Ocuparse de las pequeñas cosas de la vida puede resultar sumamente gratificante
Permanecer en silencio aunque el cuerpo pida hablar.
No preguntarnos sobre lo absurdo.
No ser tan estudiosos de las palabras
No buscar con desespero y a toda costa el significado riguroso
Porque a veces lo que queremos no es lo que necesitamos
Deberíamos. Yo, debería aprender a improvisar
Veo paradojas en tu entrada, ese aprender a improvisar desde la apacible escena de una silla plegable junto al jardín en primavera...
ResponderEliminarEs decir, aprender a no pensar siempre, a no relacionarlo siempre, a no caer en la enfermedad de no dejar la mente tranquila. Meditar lo llaman...
ResponderEliminarMe lo voy a tomar al pie de la letra.
ResponderEliminarBesos.
Es verdad, Mádiso, a veces ocuparse lo pequeño te ayuda a pensar a los grande.
ResponderEliminarSalu2.
esa silla junto a la puerta, un cafetito, ummmmm hay algo más placentero?
ResponderEliminarCuando nos esforzamos tan ansiosamente en buscar un significado riguroso tal vez estemos buscando lo que significa rigurosamente para otros. El silencio, por ejemplo: en realidad es siempre lo que sentimos sin procesarlo, es la improvisación de nuestra gratititud.
ResponderEliminarQue gusto es leerte Madi.
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