viernes, 22 de febrero de 2013

Cerré mis dedos sobre los tuyos

















Los dos llegamos a la misma hora. Sin mediar palabra nos sentamos en el banco de hierro. Nos mantuvimos erguidos y mirando a lo lejos.
Nos volvimos el uno hacia el otro y nos besamos con deseo. Nuestros movimientos eran torpes.

Recordé con precisión otro atardecer  donde nos ocurrió lo mismo.
Notaba la nariz fría y húmeda. Me abracé a él. Un viento helado no cesaba de soplar con intensidad desigual.

Sentí frío y soledad. Apoyé mi frente sobre su cuello cálido y familiar. Deslizó su mano hasta dejarla descansar sobre la mía.

Bajó la cabeza y me miró. Las luces de las farolas y las de los escaparates de las tiendas empezaban a iluminar las calles y aquello me recordó que se acercaba el momento.
Odié aquellas luces que dejaban al descubierto cualquier asomo de disimulo, eché de menos la oscuridad donde las sonrisas pueden enmascararse y parecer valientes, radiantes, aunque por dentro contenga las lágrimas 
 Pintura de Trish Biddle



7 comentarios:

  1. El momento de la verdad siempre es un golpe a una farsa que enmascara nuestra certeza.

    Abrazos

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  2. Madison,

    No me había dado cuenta que lo habías cambiado. Al entrar me puse a leerlo y de pronto me arrepentí de haberte dicho nada, dudé. Así que fuí al correo que te envié y entonces lo comprobé. Al leerlo hoy he visto como funciona, como el ritmo se ha acelerado, como se siente el frio, como todo se precipita. Me parece que tienes que practicar esta manera de crear. Hace poco alguien decía que escribir es recortar. A mi me parece una buena manera, si, con el tiempo sobran menos palabras. Yo a veces tengo que amputar frases enteras que me parecieron la esencia de lo que escribía y que luego me parecieron demasiado bonitas, preciosistas... y eliminaban lo que quería decir.
    Echo de menos tus magníficas cartas, reseñas, relatos, reflesiones, poemas... tus palabras. Y perdóname... te encontré buscando a Bernhard buscando eso que decía y que encabeza mi blog, para sustituirlo por eso otro que decía Sartre; "El hombre nace libre, responsable y sin escusas"

    Un fuerte Abrazo

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  3. La oscuridad, tantas veces, es la mejor aliada...

    Un saludo.

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  4. Antonio, no hay nada que perdonar,cuando hablamos te dije que agradezco tu atención en leerme y sobre todo tus sugerencias, consejos...lo valoro mucho.
    Ya sabes que recuerdo el primer comentario que hiciste en mi blog. Nos identificamos con nuestras letras y eso es genial.

    He estado bastante sin escribir, creo que ha sido el periodo mas largo desde que tengo el blog, pero no me veo, veía capaz de dar sentido y coherencia a lo que pasa por mi cabeza.
    A ver si establezco un poco de orden en ella.

    Un abrazo enorme con todo mi cariño

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  5. Lo que te pasa por la cabeza siempre está ahí afuera, en los otros. Después está la ficción para crearlo, cruzarlo y darlo sentido. Sin presión. Una veces sale mejor y otras se acerca a lo que te pasa por la cabeza. Otras ni siquiera se acerca. El silencio siempre es necesario.

    Gracias

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  6. ¡Excelente trabajo, en él encuentro la combinación hermosa de las bellas artes... pero lo más esencial es su contenido!¡Para mí ha sido un gran honor hallar en mi camino tu maravillosa obra, la he leído y escuchado con mucha atención y siento que en ella alcanzaste una gran profundidad a nivel de filosofía existencial!¡Mis más sinceras felicitaciones, estimada poeta!

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