has oido, sino que me has escuchado, no solo me has mirado, sino que me has visto tal y como soy. Incluso te has manifestado publicamente si has observado alguna injusticia, eres genial.
Recuerdo una respuesta tuya en el hilo del foro, sí ese hilo de Preguntar y Responder en el que a veces participabas. Alguien preguntó ¿qué te da miedo? Conocerme, respondiste.

Gaviero, en la vida mira que nos cruzamos con miles y miles de personas, pero qué pocas dejan huella en nosotros. Es por eso que cuando tenemos la suerte de tropezarnos con alguna en nuestro camino no debemos dejarla escapar, o por lo menos luchar para que se quede a nuestro lado.

Quién sabe, puede que hayas decidido tomar rumbo hacia esa taberna de Londres que tanto te gusta...incluso que te hayas convertido en un saxofonista de jazz, en ea misma taberna...quién sabe...

Hace mucho tiempo que para mi dejaste de ser un desconocido

Te echo de menos.
Un abrazo

jueves, 6 de noviembre de 2008

Carta XXVII

[Por 1452]


Carta XXVII

Estamos más ligados a este universo de lo que imaginamos. Todos tenenemos en nuestro interior un lazo con un elemento que nos es propio. Yo soy una mujer de tierra, pero ésta es la historia del hombre de agua… del marinero.

Hace un tiempo, en una cafetería instalada a las afueras, lejos del bullicio, divisé a un hombre sentado en una mesa tomando un café. Lo primero que me llamó la atención fue que no estaba leyendo un periódico, como suele ser habitual, sino que tenía frente a sí un cuaderno de color azul, en el cual escribía concienzudamente. Por momentos, se detenía y fijaba su vista en el vacío, en algún lugar lejano al que estoy segura, nadie más que él tenía acceso, entonces, por un instante, se dibujaba en su rostro una leve sonrisa. Cualquiera pensaría, como pensé yo entonces, que era porque había conseguido dar con la palabra exacta que quería plasmar en el papel, pero más tarde supe que no era así; su sonrisa casi distraída se debía a otra razón.

Me llamó tanto la atención, que me senté en una mesa, no demasiado cerca porque no quería que él repara en mi presencia, para poder observarlo tranquilamente.

Pedí mi café, y me dediqué durante un buen rato a mirar el ir y venir de la estilográfica por el cuaderno; unas veces escribía rápido, como si tuviera miedo de que las palabras perdieran su esencia si tardaba mucho en dibujarlas, otras veces su mano iba lenta, con la precisión de un cirujano, como si cada trazo fuera de suma importancia. Finalmente, su mano se detuvo, arrancó la página del cuaderno y la guardó. Sentí un deje de tristeza; me gustaba ver cómo escribía, pero nunca sabría lo que había escrito.

Cuando pasaba por mi lado, para salir de la cafetería, una hoja se deslizo del portafolios que llevaba bajo el brazo y fue a parar justo a mis pies. Instantáneamente me agaché para recogerla y devolvérsela, pero cuando me giré, el desconocido ya no estaba. Fui corriendo hacia la puerta, pero no había ni rastro de él; entré de nuevo en la cafetería y tomé asiento. Durante unos segundos estuve debatiéndome entre el deseo de leer lo que había escrito en aquel trozo de papel y mi conciencia de que aquello era privado. Ha habido pocas veces en la vida en las que no haya ganado mi conciencia frente a mi deseo, pero ésta fue una de ellas.

Tomé la hoja azul entre mis dedos y la desdoblé, decía lo siguiente:


Querida desconocida, ha llegado el momento de partir y buscar nuevos puertos, de visitar otros en los que hace tiempo no recalo, de que el aire acaricie mi rostro cuando en las noches de luna nueva paseo por cubierta; ha llegado el momento de seguir buscándote.

En todas las ciudades que me he detenido buscando tu rastro, he conocido personas que, sin ser ninguna de ellas tan importante como tú, compartieron mis días y algunas de mis noches, y mis cartas siempre dirigidas a ti. Compartieron, de alguna manera, mi búsqueda teñida, por un lapso de tiempo, de espera.

En una de estas ciudades, Nosidam, comprendí que todos buscamos y/o esperamos algo. El mundo está lleno de buscadores.

Fue el lugar en el que más tiempo permanecí, porque me sentí comprendido, arropado, incluso a veces, pensé en quedarme, pero mi alma… mi alma está en el mar y no puedo permanecer demasiado tiempo en tierra. Necesito, como necesito respirar, sentir el aroma a agua salada.

Y, querida desconocida, para qué nos vamos a engañar, he pensado muchas veces en desistir de esta búsqueda, que en mcuhas ocasiones se me antojó un sinsentido, pero hay algo más poderoso que yo que dirige mi corazón hacia ti, una y otra vez. Así que este viaje, que emprendo sin saber muy bién a dónde me dirijo, no es más que un paso más hacia ti.

