Creo que jamás me cansaré de escuchar la música de Bach y más concretamente de los conciertos de Brandeburgo y si en algún momento me preguntaran qué es lo que tiene de especial no sabría explicarlo con palabras, aunque podría afirmar sin ninguna duda que la influencia que ejerce sobre mi es totalmente beneficiosa.
No importa el estado de ánimo que me encuentre, escuchar la música con poca luz y el ambiente idóneo es una sensación increíble y maravillosa
Lo mismo me sucede con la lluvia. Me gusta oír llover, sobre todo cuando hace algo de viento y las gotas golpean los cristales.
En estos momentos está lloviendo y suena Bach. Es un buen momento
No importa el estado de ánimo que me encuentre, escuchar la música con poca luz y el ambiente idóneo es una sensación increíble y maravillosa
Lo mismo me sucede con la lluvia. Me gusta oír llover, sobre todo cuando hace algo de viento y las gotas golpean los cristales.
En estos momentos está lloviendo y suena Bach. Es un buen momento
¡Qué mágico momento!
ResponderEliminarYo tampoco sabría explicar lo que me transmiten ciertas piezas que por algo especial calan muy dentro de mí,me gusta Bach pero mi punto débil es Chopin y si es con lluvia mucho mejor
Un abrazo
A mi me aumenta el estado de ánimo en el que me encuentre.
ResponderEliminarSi estoy contenta sueño, si estoy triste lloro.
Un biquiño y disfruta siempre de ella.
Maravilloso Johann Sebastian. Lo que menos me gusta de él es su música para órgano. Fuera de ella, toda me resulta sublime.
ResponderEliminarEstos conciertos son pura hermosura.
Te recomiendo también sus Variaciones Goldberg y dos de sus cantatas: la 147 y la de Ana Magdalena Bach. Seguro que no te defraudan, Madi. Ya me contarás.
¡Alma amiga!, necesito una tarde de esas que hablas.
ResponderEliminarTengo a Sebastian, pero no encuentro la lluvia,
ni los cristales.
Besos melancólicos
Trata de explicarlo con palabras, Madison. Por favor, trata de explicarlo.
ResponderEliminarComo dice Isabel, "sublime" es la palabra. Es difícil encontrar algo que penetre tanto en el alma como la música de Bach.
ResponderEliminarChopin...otra maravilla para disfrutar en cualquier momento, cuendo escucho su música siempre me invade algo de melancolía.
ResponderEliminarHola Carmela, a mi me sucede eso con cualquier música, es decir cuando conduzco si estoy contenta subo el volumen, a veces me soprendo a mi misma ante estas locuras.
ResponderEliminarPues me pongo en ello hoy misma Isabel, y te cuento.
ResponderEliminarUn beso
Te que hacerme una visita noseque y así compartimos, ¿si?
ResponderEliminarPD: está a quí mi madrileña, solo por unos días claro.
Sabes José? en más de una ocasión eres la mano que me da el empujoncito que necesito.
ResponderEliminarGracias por todo
David veo que coincidimos una vez más ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Qué sensación tan bonita me transmite contemplar y oír la lluvia mientras suena un álbum escogido. Anoche, sin ir más lejos, tuve la ocasión de experimentar este placer, aunque no fue fue Bach el elegido, sino Heitor Villalobos. Pero hubiese podido serlo.
ResponderEliminarCreo, no estoy segura, que éste es mi primer comentario en este blog. En cualquier caso, seguiré pasando por aquí y comentando de vez en cuando.
Un saludo,
F.
No es por hacerte la pelota, Madison, lo juro. Pero hoy has elegido a uno de mi compositor favorito y, además, una obra que me encanta.
ResponderEliminarPienso escuchar los Conciertos de Brandeburgo la próxima vez que llueva para revivir tu experiencia... Debe ser maravilloso.
Un Beso Barroco con mucho gusto musical, Madison.