viernes, 22 de febrero de 2013

Cerré mis dedos sobre los tuyos

















Los dos llegamos a la misma hora. Sin mediar palabra nos sentamos en el banco de hierro. Nos mantuvimos erguidos y mirando a lo lejos.
Nos volvimos el uno hacia el otro y nos besamos con deseo. Nuestros movimientos eran torpes.

Recordé con precisión otro atardecer  donde nos ocurrió lo mismo.
Notaba la nariz fría y húmeda. Me abracé a él. Un viento helado no cesaba de soplar con intensidad desigual.

Sentí frío y soledad. Apoyé mi frente sobre su cuello cálido y familiar. Deslizó su mano hasta dejarla descansar sobre la mía.

Bajó la cabeza y me miró. Las luces de las farolas y las de los escaparates de las tiendas empezaban a iluminar las calles y aquello me recordó que se acercaba el momento.
Odié aquellas luces que dejaban al descubierto cualquier asomo de disimulo, eché de menos la oscuridad donde las sonrisas pueden enmascararse y parecer valientes, radiantes, aunque por dentro contenga las lágrimas 
 Pintura de Trish Biddle



martes, 12 de febrero de 2013

la dama morena

Yo soy la esbelta dama morena que tú esperas
Yo soy la esbelta dama morena y te escucho
Sigue cantando al  claro de la luna, voy hacia ti


lunes, 11 de febrero de 2013

Nucleo























Batalló con sombras y salio airosa de ello, desde entonces se implicó en las cosas del vivir
Fotografía de Laszlo Moholy-Nagy

domingo, 10 de febrero de 2013

La mirada inocente.-Georges Simenon
















SINOPSIS


Louis Cuchas es el penúltimo de los seis hijos de Gabrielle, una mujer que trata de compaginar a sus sucesivos amantes con su puesto ambulante de fruta y verdura. Crecidos en el ambiente promiscuo y problemático del pisito en que viven hacinados, los seis hermanos intentan encontrar su lugar en el mundo. Louis, observador, hipersensible e inocente -tanto que en el colegio le llaman «el angelito»-, va dejando atrás la infancia mientras asiste maravillado a la bulliciosa vida que se desarrolla en el populoso mercado de abastos donde comienza a trabajar y en las calles aledañas; todo le atrae: sonidos, colores, imágenes, sensaciones y, en particular, las personas. Cierto día descubre su afición a la pintura, y partir de ese momento vivirá sólo para esa pasión. Tal vez entonces su vida se precipite, tal vez Louis se convierta en un pintor célebre y llegue a vender muy caras sus telas, pero siempre verá las cosas como ese niño introvertido al que llamaban «el angelito».


He quedado fascinada por la personalidad de Louis, desde el inicio del libro me ha atrapado la serenidad con que contempla la vida, o mejor dicho el día a día  de su vida, son pobres y la verdad es que ninguno de los hermanos tienen la oportunidad de disfrutar de su niñez, su situación económica es precaria y no tienen mas remedio que espabilarse desde muy pequeñitos.
Me ha impresionado la relación que mantiene con su madre a lo largo de toda su vida, la quiere y la respeta  pesar de que ésta no se ha comportado como una madre ejemplar y cariñosa, incluso creo que nunca se preocupó como debe hacerlo una verdadera madre. De hecho solo mantiene buena relación con Louis, el resto de los hijos se han marchado de casa en cuanto han tenido oportunidad de hacerlo.
La vida de esta familia es pobre y sórdida, pero debemos tener en cuenta que estamos en una Francia de principio del siglo XX, una sociedad con carencias importantes para mucha gente y eso hace difícil vivir  en la decencia.
Muy distinto este libros de los demás que he leído de Simenon, pero de idéntica forma me ha hecho partícipe de la historia, en definitiva la vida vista desde la mirada de un niño inocente y bueno que jamás quiso ni buscó problemas, tampoco buscaba respuestas porque nunca se preguntó nada. Las cosas ocurrían porque así debía ser.
Un muy buen libro

