domingo, 23 de mayo de 2010

Mañana de domingo


A veces me gusta dedicar un poco de mi tiempo a hablar conmigo misma, como hoy por la mañana cuando he salido a pasear, me encontraba caminando por el paseo marítimo y a lo lejos he visto un banco que ha llamado mi atención, era de madera pintada color verde, junto a él un árbol de hojas enormes, de lejos no he reconocido de qué árbol se trataba, pero mientras me iba acercando me he dado cuenta que era una higuera. Me resulta extraño ver una higuera casi rozando el mar, desconozco el motivo del por qué la plantaron ahí, no siento curiosidad alguna por saberlo. Lo que de verdad me importa es disfrutar de la belleza que a veces nos ofrece el entorno por donde nos movemos.

Cuando he llegado a donde estaba el banco me he sentado en él, la temperatura suave, la brisa agradable y el color del cielo me hablaba invitándome a que al menos durante unos momentos me olvidara de todo y prestara atención a lo que se me ofrecía.

Es uno de esos días que lo podemos definir con muy poquitas palabras, incluso sin decir nada, solamente cerrar los ojos y dejarnos llevar imaginando o quizá pensando en nuestra historia, esa historia que llevamos dentro y soñamos que algún día se haga realidad.

Así que decidí continuar un buen rato con los ojos cerrados y una gran sonrisa abierta, escuchando una música que solo yo podía oír. Sentirme acompañada aunque en el banco no había nadie más que yo.

14 comentarios:

  1. Madame, que bonito. En momentos como ese no hace falta nadie mas, y la soledad es el mejor regalo, lo unico que nos permite abrir los cinco sentidos a ese instante unico y disfrutarlo plenamente.

    Feliz tarde

    Bisous

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  2. El mar,el sol, la música que solo oías tú...Los bancos de los paseos marítimos dan para muchas reflexiones...Una postal con palabras cercanas,conocidas. Parece que te he visto...
    Besicos.

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  3. Así se está de maravilla, la verdad. Qué suerte si fue una higuera. Me encantan sus hojas enormes. Tal vez fue ella la que se trasladó de lugar, ¿por qué no iba a gustarle a una higuera el mar?

    Saludos míos y de las higueras que hay por aquí alrededor,

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  4. Qué grandes momentos los que se viven en un banco solitario. Conozco esa sensación. Cuánto me hubiera gustado experimentarla esta mañana. Pero hoy ha sido para mí un día demasiado ajetreado: trabajo hasta arriba durante casi todo el día, tanto que no he visto la luz del sol más que por mi ventana, que no sé si espero que no verla...

    Muy bella esta entrada, amiga mía.

    Un abrazo.

    Jorge Andreu

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  5. ¿Me prestas el banco?

    Besitos languidos de lunes

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  6. El mar, el banco, la higuera... Paz y felicidad.

    Un beso, Madi.

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  7. Estuvo una mañana magnífica Madame.
    Hay momentos mágicos

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  8. cabopá yo creo que las personas que vivimos cerca del mar somos unas privilegiadas.

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  9. Jorge, tú y yo siempre nos sentimos identificados con lo que escribimos por eso entiendo perfectamente esa sensción de trabajo y no poder hacer nada más, solo trabajar.
    Espero que hoy haya sido mas tranquilo.
    Un beso

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  10. De acuerdo noseque, si quieres lo compartimos

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  11. Gaviero, paz, felicidad y sueños

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