Quizás estés en Asia, sentada en la ribera de un río sagrado, observando las estrellas que escriben para ti mi nombre, quizás te hayas perdido en África, y hayas dado con un oasis en el que vives esperándome, no sé, no sé dónde estarás, pero lo que sí sé, porque mis sentidos me lo dicen, es que existes. Esto es lo único que necesito saber para continuar el viaje, todo lo demás… todo lo demás carece de importancia.

Mientras tú existas, yo te buscaré.


Cuando terminé de leer la misiva, supe que su sonrisa no se debía a haber encontrado la palabra exacta, sino a haber encontrado el sueño justo. Comprendí que cuando su mirada se perdía, no pensaba en nada, sólo veía el rostro de ella. Y en mi corazón y en mi alma le deseé al marinero toda la suerte del mundo, para que además de encontrar los faros que guiaran su barco, diera con el faro que guiara su existencia: los ojos de ella.


Gaviero, buen viaje.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Hora de partir

[por Gaviero]
Nunca había permanecido tanto tiempo en un mismo puerto; recuerdo cuando arrive a éste hace ya bastante tiempo, era casi una escala técnica, carga y descarga, reponer pertrechos, una rápida visita y vuelta a la mar.

Pero las cosas cambiaron, me sentí cómodo aquí, fui bien recibido, gentes acogedoras y prestas a la ayuda para moverme por la entonces desconocida ciudad; fui ampliando el conocimiento de personas y lugares y llegue a establecer buenos amigos. Conocí un variado repertorio de hombres y mujeres, y poco a poco se fueron estrechando lazos con algunos de ellos. Hubo alguien en particular con quien empece a dialogar más íntimamente, a compartir sueños y creo que ambos nos llegamos a sentir unidos. Un día tomó la decisión de desaparecer de mi vida, lo que respeté lógicamente, aunque sentí que no había llegado a sincerarse del todo, siempre mantuvo un halo de misterio y temor por ser conocida.

Seguí no obstante disfrutando de otras personas interesantes, pero con el tiempo las circnstancias fueron modificándose, o tal vez fui yo mismo; sea como sea, la otra noche, sentado en mi rincón de la asidua taberna, me sentí fuera de lugar, acaso olvidado, decididamente sólo y alejado de quienes hasta entonces me había ofrecido su hospitalidad. Tome conciencia de que últimamente estaba desaprovechando el tiempo simplemente esperando, no sabía muy bien qué.

Por eso, y dado que no es ésta mi manera habitual de enfrentarme a la vida, he decidido que ya es hora de partir, y sin más demora pienso hacerlo esta misma noche poniendo rumbo al lugar donde la última vez creí vislumbrar a mi eterna desconocida, a las orillas del Bósforo, mientras las llamadas a la oración inflaman el aire de la mágica ciudad y los últimos rayos de sol encienden la cúpula de la Mezquita Azul.

Me llevo el recuerdo de todo lo vivido en este lugar especial.

¡ Todos al barco ! ¡Nos hacemos a la mar !

El cielo vuelve a llorar

Escrito por Fabian.

Hoy es uno de esos días en que el mirar por la ventana me colma de melancolía.El cielo nos brinda sus lagrimas cargadas de música húmeda,de grises dominantes,nubes titanicas,de olores fríos y revitalizantes,enérgicos y vigorosos.De esos días,en que paseando en busca de la prensa dominguera (bastantes kilos en papel por cierto),el pan caliente,me paro en mitad del parque,solo,sin ruidos,sin gente,sin perros,y me veo rodeado de arboles majestuosos,calados,de troncos curtidos por el paso del tiempo,y, a mi,de niño,jugando en el patio de mi casa,yo solo y mi mundo infinito,subido a los arboles e imaginando batallas y peleas varias,ausente del estúpido y ficticio tiempo,sabiendo que a la tarde,mi furiosa madre,vendrá en mi busca, para bañarme,reñirme,y meterme pronto a la cama, que el lunes me espera ansioso para adentrarme en las aburridas y poco imaginativas aulas del cole.Nunca me han gustado los domingos,los odiaba,pero hoy es distinto,en medio del parque me recuerdo feliz,con mis soldaditos de plastico en el bolsillo,mis golosinas,mi escopeta de juguete, disparando sin cesar,librándome de esas terribles y pegajosos tentáculos que eran las ramas de los arboles.Me gustaba subir hasta la cima y sacar la cabeza en busca de la mirada perdida,soñadora,ensimismada.Después en casa los miraría a través de la ventana,deseando volver a cabalgar en ellos,mientras mi madre me echa un buen rapapolvo diciéndome de como traigo la ropa,yo,mientras tanto agacho la cabeza y dibujo sin cesar.En casa,mientras leo los diarios,veo a mis hijas jugar,entre ellas,y veo como de vez en cuando miran por las ventanas las mojadas calles y arboles que el cielo ha inundado,me miran,creo que quieren salir,pero este astro no da para esos menesteres.En fin,algún día les enseñare a subir en ellos,que no es solo cosas de chicos,mientras tanto,seguir dibujando hijas,que un papel y lápiz dan para más de lo que podéis imaginar,es todo un mundo,una vida en el.Un hermoso sueño
.......fabián.......