viernes, 8 de febrero de 2013

Agua


















Lo primero que uno se encontraba al  llegar al pueblo era un edifico al aire libre rodeado de árboles y pequeños arbustos, para resguardarse del sol y  la lluvia habían construido un techo cubierto de tejas que ahora estaban  enmohecidas, pero alguna vez fueron rojas, lo sostenía  cuatro pilares redondos, de color blanco. 
Bajo el techo,fijos en el suelo se podían ver una doble hilera de lavaderos encalados todos idénticos y cada uno de ellos provistos de un pequeño tubo a modo de grifo, del  cual salía un chorro de agua corriente que provenía de la montaña mas cercana.
Diariamente las  mujeres del pueblo iban allí a hacer la colada. Sus vidas eran rutinarias  y nunca sucedía nada fuera de lo normal, así que para matar un paliar el aburrimiento mientras lavaban la ropa hablaban de sus cosas y también de las cosas de los demás pues en realidad todos se conocían, incluso entre la mayoría de ellos existía algún  grado de parentesco.
Lavaban la ropa con jabón que ellas mismas fabricaban en sus casas a base de  aceite de oliva y sosa,estos ingredientes los introducían en un gran barreño de cinc removiendo hasta formar una  mezcla homogénea, entonces lo dejaban reposar el tiempo necesario. Una vez   la masa quedaba compacta  lo cortaban a porciones con un cuchillo grande y lo guardaban en una habitación de la casa que tenían reservada para tales menesteres o similares.
Una vez que  la ropa había quedado limpia la enjuagaban el chorro del agua agitando con brío, después la retorcían con fuerza y la iban  dejando a un lado, así una a una  hasta finalizar con la última pieza
Se secaban las manos en el delantal, llevaban el cabello recogido  en un moño con horquillas aunque algún mechón rebelde se soltaba de tanto en tanto a causa del movimiento del cuerpo mientras manejaban la ropa...


miércoles, 6 de febrero de 2013

El día antes de la felicidad.-Erri de Luca














SINOPSIS
Don Gaetano es un hombre para todo que vive en una gran casa de vecindad del Nápoles populoso y salvaje de los años cincuenta: electricista, albañil, portero de los cotidianos infiernos de la vida, de él aprende el jóven Smilzo, un huérfano hormigueante de silenciosas pasiones. Mono de patas flacas, el joven Smilzo ha aprendido a retar a los compañeros, la altura de los muros, los canalones, las ventanas: a una ventana en particular ha seguido mirando, aquella en la cual, mujer-niña, apareció un día un fantasma femenino. Un fantasma que vuelve más tarde a desafiar a la memoria de los sentidos, a solicitar un amor imposible. La recuperación de Nápoles a través de la formación de un jóven huérfano que crece en la escuela de un maduro don Gaetano – huérfano a su vez-, testigo de los días de la rebelión de la ciudad al final de la ocupación alemana. La violencia de las emociones, la irrupción del cuerpo, el sobresalto de la sexualidad, los reflujos de la historia, los celos, el honor, la muerte, la sangre y, finalmente, el exilio: la emigración que durará el tiempo necesario para ser un hombre.


Smizo lee cada día pero no tiene dinero para comprar libros, Don Raimondo que es un librero de segunda mano se los presta, ambos siente extrañeza ante la actitud de las personas que optan por deshacerse de libros

-El vacío de cara a una pared, dejado por una librería vendida, es el más profundo que conozco. Me llevo conmigo los libros condenados al exilio, les doy una segunda vida
Como la segunda mano en la pintura, que sirve para rematar, la segunda vida de un libro es la mejor-se ha hecho con la librería de un apasionado por la literatura americana. Estoy leyendo hermosas aventuras de ese lugar al que tantos napolitanos han ido a vivir. Pero se ve que no escriben libros.

Cree que Don Gaetano desconoce esa pasión por los libros, pero al hombre no se le escapa nada:
-¿Y cómo no dijo nada?
-Tú no dijiste nada. Te vigilaba, bajabas, no tocabas las cajas y no le dijiste nada a nadie.
-A nadie tenía.
-¿Qué ibas a hacer allí?
-Me gustaba la oscuridad y había libros. Allí abajo pillé el vicio de leer

El descubrir del amor, o lo que se cree que es el amor verdadero:
Anna hablaba sin una brizna de acento, una lengua de libro. Su aliento eran líneas acariciadas. Se detuvo como un punto y aparte. Me tocaba a mí.
-Te he esperado hasta olvidar el qué. Me ha quedado una espera en los despertares, al saltar de la cama e ir al encuentro del día. Abro la puerta no para salir, sino para dejar que entre.
Apoyé mi sien en la suya.
Anna, ha pasado una eternidad.
-Se ha acabado. Ahora empieza el tiempo, que dura momentos

 Me encanta como le enseña a ser una persona íntegra, con valores y moralidad. Moverse  por el mundo con dignidad:
   Algunas explotaban mientras se apartaban los escombros. Un obrero daba un golpe con el pico y una piedra desplazada daba el golpe justo a la espoleta. Así continuaba la guerra con los huevos que se abrían después. No recogías ni un dedo siquiera. El desplazamiento del aire mataba incluso a los que estaban cerca. Les rompía los órganos internos. Por fuera parecían sanos, por dentro estaban completamente hechos trizas. Te cuento estas cosas para que un día, si llegas a ser presidente, y quieren hacerte firmar una guerra, cuando hayas desenroscado el capuchón de la pluma y estés a punto de estampar tu nombre en el papel, te acuerdes de todas estas cosas y puede ser, quién sabe, que digas: yo no firmo.

