Para disfrutar de la belleza no se necesita un paisaje espectacular ni un entorno paradisiaco.
Basta dejar que todo transcurra a su ritmo.Un poco de sosiego, sentirse bien con uno mismo y una pizca de gusto por las cosas pequeñas.
Hoy como aquel
ayer, como cada día, he hecho el mismo
recorrido y entre mis pensamientos ha surgido minúsculos esbozos de un poema
que leí una vez no recuerdo donde, pero que me gustó mucho y quiero compartirlo con vosotros
En eso
consiste
Al fin y al
cabo.
Ser humano.
En no excluir
nada ,
Ni una
estrella,
Ni un ruiseñor,
Ni una sola lágrima
(Charles K.
Williams)
Que poemazo. Y sí, esa luz que agoniza es preciosa. Y la damos a veces por descontada, cuando estamos cansados.
ResponderEliminarUn abrazo :)