Cartas amarillas (III)


[por Troba]


(Vamos, decime, contame)

Mi Josefina de chocolate:

¿Viste mis 81 fotos, Dios mio, tantas tenia?, asi que ya puedes hacerte una idea de quien esta al otro lado del monitor... gracias por intersarte en mi, y sí... más que parecidos, diria que muchos gustos en común, muchas sensibilidades compartidas, en verdad esto no sucede a menudo, pero en vez de romperme la cabeza pensando porque pasa, mejor lo disfruto, me siento feliz, espero que tú tambien te sientas tan bien como yo ... perdoname si te hice sentir nerviosa con mi repregunta, en verdad, lo siento, pero si te puedo decir que en dos dias he sentido renovarse mi espíritu, y bueno, esta sonrisa no se me borrara en varias semanas y el recuerdo, quedara en mi memoria... como tu dices el chocolate espeso y las cuentas claras, eso sí.. sabes? si lo que nos transmitimos (puro sentimiento) nos sirve para sonreir y poder sacarle la vuelta a las cosas que nos suceden en nuestros mundos (tu sabes, las miserias humanas, intrigas, zancadillas, smog), y permitirnos fabricar una especie de "epistola a Belardo" versión siglo XXI, por mí, encantado, ya lo que nos depare el destino, pues recibirlo con los brazos y corazones abiertos, ya
viene el dia, ponte el alma, dice Vallejo en un poema... y tiene razon... gracias por los elogios que me das, en verdad, no soy tanto, solo vivo, y trato de vivir el doble porque como te conte tuve algunos años donde me desperdicié, quizá el aprendisaje fue lento, pero tengo todo el hambre del
>mundo en hacer cosas nuevas cada dia, hace algunos años tomeé esa desicion, de vivir como si me muriera mañana, ya que viví como si estuviera muerto por años... siempre voy a recordar que estas alli, en el Guayaquil, y sonreiré y nadie sabrá porque sonrío y sonreiré el doble, ya en algun momento podremos mirarnos a los ojos y abrazarnos y lo que nos nazca, bienvenido sea, y bailaremos aunque no sea muy buen bailarin, y cantaremos aunque no sea buen cantante, tu con tus besos que arañan y tu banda sonora, y yo con mis collares... y Piero... ¿sabes? me recuerdas esa canción, esa que está en el título... te la voy a dedicar a ti:

Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirandose a los ojos, sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas, nuevas, nuevas

Me puedes decir muchas cosas que yo no sé, y si me lo han dicho yá, no recuerdo... en tí, esas palabras cobran nuevo sentido, nueva vida, se reinventan... hasta la palabra "mande" suena como la palabra mas hermosa del mundo... gracias por hacerme sentir asi, tu jamas me aburres.

Y sin dudarlo, eres mi mas preciado hallazgo en mucho, mucho tiempo.

Rafagas de besos

Hache

lunes, 27 de octubre de 2008

Cartas amarillas (II)


[por Troba]


(Retomando)


Hache, mi suspirito limeño:

Ya te había tomado la posta y me había puesto al día con tu Hi5, para conocerte un poco más, ¡también ví todas tus 81 fotos! y leí tu perfil, me causa gracia, me parece que en algunas cosas somos bien parecidos, no se si tal vez es solo mi impresión, aunque... ¿Maelo Ruiz? ¿y ese Calderon reguetonero que me dijiste? no sé los nombres de esos salchipapos, pero para qué, si me pego mis bailes de vez en cuando, ¡y hasta abajo, dale hasta abajo! en una de esas después del romance del vals podemos bailar un regueton jajaja. Claro, es lo común, seguiríamos el patrón: después del romance, el manoseo, jajaja.

Creo que hoy ya nos sinceramos más, se mucho mas de tu vida y tu de la mía. De mi parte falta poco por descubrir, si ya has leído el diario entero, pues es como si me hubieras desnudado el alma.