He leído varios libros de este autor y con ninguno de ellos me he sentido decepcionada, me gusta su escritura atractiva y ágil, y los argumentos con que se vale para introducirnos en el mundo de  sus novelas.
Sinceramente, yo no me perdería esta lectura

lunes, 4 de febrero de 2013

Compromiso



















Inició un ascenso prolongado, aferrando contra su pecho el pasaporte que le llevaría a un nuevo destino, un más allá desconocido, pero atractivo y novedoso

Fotografía de B.Berenika

domingo, 3 de febrero de 2013

Autenticidad














Nos empeñamos en buscar explicación a aquello que no la tiene, deseamos con tal intensidad que nos avergüenza reconocerlo. Negamos lo evidente y no nos damos cuenta de que lo inexplicable traspasa cualquier límite y razón.
Que los momentos mas electrizantes de nuestra vida son aquellos que no necesitan de certezas ni promesas, si acaso con algo de complicidad es suficiente.

Fotografía de Man Ray

viernes, 1 de febrero de 2013

Atlántico (2)


















Querido L.A.
Como  ves todavía sigo aquí y me temo que la cosa va para largo, pues a los pocos días de llegar recibí una llamada telefónica de la oficina interna disculpándose conmigo, según ellos la burocracia  está haciendo que las cosas se atrasen mas de lo que  habían previsto al iniciar el proceso de remodelación y posible venta de la finca.

No te negaré que por momentos me siento algo indefensa. Necesitada de falta de colaboración y afecto, pero no le doy mayor importancia, pues estos lugares me resultan atractivos y familiares. Hay algo que me sorprende a la vez que me incomoda, y es que los habitantes del pueblo se muestran  excesivamente educados con los visitantes, no obstante tengo el presentimiento de que me aprecian.

Sobre el asunto de la venta de la casa también existe mutismo por parte de los agentes de la empresa inmobiliaria. Yo no les digo nada porque por ahora no me urge vender,  pero si lo crees conveniente puedo exigirles mas celeridad.

Porque por otra parte estás tú que no acabas de decidirte, ¿harás el favor de reconsiderar tu decisión y si así fuera comunicármelo en cuanto lo sepas?

Pienso a menudo en cuan diferente hubiera sido mi vida si no me hubiera tropezado contigo, pero sucedió que me enamoré. Al principio un poco, luego alocadamente.

Paso los días enteramente haciendo lo que me viene en gana. Me siento libre, sin obligaciones ni necesidad de dar explicaciones a nadie, si acaso solo a mi conciencia.

Y me doy  cuenta de que no puedo, ni quiero seguir sacrificando mi vida por algo que no comparto.

Pero por el momento no puedo permitirme cometer errores.Temo cansarme de todo y en un arrebato tomar la decisión  de abandonar y escaparme cuanto antes, por muy humillante que resulte. Me pregunto qué sentido tiene seguir luchando por todo esto si mi vida quedó hecha añicos.

Madrugo a diario. Algunas mañanas salgo de casa muy temprano y doy un paseo en bicicleta-en estos momentos estoy viendo  la mueca que tanto te caracteriza cuando algo te sorprende- Ángel guardó las bicicletas en el invernadero, las cubrió con una lona y están en perfecto estado, la tuya  tiene la cadena suelta, pero creo que ya estaba así cuando  la utilizaste las últimas vacaciones de verano que pasamos juntos.

Los anocheceres son frescos,los paso acurrucada  frente a la chimenea ,observando el papel pintado de las paredes y recordando nuestros últimos días aquí.¿Te acuerdas tú de aquella noche?

Sentados muy juntos, quietos y silenciosos,  podíamos  notar el leve movimiento de nuestros cuerpos al respirar. Yo me levanté y fui a la cocina a por algo de beber,después caminé hasta la  ventana. Con la frente pegada en el cristal, las manos  en los bolsillos y los puños apretados.No recuerdo el rato permanecí así, puede que fueran segundos o quizá horas, el caso es que perdí la noción del tiempo.Vencida y con aspecto derrotado me encogí de hombros , me di la vuelta y sentí que un escalofrío recorría mi cuerpo al ver la inexpresividad de tu rostro.
Los dos supimos que se había acabado, sin espavientos, que si todavía había algún hilo que nos unía, éste se acababa de romper.

Me propongo olvidarte, pero sigues reapareciendo de tanto en tanto.
Te quiere...