Cuando
somos jóvenes tenemos tendencia a creer que en la vida todo nos irá
bien, y que seremos capaces de conseguir que todas
nuestras esperanzas se cumplan,. A pesar de lo absurdo de esta creencia
nos aferramos a ella porque nos da seguridad, pero cuando lo esperado nos ignora y pasa de largo sin ni siquiera asomar a nuestro pequeño y reservado mundo nos
sentimos frustrados. Y no queremos aceptar que lo inesperado a veces es mucho mejor que lo que estábamos esperando. Lo nuevo es cambio, es movimiento.
La vida no se detiene. Nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
Fotografía: The Open Door, 1945 - A Journey Round My Skull
Muy chula...
ResponderEliminarMuy cierto Madi...
ResponderEliminarBesos.
realmente es asi, tendemos a querer tener seguridad, y que bonito puede llegar a ser lo inesperado.
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