Sabes que me friqueaste cuando me dijiste que si te quería preguntar que sentías conmigo o algo así, yo me refería a tu vida, porque como te decía, ¿qué podría sentir conmigo alguien como tú en dos días? ¡Nada!. Seria un poco más que atrevido de mi parte preguntarte algo así Te lo juro q ue me puse nerviosa. No sé; y por si acaso no soy de indirectas. Es mas, ¡odio las indirectas! me gusta decir y preguntar bien las cosas, lo peor que me podría pasar es que no me guste la respuesta pero prefiero darme el suelazo que vivir con la duda y yo si entiendo con un nó nomás, yo pregunto claro y me gustan las respuestas claras, nada de dramas griegos, es sí o es nó, y así el cuestionado y yo, sea cual sea su respuesta seguimos frescamente con nuestras vida y todos felices o por lo menos tranquilos. Como te decía, la duda es el gusano mas dañino, se te mete y se reproduce en el corazón, en la mente, en la piel, lo peor es vivir con una duda o guardando secretos. ¡Uff! !Nada que ver!

Creo q todo eso es parte de la sinceridad, y ya te dije niño, conmigo las cuantas claras y el chocolate espeso. Hoy también descubrí un Hache súper interesante, profesor, periodista, antropólogo, ¡todo un personaje! ¡Vaya limeño! ¡Si que has aprovechado tu vida! ¡Me tienes encantada! Eres una persona de la que se puede aprender bastante. Como te dije, quisiera hablar contigo 1000 horas, para q me cuentes todas esas historias, para exprimirte el cerebro, jajaja. Inteligente e interesante, excelentes virtudes.

Bueno, como tú dijiste, solo hay que vivir y seguir caminando y ver que nos trae el futuro, sobre todo a ti Sr. Antropólogo, que tienes más posibilidades que yo de encontrar un tesoro.

¡Ah!, ya sabes cuando escuches estas canciones, trata de acordarte de que a 2000 km, 24 hrs, estoy yo, las canciones: “Llegando llegaste” de Piero ( y una mañana mientras el café mezclaba / en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba), “Sea” de Jorge Drexler (Lo que tenga que ser, que sea / Y lo que no por algo ser / No creo en la eternidad de las peleas / Ni en las recetas de la felicidad / Cuando pasen recibo mis primaveras / Y la suerte este echada a descansar / Yo mirare tu foto en mi billetera / Y que sea lo que sea), “Letra de Piel” de tu Silvio (Para que no se me olvide la letra / voy a anotarla en tu piel /Sé que jamás perderé esa libreta / sé que la conservaré / Leo despacio: no eres común / luego será más lento aún / Una palabra, otra después / hasta que aprenda lo que no sé).

¡Uff! Así como tu me puedes hacer un collar con todos los besos que no te puedo dar (te salió linda esa frase), yo también te podría hacer una banda sonora con todas las canciones que se me vienen a la mente.

En fin, que puedo decirte que tu no sepas, que no te hayan dicho ya. Quisiera encontrar palabras adecuadas, pero ante alguien como tú, solo me queda el silencio e imaginar que puedo mirar tus ojos y abrazarte, nada mas.

¡Mira que mail tan largo te he escrito!… Ya te debes haber dormido... ¡Despierta!... jajaja.

Bueno, no te aburro mas, te envió un beso “que te arañe el corazón”.

Ene.

sábado, 25 de octubre de 2008

Para María

[por Desierto]

¡Qué jodido es comprobar cómo cuando creías que empezabas a alzar la cabeza, la más insignificante de las piedras que hubieses imaginado, ésa en la que nunca repararías, puede hacerte tropezar de nuevo! Y caída al vacío y llanto. Llanto de dolor puro, sencillo, aterrador y desolador que arrastra consigo todo lo hermoso que estabas creando como un tsunami endemoniado.
¡Maldita alma! ¡Maldita espina! ¡Maldito cristal de hielo que me jodes la vida!
¡Si pudiera atrapar con mis manos la llave del tiempo…! Hubiese podido elegir el momento.
Ahora estoy solo. Eso no duele. Lo curioso es que en contra de todas las predicciones draconianas, tormentosas y luctuosas, me encuentro hecho puré ahora porque es ella quien está sola. Y sufre. Ella que me ha dado consuelo. Ella que es la burla de las sirenas desagradecidas, una pobre hada de ojos negros que no hace más que buscar perdida su camino entre las espinas de los días tras días, en mañanas brumosas, frías, desoladoras en la ciudad de piedra.
María, me has devuelto la vida. Me has hecho el regalo que sabías que destruiría tus ilusiones como esa joven rebelde que se atreve a desafiar a sus dioses para entregarse a un vampiro.
Quisiera encontrar las fuerzas para poder terminar mi relato con la misma historia de redención.
Lo sé. Triste consuelo el del amado en las ausencias…

Mais n´oubliez jamais, ma pettite fée avec noires oeux.