Hay días que me cuesta horrores explicar con palabras cómo me siento, qué es lo que siento.
Esa dificultad genera en mi desasosigo, impaciencia y nerviosismo. Cuando eso ocurre el bloqueo es total.
Es entonces cuando llego a la conclusión de que tampoco es tan importante las palabras utilizadas, en definitiva lo mejor es decir, de la forma que sea pero decir...
Sí. E incluso, a veces, ni decir, hacer, moverse, salir de donde se está: la impaciencia, el atasco, la casa...
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