Rachel Ferguson
En la vida llega ese momento en que uno sabe que rendirse es la mayor victoria.
Que no se puede luchar contra aquel que dispara palabras como si de balas se tratara.
Y es que hay personas que están habitadas de tanta oscuridad, aún disponiendo de liquidez económica permanecerán sumergidas en la miseria de su alma eternamente
Admito haberme rendido, no es tan malo realmente, si te rindes también a la misma bella sonrisa todos los días.
ResponderEliminarSaludos, HK.
Je, muy sabios ambos.
ResponderEliminarAlgunos piensan que sólo la sombra crea, que sólo la oscuridad es literatura; pero no. También lo es la palabra luminosa, la expresión radiante que impulsa.
ResponderEliminarLa oscuridad se ilumina al conjurarla en palabras; sólo así la admito. Cualquier camino que no nos lleve a la luz es un camino errado.
Besos, Madi.
No me interesa el dinero y sí el alma de las personas.
ResponderEliminarMuy cierto lo que apuntas.
Un placer visitarte.
Un saludo.
Josef.
Si esta claro que hay que detenerse cuando la oscuridad no te da serenidad.
ResponderEliminarBueno. Yo creo que la miseria no debe tener cabida en tu blog pues, si entra, no disfrutaras/emos del simple placer de escribir/leer tus cartas reales o ficticias.
ResponderEliminarMejor deja que todos los días sean domingos de riqueza.
Un abrazo.
Ese tipo de rendición es hermosa Tom, hermosa y envidiable.
ResponderEliminarUn abrazo
Verdad que sí Luís?
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo con tus palabras Isabel.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias por tu visita, moderato, por tu visita y comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces cuesta detenerse José, pero tarde o temprano llega el momento.
ResponderEliminarUn abrazo José
Me encanta leerte Presley, en serio
ResponderEliminarUn abrazo