Contraportada
La historia desde 1934 hasta nuestros días de dos familias, los Lamarc y los Company, cobra vida en El Final del Ave Fénix.
Cuando en España comenzaba a presentirse la Guerra Civil, en cada una de estas familias, verán la luz dos niños, Elena y Carlos, cuyas vidas estarán predestinadas a cruzarse. Irán creciendo en dos mundos paralelos, sin conocer ninguno de ellos el afecto de una familia al uso. Elena, como la hija mayor de un matrimonio frívolo y de clase alta, que la acepta como una más de sus posesiones materiales; y Carlos como el pequeño de una familia modesta, dividida por la tragedia, y que aprende a sobrevivir en las calles durante la guerra.
En un mundo en que nada es lo que parece, plagado de intrigas, lujos, miserias y de situaciones límite, irán creciendo hasta que en la edad adulta, unidos en una tormentosa relación en la que los negocios se mezclan con la pasión, se tendrán que enfrentar con sus propios fantasmas.
A partir de los últimos instantes de la vida de su madre, Lucía intentará recomponer, en un flashback, el complejo puzzle que fue su existencia y la de los seres que la rodearon.
La novela muestra en diálogos rápidos y de gran realismo, las entrañas y convencionalismos imperantes en la España del siglo XX, la lucha de la mujer por encontrar su lugar en la sociedad y nos sumerge por completo en unas vidas que el lector llegará a hacer suyas.
Aunque hace tiempo que tengo conocimiento del libro y los buenos comentarios que sobre él se han escrito me he tomado mi tiempo hasta ponerme con él; aunque la verdad es que uno de los motivos de mi tardanza es lo difícil que es hacerse con él. En esto de la lectura voy a contracorriente. Nunca leo nada si no me veo preparada para ello. Nunca termino un libro por cabezonería. Si no me interesa lo dejo; creo que mi tiempo es mas bien escaso y demasiado valioso como para esforzarme en una lectura que no consigue cautivarme.
Pero El final del ave Fénix, es un libro de 522 páginas que me ha durado tan solo dos días, con la consiguiente pena que he sentido de terminarlo tan rápido
El prólogo, es uno de los más bonitos y emotivos que he leído, y desde las primeras páginas me he sentido atrapada con las letras de Marta, la autora.
Está escrito con una prosa ágil, amena, transparente. Cuenta la historia de una familia de la época .Una época de penurias y carencias. Unos años en los que la mujer era considerada como un ser secundario y siempre tenía las de perder.
Antes de empezar a leer el libro pensaba que me encontraría en sus páginas sobretodo referencias a la guerra, pero no es así, además una cosa que me ha gustado mucho es que en la novela no se decanta por ninguno de los bandos.
Es una novela que gira alrededor de los personajes. Los hay que inspiran odio, Lolo es insufrible, en cambio Elena es admirable, y Carlos, a ratos me ha inspirado ternura. En definitiva es una familia y como en todas las familias hay un poco de todo.
Mi opinión es que sin duda alguna es un libro muy recomendable, y es una pena que libros de semejante categoría sea tan difícil de encontrar y por el contrario existen libros pésimos que se hallan en la lista de los más vendidos.
Quiero añadir lo genial que es Marta, es una persona muy discreta y sencilla que no va alardeando del libro, ni de que fue finalista del Premio Planeta; creo que esa actitud dice mucho a su favor.
Marta te deseo lo mejor aunque estoy convencida de que vas a tener mucha suerte en tu vida literaria porque te lo mereces, por curranta y por buena gente.
Pues ni me lo pienso, vaya! Caerá! Yo también había leído alguna reseña positiva pero no me había decidido. Ahora lo tengo claro. Gracias, Madison!
ResponderEliminarUn beso,
Lo siento Madi, llevo un rato mordiéndome la lengua pero no puedo mas. Esta chica, Marta, no presume de que fue finalista del premio Planeta porque ser finalista del premio Planeta es una cosa de la que no se puede presumir. No se me ocurre ningún premio más pervertido que ese. Prólogos bonitos y penurias son son suficiente para invitarme a la lectura si detrás hay 522 páginas de guerra civil.
ResponderEliminarY hablando de cosas más felices: ¿tu que sabes de un libro (espistolar para más señas) llamado "Thomas Pynchon. Un escritor sin orificios"?
No me importaría ser finalista del Planeta.....¡¡¿Qué c*** iba yo a decir al entrar aquí?
ResponderEliminarah!!! sí, Marta, cielito sigo con el libro a mi lado, pero no hay manera....no le encuentro hueco.
Pero llegará. Eres tan prudente y sencilla como guapa.
Cómo decía mi madre, la guapa entre las guapas...más vale envidia que pena.
Besitos de verdad, de los guapos para la valenciana y la catalana de la gata chula.
Es una novela preciosa. Yo la recomiendo a todo el mundo por lo emotiva que es. Elena es un personaje difícil de olvidar.
ResponderEliminarMadre mía, con semejante reseña, con apuntes así, con esta suma de recomendaciones, imposible no comprar el libro, no devorar la lectura, no dejar que las letras naufragen en nuestra cabeza consiguiendo una sopa océana de letras emocionantes.
ResponderEliminarUn abrazo, capitulado
Mario
Ya me contarás cuando lo hayas leído, no dudo que te gustará Carmen porque es un buen libro.
ResponderEliminarUn beso
Bueno Carlos, yo creo que llegar a una final de ámbito nacional es un gran logro. Otra cosa distinta es que nos guste la editorial, a mi no me gusta actualmente, pero en su haber hay libros muy buenos de tiempos pasados.
ResponderEliminarY si no te lees el liro no pasa nada, cada uno lee lo que le atrae o gusta, en este caso tú te lo pierdes porque vale la pena. No son 522 páginas hablando de guerra, precisamente la guerra pasa de puntillas, se trata de páginas explicando el día a día de unas vidas en una época algo complicada.
No conozco el libro que nombras, pero ahora le echo un vistazo.
Un abrazo y no seas tan elitista
espabila, no hables tanto y lee el libro ya noseque.
ResponderEliminarEres una gran cicerone!!
Muy de acuerdo con tu opinión Anabel.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá lo leas Mario, que bien que encuentres interesante mi reseña
ResponderEliminarUn beso